miércoles, 28 de enero de 2015

Ecuador, por una Celac con metas ambiciosas, pero realizables

Ecuador planteará a Celac trabajar en cuatro ejes para el desarrollo regional. Foto: Micaela Ayala/Andes/Archivo

Por Yurien Portelles

Quito, 27 ene (Andes).- Ecuador, que asumirá el día 29 la presidencia pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en San José de Costa Rica, aspira a que este bloque tenga metas ambiciosas pero realizables, según afirmó el canciller Ricardo Patiño.

“Queremos una Celac con metas ambiciosas, pero también realizables, con objetivos y con metas verificables y evaluables en el corto plazo”, indicó Patiño en una entrevista exclusiva con Andes previa al inicio este martes en la capital tica de la III Cumbre del joven organismo regional, creado en 2010.

Explicó que su país espera establecer una metodología de trabajo para que Celac se trace objetivos en el corto y mediano plazos, de modo que cada presidencia considere los objetivos comunes de los 33 Estados miembros y trabaje por impulsarlos.

Ejemplificó que el que asume el liderazgo de turno “pone la música de la fiesta” y se concentra en un tema, sin embargo, a pesar de que este pudo tener éxito, no se le da continuidad y se acuerda otro, "y así cada país le pone el sello que le parece".

“Y por esta razón, vamos a sugerirle al gobierno anfitrión trabajar en la definición de prioridades a corto y mediano plazo en objetivos comunes”, acotó, y especialmente citó el tema del combate a la pobreza extrema en al menos a 5 años poder evaluar qué se ha hecho y qué no. “Uno de estos objetivos es erradicar la pobreza extrema y a combatirla de manera sostenida, además de la inequidad y desigualdad”, señaló.

Recordó que el presidente de Ecuador, (Rafael) Correa, lamenta en sus discursos el hecho de que Latinoamérica y el Caribe sea la región más desigual del planeta.

“Esa situación no tenemos por qué mantenerla más tiempo”, precisó, y refirió que el propósito es que el índice GINI que mide desigualdad en esta área sea reducido al mínimo y los países de la región evalúen cómo pueden cooperar entre sí para este objetivo.

Entre las esferas que consideró importante impulsar señaló la ciencia y la tecnología a partir de la inversión en el Producto Interno Bruto (PIB), financiamiento para el desarrollo de infraestructuras, lo cual, dijo, “implica hacer grandes esfuerzos para lograr estos resultados”, y señaló el hecho de que más universidades puedan estar entre las 200 mejores del mundo, índice que ahora no supera las cinco.

Patiño consideró muy importante el que Celac pueda tener una “vocería internacional” de esta región en temas clave en el debate mundial en conflictos de diversa índole o en cuanto a la mitigación del cambio climático, a partir de generar consensos y expresar la opinión como bloque.

El experto cubano Leyde E. Rodríguez, profesor del Instituto Superior de Relaciones Exteriores de La Habana, expuso a Andes que existen grandes expectativas con la presidencia de Ecuador porque propone objetivos cuantificables, un trabajo eficiente y fuerte a favor de la integración de nuestrosa pueblos, en la lucha contra la pobreza y la necesidad de dedicar esfuerzos y presupuestos para el desarrollo de la ciencia y la tecnologia.

"Se espera que la Celac durante la presidencia de Ecuador continue promoviendo el multilateralismo en las relaciones internacionales mediante el acercamiento y la concertación con otros bloques de poder mundial que conforman la emergente multipolaridad del sistema internacional, en especial con potencias como china, Rusia y la India, entre otras", apuntó.

América Latina y el Caribe es una región con grandes desafíos como el acceso a los servicios de salud. Foto: Micaela Ayala/Andes/Archivo


Cuatro ejes para 33 países y 590 millones de habitantes

Con 33 países en su membresía, una población de 590 millones de habitantes y una extensión territorial de 20 millones de kilómetros cuadrados, la Celac representa un mercado importante, no sólo por lo que representan estas cifras, sino por los recursos naturales que poseen sus países, y una alianza para enfrentar a otros bloques y potencias.

