Alexis Tsipras |
Por Salvador González Briceño
“Recuperar la dignidad”
(Alexis Tsipras), o “liberarse del grillete neoliberal” (PanagiotisLafazanis)
impuesto por la Unión Europea que lidera Alemania, son algunos de los preceptos
y parte del abanico programático e ideológico de la coalición Syriza que gana
las elecciones este domingo 25 de enero en Grecia.
Los ciudadanos del país en
donde se gestó la democracia, salieron a ejercer el voto y han elegido al
candidato de la extrema izquierda, con el 36.5% de las preferencias y alcanzar
así 150 de los 151 asientos que necesita para ser mayoría absoluta en el
Parlamento. En tanto el partido gobernante, Nueva Democracia, consiguió el
27.7% de la votación y en segundo puesto tiene asegurados 76 escaños.
El ganador de Syriza, Alexis
Tsipras —quien recibió la felicitación del primer ministro, Antonis Samarás—,
prometió ir contra las tesis neoliberales de la eurozona, auditar la deuda
pública, renegociar la deuda y suspender pagos hasta que se haya recuperado la
economía nacional y aumente el empleo, entre las principales necesidades
griegas.
La Unión Europea ha estado
al tanto del proceso. Unas elecciones de cuidado para la Troika (el Banco
Central Europeo, Comisión Europea y Fondo Monetario Internacional), más de
esperanza para los empobrecidos ciudadanos europeos.
Grecia, es un país
presionado por el BCE/CE/FMI desde la crisis de 2008. Fue al siguiente año que
le cayeron por imposición los planes de austeridad que lo tienen en la
postración. Ahora está en juego, incluso, la posibilidad de salirse de la
moneda común de la eurozona. Al menos propuestas como esa estarán sobre la mesa
de las primeras negociaciones.
Seguro se renegociará el
rescate suscrito desde 2010 donde la Troika le impuso a Grecia un plan de
austeridad gravoso por varias medidas: la congelación salarial y de pensiones,
el aumento al IVA al sector hotelero, la eliminación gradual de las pensiones y
la reestructuración de la deuda pública del país. Sin embargo, de los 241.8 mil
millones suscritos a raíz de la crisis de 2009, aún faltan mil 800 millones de
euros del rescate.
No cabe duda que en manos de
Syriza está ahora el futuro no únicamente de los griegos, sino del resto de los
pueblos en situación similar, como España, Portugal, Italia, Irlanda, etcétera.
Sí. Porque el modelo de negociación griego con la Troika puede servir a los
otros países contra la sumisión y el control.
O por lo menos se verá qué
tan determinante resulta que los pueblos determinen su futuro, si es que Syriza
no negocia sus principios y representa el interés nacional, por encima del
poder de países dominantes como el de Angela Merkel cuyo único fin sigue siendo
profundizar en los pueblos el castigo. Dado que los planes de austeridad se
imponen, no obstante quienes endeudan al Estado y entregan los recursos a los
grandes bancos en aras del rescate con precisamente los mismísimos gobiernos.
Por esa razón Alemania presiona ya para que el ganador cumpla con sus
obligaciones, así falle sus propuestas de campaña.
Como sea, la UE debe
preocuparse. Pese al desdén por Grecia, pues apenas representa el 1.9% de PIB
total de la eurozona, la posibilidad de salirse no es menor que en 2012, los
tiempos más reacios de la crisis. Depende del ganador Alexis Tsipras,
ciertamente; pero también de la disponibilidad de la Troika a negociar. La
izquierda, además, debe demostrar que es opción para la ciudadanía.
Y en Grecia, Syriza tiene
todo para que así sea: o más de lo mismo, o el grillete se rompe hasta
“recuperar la dignidad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario