jueves, 28 de febrero de 2013

La independencia de la política exterior cubana en la década del sesenta.

 Por Pablo A. Ginarte Sampedro

El avance de la economía cubana enfrentó múltiples dificultades después del triunfo de la Revolución. A los obstáculos propios del proceso de desarrollo, se sumaron los efectos del temprano bloqueo de los Estados Unidos, la pobre dotación de recursos naturales y el arrastre de las condiciones de subdesarrollo heredadas de la república neocolonial.En el complejo escenario de enfrentamiento con el imperialismo norteamericano, un factor de notable importancia que permitió a Cuba sobrevivir y emprender el largo camino de las transformaciones socialistas fue la colaboración económica, financiera y tecnológica recibida de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y de otros países socialistas.

Tal vez el sector externo de la economía cubana sea uno de los factores más complejos a analizar durante toda nuestra historia. El rasgo más característico de nuestra economía hasta 1958 fue sin dudas, su enorme nivel de dependencia externa a los Estados Unidos, los cuales eran el centro para la toma de las decisiones estratégicas de la economía del país.Después de 1959, la estrategia de desarrollo aplicada por Cuba enfrentaría también el enorme obstáculo de su alta sensibilidad externa, que incluso se incrementaría a partir de los requerimientos propios del proceso de desarrollo. No obstante, la economía cubana obtuvo la generosa ayuda del campo socialista europeo, y especialmente de la URSS. Sin embargo, el país debía enfrentar aún el retraso en el desarrollo de su producción agropecuaria, la falta de integración interna de la economía y las dificultades de un modelo de desarrollo extensivo; por lo que se demandaba un aumento acelerado de la productividad del trabajo y un mayor aprovechamiento de la ciencia y la técnica en la producción y los servicios, a lo que se añadía la necesidad de un sistema de dirección económica más eficiente.

En esta etapa, el país recibió más de mil millones de pesos en créditos para el desarrollo, de los países socialistas europeos, entre ello la URSS. Estos cubrieron también déficits comerciales por más de dos mil millones de dólares entre 1959 y 1989. Adicionalmente, entre 1961 y 1991, el bloqueo norteamericano costó al país más de treinta mil millones de dólares[1], lo que provocó un impacto económico muy negativo y neutralizó, en buena medida, el financiamiento externo recibido. Toda esta desventajosa situación para la Isla, generó lógicamente un alto nivel de endeudamiento en la economía cubana, y así como un alto grado de dependencia económica de la URSS. Así, la deuda estimada con alcanzaba más de mil millones de rublos convertibles para 1989[2].

Por su parte, la deuda externa en moneda libremente convertible se situaba, al cierre de ese año, en más de seis mil millones de pesos.En resumen, en el contexto de las relaciones económicas con el exterior los vínculos con la URSS desempeñarían un papel determinante. A pesar de esta situación, la Isla lograría desarrollar una política exterior independiente, que si bien se encaminaba hacia la alianza política con el campo socialista en general, tenía muy bien definidas sus estrategias, objetivos y tareas en política exterior, aún cuando muchas de estas decisiones podrían no estar en concordancia con la política exterior de una superpotencia como la URSS.

Introducción

En el ámbito de las Relaciones Internacionales, las relaciones asimétricas entre los Estados han ocupado siempre un espacio importante en el desarrollo teórico de esta disciplina. Sin embargo, la mayoría de los estudios al respecto ofrecen la visión del país más desarrollado, desechando la perspectiva de los países menos favorecidos. Ambos casos son parte innegable del sistema internacional y las distintas formas en las que los países se relacionan deben ser, por lo tanto, profundamente estudiadas.

Durante la Guerra Fría, el sistema bipolar rígido[3]imperante obligaba a las potencias a buscar aliados, muchas veces denominados Estados satélites[4], que permitieran la propagación de su ideología y la contención del enemigo. Con estos objetivos, los Estados Unidos de América y la Unión Soviética iniciaron una lucha ideológica, principalmente dirigida hacia los países subdesarrollados, con el fin de sumarlos al grupo de partidarios que cada bloque poseía. Por este motivo, para inicios de la década del sesenta el sistema internacional era testigo de una intensa pugna entre estos dos importantes bloques de poder. Se trataba de una situación hostil entre dos sistemas políticos opuestos, pero en competencia por el predominio en el sistema internacional. A partir de la década del sesenta estas superpotencias entran a disputarse su influencia sobre los países considerados estratégicos, ya sea por su riqueza natural o por su situación geográfica privilegiada. En la mayoría de los conflictos de esta etapa, cuando uno de ellos era apoyado por Estados Unidos, inmediatamente la Unión Soviética respaldaba a su contrincante o viceversa.[5] 


Un caso peculiar fue la relación que surge entre la Unión Soviética y Cuba tras el triunfo de la Revolución en 1959[6].Esta nueva relación respondía a múltiples intereses, no sólo al apoyo a la Revolución Cubana, pues desde ese momento, la Unión Soviética vería en Cuba el medio para insertar su influencia económica y política en América Latina y difundirla por el resto del continente, área de amplio dominio del imperio norteamericano. 

En 1972, Cuba entraría en el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), lo cual lleva a la Isla a integrarse cada vez más al bloque socialista, intensificándose la influencia económica y política de la URSS en Cuba, y aumentando así, su dependencia económica. Sin embargo, aunque puede resultar polémico este debate, es interesante analizar si esta dependencia se concentraba sólo en el aspecto económico o se extendía a otros ámbitos, entre ellos el político. Por tal motivo, esta investigación se centra en la relación entre Cuba y la Unión Soviética durante la década del sesenta, situándola no sólo en un marco estructural de dependencia económica, sino también en un contexto de independencia política en contraste con dicha dependencia. Se analiza aquí la autonomía de la política exterior cubana en esas condiciones de dependencia y en el contexto de un sistema internacional bipolar rígido y hegemónico.



CAPÍTULO 1:
Dependencia económica de Cuba en la década de los sesenta.

Para 1960, el sistema internacional ya experimentaba la división en bloques causada por la Guerra Fría y con ésta, la intención de cada superpotencia de sumar a sus filas la mayor cantidad de aliados posible. Es por esto que Latinoamérica se convertía en unaregiónimportante en el enfrentamiento que mantenía en estado de alerta a las dos superpotencias y, conjuntamente, al mundo entero[7].