Sin embargo, es una región con importantes desafíos en el plano social, con 71 millones de pobres, y también en la esfera del conocimiento, por lo cual le apunta a la transferencia de información científica y de tecnología, entre otros sectores.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estima que la región requiere invertir en infraestructura el 6.2% del Producto Interno Bruto (PIB), cerca 320.000 millones de dólares anuales hasta el 2020, sin embargo, en el último decenio solo se ha destinado el 2.7%.

Ecuador propone establecer objetivos comunes para dar continuidad a sus propósitos fundacionales de 2010 y ha definido cuatro ejes.

En entrevista con el canal multiestatal TeleSur, Patiño enumeró que su país impulsará la reducción de la pobreza extrema, la instauración de una nueva arquitectura financiera internacional, el desarrollo de la ciencia y la tecnología y la infraestructura vial, productiva y energética.

Pero, apuntó que ante estos lineamientos sobre la visión de desarrollo de esta región, cada uno de los integrantes de este bloque debería plantear cuál es su visión de mediano plazo y hacer propuestas.

En cuanto a la nueva arquitectura financiera internacional resaltó la existencia del Sistema de Compensación de Pagos (Sucre), en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). A ello se suma el Banco del Sur entre siete países de Suramérica, el que consideró “un instrumento fundamental para el desarrollo de la integración y para financiar proyectos de integración regional”.

El tercer eje de trabajo, indicó, será el desarrollo de la ciencia y tecnología, “una de las claves, tanto en lo interno como en la relación con otros países”; y el último eje es el desarrollo de la infraestructura vial, productivo, energético, con lo cual se espera que la región crezca, desarrolle e impulse la justicia social y pueda verse y dialogar internacionalmente en condiciones de dignidad con los otros bloques mundiales.

En su relación con otros bloques o con países como China, Celac puede recibir transferencia de tecnología y conocimientos. Foto: Andes/Archivo

Celac-China, Celac-UE

Para Celac, es importante la relación con bloques como la Unión Europea (UE) y la reciente alianza con China, de igual a igual, por cuanto esto significa un reconocimiento a su corta existencia y constituye la posibilidad de negociar en mejores condiciones ante el mundo.

El propio Canciller y el presidente Correa han señalado que el camino del mundo es hacia los bloques, por lo cual se le da tanta importancia a estos desde Latinoamérica y el Caribe.

En el caso del vínculo con China, este país considerado una potencia económica acordó aportar 5.000 millones de dólares al Fondo de Cooperación bilateral. También la nación asiática anunció que será implementado un fondo especial por 50 millones de dólares para la cooperación agrícola, al tiempo que serán entregadas 600 becas gubernamental, se otorgarán 6.000 becas para capacitación en China y otras 400 plazas para Maestrías. Además, se implementará un crédito especial para infraestructura por 10.000 millones de dólares.

En ese objetivo, serán invitados 1.000 líderes de partidos políticos de la región a visitas e intercambios en China, y también se formarán como cuadros una cifra similar. En el mes de septiembre de este año también se realizará el Primer Foro de Ciencia y Tecnología entre Celac y China, y está previsto otro sobre desarrollo industrial y cooperación, recursos minerales y energía.

La Cepal ve una “total complementariedad” en este intercambio, según declaró en Beijing a Andes, su secretaria ejecutiva, Alicia Barcenas, quien consideró que mientras esta es  una región rica en recursos naturales, China ha avanzado mucho en materia tecnológica y de innovación.

“Como ha dicho el presidente de Ecuador, Rafael Correa, es una oportunidad de avanzar de una sociedad productora de bienes a una sociedad del conocimiento”, agregó, y añadió que para América Latina y el Caribe “esta es una posibilidad única de aliarnos”, enfatizó.

Al respecto, la titular de la Secretaría Técnica de Cooperación Internacional (Seteci) de Ecuador, Gabriela Rosero, también dijo a Andes que con China se abre esta posibilidad de concretar alianzas, y Ecuador, como presidencia pro témpore de la Celac, es clave en la interlocución para lo que China ha propuesto a la región.

En cuanto al comercio, la investigación y la cooperación financiera, dijo que China aumentará su intercambio con Latinoamérica y el Caribe en 10 años, en que prevé para ello unos 500.000 millones de dólares, y a nivel de empresas instaladas será de unos 250.000 millones de dólares.

