viernes, 13 de enero de 2017

XIII Seminario de Relaciones Internacionales: "ISRI 2018"



         
     El Instituto Superior de Relaciones Internacionales  "Raúl Roa García" convoca al:

XIII Seminario de Relaciones Internacionales: "ISRI 2018"

El Seminario se celebrará en La Habana, del 25 al 27 de abril de 2018,  con el objetivo de  reflexionar y debatir sobre la “Geopolítica y Relaciones Internacionales en el siglo XXI”.

Temáticas Generales:
  1.  Actores estatales, no estatales, bloques, alianzas y coaliciones internacionales.
  2. La crisis sistémica y estructural del capitalismo y la conflictividad geopolítica.
  3. La evolución geopolítica y la reconfiguración del sistema internacional: EE.UU, China, Unión Europea, Japón, Rusia, India, Brasil, Sudáfrica.
  4. Espacios geopolíticos regionales: América Latina- Caribe, África, Asia-Pacífico, Eurasia y Medio Oriente.
  5. El  impacto de  los problemas globales en la problemática geopolítica.
  6. Geopolítica de la integración: enfoques y perspectivas.
  7. La guerra, el militarismo y la conquista del espacio ultraterrestre.
  8. Visiones sobre seguridad internacional en la geopolítica global.
  9. La situación geográfica: centro y periferia en las relaciones internacionales.
  10. Apertura de nuevas rutas terrestres y marítimas.
  11. La correlación de fuerzas internacionales y el futuro de la ONU.
  12. El “regreso” del análisis geopolítico en los estudios de las Relaciones Internacionales.
Los interesados en oficializar su participación deben enviar los siguientes documentos, antes del 28 de febrero de 2018:
1. Planilla de solicitud de inscripción.
2.  Resumen del trabajo.
3.  Síntesis curricular.

Modalidades de participación:
Se  podrá  participar  en  calidad  de  ponente  u  observador.  La  cuota  de inscripción será  de $150.00 CUP  para  los  nacionales,  y  $150.00 CUC  para  los extranjeros.  La cuota de inscripción para los estudiantes será de $100.00 CUP para los nacionales y $100.00 CUC para los extranjeros.

Normas de presentación de los trabajos:
  1. Las ponencias deben ser escritas a 1.5 espacio, en fuente Arial, 12 puntos y  no deben exceder las 15 cuartillas.
  2.  Los ponentes deben presentar   un Resumen del contenido del trabajo en uno o dos párrafos (no más de 250 palabras).
  3. El  Comité  Científico  examinará  las  propuestas  y  comunicará  a  los  autores  su dictamen antes del 12 de marzo de 2018.
  4. Los autores deben enviar sus trabajos por correo electrónico antes del 31 de marzo de 2018 y, además, entregar un ejemplar impreso en el momento de la acreditación.
Para más información puede además de visitar nuestro sitio: www.isri.cu, dirigirse a:
Vicerrectoria: (537) 7838-1474

Relaciones Públicas e Internacionales: (537) 7832-3816

                                                               
Formulario de Solicitud de Inscripción
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Si es cubano: Carné de Identidad:

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Nota importante: Imprescindible anexar Síntesis Curricular y Síntesis de la Ponencia
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lunes, 9 de enero de 2017

Un instrumento de lucha



Por Hassan Pérez Casabona

 
Los Héroes de la República de Cuba, Fernando González y Gerardo Hernández, durante la presentación del libro en el ISRI. Foto: Tomada de Cubadebate 

La propia jornada (minutos antes de ese planteamiento, cuya génesis radicó en el reconocimiento del presidente Barack Obama de que la política implementada por sus país hacia la Mayor de las Antillas a lo largo de más de cincuenta años fracasó), el pueblo cubano vibró de emoción al escuchar al General de Ejército Raúl Castro Ruz informar que regresaron a la patria, Gerardo, Antonio y Ramón, completando así la presencia entre nosotros de los Cinco Héroes Antiterroristas.

Fue precisamente por el retorno de esos jóvenes, los cuales representan los mejores valores del socialismo, que toda la nación libró una heroica lucha -a la que se sumaron  millones de voces en el planeta- desde que el Comandante en Jefe sentenció en la Tribuna Abierta del Cotorro, el 23 de junio del 2001: “Solo les dio una cosa: ¡Volverán!”

El 20 de julio del 2015, con la enseña nacional ondeando en el cielo estadounidense a partir de la reapertura de nuestra embajada en Washington, y más tarde el 14 de agosto, con la ceremonia equivalente efectuada por las autoridades norteamericanas para reabrir la sede cerrada por ellos el 3 de enero de 1961 -cuando el presidente Eisenhower decidió romper unilateralmente los nexos oficiales con Cuba-, concluyó la primera parte de ese proceso y echó a andar una etapa más compleja, dada en llamar por políticos y expertos como el camino hacia la normalización entre ambas naciones.