1.1 Concepto de dependencia

El concepto de dependencia ha sido usado por diferentes escuelas académicas para referirse a aquellos aspectos de la asimetría estructural entre actores en las Relaciones Internacionales. La definición de dependencia conlleva a connotaciones de subordinación y sumisión de los países en desventaja frente a las potencias mundiales o regionales. En efecto, el concepto de dependencia es una variable propia de las relaciones asimétricas entre los Estados, en la que es evidente la capacidad que tienen los Estados mejor favorecidos de influir sobre las decisiones de los Estados menos favorecidos[8], ya sea a través de cambios coyunturales en las relaciones o en condicionamientos resultado de un aspecto especifico de las mismas, como es el caso dela dependencia comercial, la cual se refiere al alcance de un potencial control externo de una potencia sobre unpaís dependiente a través de su comercio[9].

Este concepto, sin embargo, no es suficiente para darle una base teórica a la investigación e intentar dar respuesta a uno de nuestros principales problemas a analizar: la independencia de la política exterior de Cuba en contraste con su dependencia económica a la Unión Soviética durante la década de los sesenta.

1.2 Teoría clásica de la dependencia

Este enfoque, principalmente dirigido hacia el análisis de las relaciones desiguales del sistema capitalista imperante, ofrece dos conceptos claves: el de centro y el de periferia. Esta división hace referencia a que la economía internacional está formada por países desarrollados y subdesarrollados. Esta condición sugiere, asimismo, que las estructuras de producción en cada uno son sustancialmente diferentes. La del centro es homogénea y diversificada, porque coexisten actividades económicas de sectores con distintos resultados de productividad; mientras que la de la periferia es heterogénea y especializada, porque su sector de exportación tiende a concentrarse en una o pocas materias primas.[10]

Según esta teoría, la responsabilidad tanto de los centros de poder como de la periferia es muy grande. Es una responsabilidad compartida, por lo que para salir de este intercambio desigual, existe una única estrategia: si no es la revolución socialista, por lo menos debería ser la ruptura con la economía capitalista mundial, puesto que la relación de dependencia se inscribe por naturaleza en este sistema. Lo anterior explica el auge de la Revolución Cubana y la transformación de las políticas de la Isla en manos del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, posterior al derrocamiento de la dictadura de Batista. Consecuentemente, se hace necesario conocer el escenario político-económico que vivía Cuba en la década anterior a este período, incluyendo las relaciones con Estados Unidos; para luego analizar la dinámica interna de la Isla respecto a la transformación política y económica, haciendo énfasis en el ámbito económico de las relaciones soviético-cubanas a través de la identificación de los principales acuerdos comerciales que se dieron entre los dos países y lo que éstos significaron para la Isla.

1.3 Situación económica en la década anterior. Los años 50.

Los años prerrevolucionarios en Cuba estuvieron caracterizados por una economía de mercado abierta que situaba al sector azucarero como la base exportadora de la Isla. Aunque siempre en expansión, este sector era víctima de la inestabilidad de los precios internacionales y cuotas de compra, por lo que no llegaba a generar un ingreso estable para Cuba. Las relaciones comerciales se daban principal y casi exclusivamente con Estados Unidos, dando por resultado que la economía cubana fuera profundamente dependiente de la estadounidense. Esta inevitable relación se debía, entre otros aspectos, a la proximidad geográfica, aspecto clave que jugaría un papel preponderante en las relaciones entre los dos principales actores (URSS-EE.UU.) y los dos bloques de poder de la Guerra Fría.

La gran apertura de la economía cubana, su fuerte dependencia de las exportaciones y del mercado mundial de azúcar, así como las cuotas y precios que ofrecía Estados Unidos, sumado a las alteraciones en su política interna, repercutían de manera significativa en la economía de la Isla, creando considerable inestabilidad. La economía cubana era totalmente dependiente a la de Estados Unidos.[11] El escenario político de la Isla durante la década del cincuenta obedecía a las órdenes del régimen dictatorial pro norteamericano de Fulgencio Batista, resultado de un golpe de estado militar apoyado por los Estados Unidos, el 10 de marzo de 1952. Esta situación sería el catalizador para que Fidel Castro denunciara la violación de la Constitución realizara, aunque sin éxito, asaltos armados contra cuarteles del régimen, considerando que la respuesta armada sería la única salida a la dictadura. Estasituación llevó a la captura, aprisionamiento y juzgamiento de los asaltantes. Fidel, después de ser amnistiado, se exilia en México, donde crea el Movimiento 26 de Julio y conoce entre otros revolucionarios, a Ernesto Che Guevara. Durante los años siguientes, formó un núcleo guerrillero armado que en 1956, desembarca en la playa de las Coloradas y se interna en la Sierra Maestra. Pasadosdos años, el Ejército Rebelde logra derrotar al ejército de Batista. El 8 de enero de 1959, Fidel entra en La Habana y proclama el Triunfo de la Revolución.

1.3.1 Aplicación de esta teoría

Siguiendo los lineamientos teóricos antes expuestos, la situación prerrevolucionaria de dependencia que existía entre Estados Unidos y Cuba puede resumirse en:
      Existía un centro (Estados Unidos) y una periferia (Cuba).
      El ingreso de divisas a Cuba se basaba en la exportación de un solo producto: azúcar. Estados Unidos exportaba a Cuba productos manufacturados, cuyo costo de producción teníaun valor superior al de los productos primarios exportados por Cuba. Esto resultaba en un intercambio desigual que impedía a Cuba, como el resto de los países pobres, generar ingreso suficiente para pagar sus importaciones (eterna deuda externa).
      Cuba como país periférico exportaba bienes primarios (azúcar, tabaco) cuyos precios fluctúan con más intensidad que los bienes finales (manufacturas) importados desde Estados Unidos.
      La anterior situación hace que Cuba (periferia) fuera dependiente de Estados Unidos (centro), pues aun teniendo la oportunidad de mantener relaciones comerciales con el resto del mundo, la concentración del comercio cubano con la superpotencia lo convertía en casi su único socio comercial. Asimismo, esta dependencia estructural se extendía desde lo económico hacia lo político, social y cultural, pues cualquier gobierno cubano que se situaba en el poder respondía en gran medida a los intereses norteamericanos.

Esta situación, sumada al triunfo de la Revolución Cubana y a la constante inconstancia en la compra del azúcar cubana por parte de Estados Unidos, hizo que la Unión Soviética viera en la Isla la oportunidad de suplir dicha compra ya que, además de la afinidad ideológica que se produce tempranamente, tiene Cuba una importancia geoestratégica que le permitía al poder soviético entrar al continente de manera directa, pues al estrecharse las relaciones soviético-cubanas, ésta última sería útil como un vecino incómodo para Estados Unidos. Por este motivo, cuando Fidel toma el control político y luego restablece las relaciones diplomáticas con la URSS, Estados Unidos arremete económica y políticamente contra la nueva sociedad cubana, ocasionando el fin de las relaciones entre ambos países. Cuba ve entonces en la Unión Soviética además de un aliado político, la única posibilidad de reemplazar a EE.UU. como su principal socio comercial.

