Brasil fue el primer país latinoamericano en
establecer relaciones diplomáticas con el emperador ruso Nicolás I (Nikolai
Pavlovich Romanov), ya que era el único lugar en América del Sur que se
mantenía colonizado (posesión ultramarina de Portugal). Con el resto de América
Latina, Rusia se limitó a establecer contactos por solidaridad monárquica con
la Casa Real Española. Dos años antes del establecimiento de relaciones o sea,
en 1826, 49 barcos con mercancías brasileñas arribaron a Rusia. Las reuniones
entre ambos países comenzaron desde antes de la fecha oficial recogida por la
historia.
Las relaciones han existido por más de 185 años
consecutivos. Sin embargo, los contactos han sido escasos, principalmente
basados en los intercambios comerciales. Aproximadamente a partir del año 1995
se empezaron a profundizar los vínculos entre estos dos gigantes. En parte se
debió al giro en política exterior que experimentó el gobierno ruso con
Primakov en la cancillería y su intención de desarrollar relaciones con otros
polos de poder mundial.
El gigante sudamericano sobresale en el subcontinente
por ser el país más extenso geográficamente[1] (Díaz, 2012) y el quinto a nivel
global. Posee además, la quinta mayor población del mundo y un tercio de la
población sudamericana[2] (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística,
2010), así como devino la sexta economía a escala mundial en el 2011, según el
ranking del Centro de Investigaciones de Economía y Negocios (CEBR, 2012),
Douglas Mc Williams[3].
Además, puede considerarse como una nación
estratégica, pues la región amazónica brasileña (60% de su territorio) posee
grandes reservas de minerales, como el uranio[4] y el agua[5]. Con los
descubrimientos de yacimientos petrolíferos Pre-sal en sus aguas atlánticas,
Brasil cuenta con importantes reservas probadas de crudo; además, es líder en
la extracción y distribución de gas natural. Estas condiciones y recursos la
hacen atractiva para las inversiones foráneas.
Las relaciones entre estos dos Estados han ido en
ascenso. En foros y organizaciones multilaterales sus posiciones han sido
convergentes. En el tema bilateral, la agenda ruso-brasileña ha abarcado
intereses económicos, comerciales, políticos y estratégicos.
“Anteriormente los líderes tanto de Rusia, como de
Brasil, subrayaban reiteradas veces en sus intervenciones la presencia de
puntos de similitud esenciales entre estos países: enormes territorios,
diversidad biológica y étnica, el papel de líderes regionales, las economías,
que disponen del potencial para convertir a estos países en importantes
jugadores internacionales del siglo XXI. Objetivamente, a ello contribuyen
iguales enfoques a la reformación del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la
base de representación más adecuada de todas las regiones, el apego a la idea
del mundo multipolar y a los métodos pacíficos en la solución de conflictos, la
igual visión del problema de integridad territorial y de la soberanía de los
Estados, de la mayoría de los problemas globales y regionales, tales como el
terrorismo internacional, el crimen organizado, el narcotráfico y las
exigencias de respetar la diversidad cultural del mundo contemporáneo” (Kovtun,
2012 p. 71).
La política exterior de Rusia hacia Brasil se ha
basado durante los últimos 10 años (2004-2014) en potenciar las relaciones
económicas[6] entre ambos, en mantener y fortalecer la alianza multilateral
(G-20, BRICS y Consejo de Seguridad de la ONU) y en lograr una mayor incursión
en Brasil, como pieza clave de una estrategia rusa diseñada para ganar espacio
en Latinoamérica. Estos frentes se han desarrollado sobre el Acuerdo de
Asociación Estratégica firmado con Brasil en el año 1997.
El Acuerdo de Asociación
Estratégica con Brasil:
Principales intereses
En 1997 se firmó el Acuerdo de
Asociación Estratégica con Brasil. Esta acción tuvo como objetivo orientar el
rumbo de la política exterior rusa hacia otros centros de poder. El acuerdo que
funciona como armazón legal para cooperar con Brasil es de vital importancia en
la política exterior rusa hacia el gigante sudamericano. Cualquier acción
económica, política, militar, jurídica o de cooperación responde inicialmente a
este convenio. Este acuerdo posee un mecanismo operativo llamado “Comisión de
Alto Nivel de Cooperación Brasileño-Rusa”, el cual se reúne todos los años en
diversas comisiones que evalúan las relaciones entre ambos y trazan directrices
para ampliar los contactos existentes y crear nuevos. Este Acuerdo es la base
establecida por Rusia y Brasil para lograr una alianza real en el Sistema
Internacional. En la medida en que la cooperación avance mediante la
implementación de este marco legal, Rusia se aproximará a concretar la alianza
deseada.
Como ya se mencionaba anteriormente, este Acuerdo de
Asociación Estratégica con Brasil funciona en diversas comisiones. Las de mayor
impacto en las relaciones entre ambos son:
·
La comisión de cooperación
económico-comercial, que busca diversificar y ampliar las relaciones económicas
entre ambos países.
·
La de cooperación política, que busca ampliar los nexos en la arena
multilateral buscando apoyo mutuo en políticas como el Cambio Climático, la
Reforma del Sistema Financiero Internacional, la Reforma del Sistema de
Naciones Unidas, entre otros.
·
La de cooperación en materia de Defensa, que busca aumentar la exportación de
tecnología militar rusa a Brasil y de licencias para la fabricación de
armamentos rusos en el gigante sudamericano.
·
La de cooperación energética, que persigue la colaboración rusa en mega
proyectos de extracción de hidrocarburos y la venta de derivados.
·
La de cooperación aeroespacial, que existe desde la existencia de la Unión Soviética
con Brasil y persigue diversas finalidades buscando el fortalecimiento de la
capacidad defensiva brasileña y de la autosuficiencia comunicativa, geo
localizadora, entre otros aspectos.
Aunque existía concretamente desde la segunda mitad de
la década de los 90, el Acuerdo de Asociación Estratégica no entra en
ebullición hasta principios del segundo mandato del presidente Vladimir Putin
(2004). La causa principal es la ausencia de un poderío económico en la
Federación. A partir del año 2005, la economía rusa comenzó a estabilizarse
debido a las reformas económicas[7] del gobierno de Putin y a la coyuntura
favorable de los precios de los hidrocarburos en el mercado internacional, por
lo cual los contactos entre ambos se ampliaron.
Esta coyuntura era el escenario propicio para
desarrollar los principales intereses rusos en Brasil buscando fortalecer la
alianza estratégica entre ambos. Rusia buscaría las áreas en las cuales era
competitivo a nivel mundial y podía fomentar la colaboración bilateral con
Brasil, para así lograr sus objetivos de política exterior.
Economía, Política y Geoestrategia. Las relaciones económicas
En el período 2004-2013, Brasil siempre ha obtenido
superávits en el intercambio comercial entre ambos países. El país sudamericano
exporta a Rusia un 294% más de lo que importa. (SELA, 2011). Desde el año 2004
hasta el año 2013 Brasil importó de Rusia un promedio de 1.38 mil millones de
dólares anuales y exportó un promedio de 3.41 mil millones de dólares.
En el año 2010, el 44% del total de las exportaciones
rusas destinadas a América Latina se dirigió a Brasil. El 2008 significó el
clímax ya que representó un aumento del 95% con respecto al año anterior
(2007). El intercambio comercial entre ambos en este año ascendió a 6 700
millones de dólares y ha significado el punto más alto de la última década.
Luego aparecen los índices negativos[10] resultado de la crisis económica
mundial.
Rusia exporta a Brasil fundamentalmente fertilizantes
minerales[11] (Rusia Hoy, 2013b), que representan aproximadamente el 40% del
total de las exportaciones a ese país sudamericano. Además, es el principal
suministrador de abonos químicos[12] (CONSRIO, 2013) a Brasil y a su vez, el
gigante sudamericano es el segundo cliente más importante del mundo en la
importación de estos productos, sólo superado por China. Además, Rusia exporta
derivados del petróleo (crudo y diesel[13]) (CONSRIO, 2013), caucho y sus
manufacturas, metales[14] (CONSRIO, 2013), aeronaves y piezas de repuesto.
(SELA, 2011)
En cuanto a las exportaciones de Brasil al gigante
euroasiático, sólo en el 2010, sus exportaciones representaron el 72% del total
de América Latina. En el año anterior decayó notablemente representando un
descenso del 38% respecto al 2008. Sin embargo, para el 2010 se evidenció una
recuperación del 175% respecto al 2009.
El 80% de las exportaciones brasileñas a Rusia se
concentran en la rama de los alimentos[15]. En la exportación de maquinaria y
equipamiento existió un auge a principios de la década del 2000 de adquirir
maquinarias. Entre los años 2005-2008 se importó la cantidad de 1090 millones
de dólares en este rubro. (SELA, 2009). Sin embargo, luego de 2008 y con el
advenimiento de la crisis económica mundial, se afectó la capacidad de demanda
de inversión del mercado ruso en esta rama.
En el tema de la Inversión Extranjera Directa[16]
(IED) a Brasil, los rusos se encuentran todavía por debajo de lo esperado con
relación a sus capacidades. Brasil recibe el 1.6% del total de la Inversión
Extranjera Directa a escala mundial. (Aruca, 2013). Rusia es una fuente
importante de apoyo en el desarrollo del área energética brasileña,
específicamente en la extracción y distribución de hidrocarburos, el uso
pacífico de energía nuclear[17] y la producción de energía hidroeléctrica[18]
(López y Zea, 2010). Una oportunidad para los empresarios rusos es invertir en
el petróleo de Brasil[19] (Petrobras, 2014).
El 23 de febrero del 2007 el gigante ruso Gazprom
y la estatal Petrobras firmaron un memorándum de entendimiento que viene
a ser el marco jurídico para establecer la cooperación en las áreas de
exploración de hidrocarburos, producción, transmisión y ampliación del sector
productor de petróleo. Uno de los puntos fundamentales fue la proyección del
gasoducto Translatinoamericano, donde Gazprom confirmó su interés en
participar en el diseño, el financiamiento, asesoramiento y la construcción de
las estructuras del mismo. (GAZPROM News, 2007)
Rusia persigue diversas haciendas en el gigante
latinoamericano y además, se preocupa por atraer el desarrollo tecnológico
brasileño a su territorio. Así por ejemplo, al Kremlin le interesan las
tecnologías del sector agrario[20] (SELA, 2009), la importación de piezas de
repuesto para automóviles[21] (Kommersant, 2013), dispositivos electrónicos,
instalaciones para hospitales, artículos textiles y cosméticos. (SELA, 2011)
El aumento en el intercambio comercial deseado hasta
los 10 mil millones será posible solo en la medida en que aumente el intercambio
de productos de alta tecnología. El intercambio no debería quedarse solo en el
sector primario de la economía, sino que se debe ampliar hacia otros sectores.
Hay que emigrar hacia la búsqueda de valor agregado en los productos
comerciados. Un ejemplo de productos rusos con alto valor agregado lo
representan los armamentos y pertrechos de su Complejo Militar Industrial.
La industria militar rusa es un tema que les interesa
a ambos actores. Brasil, principalmente por su deseo de reafirmarse como potencia
regional y en sus aspiraciones de fortalecer su influencia en el ámbito
internacional. Rusia, ya que en primera instancia su industria bélica
representa jugosas ganancias para su crecimiento económico. Las adquisiciones
por parte de Brasil de tecnología militar rusa constituyen parte vital dentro
de las relaciones económicas y de seguridad internacional.
Negociaciones militares
entre ambos Estados.