Desde el instante inicial nuestros dirigentes dejaron claro que, como mismo EE.UU. debió excluirnos de la injusta y arbitraria lista en la que nos consideraba desde 1982 como país  patrocinador del terrorismo internacional -aspecto clave para el restablecimiento de las relaciones-, resultaba imprescindible la solución de determinadas cuestiones, para asegurar la efectividad de esos lazos.

En esa línea debía eliminarse el bloqueo comercial, económico y financiero que pesa sobre nuestras vidas, oficialmente desde la proclama 3447 firmada por el presidente Kennedy en febrero de 1962, pero puesto en práctica casi desde el triunfo mismo revolucionario. Asimismo tenían que cesar las trasmisiones radiales y televisivas diseñadas contra nosotros -en desacato a todas las regulaciones internacionales sobre telecomunicaciones- al igual que los instrumentos concebidos para fomentar la subversión interna.

De igual manera nuestro pueblo debe recibir las compensaciones correspondientes por los daños materiales y humanos ocasionados por el bloqueo; violatorio de cuanta convención y tratado existe, los cuales consideran privar de alimentos y medicamentos, incluso en época de confrontaciones bélicas, como crímenes de lesa humanidad.

Otro asunto cardinal es la devolución del territorio que ocupan ilegalmente en la provincia de Guantánamo, donde tienen enclavada una Base Naval contra la voluntad del pueblo y gobierno cubano.[1]

Relacionado con  este último tema tuvo lugar la presentación del texto Base Naval en Guantánamo: Estados Unidos versus Cuba, de la autoría de Ernesto Limia Díaz, Elier Ramírez Cañedo, Harold Bertot Triana y René Gonzalez Barrios, cuatro investigadores cubanos de diferentes generaciones.

La obra es uno de los múltiples empeños de la editorial Ocean Sur por divulgar las mejores ideas relacionadas con la lucha revolucionaria, y el pensamiento descolonizador, propósito en el que descuellan numerosos materiales sobre el Comandante en Jefe Fidel Castro y el Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara.

Los Héroes de la República de Cuba, Gerardo Hernández Nordelo y Fernando González Llort, tuvieron a su cargo las palabras introductorias al volumen, en una actividad desarrollada en la sede del Instituto Superior de Relaciones Internacionales “Raúl Roa García” (ISRI) ante un público mayoritariamente joven, que incluyó a estudiantes de la academia diplomática de Haití.

Hernández Nordelo, vicerrector del ISRI, destacó que: “Se trata de un libro de mucha actualidad. No se puede entender en toda su magnitud el conflicto entre Estados Unidos y Cuba, ni las relaciones actuales, sin tener en cuenta la problemática sobre la Base Naval en Guantánamo. Son cuatro ensayos en los que se recogen elementos históricos y de otra índole. Es un texto de obligatoria lectura. De sus páginas se extrae la conclusión de que jamás se podrá hablar de normalización, mientras la Base no sea devuelta a Cuba”.

González Llort, por su parte, elogió la presencia de tantos estudiantes y jóvenes en el auditorio y el hecho de que el escenario escogido fuera el ISRI. Esta es una institución universitaria de enorme autoridad desde que se fundara en 1976, incluso más allá de nuestros predios, que está dedicada a la formación de los diplomáticos que divulgan la obra revolucionaria por todo el mundo.

Su claustro está integrado por prestigiosos profesores y experimentados profesionales del ramo, quienes trasmiten a sus educandos la manera en que se pone de manifiesto la política exterior de la Revolución Cubana, la cual está cimentada en principios inquebrantables y en los ejemplos de consagración, modestia, humildad y entereza ideológica a toda prueba que emanan del pensamiento de Fidel, el Che, Raúl, Roa, Carlos Rafael Rodríguez y otras figuras, que a lo largo de estos años dedicaron parte de su labro a dicho frente. Todo ello desde la convicción profunda de que en esta actividad, como en el resto de los campos de lucha, el principal hacedor y protagonista de cada victoria es el pueblo cubano.

Sobre el libro, el también vicepresidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), dijo: “Son cuatro ensayos con un orden coherente, que parten desde la contextualización histórica relacionada con los años de la llamada guerra hispano-cubana-norteamericana, momento en que Estados Unidos irrumpe en la palestra internacional como potencia imperialista. Es también un gran aporte desde la fundamentación jurídica que apoya el derecho de Cuba a reclamar su territorio, al mismo tiempo que se levanta como crítica a las posiciones en este ámbito que se propalan en EE.UU., y que tratan de justificar el mantenimiento de la Base”.