La estructura bipolar del sistema internacional de la época jugó un papel importante en el desarrollo de las relaciones entre Cuba y las dos superpotencias. De hecho, Fidel no pretendía prescindir de las relaciones comerciales con Estados Unidos. Fue la intensa ofensiva norteamericana contra la Isla, incluyendo acciones terroristas y medidas económicas unilaterales desde el mismo 1959, la que obligó al cese de las relaciones entre ambos países. Esta situación, sumada al impedimento de comercializar con América Latina, tras la expulsión de la Isla de la Organización de Estados Americanos (OEA) en 1962, fue la que obligó a Cuba a concentrar su atención en el otro polo de poder de la época, la Unión Soviética, aun cuando era sólo cuestión de tiempo que la afinidad ideológica uniera a las dos naciones. Además, la coyuntura bipolar la que obligaba a pertenecer a uno u otro bloque[12].

1.4 La década de los sesenta: transformación de la economía cubana.

La década del sesenta fue testigo del inicio de la importante y gigantesca relación comercial entre Cuba y la URSS, representada en el trato económico preferencial que se le daba a la Isla, sobre todo, a través de acuerdos bilaterales referentes al comercio y a la compra, por parte de la URSS, de la mayor parte de la producción de azúcar cubana. Lo anterior, fue resultado del intento cubano por reducir la dependencia económica de Estados Unidos, manifestado en la nacionalización de todas las inversiones estadounidenses, lo que impulsó la imposición del bloqueo económico de Estados Unidos sobre la Isla y el cese de las relaciones entre ambos países. Esto permitió que Fidel expusiera abiertamente el fuerte vínculo que existía con la URSS, el carácter socialista de la Revolución Cubana y preparó el terreno para su acercamiento con el otro bloque de poder de la época.

A falta de socios comerciales y con la necesidad de convertirse en un actor protagónico del sistema internacional especialmente en el área latinoamericana, Cuba solo tenía al alcance el mercado soviético, el cual se convirtió rápidamente en el mayor y casi único consumidor de productos cubanos, el cual además le otorgaba créditos preferenciales a la Isla, pero que esta no podía llegar a pagar; toda esta situación provocó que nuestra economía se volviera gradualmente más dependiente. Esto se ve reflejado en los acuerdos comerciales efectuados por ambos Estados, y en los que también participaban la mayoría de los países del bloque socialista[13], que brindaban a la Isla grandes ingresos. No obstante, es indispensable hacer un recorrido por la transición de la política económica interna que enfrentaba la Isla y cómo ésta facilitó o dificultó el crecimiento económico de Cuba y su dependencia de la URSS, antes de identificar los principales acuerdos entre Cuba y la Unión Soviética de esta etapa.

1.4.1 Evolución de la política económica interna de Cuba. 

Ya entabladas las relaciones cubano-soviéticas, y dada la coyuntura internacional y la correlación mundial de fuerzas, era natural que un país pequeño y subdesarrollado como Cuba, acudiera a una gran potencia económica y militar en búsqueda de asesoría para la transformación de su estructura política y económica, y aún más cuando existía afinidad ideológica entre ambas naciones. Las reformas institucionales, políticas y económicas de 1960 y 1961, casi exactamente marcan un paralelo con el inicio de la asistencia económica soviética a Cuba. Es imposible afirmar que esta asistencia impulsara estas reformas, sin embargo, existen pocas dudas en cuanto a que la influencia soviética creció con la asistencia y ayudó a formar la estructura política y económica de Cuba. Sin embargo, para Cuba no resulto fácil la transición hacia el modelo económico socialista, caracterizado por la centralización, pues para ello fue necesario tomar decisiones económicas rápidamente. En este sentido, se vivieron dos fracasos en el intento por adaptar este modelo a la Isla. El primero fuela estrategia de desarrollo basada en una industrialización rápida con diversificación agrícola, y el segundo, el modelo de planificación descentralizado que proponía el socialismo característico de la revolución soviética.

Por esta razón, los líderes cubanos empezaron a cuestionar la efectividad del modelo soviético para la Isla, ya que la economía cubana del momento, difería totalmente de la soviética: era insular y dependiente, carecía de estabilidad y era realmente nueva para garantizar el progreso y la consecución de los ideales propuestos por la Revolución. Se decidió entonces, prorrogar la industrialización pesada y volver al azúcar como motor del desarrollo económico[14]. Siguiendo esta decisión, Cuba volvió nuevamente a la situación del monocultivo, que era lo que justamente trataba de evitar la transformación económica antes propuesta. A un lado quedaron los planes de diversificación agrícola, y aún más los de desarrollo de otros sectores económicos. No obstante, esta se convertía en la salida más prudente, teniendo en cuenta que en 1962-63, Cuba había experimentado un descenso considerable de las exportaciones azucareras, provocando una grave crisis económica que llevó a la Isla a importar alimentos y productos, cuyos costos superaban los ingresos provenientes de las exportaciones de azúcar. Esto, llevó a Fidel a declarar que el programa de industrialización y diversificación económica debía ser pospuesto por varios años, y que el azúcar debía ser el foco de la economía cubana durante varios años más[15].

Entre 1964-66, la anterior situación desencadenó un gran debate ideológico y económico dentro de los mismos líderes, quienes manejaban dos corrientes distintas en cuanto al modelo de organización económica. En el verano de 1966, Fidel anunció las nuevas directrices de la organización económica, las cuales buscaban incrementar el control del Estado sobre la agricultura, imponiendo medidas sobre el uso de la tierra y sus producciones, resultando en una completa planificación central que, para 1970, con el fracaso de la zafra de los 10 millones, ya mostraba signos negativos y forzaba una vez más a cambiar el modelo de organización económica que se desarrollaba en la Isla. En términos generales, en la década de los sesenta, era evidente que la simple acumulación de beneficios económicos no bastaría para lograr una sociedad más solidaria ni un cambio en la conciencia social.

Esto demuestra que, aplicando la dualidad centro-periferia, aun cuando la dinámica de los centros tiende a penetrar profundamente en la estructura social de la periferia; es una dinámica limitada pues, este desarrollo se desenvuelve tardíamente en una estructura social que presenta importantes disparidades con la estructura evolucionada de los centros. Ahora bien, teniendo en cuenta la inefectividad en el proceso de reformas económicas en Cuba durante la década de 1960, y aun cuando la URSS consideraba el modelo económico cubano poco ortodoxo, las relaciones soviético-cubanas lograron profundizarse a través de varios acuerdos comerciales y de asistencia económica y técnica, los cuales le permitieron a Cuba sobrevivir y sostenerse.