Rusia es la segunda exportadora de armas a nivel
mundial (solo precedido por Estados Unidos y los países de la Unión Europea
tomados de conjunto), lo que la ubica favorablemente en la geopolítica global
mediante el suministro de armamentos a partir, no solo de los intereses de los
compradores, sino de los propios. (Aruca, 2013)
Al cierre del año 2013, el director de la compañía Rosoboronexport,
Anatoli Isaikin, declaró que las ganancias por contratos de la empresa
ascenderían a la cifra récord de $ 17 600 millones de dólares (150% más que al
cierre del año 2009[22]) (Nevara, 2013). La industria militar rusa está lista,
por segunda vez luego del derrumbe de la URSS, para convertirse en una de las
ramas que más beneficios genere en la economía.
Brasil, como líder regional pretende consolidarse en
la región y aumentar su influencia en los procesos globales. Entre sus
principales retos figura el fortalecimiento de sus fuerzas armadas, por los que
representa un interés marcado del gobierno de Itamaraty fortalecer su capacidad
combativa.
“En 2008, el gigante sudamericano desembolsó US
$23.000 millones, en gasto militar, equivalentes al 1,5% del Producto Interno
Bruto.” (Mansilla,
2009 p.3). Su principal socio militar en 2007 era Francia, en donde el
negocio rondaba los $ 10 000 millones de dólares anuales.
Sin embargo, desde el 2008 vienen efectuándose
encuentros entre autoridades rusas y brasileñas con el objetivo de aumentar la
cooperación técnico-militar. La condición principal impuesta por Brasil para
iniciar la compra de equipos rusos fue la transferencia tecnológica como parte
de un posible acuerdo[23] de licitación millonaria. (Valente, 2009). Los rusos
han estado de acuerdo en las condiciones brasileñas y desde el 2009 han
comenzado las negociaciones con las autoridades pertinentes.
El secretario del Consejo de Seguridad de la
Federación de Rusia, Valentín Alekseevich Sobolev, visitó Brasilia y se
reunió con el ministro brasileño de Asuntos Estratégicos, Roberto Mangabeira
Unger. En este encuentro ambos firmaron un acuerdo para que Brasil participara
en el desarrollo de un avión caza de quinta generación[24]. En mayo del mismo
año se anunció la puesta en marcha de una planta[25] en Rio Grande do Sul
de la empresa Rosoboronexport.
Hasta el 2012, Brasil adquirió misiles portátiles Igla
S y helicópteros de ataque Mi-35 por un valor de 306 millones de dólares.
Los tres principales fabricantes de armamento de Brasil[26] (Zibechi, 2012)
firmaron importantes acuerdos con empresas rusas[27]. Se han adquirido medios y
tecnologías como baterías antiaéreas de alta tecnología Pantsir S-1
y se han fabricado en Brasil helicópteros rusos Mi-171 con el objetivo de
reforzar las defensas antiaéreas del gigante sudamericano. También, Brasil
cuenta con nueve ingenios Mi-35 de fabricación rusa, suministrados en virtud de
un acuerdo gubernamental para la cooperación técnico-militar sellado en 2008.
Los rusos ofertaron en diciembre de 2012 la venta de
su caza Su-35, el más avanzado de su fuerza aérea, que compite[28] con el
francés Rafale y el FA-18 Super Hornet estadounidense, justo
después del anuncio de Dilma de postergar la compra pactada con Francia[29].
Asimismo, Brasil planea adquirir 12 helicópteros MI-35M rusos y durante la
visita de la presidenta Dilma a Rusia, en diciembre, se rubricó el primer contrato
para la exportación de nuevos helicópteros Ka-62[30] (MDB, 2013).
En abril del año 2013 tuvo lugar la Feria
Internacional de Defensa y Seguridad LAAD, que sesionó en la ciudad de Rio de
Janeiro. La empresa vanguardia rusa se presentó con una exposición de más de
200 piezas entre armamentos y equipos militares. Los rusos han participado
desde 1995 en este tipo de eventos. Sin embargo, en esta ocasión arribaron al
subcontinente americano con una propuesta más abarcadora en armamentos y
pertrechos militares, incrementada al 300% con respecto a la exposición del año
2011. (Rosoboronexport Latest News, 2013b)
En el año 2013 se confirmó la eventual participación
conjunta de Rusia y Brasil en la fabricación de nuevos medios antiaéreos como
el moderno sistema de misiles Paraná. (Sysoev, 2013). Los ingresos por
concepto de ventas de la empresa exportadora rusa Rosoboronexport en
2012 fueron del 18% para la subregión latinoamericana destacándose Venezuela,
Perú y Brasil.
La cooperación militar entre Rusia y Brasil pudiera
extenderse en la medida en que los rusos cumplan con la promesa de ceder la
tecnología de fabricación. Las empresas suecas, estadounidenses y francesas son
fuertes competidores, pero la garantía para el gobierno de Brasil está en que
los rusos tienen la altísima calidad requerida, los precios más asequibles del
mercado mundial y la disposición de ceder tecnología y de realizar proyectos en
conjunto, cuestiones no recogidas en las agendas de los competidores.
Brasil:
Por un mayor protagonismo
del uso pacífico del espacio exterior
La cooperación espacial de Rusia con Brasil se remonta
al período soviético[31] (AEB, 1988). Brasil y la URSS firmaron un acuerdo de
cooperación en materia aeroespacial en el año 1988 en el campo de la observación
espacial y utilización del espacio para fines pacíficos. A pesar de la
fragmentación del Estado soviético y de la política de acercamiento del
gobierno de Yeltsin a Estados Unidos y Occidente, el nuevo Estado ruso mantuvo
activa su cooperación con Brasil en esta rama.
Desde el año
1991 y hasta el 2013 las principales acciones acometidas en materia de
colaboración espacial han sido:
·
Los contratos firmados a partir de 1992 entre el Centro Técnico Aeroespacial
Brasileño y empresas rusas para el abastecimiento de materiales y servicios
para el Vehículo Lanzador de Satélites (VLS).
·
En el año 1996 el Comando General de Tecnología Aeroespacial firmó un contrato
con el Centro Internacional de Estudios Avanzados del Instituto de Aviación de
Moscú con el fin de realizar cursos de especialización en propulsión liquida.