Respecto a las perspectivas de una alianza entre la nación milenaria y el bloque regional remarcó: “es un momento histórico para Latinoamérica y el desafío es que como Celac se pueda hacer de esta una relación mutuamente ventajosa”.

Al inaugurar el Primer Foro Ministerial China-Celac, el presidente Xi Jinping señaló que las partes se encuentran ”enfrascadas en el programa de cooperación del próximo lustro, encendiendo a toda máquina los tres motores, el comercio, la inversión y la cooperación financiera y mutuamente ventajosa”.

El experto cubano Leyde E. Rodríguez manifestó desde La Habana que Celac "ofrece nuevas esperanzas a los pueblos latinoamericanos y caribeños, para profundizar en la integración política y económica, social y cultural, basado en el pleno respeto por la democracia y los derechos humanos de los pueblos". Y añadió que "también para la defensa y la soberania de los 33 Estados de la región, que conocen una larga historia de injerencia imperial de los Estados Unidos. Desde la Celac América Latina y el Caribe tienen la posibilidad de construir un destino común y un futuro de emancipación y dignidad humana".
 
http://www.andes.info.ec/es/noticias/ecuador-celac-metas-ambiciosas-realizables.html








lunes, 26 de enero de 2015

Alternativa a la austeridad de la Troika



Alexis Tsipras

 Por Salvador González Briceño

“Recuperar la dignidad” (Alexis Tsipras), o “liberarse del grillete neoliberal” (PanagiotisLafazanis) impuesto por la Unión Europea que lidera Alemania, son algunos de los preceptos y parte del abanico programático e ideológico de la coalición Syriza que gana las elecciones este domingo 25 de enero en Grecia.

Los ciudadanos del país en donde se gestó la democracia, salieron a ejercer el voto y han elegido al candidato de la extrema izquierda, con el 36.5% de las preferencias y alcanzar así 150 de los 151 asientos que necesita para ser mayoría absoluta en el Parlamento. En tanto el partido gobernante, Nueva Democracia, consiguió el 27.7% de la votación y en segundo puesto tiene asegurados 76 escaños.

El ganador de Syriza, Alexis Tsipras —quien recibió la felicitación del primer ministro, Antonis Samarás—, prometió ir contra las tesis neoliberales de la eurozona, auditar la deuda pública, renegociar la deuda y suspender pagos hasta que se haya recuperado la economía nacional y aumente el empleo, entre las principales necesidades griegas.

La Unión Europea ha estado al tanto del proceso. Unas elecciones de cuidado para la Troika (el Banco Central Europeo, Comisión Europea y Fondo Monetario Internacional), más de esperanza para los empobrecidos ciudadanos europeos.

Grecia, es un país presionado por el BCE/CE/FMI desde la crisis de 2008. Fue al siguiente año que le cayeron por imposición los planes de austeridad que lo tienen en la postración. Ahora está en juego, incluso, la posibilidad de salirse de la moneda común de la eurozona. Al menos propuestas como esa estarán sobre la mesa de las primeras negociaciones.

Seguro se renegociará el rescate suscrito desde 2010 donde la Troika le impuso a Grecia un plan de austeridad gravoso por varias medidas: la congelación salarial y de pensiones, el aumento al IVA al sector hotelero, la eliminación gradual de las pensiones y la reestructuración de la deuda pública del país. Sin embargo, de los 241.8 mil millones suscritos a raíz de la crisis de 2009, aún faltan mil 800 millones de euros del rescate.

No cabe duda que en manos de Syriza está ahora el futuro no únicamente de los griegos, sino del resto de los pueblos en situación similar, como España, Portugal, Italia, Irlanda, etcétera. Sí. Porque el modelo de negociación griego con la Troika puede servir a los otros países contra la sumisión y el control.

O por lo menos se verá qué tan determinante resulta que los pueblos determinen su futuro, si es que Syriza no negocia sus principios y representa el interés nacional, por encima del poder de países dominantes como el de Angela Merkel cuyo único fin sigue siendo profundizar en los pueblos el castigo. Dado que los planes de austeridad se imponen, no obstante quienes endeudan al Estado y entregan los recursos a los grandes bancos en aras del rescate con precisamente los mismísimos gobiernos. Por esa razón Alemania presiona ya para que el ganador cumpla con sus obligaciones, así falle sus propuestas de campaña.