1.4.2 Principales Acuerdos Comerciales con la Unión Soviética. 

En línea con las metas nacionales cubanas, se celebra el 5 de febrero de 1960 en La Habana, una feria científica, cultural y técnica soviética, liderada por Anastas Mikoyan, uno de los altos diplomáticos enviados a la región por Nikita Jruschov. Desde este momento se inician formalmente las relaciones económicas soviético-cubanas, pues desde aquí la economía estuvo marcada cada año por una actividad o suceso diferente, que indiscutiblemente iba de la mano con los ideales de la Revolución y la ayuda soviética a la Isla. El mismo día, el gobierno soviético hizo un pedido de 345,000 toneladas de azúcar cubana, el cual fue anunciado por Mikoyan durante la apertura de la exhibición. El 13 de febrero, un acuerdo comercial fue firmado, en el que la Unión Soviética se comprometía a comprar 425,000 toneladas de azúcar en 1960, y 1 millón de toneladas de azúcar cada año durante los 4 años siguientes[16].

Este primer acuerdo comercial de 5 años (1960-64) otorgaba trato preferente a la Isla, y simultáneamente un crédito de 100 millones de dólares, el cual debía ser usado para la adquisición de maquinaria, productos químicos y asistencia técnicade la URSS, así como para el suministro de petróleo a la Isla. Entre 1961-64, la URSS concedió a la Isla nuevos préstamos para el desarrollo de la industria. A mediados de 1961, extendió un crédito de 100 millones de dólares para las industrias de cobalto y níquel. Al año siguiente, otro crédito por el mismo valor, para construir 20 fábricas y desarrollar la industria química. En los años posteriores (1963-64), Cuba recibiría dos créditos más por valor de 250 y 300 millones de dólares, que servirían para financiar la gran cantidad de importaciones provenientes de la URSS[17].En principio las exportaciones de azúcar cubana a la URSS representaban un grado importante en los ingresos de la Isla; sin embargo, un par de años después (1962-63), el decrecimiento de la producción y una grave crisis económica doméstica, llevaría a un decrecimiento de las exportaciones y un aumento en las importaciones.

Para el período de 1964-1966, la economía cubana dependía nuevamente del azúcar y dependía de las exportaciones de ésta, por lo que los mecanismos internos estaban orientados a la agricultura y el comercio exterior.Pero la situación cubana se agravaba porque en el resto del planeta los precios del mercado eran determinados internacionalmente y por países altamente industrializados, razón por la cual los planes propuestos para 1962-1965 debieron suspenderse sin impedimento alguno, pues en su lugar debieron empezar a crear planes de desarrollo económicos de acuerdo a la realidad y necesidades inmediatas de la Isla tales como los planes sectoriales creados para el azúcar, la ganadería y la electricidad. Para 1965, la dependencia comercial de la URSS se intensificabadebidoa los precios preferenciales, el pobre precio mundial y el aislamiento hemisférico de Cuba[18]

No obstante, ese mismo año se implementa el plan más importante para el desarrollo agrícola azucarero, Plan Prospectivo Azucarero (1965-1970), el cual incluía una inversión preliminar de mil millones de pesos y que buscaba en primera instancia ampliar la tierra cañera un 50%, en segunda instancia ampliar la tierra cultivada e irrigada, mecanizar las instalaciones agrícolas e implementar el uso de fertilizantes en todo el sector. La URSS firmó un acuerdo sexenal económico (1965-70) por el cual se comprometía a aumentar las importaciones anuales de azúcar cubana de 2 a 5 millones de toneladas en dicho período, por un total de 24 millones de toneladas a 6.1 centavos la libra, un aumento de casi el 50% respecto al precio anterior. Además la URSS otorgó ayuda técnica a Cuba por valor de 138 millones de dólares para expandir y modernizar la industria azucarera y, posteriormente, otros 46 millones de dólares para el mismo fin. Finalmente se reanuda el crecimiento económico de la Isla para esta época, pues el precio de la zafra aumentó en el mercado mundial. A pesar de haber sacrificado el programa de industrialización, el plan sectorial azucarero logró justificar con ventajas comparativas las buenas condiciones del mercado para el producto y su desarrollo. En resumen, la gran cantidad de exportación de azúcar con destino soviético permite considerar que, en efecto, la atención que la Isla recibía del mundo socialista no se basaba simplemente en motivos económicos, sino más bien era considerada como un gesto político, sumado a la importancia geoestratégica de la Isla y su afinidad ideológica que le facilitaban a la superpotencia la lucha contra el capitalismo, siendo Cuba el único estado comunista de América.

1.4.3 Aplicación de la concepción centro-periferia

Anteriormente se hizo la observación de que para salir del intercambio desigual entre el centro y la periferia, ocasionado por cualquier situación de dependencia, una estrategia es la revolución socialista, tal como lo demuestra el desenlace de la relación de dependencia en el caso cubano-norteamericano. No obstante, la anterior situación también implicó una dependencia única de Cuba resultado de la asistencia económica prestada por la URSS. Es por esta situación que podemos utilizar la concepción centro-periferia, porque Cuba ya era dependiente económicamente de la URSS. Existía un centro (URSS) y una periferia (Cuba), cuya relación comercial y de intercambio era desigual. Cuba seguía apoyándose en la exportación de materias primas, especializándose en el azúcar luego de varios intentos fallidos por diversificarse, mientras la URSS exportaba a Cuba manufacturas y bienes industriales cuyos costos superaban enormemente el valor de los ingresos de la Isla, resultando así en una balanza comercial negativa durante casi toda la década de los sesenta. Sin embargo, a pesar de los recursos financieros y la ayuda militar que la URSS le prestaba a Cuba, no lograron irradiar plenamente sus ideas e implantar sus decisiones para beneficio propio y en detrimento de los intereses nacionales de Cuba.

Se aplican además los conceptos centro y periferia porque Cuba era dependiente; sin embargo, no se aplican los lineamientos adicionales inherentes a la Teoría de la Dependencia, pues la dependencia de Cuba a la URSS estuvo forzada debido a la bipolaridad del sistema internacional que obligaba al resto del mundo a alinearse con uno u otro bloque de poder. En este caso, Cuba no tiene otro camino que convertirse en una periferia sui generis (pues no existe en este caso una explotación del bloque socialista sobre la Isla ni un mantenimiento del subdesarrollo en beneficio del centro) de la URSS. De hecho, tal como se ha manifestado anteriormente, Fidel no pretendía prescindir de las relaciones comerciales y políticas con Estados Unidos. En efecto Cuba adoptaba, en la Conferencia de Países No Alineados en Belgrado (septiembre de 1961), una política de no alineamiento[19]. Sin embargo, después de un cambio revolucionario que llevaba a la adopción de la no alineación a Cuba, los Estados Unidos prosiguieron con medidas comerciales, económicas y actos que no dejaron a esta pequeña nación sino una opción: buscar ayuda en otra parte[20]. En consecuencia, y en concordancia con la teoría de la dependencia, fue el capitalismo, como factor de cohesión para la aplicación de la teoría al caso comunista, el causante de la dependencia de Cuba frente a Estados Unidos, y del mismo modo es el capitalismo el causante de que Cuba dependiera de la Unión Soviética cuando las puertas se le cerraron en Occidente, por no ser respetado su derecho de autodeterminar su forma de gobierno.