· En
el año 2003 se firmó un convenio con el Centro Estatal Makayev de Cheliabinsk,
para la revisión y mantenimiento del VLS-1.
·
Se firmó un memorando de entendimiento en el 2004 entre el Ministerio de
Ciencia y Tecnología de Brasil y la Agencia Federal Espacial de Rusia respecto
al programa de cooperación sobre actividades espaciales. (AEB, 2013)
· En
el 2006 el astronauta brasileño Marcos César Pontes fue llevado por el portador
ruso a la Estación Espacial Internacional.
En 2008, la Agencia Espacial Brasileña (AEB) y la rusa
Kosmosexport firmaron varios acuerdos promisorios. (SELA, 2009). Uno de
los principales es la inauguración en la Universidad de Brasilia de un punto de
rastreo parte del sistema de geo-localización GLONASS[32]. (Zibechi,
2012)
Existe un marcado interés por parte de Brasil de
utilizar e impulsar el desarrollo del sistema GLONASS en su territorio y
apartarse del sistema estadounidense GPS. Esta decisión del gobierno de
Itamaraty vino asociada principalmente a los escándalos de espionaje[33]
(Figueroa, 2013) de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense sobre
blancos sensibles como Petrobras o la propia presidenta Dilma Rousseff. Además,
las aspiraciones de Brasil de convertirse en gran potencia pasan por hacerse un
lugar entre los competidores mundiales por el dominio del espacio.
Aunque existen insatisfacciones aún el gobierno de
Rusia mediante la agencia Roscosmos tiene el camino abierto para ampliar
la cobertura de utilización de GLONASS y aplicar otros convenios en
materia aeroespacial.
Es imprescindible para Brasil implementar el GLONASS
para la geo localización interna del país, buscando autonomía. Además, el VLS-1
proporcionaría una plataforma directa de acceso al espacio exterior desde
Latinoamérica. Esto no solo beneficia al gigante sudamericano por la puesta en
órbita de sus satélites, sino que proporciona una opción para el resto de los
países vecinos que pretendan alcanzar la independencia espacial.
Para Rusia además de convertirse en un tema económico
y de colaboración con Brasil es otro aspecto clave para lograr la alianza real
con el gigante sudamericano y ganar terreno en la subregión.
Las relaciones políticas multilaterales
Las posturas convergentes entre ambos Estados en el
plano multilateral pasan necesariamente por varios foros y organizaciones
internacionales de interés mutuo. El primer escenario en donde interactúan
ambos Estados es en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU.
Rusia es miembro permanente y Brasil es un miembro no
permanente siempre activo y apetente de una reforma que le permita ingresar
como decisor de las cuestiones de seguridad internacionales allí
discutidas.
Tras 15 años de consultas en el Grupo de Trabajo de
composición abierta para esta cuestión, se adoptó en septiembre de 2008 la
decisión 62/557 de la Asamblea General, en base a la cual se iniciaron
negociaciones intergubernamentales en febrero de 2009. Entre los aspectos clave
que abarca la reforma del Consejo se encuentran:
Las
categorías de miembros; las representación regional; el tamaño de un Consejo de
Seguridad ampliado con sus métodos de trabajo.
Brasil es un miembro activo del llamado G-4 (Grupo de
los 4) conformado por la India, Alemania, Japón y el propio Brasil. Este
cuarteto busca la ampliación del Consejo incluyendo nuevos miembros permanentes
que posean los mismos derechos que los miembros actuales.
Rusia como Estado con asiento permanente y derecho a
veto no le conviene una ampliación del mismo pues significaría una evidente
pérdida de fuerza para el actor euroasiático. Sin embargo, en las
intervenciones de sus principales líderes ha expresado en más de una ocasión
que Brasil reúne las condiciones[34] para ingresar en un Consejo de Seguridad
ampliado.
“Rusia apoya a India, Brasil y Sudáfrica, como fuertes
candidatos que son para incluirse en la membresía permanente del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas” (Medvedev, 2012)
Aunque en el sistema internacional imperante los
miembros permanentes del Consejo de Seguridad se resisten a compartir cuotas de
poder y una reforma en el corto plazo que permita el ingreso de nuevos miembros
con derecho a veto se vislumbra difícil, la posición del Kremlin hacia Brasil,
al menos declaradamente, es positiva. Un asiento en el Consejo de Seguridad de
la ONU consolidaría al país sudamericano como una potencia mundial y una
actitud favorable de Rusia en el tema, significa directamente, un beneplácito
para la ampliación de las relaciones bilaterales entre Brasilia y Moscú.
Con respecto al G-20 y al BRICS en donde ambos son
miembros activos les conviene a ambos continuar coincidiendo en los aspectos
fundamentales a debatir pues las posiciones que han tenido solidifican los
anhelos de construir un Sistema Internacional multipolar.
El G-20 es la plataforma que han aprovechado ambos
Estados para obtener más cuotas de poder en el escenario internacional. Ambos
países han coincidido en puntos como las reformas necesarias al sistema de
Bretton Woods (FMI y BM), los temas relacionados al desarrollo sostenible y al
cambio climático, la Ronda de Doha, las operaciones bancarias en monedas
nacionales y en los temas de seguridad internacional como los conflictos en
Libia o en Siria respectivamente. Este espacio es de concertación y
confrontación con las potencias tradicionales. Occidente pretende darles un
lugar sólo en las cuestiones que resulten de su interés. Sin embargo, en la
medida en que sus posiciones mantengan el grado de convergencia que han
mostrado en este foro lograrán un mayor acercamiento en otros aspectos del
plano bilateral y multilateral.
