viernes, 9 de enero de 2015

La política exterior de Rusia hacia Brasil en el período 2004-2013


Por Victor Manuel Rodríguez Etcheverry


Brasil fue el primer país latinoamericano en establecer relaciones diplomáticas con el emperador ruso Nicolás I (Nikolai Pavlovich Romanov), ya que era el único lugar en América del Sur que se mantenía colonizado (posesión ultramarina de Portugal). Con el resto de América Latina, Rusia se limitó a establecer contactos por solidaridad monárquica con la Casa Real Española. Dos años antes del establecimiento de relaciones o sea, en 1826, 49 barcos con mercancías brasileñas arribaron a Rusia. Las reuniones entre ambos países comenzaron desde antes de la fecha oficial recogida por la historia. 

Las relaciones han existido por más de 185 años consecutivos. Sin embargo, los contactos han sido escasos, principalmente basados en los intercambios comerciales. Aproximadamente a partir del año 1995 se empezaron a profundizar los vínculos entre estos dos gigantes. En parte se debió al giro en política exterior que experimentó el gobierno ruso con Primakov en la cancillería y su intención de desarrollar relaciones con otros polos de poder mundial.

El gigante sudamericano sobresale en el subcontinente por ser el país más extenso geográficamente[1] (Díaz, 2012) y el quinto a nivel global. Posee además, la quinta mayor población del mundo y un tercio de la población sudamericana[2] (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, 2010), así como devino la sexta economía a escala mundial en el 2011, según el ranking del Centro de Investigaciones de Economía y Negocios (CEBR, 2012), Douglas Mc Williams[3].  
 
Además, puede considerarse como una nación estratégica, pues la región amazónica brasileña (60% de su territorio) posee grandes reservas de minerales, como el uranio[4]  y el agua[5]. Con los descubrimientos de yacimientos petrolíferos Pre-sal en sus aguas atlánticas, Brasil cuenta con importantes reservas probadas de crudo; además, es líder en la extracción y distribución de gas natural. Estas condiciones y recursos la hacen atractiva para las inversiones foráneas.

Las relaciones entre estos dos Estados han ido en ascenso. En foros y organizaciones multilaterales sus posiciones han sido convergentes. En el tema bilateral, la agenda ruso-brasileña ha abarcado intereses económicos, comerciales, políticos y estratégicos.

“Anteriormente los líderes tanto de Rusia, como de Brasil, subrayaban reiteradas veces en sus intervenciones la presencia de puntos de similitud esenciales entre estos países: enormes territorios, diversidad biológica y étnica, el papel de líderes regionales, las economías, que disponen del potencial para convertir a estos países en importantes jugadores internacionales del siglo XXI. Objetivamente, a ello contribuyen iguales enfoques a la reformación del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la base de representación más adecuada de todas las regiones, el apego a la idea del mundo multipolar y a los métodos pacíficos en la solución de conflictos, la igual visión del problema de integridad territorial y de la soberanía de los Estados, de la mayoría de los problemas globales y regionales, tales como el terrorismo internacional, el crimen organizado, el narcotráfico y las exigencias de respetar la diversidad cultural del mundo contemporáneo” (Kovtun, 2012 p. 71).

La política exterior de Rusia hacia Brasil se ha basado durante los últimos 10 años (2004-2014) en potenciar las relaciones económicas[6] entre ambos, en mantener y fortalecer la alianza multilateral (G-20, BRICS y Consejo de Seguridad de la ONU) y en lograr una mayor incursión en Brasil, como pieza clave de una estrategia rusa diseñada para ganar espacio en Latinoamérica. Estos frentes se han desarrollado sobre el Acuerdo de Asociación Estratégica firmado con Brasil en el año 1997.

  El Acuerdo de Asociación Estratégica con Brasil: 
Principales intereses

En 1997 se firmó el Acuerdo de Asociación Estratégica con Brasil. Esta acción tuvo como objetivo orientar el rumbo de la política exterior rusa hacia otros centros de poder. El acuerdo que funciona como armazón legal para cooperar con Brasil es de vital importancia en la política exterior rusa hacia el gigante sudamericano. Cualquier acción económica, política, militar, jurídica o de cooperación responde inicialmente a este convenio. Este acuerdo posee un mecanismo operativo llamado “Comisión de Alto Nivel de Cooperación Brasileño-Rusa”, el cual se reúne todos los años en diversas comisiones que evalúan las relaciones entre ambos y trazan directrices para ampliar los contactos existentes y crear nuevos. Este Acuerdo es la base establecida por Rusia y Brasil para lograr una alianza real en el Sistema Internacional. En la medida en que la cooperación avance mediante la implementación de este marco legal, Rusia se aproximará a concretar la alianza deseada.