De esta manera, la teoría de la dependencia encuentra en Cuba un replanteamiento de sus lineamientos cuando el sistema internacional responde a una lógica bipolar, con uno de los polos con ideología comunista. En esta coyuntura, la teoría también es aplicable a la ideología comunista como consecuencia del capitalismo. Es decir que en este caso, el capitalismo es también el detonante de la dependencia pues, si de hecho, Estados Unidos y Occidente no hubiesen bloqueado a Cuba, ésta hubiese mantenido relaciones comerciales con todos los países, aun estando enlazado ideológicamente con la URSS[21], lo que hubiese evitado la dependencia exclusiva de Cuba en relación con la asistencia económica soviética. A lo largo de este capítulo se pudo observar que si bien existe una dependencia económica de Cuba frente a la URSS, no tienen cabida los demás lineamientos de la teoría clásica de la dependencia, como la explotación a favor del centro. Esto se debe a que a pesar de existir un modelo de centro-periferia, no existía la explotación de la periferia por el centro, puesto que era una situación sui generis, en la medida en que se creó un orden centro-periferia en un polo de poder no capitalista.


CAPÍTULO 2: 
Independencia de la política exterior de Cuba durante la década de 1960.

La década de los sesenta inicia con una Cuba envuelta en un gran proceso de cambios que formaban la revolución socialista, la cual ostentaba entre sus principales objetivos, la internacionalización del socialismo, principalmente hacia Latinoamérica, Asia y África, y la lucha enérgica contra el imperialismo, liderado por Estados Unidos, antiguo socio comercial mayoritario de la Isla. Desde el inicio, los principales líderes de la revolución, Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, tenían la gran aspiración de multiplicar el caso cubano a lo largo de todo el territorio latinoamericano, considerado éste principalmente área de influencia norteamericana, para luego pasar al continente africano. Con este objetivo en mente, se hace obvia la necesidad de llevar a cabo importantes decisiones en política exterior de la Isla. En este sentido, identificaremos los principales actos de política exterior llevados a cabo por el gobierno de Cuba durante esta década, y que permitirán afirmar que, efectivamente, durante nuestro período de estudio, el gobierno cubano llevó a cabo políticas independientes en cuanto a la construcción y diseño de su política exterior, a pesar de su alto grado de dependencia económica frente a la Unión Soviética.

Para efectos de esta investigación se entenderá por política exterior: el área de actividad gubernamental que es concebida como las relaciones entre el Estado y otros actores, particularmente otros Estados (pero no exclusivamente), en el sistema internacional. Durante la década de los sesenta, la política exterior cubana experimentó altos y bajos, principalmente en cuanto a su relación con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. El primer año de la Revolución, 1959, inicia con una visita de Fidel Castro a Estados Unidos, en la que fue atendido por el entonces vicepresidente Richard Nixon, quien no le brindó mucha importancia a lo que el revolucionario representaba. Fidel, invitado por la Sociedad de Editores de Periódicos, quería utilizar el viaje para contrarrestar la publicidad negativa que recibía la Revolución y parar cualquier campaña para derrocar al nuevo gobierno. Ese mismo año, Fidel se reunió con Alexander Alexeyev, director de la agencia soviética Tass, en La Habana. Aunque no se sabe con claridad cuál fue el objetivo de dichas entrevistas, este puede ser considerado el primer acercamiento que hubo entre Cuba y la Unión Soviética.

2.1 Nacionalización de petroleras norteamericanas. 

Luego de que a principios de 1960 los soviéticos se comprometieron a suministrar petróleo, las refinerías estadounidenses se negaron a procesar el petróleo crudo soviético. Fidel en respuesta, las nacionalizó y contrató a técnicos soviéticos. EE.UU. canceló entonces sus importaciones de azúcar,y Fidel esta vez nacionalizó todas las empresas estadounidenses en Cuba. Había terminado así la época en que Fidel había logrado evitar las agresiones norteamericanas[22]. Aunque sólo era el principio de las relaciones soviético-cubanas, este proceso de nacionalización de las empresas y petroleras norteamericanas fue una decisión de carácter nacional y llevada a cabo por el gobierno cubano. Este acontecimiento marcaría un hito importante en las relaciones que la Isla sostendría con las dos superpotencias. Al mismo tiempo, la URSS veía esto como una posibilidad de hacer contrapeso a Estados Unidos en la región.

2.2 Primera Declaración de La Habana. 

El 2 de septiembre de 1960, Cuba realiza la Primera Declaración de La Habana, en la que condena “la explotación del hombre por el hombre, y la explotación de los países subdesarrollados por el capital financiero imperialista”[23]. Esta declaración es uno de los hechos de política exterior cubana más importantesde la historia, pues recoge los principales objetivos de la Revolución Cubana, así como sus planes e intenciones. En ella, virtualmente expresado ya el carácter socialista que ha asumido la Revolución, Fidel afirma “que la ayuda espontáneamente ofrecida por la Unión Soviética a Cuba en caso de que nuestro país fuera atacado por fuerzas militares imperialistas, no podrá ser considerada jamás un acto de intromisión, sino que constituye un evidente acto de solidaridad”. Se puede apreciar el intento de Fidel por delimitar la participación soviética dentro de las fronteras de la Isla. Asimismo, en esta declaración se reafirma la unilateralidad de la asistencia económica y militar soviética, lo cual implica que Cuba, no estaba obligada a llevar a cabo actos políticos o sociales en respuesta a una presión soviética causada por dicha asistencia.