Como sea, la UE debe preocuparse. Pese al desdén por Grecia, pues apenas representa el 1.9% de PIB total de la eurozona, la posibilidad de salirse no es menor que en 2012, los tiempos más reacios de la crisis. Depende del ganador Alexis Tsipras, ciertamente; pero también de la disponibilidad de la Troika a negociar. La izquierda, además, debe demostrar que es opción para la ciudadanía.

Y en Grecia, Syriza tiene todo para que así sea: o más de lo mismo, o el grillete se rompe hasta “recuperar la dignidad”.



viernes, 23 de enero de 2015

“Es impresionante lo refrescante que es leer hoy el Manifiesto Comunista”: Entrevista a David Harvey


Profesor David Harvey
En esta entrevista con el geógrafo marxista David Harvey, hacemos un recorrido por algunas de sus principales obras, que ponen en el centro de la escena la reflexión sobre los efectos de la acumulación capitalista.

IdZ: En Los límites del capitalismo y la teoría económica marxista comenzás analizando el método de Marx y señalás que los tres conceptos clave de la teoría de Marx: valor de uso, valor de cambio y valor, deben ser comprendidos en sus relaciones, enfatizando la noción de “pares relacionales”. ¿Por qué creés que esto es muy importante para leer El Capital? ¿Y cuáles son los problemas de otras interpretaciones que subestiman esta dimensión relacional?

Una de las cosas que he encontrado tanto en los críticos de Marx como entre algunos marxistas, es lo que llamaría una lectura “muy determinista”, un tipo de lectura muy “causal”. Por ejemplo, existe la idea de que Marx era un determinista tecnológico, y que para él el desarrollo tecnológico determina ideas, dicta todo. Yo no acuerdo con eso para nada. Creo –por ejemplo– que la tecnología ha jugado un rol muy importante en el desarrollo del capitalismo, pero al mismo tiempo da nuevas ideas, hacia nuevas formas de vida. Una de las cosas que enfaticé, y que va más allá de lo que usted me pregunta, es que Marx analiza cómo la tecnología revela la relación que tenemos con la naturaleza, y al mismo tiempo da a conocer los medios por los cuales reproducimos la vida social, las relaciones sociales y las concepciones mentales que se encuentran atrapadas en sus asociaciones.

Cuando uno ve los procesos de cambio social, por ejemplo el largo capítulo XIII de El Capital, “Maquinaria y gran industria”, lo que puede ver es que en cierto punto de la argumentación Marx dice que para que esta transformación se produjera, nuestra concepción mental del mundo debe cambiar dramáticamente, debe ser más científica, mucho más basada en la tecnología. Esto es un cambio en concepciones mentales. Pero también debía cambiar el sistema de producción, y el proceso de trabajo ya no debía estar sujeto al “misterio” y al hecho de que el artesano fuera la única persona que comprende, que disecciona el proceso, entiende las piezas y las ubica de diferente forma, y ve el mundo de una forma diferente, con la ayuda de nueva tecnología como microscopios, telescopios, etc. Y finalmente Marx señala que con la llegada de nuevas máquinas en distintas industrias, eso impone la necesidad de que las máquinas sean construidas por otras industrias. Entonces, lo que dice Marx es que la transición desde el feudalismo hacia el capitalismo no fue conducida por ninguno de estos elementos tomado en sí mismo, sino que fue el resultado de una “coevolución” de todos estos elementos, en relación unos con otros, interactuando entre sí.