Profundizando en esta idea, añadió: “Pocas veces tuve la ocasión  de leer y estar en contacto con la seudoargumentación de aquellos que pretenden defender desde el otro lado lo indefendible. El texto es un contribución desde la polémica, también necesaria para nuestra cultura política”.

Convencido de la trascendencia de un estudio de esta envergadura, señaló: “El valor fundamental del libro es convertirlo en un instrumento de lucha por la definitiva devolución de una parte de nuestro territorio. No podemos olvidar que Obama dejó claro en su directiva, que en la intención del gobierno estadounidense no estaba restituir la Base Naval a Cuba”. [2]

“Nuestra lucha, y la de los amigos con que contamos en todo el orbe, tiene que lograr que este tema sea prioridad para los dirigentes de ese país. Así como ocurrió a escala internacional con el caso de los Cinco, hay que hacer un esfuerzo para que suceda igual con este asunto. Es importante incrementar la divulgación. En EE.UU., la presencia de la Base no está en la discusión ni en la agenda pública. No hay, por diferentes factores, un cuestionamiento a su permanencia”, precisó.

Volviendo sobre la significación de esta investigación, remarcó: “El libro debemos asumirlo como instrumento de lucha. El éxito radica en emplearlo como herramienta de trabajo. No podemos engavetarlo. La Base Naval de Guantánamo es algo hiriente para nuestra soberanía, pero no es prolija la literatura sobre ella y resulta además complejo el acceso a los textos que abordan la esencia del problema. Damos gran valor al esfuerzo de Ocean Sur, que facilitará enormemente la difusión de estas valoraciones. Sería útil asimismo que Ocean Press, la entidad matriz, lo diera a conocer en inglés, pues ello propiciaría el acceso al pueblo norteamericano”.

Fernando propuso igualmente que: “Esta obra debe complementar las acciones que se llevan a cabo en relación con el evento internacional que se realiza en la ciudad de Guantánamo, para denunciar la presencia de bases militares en el  mundo. Sus autores deberían estar en las próximas ediciones interactuando de manera directa con los delgados de diversas latitudes que intervienen en esas sesiones de debate”.

Al final de su intervención, expresó: “Ya que en pocas semanas se efectuará en República Dominicana una nueva cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) es importante retomar este tema. Una Zona de Paz, como se estableció para la región en la cumbre celebrada en La Habana, en enero del 2014, no puede comprender el mantenimiento de enclaves ilegales del tipo de la Base Naval de Guantánamo”.

Como es tradicional en estas actividades, los autores del libro (que Ocean Sur obsequió a los participantes) usaron de la palabra, permitiéndole al público la posibilidad de conocer aspectos significativos de la obra y su proceso de maduración.

 Ernesto Limia, refiriéndose a otro de sus textos.

Ernesto Limia Díaz, en breves comentarios, apuntó: “Hay que agradecer a David Deutschman, al frente de esta casa editorial, quien se entusiasmó con la propuesta de llevar a la letra impresa las presentaciones que originalmente realizamos, como parte de un panel convocado en el evento internacional martiano “Con todos y para el bien de todos”, en enero de 2016. Quiero sugerir, especialmente, la lectura del análisis elaborado por Harold Bertot Triana, uno de nuestros juristas jóvenes talentoso, en el cual se desmontan una serie de confusiones presentes incluso entre especialistas del patio”.

Bertot Triana, por su parte, afirmó: “Traté de hacer una explicación, desde la óptica de un pensamiento descolonizador sobre el Derecho Internacional. Hay aspectos jurídicos de la Base que no pueden ser asumidos desde posturas lineales. Considero que los pueblos del sur estamos abocados a revertir determinados posicionamientos, que desafortunadamente se han impuesto en el Derecho Internacional”.

Harold Bertot, en un evento en el Palacio de las Convenciones.
En su exposición, dijo: “Debe comprenderse que la Base es fruto del período en que el colonialismo mostró su rostro más feroz.  Me motivé a incursionar en un tema que fue tratado magistralmente antes por figuras insuperables de las Ciencias Jurídicas como Fernando Álvarez Tabío, Miguel D´ Estéfano Pisani y Olga Miranda Bravo, quienes aportaron las luces para examinar estos asuntos.  Coincido con la aspiración de colocar este tema en el debate de los movimientos sociales, explicando cada cuestión sin temor alguno. Digo solamente que no conozco ninguna base en el mundo que se sustente en pactos establecidos de manera indefinida, como es el caso de la que está en Guantánamo”, concluyó.