2.3 Segunda Declaración de La Habana. 

Para 1961, Estados Unidos veía en Cuba una dictadura que “intentaba legitimarse internacionalmente, enarbolando el estandarte de antiimperialismo y de justicia social”[24], por lo que en conjunto con losgrupos cubanos contrarrevolucionarios, realizaron un intento fallido de invasión por Playa Girón. “La acción fracasó y sólo sirvió para que Fidel pudiera exponer más abiertamente su vinculación con la URSS y la ideología comunista, una circunstancia que, según él mismo confesaría, venía de tiempo atrás”. Ese año se aprueba la creación de la Alianza para el Progreso (ALPRO) por Estados Unidos con el objetivo de impedir la influencia de la Revolución Cubana en la región. Tanto Playa Girón, como la posterior hostilidad de Estados Unidos hacia Cuba, que iban desde la profundización del bloqueo económico hasta las operaciones terroristas contra cultivos de azúcar, almacenes de tabaco y distintas fábricas, llevaron a Fidel a emitir la Segunda Declaración de la Habana, el 4 de febrero de 1962. En esta, Fidel afirma, que “el deber de todo revolucionario es hacer la Revolución”[25], haciendo alusión a la internacionalización de la revolución.[26]De esta manera, aun cuando Cuba dependía de la asistencia económica soviética, ciertamente su política de exportar la revolución, iba en contraposición con la coexistencia pacífica[27]que caracterizaba la política exterior de la Unión Soviética durante la época. A los líderes cubanos no les interesaba sólo la influencia, sino el fomento real de revoluciones sociales. Sumado a esta diferencia, se encuentra la crítica que Fidel y el Che hacían a todos los partidos comunistas del continente afines a Moscú, considerándolos excesivamente prudentes en cuanto a la visión cubana de apoyar la lucha armada para alcanzar la victoria revolucionaria. Lo anterior, era un objetivo que se enfrentaba frontalmente a los de la URSS, pues otra revolución armada limitaría la capacidad soviética de normalizar las relaciones diplomáticas y económicas con algunos gobiernos prooccidentales de Latinoamérica, e incluso chocaba con la actitud que la Unión Soviética buscaba emplear hacia Estados Unidos.

2.4 Crisis de los Misiles. 

La Crisis de los Misiles se convierte en uno de los principales ejemplos que demuestran la autonomía cubana frente a la URSS. No hay dudas de que los soviéticos esperaban usar a Cuba como un pivote en el continente americano, en la política global y en el juego estratégico de rivalidad bipolar. Para 1962, la opinión de los dirigentes soviéticos se inclinaba por adoptar un compromiso más activo con Cuba y aplicar una política más firme hacia EE.UU. en el hemisferio occidental; por lo que el Politburó aceptó un plan para instalar misiles nucleares de medio alcance en la Isla. Aun cuando Fidel no apoyaba por completo esta instalación, consideraba que si esperaba que los soviéticos lo apoyaran en su causa, era sólo natural y moralmente acorde que se les permitiera traer los misiles a la Isla. Fue la ocasión en que la humanidad estuvo ad portas de un mayor riesgo de confrontación nuclear. Principalmente, el objetivo de la Unión Soviética era usar la instalación de los misiles para fortalecer su área de influencia, obligando a Estados Unidos a garantizar que no invadiría Cuba; que retiraría los misiles instalados en Turquía y que reconocería la existencia de las dos Alemanias. Lo anterior, reafirmaría la autoridad soviética en el mundo bipolar de la época, y sería un gran triunfo soviético en el contexto de la Guerra Fría. En octubre del mismo año, los dirigentes de ambas superpotencias, Kennedy y Jruschov, llegaban a un acuerdo en secreto, sin consultar a Cuba, en el que el primer ministro soviético aceptaba no instalar los misiles en Cuba a cambio de que EE.UU. retirara los suyos de Turquía y garantizara que no invadiría a Cuba ni apoyaría operaciones con ese fin. Fidel quedó muy desilusionado por la actitud de los dirigentes soviéticos. Toda esta situación sólo puso en evidencia el fracaso en las negociaciones por parte dela Unión Soviética y significó un triunfo para Estados Unidos. Además de haber participado Cuba en las negociaciones pudiera haber obtenido el fin del bloqueo económico y la retirada de la Base Naval en Guantánamo.

En este contexto, Fidel ordena el derribo de cualquier avión espía U2 norteamericano que sobrevolara la Isla, ya que había sido advertido el gobierno norteamericano de esta situación y continuaban estos vuelos. Esta decisión significaba un desafío a los acuerdos de las dos superpotencias. Esto demuestra la soberanía que gozaba la Isla en cuanto a sus decisiones relacionadas con la defensa militar del Estado, aun cuando esto hubiese podido poner en riesgo el acuerdo logrado y resultar en un posible enfrentamiento entre los dos bloques de poder. Asimismo, Cuba se negó a aceptar algunas de las condiciones impuestas por el acuerdo final, logrando evitar así que una inspección internacional de control entrara a la Isla, lo que reafirma que Cuba llevaba a cabo políticas independientes, a pesar de encontrarse ligada a la asistencia económica de la URSS.

2.5 Acercamiento a China. 

En las repercusiones de la Crisis de los Misiles, era evidente que Fidel se encontraba indispuesto por la decisión de los soviéticos de retirar los misiles, especialmente porque se dio sin su consentimiento ni consulta. Paralelo a esto, Pekín le dio a Cuba incondicional apoyo moral y verbal en contra de Estados Unidos, y en contra de la Unión Soviética por retirarse ante las demandas de los norteamericanos[28]. A pesar de que Cuba mantuvo relaciones diplomáticas y comerciales con China desde 1960[29], Fidel siempre se mantuvo al margen en cuanto a la disputa sino-soviética[30]. Sin embargo, luego de la Crisis de los Misiles, el gobierno cubano comenzó a acercarse a China, aun cuando la Isla continuaba dependiendo económicamente de la Unión Soviética.

2.6 La Vía Revolucionaria del Che. 

Durante los sesenta, Fidel y el Che tenían como propósito el apoyo a las revoluciones en el Tercer Mundo, independientemente de las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Es por esto que el Che, emprende un viaje hacia África, específicamente el ex Congo Belga, con el objetivo de lanzar una insurrección guerrillera. Lamentablemente, no existían allí las condiciones necesarias y no contó con el apoyo necesario. Para 1965, el líder revolucionario se embarcó en un nuevo viaje, esta vez por tierras latinoamericanas. A esto se le llamó Proyecto Andino, un intento de llevar la guerra de guerrillas a Argentina, Perú y Bolivia. Por este motivo, surgieron nuevos roces entre Cuba y la Unión Soviética, principalmente por las acciones que estaba llevando a cabo el Che en tierras bolivianas. La dirección soviética no compartía la consigna de “crear cien Vietnams en el mundo”, producto de la situación en las cercanías de la propia Unión Soviética; además, cien Vietnams costarían demasiados recursos humanos y materiales. Ya antes, el Che había criticado a la URSS, declarando que los soviéticos no daban suficiente apoyo a la revolución en el Tercer Mundo, refiriéndose concretamente a la guerra entre Argelia y Marruecos (1963), en la que Cuba apoyó vehementemente a la primera, mientras que para la URSS fue simplemente un conflicto más. En efecto, el compromiso que tenía Cuba para con el resto de movimientos revolucionarios con tintes socialistas difería de la apatía mostrada por la Unión Soviética, causando como resultado una gran escaramuza entre la alianza soviético-cubana.