Lo que llamo lectura relacional y dialéctica de Marx habla sobre cómo entender este mundo, para no sugerir ya que hay una causa principal. Si uno toma estos elementos que planteamos encuentra que hay visiones deterministas del mundo que apuntan a uno de ellos. Por empezar el determinismo tecnológico. También hay un resurgimiento de un determinismo natural, medioambiental, que dice que la naturaleza determina todo, la tecnología determina todo, o las relaciones sociales determinan todo. La visión marxista es de que todos estos elementos están siempre en relación entre sí, y algunas veces uno toma la ventaja, a veces nuevas ideas toman la delantera, algunas veces aparecen nuevas tecnologías como computadoras y vemos cómo las computadoras cambian nuestra vida social. Entonces, considerando por ejemplo cómo son vividas nuestras vidas hoy que tenemos teléfonos móviles, ha cambiado las relaciones sociales, pero no las ha determinado. 

Mi lectura dialéctica/relacional de Marx implica estar abierto a todas aquellas posibilidades, y del mismo modo en que Marx pensaba en la transición entre feudalismo y capitalismo como una coevolución de todos estos elementos, tenemos que pensar en esos mismos términos la transición del capitalismo hacia el socialismo. Y tenemos que preguntarnos qué es lo que se relaciona, cuáles son las nuevas tecnologías, cuáles las relaciones sociales, qué tipo de concepción mental, qué tipo de vida cotidiana, qué tipo de relaciones sociales, qué tipo de proceso de producción. Esas son las preguntas que debemos hacernos constantemente sobre el proceso de transición del capitalismo hacia el socialismo.

IdZ: En La condición de la posmodernidad realizás un estudio que explica las condiciones materiales que dieron lugar al surgimiento del posmodernismo. Luego de dos décadas, ¿cuál creés que es el estado actual de las ideas posmodernas?

Antes que nada, mi posición con respecto al posmodernismo fue no rechazarlo totalmente. Opino que se estaban diciendo unas cosas muy importantes, pero había todo un ala del posmodernismo y el posestructuralismo que fue, francamente, antimarxista. No veía por qué el posmodernismo tenía que tomar una posición antimarxista. Entonces, mi misión al escribir La condición de la posmodernidad fue hacer un análisis marxista del posmodernismo y decir: “Mirá, puedo entender lo que estás haciendo en términos marxistas. Estás articulando algunas demandas de los nuevos movimientos sociales alrededor de la raza, el género, el medio ambiente y lo demás”. Cuestiones que en mi opinión son muy importantes y que han sido subdesarrolladas, para decirlo de alguna manera, por la tradición marxista. Y si la tradición marxista apunta a ser una tradición viva, necesita encontrar la forma de encararlas.

A mí siempre me había parecido poco sofisticada y en algunos casos despectiva la forma en que la tradición marxista había tratado temas como el espacio, el tiempo, la geografía y el medio ambiente. Por ejemplo, en mis primeros años, la mayoría de los marxistas convencionales no se molestaba en leer lo que escribía, ¡porque era geógrafo y porque insistía en hablar sobre la geografía! Yo decía: “Como materialista, ¿cómo podés actuar como si no existiera la geografía? ¡Qué loco! ¿Quién puede decir que la urbanización no es importante?”. Pero no había mucho escrito dentro de la tradición marxista sobre urbanización. Cuando empecé a escribir sobre el tema a principios de los ‘70 estaba Henri Lefebvre, [Manuel] Castells, yo, y algunos otros que trabajaban alrededor de la Revista Internacional de Estudios Regionales y Urbanos [IJURR]. Pero la mayoría de los marxistas conocidos no escuchaba y no quería saber nada. Yo siempre había tomado el aspecto geográfico y espacial como algo muy serio, y pensaba que había una gran ausencia dentro de la tradición marxista. Por lo que me causó mucha gracia que los posmodernistas intentaran usar el concepto del espacio y la geografía para tratar, de alguna forma, de atacar al marxismo, mientras que yo había estado discutiendo dentro del marxismo sobre estas cuestiones.

Luego los posmodernistas empezaron a usar a mis escritos para atacar al marxismo de Marx, y creo que los hice enojar mucho al decir que todavía soy marxista, pero que es cierto que hay que tomar en serio estas cuestiones. Creo que salieron algunas cosas buenas del giro posmoderno-posestructuralista, pero lo que me desagrada intensamente es la forma en que descarta la tradición “macro”. También el hecho de que la única forma en que pudieran responder a lo que yo y otros estábamos haciendo fue decir que la economía política no importa, que todo es cultural. Muchos geógrafos en Gran Bretaña decían que la economía política no importaba, y ahora parecen idiotas porque, como podemos ver, la economía política importa muchísimo y es necesaria. Es lo que yo calificaría como el lado más tonto del posmodernismo-posestructuralismo.