Elier Ramírez Cañedo subrayó la presencia en la actividad de Gerardo y Fernando, porque contar con ellos, “ayuda a mover el tema en varios espacios de reflexión”. Aclaró sobre el surgimiento de la obra, retomando lo planteado por Limia Díaz,  que el embrión se remonta al mencionado encuentro “Con todos y para el bien de todos”.


Elier Ramirez, miembro concurrente de la Academia de Historia de Cuba. 

“Fuimos tres los panelistas que expusimos en ese evento. Harold participó desde el público, con argumentos que luego desarrolló con mayor amplitud en su trabajo. Los compañeros de Ocean Sur acogieron la idea con beneplácito y este es el resultado que ponemos en consideración de los lectores de todo el continente”, puntualizó.

Ramírez Cañedo, el único de los investigadores que intervinieron en el proyecto formado originalmente como historiador, hizo énfasis en que: “Debemos utilizar el libro como arma de combate. En realidad este tema estuvo en la mente de nuestros líderes, aún antes del triunfo revolucionario. Desde 1959 alcanzó mayor notoriedad, principalmente luego de que el Comandante lo incorporara como uno de sus famosos “Cinco puntos”, durante la Crisis de Octubre, en 1962”.

“A pesar del tiempo transcurrido es algo pendiente de solución. Creo que se requiere de mayor movilización social, a nivel de la verdadera sociedad civil revolucionaria. La opinión pública norteamericana, básicamente, posee un criterio distorsionado sobre el tema. Ello tiene que ver con la manera en que se imparte la historia allí. Algunos creen que se trata de un regalo de Cuba, por el supuesto papel desempañado por EE.UU. en la independencia de nuestro archipiélago de España”, acotó.

Sobre aspectos que deben esclarecerse, apostilló: “El Tratado de Relaciones entre Estados Unidos y Cuba de 1934, es uno de esos capítulos que hay que reexaminar. Ese el documento que los norteamericanos esgrimen como argumento para justificar su posición. Lo que sí es un hecho es que se trata de un material lleno de anomalías, entre ellas que es el único acuerdo a nivel global que no pone límites al tiempo de arrendamiento de una instalación. El Tratado arrastra las incongruencias con que se impuso la Enmienda Platt, mediante la cual se inauguró el 20 de mayo de 1902 aquella caricatura de república”, definió.

Adentrándose en el análisis histórico, apuntó: “No olvidemos que el denominado Gobierno de los 100 días (su duración se extendió a 127 jornadas), en el cual la impronta de Antonio Guiteras resultó decisiva, fue el único al cual EE.UU. no reconoció durante la seudorépublica y al que la administración del presidente Franklin Delano Roosevelt se esforzó por derrocar”.

“Las negociaciones del 34´, aseguró, se desarrollaron de manera secreta, sin ningún tipo de participación del pueblo. Mientras ello ocurría hubo buques de guerra en la bahía habanera, recordándoles a los cubanos que ´debíamos portarnos bien´. Fue una muestra de lo que hoy se conoce como ´Operaciones Preventivas´, claro ejemplo de cómo se probaron en Cuba mecanismos que después se extendieron hacia otras latitudes. Hay que reiterar además que la Base Naval fue utilizada para agredir a otras naciones. Se trata de un enclave que no tiene fundamento ni legalidad alguna. Tenemos que situar el conocimiento de este tema al nivel de la batallas por el regreso del niño Elián González y de los Cinco Héroes”, finalizó.[3]


 
René González Barrios, Presidente del Instituto de Historia de Cuba.

René González Barrios, en el cierre, elogió la presencia de estudiantes haitianos de relaciones internacionales. “La historia de Haití en el siglo XX está estrechamente vinculada con la Base Naval de Guantánamo, pues desde allí salieron varias veces las tropas norteamericanas que ocuparon ese hermano país”.
En su intervención González Barrios, presidente del Instituto de Historia de Cuba, afirmó: “Queda mucho por decir sobre los impactos de la Base hacia Centroamérica y el Caribe. Ella comenzó a operar el 10 de diciembre de 1903 y desde entonces se erigió como laboratorio por excelencia del imperialismo en el diseño y ejecución de múltiples fechorías en el área. Desde allí salieron tropas para las invasiones a México, en 1914, Haití, Guatemala, Honduras, República Dominicana y Granada. También agrupaciones para el enfrentamiento en Nicaragua a ese emblema de la lucha revolucionaria que es Augusto César Sandino, el ´General de Hombres Libres´. Es un aspecto en el que hay que continuar profundizando”.

Planteó además, que: “En las cuatro intervenciones que realizó EE.UU. a Cuba, Guantánamo estuvo implicado. A Batista, por ejemplo, se le suministró armamento desde sus instalaciones, en contra de las propias leyes norteamericanas. De otro lado se trata de la segunda bahía más importante del país, que ha sido contaminada por los procederes yanquis durante este tiempo, acarreando además diferentes afecciones en Caimanera, limítrofe con el enclave, al punto de que es el municipio con más alta tasa de enfermedades cancerígenas y gastrointestinales del país, así como traumas sicológicos”.

El destacado historiador mencionó el diario “La voz del pueblo”, creado en 1903 para reflejar los desmanes asociados a la representación militar estadounidense en un parte de nuestro territorio. “Fue un órgano de prensa que prácticamente permanece virgen, en cuanto a la revisión por los investigadores. Hay que hurgar en sus páginas y en el resto de las fuentes documentales que se encuentran en los archivos. Queda mucha historia por contar aún. El libro es un estímulo mayúsculo para la lucha pero no agota, en lo absoluto, la necesidad de incursionar en esta temática”, concluyó.

El prólogo de la obra estuvo a cargo del Jorge Bolaños Suárez, en el presente Profesor del ISRI y con una vasta experiencia en la actividad diplomática, en las que aparece de forma sobresaliente fungir como embajador de nuestro país, entre otras naciones, en el Reino Unido, Brasil, México, así como Jefe de la extinta Sección de Intereses en Washington, y viceministro primero del MINREX. [4]

Sobre los autores, vale la pena distinguir que Limia Díaz (Bayamo, 1968) es licenciado en Derecho, especialista en análisis de la información y Titular de diplomados en Migraciones Internacionales y Economía. Diversos artículos y ensayos suyos se han divulgado en medios de varias naciones. Es autor de Cuba entre tres imperios: perla, llave y antemural, que diera a conocer Ediciones Boloña, en el 2012 y que reeditó la Casa Editorial Verde Olivo, en el 2014; de Cuba libre. La utopía secuestrada, que vio la luz igualmente por Verde Olivo, en el 2015 y de Cuba ¿fin de la Historia?, dado a conocer hace solo unos meses por Ocean Sur.

Bertot Triana (La Habana, 1986) es licenciado en Derecho y Maestrante en Derecho Constitucional y Administrativo. Es autor de varios artículos sobre temas de Derecho Internacional Público, Derecho Constitucional, Teoría Política, Derecho Penal y Filosofía del Derecho, publicados en Cuba, Ecuador, Brasil y Chile. Ejerció como asesor jurídico y abogado litigante. En la actualidad trabaja en el Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos (CEHSEU), de la Universidad de La Habana.

Ramírez Cañedo (La Habana, 1982) se licenció en Historia, en el 2006, en la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología de la Universidad de La Habana, casa de altos estudios en la que se desempeñó como presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU). En el 2008 egresó como Máster en Historia Contemporánea (Especialidad en Relaciones Internacionales) por la propia institución, mientras que en el 2011 alcanzó el grado de Doctor en Ciencias Históricas.

Es coautor de los libros El autonomismo en las horas cruciales de la nación cubana (Editorial de Ciencias Sociales, 2008); De la confrontación a los intentos de “normalización”. La política de los Estados Unidos hacia Cuba (Ciencias Sociales, 2011 y 2014) -texto al que Piero Gleijeses, reconocido profesor de la Universidad John Hopkins, calificó como un clásico en la materia- y Aproximaciones al conflicto Cuba-Estados Unidos (Editora Política, 2015). Los dos últimos volúmenes fueron elaborados de conjunto con el Dr. Esteban Morales Domínguez.

Es miembro además de la dirección nacional de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Su blog Dialogar-dialogar es un espacio de divulgación y debate permanente sobre cuestiones históricas, políticas y culturales. Pertenece al Consejo Científico del Instituto de Historia de Cuba y del Tribunal Nacional de Doctorados en Ciencias Políticas. Todos esos resultados avalaron su elección como miembro concurrente de la Academia de Historia de Cuba.

González Barrios, por último, nació  en Pinar del Río en 1961. A mediados de la década del 80 de la pasada centuria egresó de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana. Poco después cumplió misión internacionalista en Angola. Posee una sólida obra historiográfica, en la que sobresalen los libros En el mayor silencio (1990); Almas sin fronteras. Generales extranjeros en el Ejército Libertador (1996); Los capitanes generales en Cuba: 1868-1878 (1999); Cruzada de Libertad. Venezuela por Cuba (2005) y Un Maine detenido en el tiempo. La base naval de Estados Unidos en la Bahía de Guantánamo (2013), dedicado por entero a la cuestión retomada en esta edición. Es coautor de El diferendo histórico bilateral entre Cuba y Estados Unidos (1994) y de El ejército español en Cuba: 1868-1878 (2000).

Es miembro de la UNEAC y de la Academia de Historia de Cuba. A principios de siglo cumplió misión diplomática en México, contribuyendo desde esa responsabilidad de  manera significativa al afianzamiento de los lazos históricos y culturales con la hermana nación. Desde el 2012 se desempeña como presidente del Instituto de Historia de Cuba (IHC). Es Coronel ® de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).

El autor es Profesor Auxiliar del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos (CEHSEU), de la Universidad de La Habana. 

Notas, citas y referencias bibliográficas. 

[1] En la III Cumbre de la CELAC, efectuada en enero del 2015 en San José de Costa Rica, el compañero Raúl afirmó: “El restablecimiento de las relaciones diplomáticas es el inicio de un proceso hacia la normalización de las relaciones bilaterales, pero esta no será posible mientras exista el bloqueo, no se devuelva el territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval de Guantánamo (Aplausos), no cesen las trasmisiones radiales y televisivas violatorias de las normas internacionales, no haya compensación justa a nuestro pueblo por los daños humanos y económicos que ha sufrido. No sería ético, justo ni aceptable que se pidiera a Cuba nada a cambio. Si estos problemas no se resuelven, este acercamiento diplomático entre Cuba y Estados Unidos no tendría sentido”.  Raúl Castro Ruz: “La política exterior de la Revolución cubana seguirá fiel a sus principios”, en: “Desarrollar la unidad en la diversidad, la actuación cohesionada y el respeto a las diferencias seguirá siendo nuestro primer propósito y una necesidad ineludible”, Suplemento Especial de Granma, jueves 29 de enero de 2015, pp. 6-7.

[2] En el citado documento emitido el 14 de octubre del 2016 bajo el nombre de DIRECTIVA PRESIDENCIAL DE POLÍTICAS (PRESIDENTIAL POLICY DIRECTIVE /PPD-43), cuya presentación corrió a cargo de la Asistente de Seguridad Nacional Susan Rice desde el centro Wodrow Wilson, se plantea textualmente que: “Anticipamos que el gobierno cubano continuará oponiéndose a las políticas y operaciones estadounidenses de migración y a los programas de democracia, Radio y TV Martí, la presencia de los Estados Unidos en la Base Naval de Guantánamo, y el embargo. El Gobierno de los Estados Unidos no tiene intención de modificar el tratado de arrendamiento vigente y otras disposiciones relacionadas con la Base Naval de Guantánamo, que permite a los Estados Unidos mejorar y preservar la seguridad regional”. Ver en: “Normalizar no es sinónimo de bloquear”, suplemento de Granma, jueves 20 de octubre de 2016.

[3] El 19 de febrero del 2000, en el fragor del combate por el retorno del pequeño Elián González -batalla librada en defensa del derecho de todos los padres tercermundistas a educar a sus hijos- nuestro pueblo aprobó en el campo sagrado donde Antonio Maceo protagonizó la inolvidable  Protesta de Baraguá, el 15 de marzo de 1878, un Juramento en el que están contenidas las ideas esenciales de lucha. En el texto, también se reivindica nuestra autoridad inalienable sobre esa porción de territorio que el imperialismo nos usurpó, si bien se precisa que en ese momento no era la motivación inmediata, por estar inmersos en una contienda de especial sensibilidad como la relacionada con el caso de un niño. En una de las partes del documento, se  asegura: “¡La Ley de Ajuste Cubano debe cesar! ¡La Ley Helms-Burton debe cesar! ¡La Ley Torricelli debe cesar! ¡Las enmiendas introducidas de contrabando en muchas leyes del Congreso de Estados Unidos para agravar los sufrimientos de nuestro pueblo, deben cesar! ¡El bloqueo en su conjunto y la criminal guerra económica contra Cuba deben cesar! ¡Las amenazas, las campañas subversivas, los planes de desestabilización, deben cesar! Y a su debido tiempo, ya que no constituye objetivo prioritario en este instante aunque si justísimo e irrenunciable derecho de nuestro pueblo, ¡el territorio ilegalmente ocupado de Guantánamo debe y será devuelto a Cuba!”. Ver en: Batalla por la liberación de Elián González, Editora Política, La Habana, 2000, p. 134.