Históricamente el problema de la autonomía de los Estados ha sido de gran importancia. Para la década de los sesenta, y tal como se ha enunciado antes, el sistema internacional se encontraba bajo una estructura bipolar rígida, lo que generalmente obligaba al resto de países a asumir una posición subordinada frente a las grandes potencias del momento en múltiples aspectos. En síntesis, la autonomía es un valor deseado por todo Estado soberano que, al tiempo que le permite llevar a cabo políticas propias, le brinda la oportunidad de ejercer un papel más explícito dentro del sistema internacional. Teniendo en cuenta entonces, que la dependencia económica puede ser una herramienta de control que disminuye el poder de decisión y acción de los Estados sometidos a las potencias. Con el caso de Cuba se demuestra también que existe la posibilidad de políticas independientes, debido sobre todo a la voluntad política de la Revolución y sus dirigentes. Los ejemplos esbozados en este capítulo, permiten demostrar que, en ninguna circunstancia, Cuba hizo dejación de sus prerrogativas soberanas ni se comportó como un Estado Satélite. Llegado a un punto de principios, el liderazgo de la Revolución no vaciló nunca en afrontar las consecuencias de un diferendo con Moscú. Sin embargo, es obvio que el significado de la URSS para la vida y la defensa de Cuba, obligaba a tener en cuenta sus posiciones y a coordinar en todo lo posible las políticas de ambos países.[31]

Así, se puede afirmar que Cuba gozó de un alto grado de autonomía en su política exterior, a diferencia de muchos estados de Europa delEste por aquella época, esto si se tiene en cuenta que, a diferencia de Estados Unidos en Cuba, la asistencia económica y militar cubana no eran mecanismos por los que la metrópoli obtenía control sobre la política doméstica y el proceso de toma de decisiones. En efecto, la Unión Soviética y Cuba formaron una alianza, por lo que este caso permite refutar la idea concebida, y generalmente aceptada, de que la asistencia-dependencia económica es una herramienta de control que trasciende la esfera económica hacia la política y social. De hecho, este alto grado de autonomía política que gozaba la Isla se puede evidenciar con la subsistencia del modelo socialista en Cuba, aún luego de la desaparición del bloque socialista europeo.
Conclusiones

Para Cuba, la década de los sesenta estuvo marcada por la bipolaridad del sistema internacional y por una experiencia histórica precedente, siempre servil a las demandas estadounidenses. Es por esto que Fidel Castro, luego del triunfo de la Revolución, rompe la tendencia de política exterior que había manejado la dictadura en años anteriores, fijando su atención en las oportunidades que podría brindarle la Unión Soviética, enemiga de Estados Unidos, para sobreponerse al bloqueo norteamericano, contrarrestarlo y consolidar el desarrollo y la defensa del país. Como gran potencia, Moscú ejercía el dominio sobre el resto de los países del bloque socialista, caracterizándose por relaciones comerciales desiguales y por la presión económica como herramienta política, lo cual le permitía influir de cierto modo a lo interno de los países.
Pese a que la asistencia económica puede ser considerada como una herramienta de control de un Estado sobre otro, en el caso soviético-cubano la relación estructural entre las partes no ejerció un verdadero control efectivo sobre otros aspectos, entre ellos el político. Pues independientemente de la estrecha relación económica que se desarrolló entre Cuba y la URSS, la política económica interna de la Isla, como quedó demostrado, se formulaba de acuerdo a los ideales y concepciones autóctonas de Fidel, el Che y otros dirigentes revolucionarios, cuyo desarrollo hacía que se fueran adaptando los planes de acuerdo a las necesidades, y que si bien algunos eran tomados del modelo socialista soviético, obedecían estrictamente a las necesidades del país y a lo que los líderes de la Revolución habían decidido. El vínculo de la URSS con la Isla no sólo obedecía a la necesidad imperante que tenía la URSS de estar cerca del territorio de Estados Unidos, pues los líderes de la Revolución Cubana eran simpatizantes de las ideas socialistas y resultó mucho más fácil el acercamiento entre estos dos actores, sino que también respondió a una necesidad propia de la Revolución.

Los cambios radicales que produjo la Revolución no sólo fueron en su estructura socioeconómica interna, sino también en el ámbito político y en sus Relaciones Internacionales, principalmente para poner freno definitivo a la hegemonía de Estados Unidos en el continente americano; porque la Revolución Cubana es ante todo un movimiento antiimperialista. Es evidente que todos estos acontecimientos previos, nos permiten afirmar que Cuba dependía económicamente de la URSS. Sin embargo, siguiendo la lógica de la teoría de la dependencia que plantea un modelo económico basado en la relación centro-periferia, el caso de Cuba es un modelo sui generis,que no se enmarca exactamente dentro de esta teoría, pero que nos permite ampliar su estudio y, por tanto, el enfoque de esta teoría; pudiendo sostener incluso que, si en una relación de dependencia económica se presentan circunstancias únicas, como las de un líder popular fuerte y carismático, un sistema de gobierno socialista, y una coyuntura bipolar del sistema internacional con uno de los polos de poder de naturaleza comunista, las relaciones centro-periferia pierden su exclusividad de aplicación a casos enmarcados en la lógica capitalista.

Es por esto que para la década de los sesenta, aunque Cuba dependía en gran medida de la asistencia económica soviética, llevó a cabo una política exterior independiente con respecto al actuar soviético, y que refleja de igual forma la autonomía decisoria de la que gozaba la Isla. Entre ellas, su participación en la guerra entre Argelia y Marruecos apoyando al primero, la Crisis de los Misiles que provocó el primer conflicto político entre estas dos naciones socialistas, el acercamiento con China a mediados de la década y la operación emprendida por el Che en Bolivia y otras naciones para el desarrollo de guerrillas, apoyada por Cuba y en franca contradicción con la coexistencia pacífica que la Unión Soviética sostenía para la época con Estados Unidos.

Durante nuestro período de estudio, las relaciones tanto económicas como políticas entre la URSS y Cuba experimentaron diferentes grados de compromiso y estuvieron marcadas por la lucha de la Isla por alcanzar una autonomía que, por lo menos en el ámbito económico, le era esquiva. Así, se puede afirmar, tal como lo demuestra esta investigación, que Cuba se valió de distintos métodos para ejecutar una política exterior independiente al tiempo que dependía económicamente de la URSS. Esto descarta por completo la idea de considerar a Cuba como un satélite o como un instrumento de la política exterior soviética.