El BRICS ha funcionado para precisar enfoques comunes
en sus proyecciones internacionales y para profundizar sus relaciones
bilaterales. Las reuniones cumbres han consolidado su accionar multilateral
conjunto en la solución de los principales conflictos del sistema
internacional. Rusia y Brasil son miembros activos del BRICS y coinciden en los
temas de la agenda del grupo basadas en la conformación de un sistema
internacional multipolar donde la solución de conflictos sea por la vía
político-diplomática. Coinciden en temas de cambio climático, en la
conformación del Banco de Desarrollo del BRICS, en las cuestiones de las
reformas al sistema financiero internacional y en la necesidad de invertir en
África para revertir el subdesarrollo del continente.
Finalmente, es necesario resaltar que para la política
exterior del Kremlin, la región latinoamericana representa un desafío en
materia de relaciones exteriores. Es por eso que Rusia está enfocada a trabajar
en dos temas fundamentalmente para lograr su potenciación:
• La
búsqueda de vías para la ampliación de los negocios con América Latina y la
diversificación del comercio buscando valor agregado.
•
La búsqueda de mecanismos de cooperación basándose en las ventajas y los
atractivos de Rusia para la región.
En esta estrategia, Brasil es pieza clave. Se trata
del Estado más grande geográficamente, con mayor población, mayor desarrollo
económico, mayores fuerzas armadas, un liderazgo político incuestionable y, por
demás, el principal socio estratégico de Rusia en América Latina. Las empresas
rusas se encuentran en una carrera de fondo por dominar un enclave estratégico
que alberga innumerables recursos hídricos, energéticos, minerales y naturales
de cara a un planeta en extinción.
Posicionamiento
geoestratégico de Rusia
Desde el punto de vista económico, en el año 2010,
Brasil representó el 2,3% del PIB mundial, el 1,2% de las exportaciones
globales, el 1,6% de la Inversión Extranjera Directa (IED) del mundo y el 0,3%
de las patentes solicitadas.
Es el primer productor mundial de niobio (92%), el
segundo de hierro (18%) y de tantalio (16%), el tercero de bauxita (14%), de
grafito (7%) y de tierras raras (1%). (Taller, 2013).
Posee mega consorcios capaces de competir con
cualquier transnacional por el control de los recursos naturales, por lo que ha
desarrollado súper empresas autóctonas que se disputan la obtención de la
plusvalía extraordinaria de sus esferas. Por ejemplo, la compañía VALE
es la segunda empresa más grande del mundo en explotación y distribución
minera. El 65% de sus ganancias proviene de sus exportaciones de hierro. Esta
misma empresa explota el 95% del manganeso de Brasil, sus minas de oro (que
representan el 4.7% de las reservas mundiales), sus yacimientos de zinc (3%
mundial) y sus reservas de cobre (2% mundial). (Davidov, 2012)
La región amazónica brasileña conserva grandes
cantidades de recursos naturales. Brasil es el país con mayor biodiversidad del
mundo, posee la sexta reserva mundial de uranio, inmensas reservas de agua[35],
caucho, madera, minerales raros y con los descubrimientos petrolíferos en la
capa Pre-sal, cuenta con cantidades de crudo equivalentes a un tercio de las de
Venezuela. (Aruca, 2013)
Desde el ángulo político existe un clima de
estabilidad en el gigante sudamericano desde la llegada de Luiz Inácio Lula da
Silva (Aruca, 2013) al gobierno que se ha mantenido con su sucesora Dilma
Rousseff.
Estas condiciones geográficas, políticas, económicas y
su potencial innegable en la arena internacional hacen que constituya un país
clave en la política exterior de cualquier potencia extra regional en su inserción
en América Latina.
La Estrategia de Seguridad Nacional Rusa hasta el año
2020 firmada por el entonces presidente Dimitri Medvedev, el 12 de mayo del
2009, clarificó cual ha sido el método para lograr su inserción en las
diferentes regiones del mundo buscando la estabilidad estratégica y
asociaciones en igualdad de derechos. “Estos objetivos estratégicos se
logran con una política exterior activa, dirigida a conjugar los intereses
comunes sobre la base del mutuo beneficio” (Medvedev citado por Roque, 2009 p.
7). La proyección de política internacional de Rusia parte del respeto a la
autodeterminación de los pueblos, a su soberanía e independencia nacional y a
la concreción del interés nacional ruso. Sus prioridades estratégicas se basan
fundamentalmente en “Convertir a la Federación Rusa en una potencia mundial
cuya acción está dirigida a mantener la estabilidad estratégica y la
colaboración mutuamente ventajosa en las condiciones de un mundo multipolar
(…)” (Medvedev citado por Roque, 2009 p. 5)
La obtención a largo plazo de estos objetivos sólo se
logrará diversificando los socios comerciales, económicos, políticos y
estratégicos. Brasil constituye un importante pilar dentro del diseño de
expansión ruso por Latinoamérica.
Las mayores posibilidades y fortalezas de Rusia se
encuentran en su industria de extracción de gas natural y petróleo. Según el
Informe del SELA del 2011 titulado: “La evolución reciente de las relaciones
económicas entre la Federación de Rusia y América Latina y el Caribe. Mecanismos
institucionales y de cooperación para su fortalecimiento”, los intereses de
Rusia en Brasil son diversos. Este documento asegura que además de todos los
intereses económicos existentes entre ambos países, las 69 aspiraciones de
Rusia irán en aumento. Un ejemplo de esta afirmación lo constituyen los
intereses de los consorcios rusos en Brasil.
El gigante ruso Gazprom quiere ser protagonista
en el proyecto del Gasoducto Translatinoamericano Venezuela-Brasil, que
aseguraría el suministro a toda la subregión. (SELA, 2011). De realizarse este
proyecto consolidaría a la mega empresa rusa como la transnacional de
hidrocarburos mejor posicionada en el subcontinente americano, en donde se
ubican países productores de crudo y gas como Bolivia, Ecuador, Brasil y el de
mayores reservas del mundo, Venezuela[36] (OPEP, 2011).
El segundo interés marcado de Rusia es el tema
nuclear. Brasil posee el mayor desarrollo nuclear[37] (Waisman, 2012) de la
región. Electrobras, principal compañía de generación de electricidad en Brasil
planea construir de cuatro a ocho centrales atómicas hasta el año 2030.
(Melnikov, 2013) El presidente de Rosatom, Kiril Komarov, ha mostrado
disposición sobre la posible participación rusa con financiamiento, tecnología
y asesoramiento, en caso de que el gobierno brasileño manifieste interés. Las
mayores perspectivas, a corto plazo, en cuanto a las inversiones rusas en
Brasil se manifiestan en el tema nuclear. (León, 2014)
En cuanto a la minería, destacan la adquisición en el
año 2011 del 25% de las acciones de la empresa brasileña Minerasao (45
millones de dólares) por parte de su homóloga rusa Severstal. (León,
2014). Con el desarrollo tecnológico que posee Rusia en extracción de minerales
y las surtidas reservas que tiene Brasil se avizora un posible incremento a
mediano plazo de las inversiones rusas hacia este sector. (León, 2014)
El posicionamiento estratégico de Rusia en América
Latina no viene condicionado al accionar de los Estados Unidos, sino que es la
acción pragmática de un Estado con intereses concretos en una región en ascenso
y con un inmenso potencial. A largo plazo, la región latinoamericana será un
reservorio inmenso de recursos escasos y no renovables para la supervivencia de
las grandes potencias. Por ende, se hace necesario asegurar la presencia desde
los tiempos que corren con el objetivo de tener prioridad en un posible momento
crítico. Rusia comprende perfectamente que debe afianzar su presencia en todas
las regiones del mundo y América Latina no es la excepción.
Por otra parte, Rusia logrará sus objetivos nacionales
en la subregión consolidándose como socio estratégico de Brasil. Ambos
coinciden en la misma visión de un mundo multipolar, por lo cual es una
asociación provechosa tanto para el Kremlin como para Itamaraty.
NOTAS:
[1] Brasil significa casi la mitad de
Sudamérica al poseer una superficie de 8 524 209 km2 y 23 086 km de litoral.
Ocupa el 20.8% del territorio americano y el 47.7% del suramericano. Tiene
fronteras con todos los países de América del Sur, excepto con Chile y
Ecuador.
[2] 198. 423. 000 habitantes según
estadísticas de CEPAL en el año 2012.
[3] Ha sobrepasado al Reino Unido, líder
tradicional del orden mundial. Este diagnóstico es compartido por el Fondo
Monetario Internacional (FMI), las consultoras Economist Intelligence Unit
(EIU) y Business Monitor International (BMI), quienes posicionan a Brasil con
un perfil de potencia global, pues cuenta con un PIB de 2,4 billones de
dólares, ubicándose por detrás de Estados Unidos (14,5 billones), China (5,8),
Japón (5,4), Alemania (3,3) y Francia (2,5).
[4]
6ta reserva mundial.
[5]Sus
reservas hídricas son equivalentes a las de Centroamérica, Norteamérica y el
Caribe juntas, un 50% mayor que las de toda África Subsahariana, y 10 veces
superiores a las del conjunto de Oriente Medio y Norte de África.
[6] Un sistema integral de relaciones
económicas internacionales comprende una combinación de relaciones comerciales,
financieras, de cooperación y de integración. En el caso de Rusia y Brasil
solamente serán analizados los intercambios comerciales y las inversiones.
[7] Una de las principales reformas económicas de Putin consistió en la
creación en el año 2004 del Fondo de Estabilización. Éste tenía por objetivo
primordial acumular recursos financieros susceptibles de ser gastados cuando
cayese el precio del petróleo. Éste ha llegado a representar en el año 2008 el
9,3%del PIB del país. En el caso del petróleo se ha reordenado el sector del
petróleo y el gas natural con el objetivo de estatalizar los recursos
energéticos considerados claves para la economía del país. Otra de las reformas
económicas del presidente fue la búsqueda de la mejora en el nivel de vida de
la población. Se redujo el desempleo considerablemente. Mientras en 1999 era
del 12,7%, en el año 2007 fue de la mitad (6,1%). El crecimiento medio nominal
de los salarios durante la etapa Putin ha sido de un 32% que ha superado el
nivel de inflación. De 1999 al 2007 la inflación promedio de Rusia fue de
13.66%.
[8] Aunque Brasil representa el 0.5% de
las exportaciones de Rusia y el 1% de sus importaciones es el primer socio
comercial de Rusia en América Latina. Brasil acapara casi el 40% del comercio
de Rusia con la región.
[9] Estados Unidos es el primer socio
comercial de Rusia en el continente americano. Su intercambio comercial en el
2013 ascendía a 27,7 miles de millones de dólares, con un superávits para el
primero de 5,3 miles de millones de dólares.
[10] En el 2009 las importaciones
brasileñas de Rusia decrecieron un 57% respecto al 2008. En los próximos años
hasta el 2013 no se volverán a alcanzar los índices del 2008.
[11] La empresa rusa Phosagro, el mayor
fabricante de fertilizantes de Rusia, es la encargada de la exportación de este
producto a Brasil. En 2013 exportó 31 millones de toneladas y pretende exportar
al término del 2014, 33 millones. Latinoamérica representa un tercio del
crecimiento mundial del consumo de fertilizantes fosfatados. Dicha empresa
pretende establecer un distribuidor propio en Brasil, según Andrei Gúrev,
director de la compañía. La compañía financiera AForex estima que el potencial
de mercado latinoamericano es de unos 3000 millones de dólares anuales. La
medida de incursionar en Latinoamérica, a través de Brasil, podría
proporcionarle a la compañía rusa una cuota de mercado del 7-8%, agenciándose
el 10% del mercado latinoamericano.
[12] Los principales productos químicos
son: Urea (15% del total de sus exportaciones de químicos)-287.5 millones de
dólares, nitrato de amonio (10%)-195 millones de dólares, cloruro de potasio
(7%)-136 millones de dólares, ortofosfato de amonio (6,3%)-121 millones de
dólares y sulfato de amonio (1%)-21 millones de dólares.