 IdZ: Vos distinguís la acumulación a través de la explotación de otro modo de desenvolvimiento del capital, que definís como acumulación a través de la desposesión. ¿Podrías sintetizar lo específico de este último concepto y la relación entre ambas?

En un sentido ambas son “desposesiones”, ya que el trabajador es desposeído del valor entero del producto, pero en la historia del pensamiento esta es comúnmente definida como “explotación”. Creo que a la par de esta existe un comportamiento predatorio en el que los bienes de las personas les son quitados, y estos bienes pueden ser tradicionales, o pueden ser los bienes de unos capitalistas que son apropiados por otros más poderosos: en los Estados Unidos –por ejemplo– hay una larga tradición de las granjas familiares que está desapareciendo, en gran parte a través de los mecanismos del sistema crediticio, para darle lugar al agrobusiness, y debido a esto se ve una tensión constante en el campo. Pasa también aquí [en la Argentina] que a la gente a la cual le resulta muy difícil ganarse la vida con una pequeña propiedad de una hectárea, y esto significa que en un momento u otro, probablemente serán desposeídos de su medio de ganarse la vida. En EE.UU. con la crisis, hemos visto que con grandes bancarrotas corporativas como General Motors y Chrysler, mucha gente que tenía buenas jubilaciones, de repente ve cómo les son quitadas. Otro ejemplo de desposesión es la “gentrificación” de los barrios, que expulsa a la gente de los lugares donde vive mediante cambios en los impuestos y en toda la forma de vida.

Entonces, creo que está ocurriendo un proceso de desposesión que no solo se trata de la acumulación primitiva, en el sentido de derrocar a viejos sistemas, sino también en el sentido de quitar derechos que se han conquistado a través de la lucha de clases; de hecho, si uno mira los últimos 30 años del proceso neoliberal, ve mucha acumulación a través de la desposesión. Por ejemplo, en Gran Bretaña, cuando estaba creciendo, mi educación era gratis, no pagaba nada, hice un doctorado, todo fue pagado por el Estado. La educación gratis era un principio socialista muy importante. Ahora ha desaparecido, y la gente tiene que pagar. En mi propia universidad, una de las respuestas a la crisis de presupuesto, pues están en crisis los presupuestos de la ciudad y el Estado por el colapso financiero, es subir el arancel a unos 600 dólares por año. Esto, me parece a mí, es una desposesión del derecho a una educación decente. La gente tiene menos dinero y entonces, ¿qué hacés? ¡Les cobrás más! Esto es una forma de extraerle más excedente a la población. Entonces creo que la acumulación mediante la desposesión es una parte muy importante de nuestra crítica del capitalismo, y hay que consolidar esta parte de nuestras críticas, mientras –por supuesto– continuamos sosteniendo la necesidad de organizarnos contra la explotación en el propio proceso de trabajo. Creo, por lo tanto, que estas dos formas de explotación operan juntas, y es muy importante mantenerlas una al lado de la otra como parte del programa político.

IdZ: En muchas oportunidades hiciste hincapié en la dimensión urbana de la lucha de clases. ¿De qué manera opinas que se combinan la lucha en el lugar de trabajo y la lucha en la ciudad?

Este es un problema muy difícil y es uno que creo que la organización política necesita tratar. No tengo ninguna fórmula mágica. Ha habido una tendencia, por ejemplo, en especial en Europa, a que los sindicatos sean hostiles al “movimiento de los movimientos” tipo foros sociales, y a que estos respondan de la misma manera. Creo que los sindicatos tienen mucho trabajo que hacer, para reformarse e integrarse a un movimiento político mucho más amplio, y entonces creo que hay muchas dificultades: el sindicalismo varía mucho según el país y la realidad política del movimiento, pero creo que estamos ante una coyuntura ahora en que puede ser más viable esta reforma.