En conclusión, las relaciones económicas entre Cuba y la URSS fueron modelo entre un país desarrollado y otro en vías de desarrollo, y desempeñaron un papel fundamental en la consecución exitosa del programa de desarrollo alcanzado por Cuba, al tiempo que beneficiaron, en alguna medida, a la economía y la política soviética. Si bien esta estrecha relación económica llevó a la Isla a una gran dependencia económica de la Unión Soviética y del reto de los países del campo socialista, la política exterior de la Isla, e incluso la política interna, se mantuvo independiente y soberana.

REFERENCIAS

1.      Ver artículo de Rodríguez, José Luis: “Cuba, su economía y la Unión Soviética”. Publicado el 25 de mayo de 2012 en el blog Cuba a Diario.
2.      Ídem.
3.      Sistema internacional en el que existen dos bloques hegemónicos bien definidos, opuestos ideológicamente, con una superpotencia a la cabeza de cada bloque con todas las dimensiones del poder (económico, militar e ideológico). En este tipo de sistema es muy difícil la neutralidad de los Estados, por lo que los mismos tienden a afiliarse a uno de los bloques. Este sistema imperó desde los años 50 hasta finales de los años 80 del s. XX.
4.      Término usado, generalmente, por la prensa y políticos occidentales para referirse a aquellos países sujetos al dominio político e ideológico de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas; aunque también se denominaron Estados Satélites aquellos países que pertenecían al bloque capitalista.
5.      Ver Ahumada, Consuelo. -Surgimiento, auge y declive del poderío soviético en el Tercer Mundo- En Revista de Ciencia Política. No. 4 (3er Trimestre, 1986). p. 124.
6.      El desarrollo del socialismo en Cuba fue resultado de la revolución popular, en el que no tuvieron cabida factores externos. Es decir que el cambio al sistema socialista no fue implantado por una potencia externa. Se hace énfasis en Cuba después del triunfo de la Revolución, pues es desde este momento cuando la URSS considera a Cuba como un actor importante dentro de su estrategia geopolítica; antes Latinoamérica, estaba lejos del alcance soviético.
7.      Ver Mujal-Leon, Eusebio M. ―Perspectivas de las relaciones entre la Unión Soviética y América Latina. En Revista de Ciencia Política. Bogotá. No. 6 (1er. Trimestre, 1987). p. 139.
8.      En relación con la dependencia, Waltz hace una diferenciación entre los Estados pequeños o menos afortunados (Dependientes), al no ser los dueños del capital o de los medios de producción, y los Estados grandes o mejor afortunados (Potencias). Ver Waltz, Kenneth N. Teoría de la Política Internacional. 1988. p. 157.
9.      Ver Duvall, Raymond D. Dependence and independence theory: notes toward precision of concept and argument. 1978. p. 9. Documento Electrónico.
10.  Ver Prebisch, Raúl. Capitalismo periférico – Crisis y transformación. 1981.
11.    Ver Mesa-Lago, Carmelo. Breve historia económica de la Cuba socialista. Políticas, resultados y perspectivas. 1994. p. 16.
12.   Kenneth Waltz destaca las ventajas de sistemas con un reducido número de grandes potencias, siendo el sistema bipolar, el que propicia una mayor estabilidad. VerWaltz, Kenneth. Teoría de la Política Internacional. 1988. p. 199.
13.  Es necesario mencionar la asistencia económica que recibió Cuba del campo socialista, ya que es un indicador de la inusual atención que percibía de todos los países socialistas. Ver Walters, Robert S. Economic Aid to Cuba: 1959-1964. p. 75-76. Documento Electrónico. Durante la década del 60, países de Europa del Este (Alemania Oriental, Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, Polonia y Rumania) otorgaron créditos a Cuba por un valor de 97 millones de dólares, con el propósito de ser usados para proyectos de desarrollo económico.
14.  Ver Mesa-Lago. Breve historia económica de la Cuba socialista. Políticas, resultados y perspectivas. p.43.
15.   Ver Walters, Robert S. Economic Aid to Cuba: 1959-1964. 1966. p. 78. Documento Electrónico.
16.  Ver Walters, Robert S. Economic Aid to Cuba: 1959-1964. 1966. p. 74. Documento Electrónico.
17.   Ver Walters, Robert S.Economic Aid to Cuba: 1959-1964. 1966. pp. 80-81.
18.   Ver Mesa-Lago Breve historia económica de la Cuba socialista. Políticas, resultados y perspectivas. p.58.
19.  Este término es comúnmente usado para describir la política exterior de las naciones que no tienen ninguna alianza ni con el bloque comunista ni con el bloque occidental.
20.  Ver Burton, Teoría general de las Relaciones Internacionales, p. 261.
21.  Podría afirmarse que esta situación hubiese resultado en una política económica dual como lo es hoy en día China.
22.  Ver Fernández Retamar, Roberto. Cuba hasta Fidel y para leer al Che. 1973. p. 62.
23.  Ver “Primera Declaración de La Habana”. (2 de Septiembre de 1960)
24.  Vidal, César. Breve Historia Global del siglo XX. 1999. p. 229
25.  Ver Segunda Declaración de la Habana. Pp. 17. Documento Electrónico.
26.  Esto cobrará importancia cuando más adelante se analice el papel del Che Guevara en la creación de guerrillas y movimientos revolucionarios en África y Suramérica.
27.  La coexistencia pacífica presupone la renuncia a la guerra como medio de resolver las disputas internacionales, la comprensión recíproca y la confianza entre los Estados, la no intervención en los asuntos internos de los pueblos, el fomento de la colaboración económica y cultural entre los países. Ver Diccionario Soviético de Filosofía: coexistencia pacífica. 1965. p. 70.
28.  Ver Walters. Economic Aid to Cuba: 1959-1964. p. 84. Documento Electrónico.
29.  Ver Walters. Economic Aid to Cuba: 1959-1964. pp. 74-75. Documento Electrónico. La ofensiva económica china sobre Cuba inicia en 1960 cuando ésta le brinda un crédito por valor de 60 millones de dólares, con condiciones de pago flexibles, que incluía el envío de maquinaria china a la Isla. Este acuerdo también llevó a Cuba a romper relaciones con Taiwán y reconocer a la China comunista.
30.  La ruptura sino-soviética que se da a finales de los años cincuenta y se intensifica en la década de los sesenta, se produjo principalmente por las diferentes visiones que ambos países tenían sobre el comunismo, pues China desarrollaba una ideología comunista basada más en los campesinos que en los obreros (proletariado), que era la ideología defendida por la URSS. Adicionalmente, los líderes chinos sentían que la URSS quería tratar a China como un país satélite, lo cual iba en contravía de uno de los principales objetivos de Mao Zedong, el cual era liberar a China de la intromisión de potencias extranjeras.
31.   Ver García Luis, Julio. Revolución Cubana – 45 grandes momentos. 2005. p. 4

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