[4] Es oportuno reproducir el fragmento con que el compañero Bolaños Suárez concluye su introducción al libro. “Al leer este volumen, no pude menos que recordar una conversación que sostuve en Londres con el entonces exiliado namibio San Nujoma, quien refiriéndose a la otrora Sudáfrica dijo, usando una frase en su propia lengua: ´qué difícil es vivir al lado de un elefante´. Compartí su sentimiento porque en Guantánamo nuestro poderoso y cercano vecino nos impuso un gigantesco elefante para que viviera perennemente a nuestro lado. Hoy Namibia es una nación libre y su vecino más próximo no es un elefante, sino la fraterna república que refundara Mandela. Mientras tanto, el fantasma imperial de la Enmienda Platt sigue presente a pesar del histórico y digno repudio del pueblo y gobierno cubano… ¡Por ahora!”. Ob. Cit, p. 3.


viernes, 6 de enero de 2017

Alí Rodríguez: “El proceso de unidad de nuestros pueblos es indetenible”


Por Enrique Moreno Gimeranez, de CMHW 
 
Foto: Correo del Orinoco
Entrevista exclusiva con el Dr. Alí Rodríguez Araque, Embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Cuba, sobre la historia de las relaciones entre ambas naciones, el estado actual de los vínculos bilaterales y la situación política en América Latina y el Caribe, entre otros tópicos de interés.

El Dr. Alí Rodríguez Araque accedió con gentileza a la realización de esta entrevista. Este venezolano bolivariano y chavista nacido en Ejido, en el Estado de Mérida, el 9 de septiembre de 1937, ha ejercido como Abogado, Político y Diplomático de la nación sudamericana como parte de su trayectoria profesional y política.

Ha ocupado diferentes responsabilidades como Ministro de Energía y Minas de Venezuela (1999-2000), Secretario General de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en el período 2001-2002, Presidente de Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) en el período abril 2002-2004, Ministro de Relaciones Exteriores (2004-2006), Ministro del Poder Popular para Economía y Finanzas de la República Bolivariana de Venezuela (2008-2010), Ministro del Poder Popular para la Energía Eléctrica y Presidente de la Corporación Eléctrica (CORPOELEC) en el período 2010-2012 y Secretario General de UNASUR (2012-2014), entre otras importantes ocupaciones.

Como Canciller venezolano entre los años 2004-2006 en cumplimiento de la política exterior trazada por el Presidente Hugo Chávez participa activamente en la estructuración del Banco del ALBA, del sistema SUCRE y del Banco del Sur. Al mismo tiempo, promovió el acuerdo de comercio ALBA entre Venezuela, Cuba y Bolivia.

Durante su gestión, Venezuela logra su reconocimiento como miembro del Mercado Común del Sur (MERCOSUR). Entre los años 2006-2008 resulta designado como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República Bolivariana de Venezuela en la República de Cuba, responsabilidad para la cual es reelegido nuevamente en el año 2014 hasta la actualidad.

Con el Dr. Alí Rodríguez Araque, Embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Cuba, conversé este lunes sobre la historia de las relaciones entre ambas naciones, el estado actual de los vínculos bilaterales y la situación política en América Latina y el Caribe, entre otros tópicos de interés.

Este mes de diciembre de 2016 conmemoramos 22 años del primer encuentro en La Habana entre dos líderes inmortales: Fidel Castro Ruz y Hugo Chávez Frías. ¿Qué representaba aquel histórico abrazo para el desarrollo de las relaciones entre Cuba y Venezuela y el futuro de la Patria Grande?

Más allá del encuentro entre dos grandes hombres que han marcado la historia de nuestro continente, la trascendencia está en que es la continuidad de una relación ya histórica que se inicia tempranamente los días de la lucha de independencia de ambos pueblos: tanto del pueblo de Venezuela y los países bolivarianos, como también, de Cuba. No olvidemos que José Martí se confesó él mismo como un bolivariano y que al llegar a Venezuela tuvo aquella muy conocida expresión: “Déme Venezuela en qué servirla: ella tiene en mí un hijo”. Fueron muchas las expresiones de Martí de identificación con Bolívar.

Dos bolivarianos como son, han sido y serán Fidel y Chávez  pues es un nuevo impulso a esa identidad existente entre ambos pueblos y que han expresado sus más grandes líderes. Fue, más allá del simbolismo, la concreción  además de lo que debe ser el modelo de relación entre todos los países de nuestra gran nación latinoamericana y caribeña.

A su juicio, ¿cuáles fueron sus más claras enseñanzas para los pueblos de Nuestra América?

En primer lugar que la unidad de nuestros pueblos no puede estar basada en una visión comercial de cuánto ganas tú, cuánto gano yo y cuál sale más beneficiado. Sino, como lo hemos repetido tantas veces en nuestra visión de la unidad sudamericana y latinoamericana y caribeña en más vasto espacio, el centro de la unidad económica debe estar basado en la compensación: lo que no tienes tú, lo tengo yo, y así nos compensamos. De manera que, incluso, los excedentes que se generen pueden ser colocados en fondos, orientados tanto al desarrollo económico como al desarrollo social y cultural de nuestros pueblos. Ese fue el eje de la relación nuestra.