Por otro lado, toda la cuestión de los trabajadores y la ciudad, supone que los trabajadores están en las fábricas y la gente está en las ciudades, cuando en realidad los trabajadores viven en las ciudades. Hay una política del lugar de trabajo y una política del hogar, que pueden ser más fácilmente combinadas si empezamos a pensar de una forma más política sobre cómo se crea una ciudad, quién trabaja en la ciudad, cómo funciona, y por lo tanto empezamos a pensar en los trabajadores de mantenimiento, los recolectores de basura, los trabajadores telefónicos, y que estos también son trabajadores, y que una enorme cantidad de gente está empleada en el mantenimiento de la misma ciudad y la reproducción del medio ambiente urbano. Creo que la organización de estos trabajadores alrededor de un nuevo concepto de urbanización es algo que puede desbordar también al sentido más tradicional de organización de la gente que trabaja en fábricas o talleres.

IdZ: Hace unos años escribiste un prefacio para una nueva edición del Manifiesto Comunista. ¿Cuál es para vos la relevancia actual de esta obra?

Aún vivimos bajo el capitalismo. Lo que es asombroso es que Marx y Engels, armados con la crítica de una economía política principalmente británica, conociendo de primera mano por Engels lo que estaba sucediendo en Manchester, en cierto sentido hacen la pregunta sobre cómo sería si todo el mundo –en todos lados– fuera como en Manchester. Era una muy buena pregunta porque en ese momento el capitalismo estaba esencialmente confinado a la ciudad de Manchester y a otros pocos lugares, y ahora por supuesto vas al poderoso delta de Shanghai en China, cualquiera encuentra lo que estaba pasando en Manchester en los años 1840. Y la crítica de parte del mundo basada en esa pequeña parte del mismo. Y tantos aspectos de esa crítica aún están con nosotros: la alienación, el impulso a crear el mercado mundial… por lo que leer el Manifiesto es como leer una buena síntesis de lo que está ocurriendo en el mundo, salvo que ya no es en Manchester, sino lo que está pasando en China, lo que está sucediendo en India, en Sudáfrica, en Brasil, y lo que sucede aquí [en Argentina, NT]. Ellos adoptaron el punto de vista de que el capitalismo estaba destinado a globalizarse y por supuesto que lo ha hecho. Por lo que hay muchos aspectos que se acercan mucho a lo que nos encontramos hoy.

Pero también hay –por supuesto– aspectos que eran especiales de este período: su compromiso con los pensadores utópicos en Francia en los años 1830 y 1840; algunos argumentos peculiares sobre cuestiones de agenda del orden del día que son muy de su tiempo, que mencionaban en el prefacio que escribieron en la edición de 1872, que cambiarían. Es impresionante, leyéndolo, lo refrescante que es leer esta hermosa pieza de literatura, pequeña pieza de literatura, es que es como “¡Bang, de esto se trata la naturaleza del capitalismo!”. Y es muy excitante releerla hoy, particularmente como la estaba leyendo yo al comienzo de este colapso del sistema financiero y estando el capitalismo claramente en un gran problema, algo muy problemático e interesante era contrastar las diversas ediciones luego del 150 aniversario, en 1998, cuando el capitalismo estaba triunfante, cómo se tomaba el Manifiesto hace sólo diez años, y cómo se toma ahora cuando el capitalismo ya no es más triunfante en ningún lado.


Entrevista: Pablo Anino


Traducción: Juan Duarte





David Harvey

Graduado como geógrafo, se acercó al marxismo en los años ‘70, bajo la influencia del clima ideológico de una década convulsionada. Retomando el camino iniciado por Henri Lefebvre, sus trabajos realizaron un aporte fundamental en la comprensión de la dimensión espacial de la acumulación capitalista estimulando otros desarrollos posteriores. Los límites del capitalismo y la teoría económica marxista propone originales desarrollos de la obra de Marx. La condición de la posmodernidad es una de las obras fundamentales para una crítica marxista del posmodernismo. Entre otros importantes trabajos se cuentan París, la capital de la modernidad, El enigma del capital y las crisis del capitalismo y Ciudades rebeldes. Es catedrático de Antropología y Geografía en la City University of New York (CUNY) y Miliband Fellow de la London School of Economics.