[13] La empresa rusa Lukoil es la
encargada de exportar el petróleo crudo y el diésel a Brasil. La petrolera
privada más grande de Rusia tiene intereses crecientes en América Latina, en
especial por “Venezuela, Brasil y México” (Komarov, 2013). Rusia exportó a
Brasil en 2011: 130 300 000 dólares de petróleo bruto (6,8% del total de sus
exportaciones de energéticos), 47 600 000 dólares de nafta (2,5%) y 33 000 000
de dólares de combustible diésel (1,7%).
[14] El gigante metalúrgico ruso Rusal
está volcado en la región. Es uno de los mayores inversionistas en Guyana y
pretende para mediados del 2014 incursionar en Brasil. La empresa rusa
VSMPO-Avisma suministra titanio al fabricante de aviones brasileño Embraer.
(Kommersant, 2013). Los principales minerales exportables a Brasil son: acero
laminado por valor de 338 millones de dólares (18% del total de sus
exportaciones de minerales) y Paladio por valor de 56 millones de dólares (3%).
[15] En el 2011 Rusia importó de Brasil
los siguientes productos alimenticios: azúcar en bruto por un valor de 1,5
millones de millones de dólares (38% del total de sus importaciones de
alimentos), carne bovina por un valor de 1,1 millones de millones de dólares
(24,6%), carne de cerdo por 645 millones de dólares (15,5%), aves por un valor
de 157,5 millones de dólares (4%), café por 130,1 millones de dólares (3%) y
tabaco por 110 millones de dólares (2,5%).
[16] La Inversión Extranjera Directa (IED)
es aquella inversión realizada con el fin de obtener una rentabilidad
permanente, alcanzando una influencia significativa en la dirección de la
empresa invertida.
[17] Existe un memorándum de entendimiento
entre la Comisión Nacional de Energía Nuclear de Brasil (CNEN) y la Corporación
Estatal para la Energía Atómica de Rusia (ROSATOM) del 21 de julio del 2009,
que se firmó con el objetivo de profundizar la cooperación en el campo de la
utilización de energía nuclear con fines pacíficos. "Rosatom está
dispuesto a estudiar la construcción y la explotación en Brasil de centrales
atómicas de diseño ruso y también actuar como capitalista, si Brasilia expresa
interés" (UPI, 2013). Estas fueron declaraciones del presidente de la
estatal rusa Rosatom, Kiril Komarov, en su visita a Rio de Janeiro como parte
de la intención rusa de continuar la expansión internacional de la empresa
luego de adquirir la minera australiana Mantra Resources y la empresa
canadiense Uranium One.
[18] En mayo del 2004 se sostuvo un
encuentro entre el ministro de Industria y Energía de Rusia, Victor Kristenko y
la ministra de Minas y Energía de Brasil, Dilma Rousseff. En este intercambio,
ambos representantes concertaron impulsar el intercambio de experiencias en la
industria energética en materia de extracción y transportación de petróleo y
gas natural, generación de electricidad y energías alternativas. Las empresas
energéticas Silovye Machiny, INTER RAO y Energomashcorp se encuentran operando
en Brasil. Silovye Machiny firmó un contrato con la empresa brasileña Energ
Power para el suministro y montaje del equipamiento de la hidroeléctrica “Passo
São Joao”, la tercera más grande de Brasil.
[19] Brasil era un país tradicionalmente
importador de crudo. Sin embargo, con los descubrimientos de Pre-sal, las
reservas estimadas de crudo ascienden a un tercio de las de Venezuela. Además,
la densidad del petróleo es de 28-30º API, con baja acidez y bajo contenido de
azufre. Este petróleo posee una alta calidad y por tanto un mayor valor de
mercado. Se estima por la empresa estatal Petrobras, que para el 2017, la
producción diaria supere el millón de barriles sólo en el área Pre-sal. Las
empresas Rosneft, Gazprom, Zarubezhneft, Gazpromneft, Lukoil y Surgutneftegaz,
a través del Estado, han pedido en la VI Reunión de la Comisión Brasileño-Rusa
de Alto Nivel de Cooperación intervenir en la reserva de Solimões. Existe
petróleo en 19 sectores de 9 grandes reservas brasileñas: Barreirinhas, Ceará,
Espírito Santo, Foz do Amazonas, Pará-Maranhão, Parnaíba, Potiguar, Recôncavo e
Sergipe-Alagoas.
[20] Rusia desde el 2000 hasta el 2008
adquirió de Brasil maquinarias diversas desde motores de combustión interna,
equipos de bombas y compresoras, centrífugas, refrigeradores, máquinas de coser
y buldóceres. De la agricultura se obtuvieron máquinas de arado, tractores
automóviles y piezas de repuesto. Es un interés de Moscú recuperar los niveles
de adquisición de maquinarias de Brasil, principalmente en el sector agrícola.
[21] El modelo Chevrolet Cobalt, producto
netamente creado por los ingenieros automovilísticos de Brasil entró a
principios del 2013 al mercado ruso. Su modificación para los mercados de
países en desarrollo fue diseñado en Brasil y fabricado en Uzbekistán. Además,
en Baskortostán hay una empresa conjunta ruso-brasileña que se dedica a la
fabricación de autobuses. Desde 2007 la empresa brasileña “Marco Polo” creó una
empresa mixta llamada “Ônibus Russos Marco” que ensambla en Rusia microbuses
del tipo “Real” y los buses de la clase turística “Andares”. Desde el 2009, con
la crisis económica en apogeo, la empresa paralizó la producción de una planta
y cerró otra de forma temporal, concentrando toda la producción en la planta de
Pavlovo.
[22] Ese año las ganancias de la compañía
rondaron los $ 7050 millones de dólares.
[23] En la gira del ministro Jobim del año
2008 por Moscú y París entre otros lugares, se buscaba no solo la compra de
aviones modernos por un valor de $ 700 millones de dólares, sino la
transferencia tecnológica para en un futuro poder fabricarlos en Brasil. Los
posibles candidatos eran el Rafale
Francés y el SU-35 Ruso. Las conversaciones con autoridades rusas fueron
realizadas a puertas cerradas y no se comunicó a la prensa los resultados de
las negociaciones.