Además, fue un hecho muy temprano en la relación que en Venezuela desembarcaran miles de médicos cubanos que fueron hasta las zonas más alejadas, hasta las montañas, hasta los campos, hasta los barrios más pobres del país llevando salud. Igualmente, miles de educadores, miles de trabajadores de la cultura, miles de trabajadores de la educación física y el deporte. Eso se ha consolidado, prácticamente se ha institucionalizado, como una política y una estrategia. Más allá de los aspectos económicos, políticos y estratégicos, está la gran ligazón de los afectos, del factor humano.   

 El Dr. Alí Rodríguez Araque, Embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Cuba, junto al presidente Nicolás Maduro, en la presentación de su libro Antes de que se me olvide. Foto de archivo

¿Cuánto ha significado el ALBA-TCP para los pueblos de América Latina y el Caribe tras 12 años de fundada por los Comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez el 14 de diciembre de 2004?


Resulta la actualización, en las condiciones del siglo XX y XXI, de lo que fue el proyecto bolivariano y martiano. Pero, todavía, no ha producido los gigantescos efectos que está llamado a producir. Porque no olvidemos que los procesos de cambio en Nuestra América no van por una vía lineal, hay avances y retrocesos. Lo que hay que ver es la resultante histórica de estos procesos. Se han establecido numerosos acuerdos, pero todavía, el gigantesco potencial que aloja nuestra región no se ha expresado.

Analicemos algunos datos. Nada más que Sudamérica tiene más del 24% de las reservas de agua dulce del mundo, tres de los ocho grandes ríos del mundo, aloja en su seno prácticamente todos los elementos de la tabla periódica de Dimitri Mendeleiev. Lo que uno puede preguntarse es: ¿qué  es lo que no tenemos en Sudamérica, y de manera general, en América Latina y el Caribe? Porque además tenemos el Caribe, tenemos salida al Pacífico, salida al Atlántico. Es decir, cuando uno se ubica frente al mapa de Nuestra América, lo que observa es un territorio primero despoblado, no tenemos suficientes habitantes, y una gigantesca riqueza que está allí todavía adyacente porque los propios sistemas políticos que han predominado en nuestra región con sus visiones económicas pues no permiten un óptimo aprovechamiento en beneficio de nuestros pueblos. Pero la visión precisamente de Fidel, de Chávez, de Kirchner y de los nuevos líderes que han venido surgiendo en Nuestra América apuntan en esa dirección: el óptimo aprovechamiento en beneficio de nuestros pueblos de esa gigantesca riqueza que aún está allí esperando por sacar un mejor provecho.   
             
Durante su gestión como Canciller, Venezuela logra su reconocimiento como miembro del Mercado Común del Sur (MERCOSUR). Tras los recientes acontecimientos, ¿cuál es la posición venezolana al respecto?

Seguir adelante. Nosotros estamos en MERCOSUR, como decía Bolívar, por un mandato histórico, un mandato inexorable de la historia. De manera que no es un regalo que nos están haciendo, ni una imposición nuestra. Es una necesidad y un requerimiento de nuestros pueblos, a eso obedecemos. Y es lógico que haya incidentes como este que ocurrió con provocaciones, porque fue una grosera provocación contra nuestra Canciller Delcy Rodríguez. Pero es el precio que pagamos por perseverar en una política correcta, en una posición correcta. 

¿Cuál es su mensaje para los pueblos de la Patria Grande?

Que el proceso de unidad de nuestros pueblos es indetenible. Puede haber una alianza tan poderosa como es imperio- grandes oligarquías en sus territorios, pero el proceso ya se desató y no hay manera de echar marcha atrás. Todos los que nos identificamos con ese proceso debemos poner al máximo nuestros esfuerzos en explicar, en difundir lo que es dicho proceso y además la realidad que confrontan obstáculos como un Mauricio Macri o Estados Unidos que siempre ha estado allí evitando la unidad sudamericana porque eso implica un contrabalance del gran poderío norteamericano.

¿Cómo valora los actuales vínculos bilaterales entre Cuba y Venezuela?


El embajador venezolano Alí Rodríguez Araque, junto al presidente cubano General de Ejército Raúl Castro Ruz. Foto de archivo.

Excelentes. Las relaciones entre Cuba y Venezuela son un modelo de relaciones para todos nuestros pueblos. El día en que las relaciones entre todos nuestros países sean como las relaciones entre Cuba y Venezuela habrá cambiado completamente el rostro de Nuestra América. Será una nueva era, no solo para Nuestra América sino para toda la humanidad.