[24] Promover la coproducción,
encomendándole al país sudamericano el ensamblaje de los Su-35 (y, tal vez, la
producción de algunas piezas no muy importantes) y desarrollar conjuntamente el
avión de quinta generación Т-50 podría abrirles la puerta a los rusos con
Brasil. El caza de quinta generación T-50 es un avión tecnológicamente muy
avanzado. “Nuestras impresiones son esperanzadoras (…) pero en la actualidad
nuestro avión de combate de quinta generación [desarrollado por el consorcio
Sukhoi] es superior al F-35" de EE.UU.” (Rogozin citado por Rusia Hoy,
2013a p. 2)
[25] Esta planta estaría dedicada a la
fabricación en un inicio de vehículos militares, de bajo impacto como
transferencia tecnológica pero con un alto interés comercial para Brasil.
[26] Las tres principales empresas
productoras de armamentos en Brasil son: Odebrecht,
Embraer y Avibras. La primera es dueña de la fábrica de misiles “Mectron”,
la segunda es propietaria de la empresa de radares antiaéreos “Orbisat” y
la última fabrica el misil más importante de las Fuerzas Armadas Brasileñas, “Astros
II”.
[27] “Odebrecht firmó en diciembre un
memorando de entendimiento con la rusa Rostechnologii para la creación de una
empresa mixta para el montaje de helicópteros rusos Mi-171 en Brasil y un
centro de servicios para los ya operativos Mi-35.” (Zibechi, 2013 p. 3)
[28] Esta competencia se realiza
paralelamente al ámbito de competencia internacional FX-2 impulsado por el
gobierno de Brasil. Este concurso surgió con el objetivo de adquirir aviones
para la Fuerza Aérea Brasileña ya que necesitaban renovar las naves Mirage existentes. Los rusos quedaron
fuera de la licitación FX-2, pero hicieron su oferta paralela.
[29] El gobierno de la presidenta de
Brasil aseguró que la compra se atrasaba por cuestiones de presupuesto, sin
embargo, es evidente el distanciamiento en las relaciones entre Francia y
Brasil desde mayo de 2010 cuando se firmaron los acuerdos tripartitos (Irán,
Brasil y Turquía) para resolver el conflicto en torno al programa nuclear
iraní.
[30] Los siete helicópteros Ka-62 fueron
destinados a la empresa brasileña “Atlas Taxi Aéreo”. Este helicóptero de
transporte ganó el concurso de la petrolífera nacional brasileña Petrobras luego de una ardua competencia
con empresas estadounidenses, suecas y francesas.
[31] En realidad los contactos comienzan
con el Acuerdo Básico de Cooperación Científica y Tecnológica entre el Gobierno
de Brasil y la URSS del año 1981. Sin embargo, el instrumento jurídico que
ampara la cooperación entre ambos es el Protocolo entre el Gobierno de Brasil y
el Gobierno de la URSS sobre la utilización del espacio con fines pacíficos.
Este documento constituye el armazón legal de la cooperación de ambos en
materia aeroespacial. Los puntos principales fueron el estudio de física de
interacción Sol-Tierra, el estudio y desenvolvimiento de vehículos espaciales,
el desarrollo futuro de sistemas de navegación y comunicación conjunta, el
intercambio de estudiantes y científicos, el intercambio de datos y resultados
de experimentos, la realización de simposios, la aplicación y lanzamiento de
vehículos espaciales, la aplicación de métodos de operaciones espaciales
(rastreo, telemetría) entre otros acuerdos.
[32] Es un sistema de navegación
desarrollado por los soviéticos y que representa la contrapartida del GPS
estadounidense. Está formado por 31 satélites (24 en activo y el resto de
reserva) y es capaz de actuar en un radio de acción de hasta 25 500 km. La
constelación de Glonass se mueve
alrededor de la tierra con una altitud de 19 100 km y tarda 11 horas y 15
minutos en completar una órbita. El sistema pertenece al Ministerio de Defensa
de la Federación de Rusia y están puesto en el espacio desde octubre de 1982.
El mismo representa un aumento considerable en la precisión, acceso, integridad
y continuidad en los servicios de navegación para los usuarios aéreos.
[33] Varias de las medidas anti espionaje
del gobierno brasileño fueron la creación de email propios, neutralidad de la
red, cableado submarino nacional, servidores en territorio brasileño y el tema
de la ampliación y colaboración aeroespacial con otros Estados como Rusia o
China.
[34] Es un país inmenso, con una situación
política estable, con un peso económico y demográfico significativo, con un
liderazgo regional indiscutible, grandes fuerzas armadas, impulsor de la paz y
seguridad regional (Otálvora, 2008) y mundial.
[35] Sus reservas hídricas son equivalentes
a las de Centroamérica, Norteamérica y el Caribe juntas, un 50% mayor que las
de toda África Subsahariana, y 10 veces superiores a las del conjunto de
Oriente Medio y Norte de África.
[36] Las reservas probadas de crudo hasta
el año 2013 de la República Bolivariana de Venezuela ascienden a: 316 000 000
000 de barriles. Las de Brasil aumentaron a 105 330 000 000 luego de los
descubrimientos Pre-sal.
[37] Brasil junto con Argentina son los
países latinoamericanos con un mayor desarrollo nuclear. Ambos firmaron y
ratificaron el TNP y poseen un mecanismo conjunto para la inspección mutua de
sus instalaciones, el abastecimiento de sus factorías y la generación de
confianza. Brasil respeta y aboga por el cumplimiento del Tratado de No
Proliferación, en sus tres pilares: desarme nuclear, no proliferación y usos
pacíficos de la energía nuclear; siendo este último aspecto fundamental en su
proyección regional ya que contribuye a la seguridad internacional y considera
al TNP como la “piedra angular del Régimen de No-Proliferación”.
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