Como ya se mencionaba anteriormente, este Acuerdo de Asociación Estratégica con Brasil funciona en diversas comisiones. Las de mayor impacto en las relaciones entre ambos son:

·     La comisión de cooperación económico-comercial, que busca diversificar y ampliar las relaciones económicas entre ambos países.
·      La de cooperación política, que busca ampliar los nexos en la arena multilateral buscando apoyo mutuo en políticas como el Cambio Climático, la Reforma del Sistema Financiero Internacional, la Reforma del Sistema de Naciones Unidas, entre otros.
·      La de cooperación en materia de Defensa, que busca aumentar la exportación de tecnología militar rusa a Brasil y de licencias para la fabricación de armamentos rusos en el gigante sudamericano.
·    La de cooperación energética, que persigue la colaboración rusa en mega proyectos de extracción de hidrocarburos y la venta de derivados.

·      La de cooperación aeroespacial, que existe desde la existencia de la Unión Soviética con Brasil y persigue diversas finalidades buscando el fortalecimiento de la capacidad defensiva brasileña y de la autosuficiencia comunicativa, geo localizadora, entre otros aspectos.

Aunque existía concretamente desde la segunda mitad de la década de los 90, el Acuerdo de Asociación Estratégica no entra en ebullición hasta principios del segundo mandato del presidente Vladimir Putin (2004). La causa principal es la ausencia de un poderío económico en la Federación. A partir del año 2005, la economía rusa comenzó a estabilizarse debido a las reformas económicas[7] del gobierno de Putin y a la coyuntura favorable de los precios de los hidrocarburos en el mercado internacional, por lo cual los contactos entre ambos se ampliaron. 

Esta coyuntura era el escenario propicio para desarrollar los principales intereses rusos en Brasil buscando fortalecer la alianza estratégica entre ambos. Rusia buscaría las áreas en las cuales era competitivo a nivel mundial y podía fomentar la colaboración bilateral con Brasil, para así lograr sus objetivos de política exterior.  

  Economía, Política y Geoestrategia. Las relaciones económicas

En el período 2004-2013, Brasil siempre ha obtenido superávits en el intercambio comercial entre ambos países. El país sudamericano exporta a Rusia un 294% más de lo que importa. (SELA, 2011). Desde el año 2004 hasta el año 2013 Brasil importó de Rusia un promedio de 1.38 mil millones de dólares anuales y exportó un promedio de 3.41 mil millones de dólares. 

En el año 2010, el 44% del total de las exportaciones rusas destinadas a América Latina se dirigió a Brasil. El 2008 significó el clímax ya que representó un aumento del 95% con respecto al año anterior (2007). El intercambio comercial entre ambos en este año ascendió a 6 700 millones de dólares y ha significado el punto más alto de la última década. Luego aparecen los índices negativos[10] resultado de la crisis económica mundial.

Rusia exporta a Brasil fundamentalmente fertilizantes minerales[11] (Rusia Hoy, 2013b), que representan aproximadamente el 40% del total de las exportaciones a ese país sudamericano. Además, es el principal suministrador de abonos químicos[12] (CONSRIO, 2013) a Brasil y a su vez, el gigante sudamericano es el segundo cliente más importante del mundo en la importación de estos productos, sólo superado por China. Además, Rusia exporta derivados del petróleo (crudo y diesel[13]) (CONSRIO, 2013), caucho y sus manufacturas, metales[14] (CONSRIO, 2013), aeronaves y piezas de repuesto. (SELA, 2011)

En cuanto a las exportaciones de Brasil al gigante euroasiático, sólo en el 2010, sus exportaciones representaron el 72% del total de América Latina. En el año anterior decayó notablemente representando un descenso del 38% respecto al 2008. Sin embargo, para el 2010 se evidenció una recuperación del 175% respecto al 2009.

El 80% de las exportaciones brasileñas a Rusia se concentran en la rama de los alimentos[15]. En la exportación de maquinaria y equipamiento existió un auge a principios de la década del 2000 de adquirir maquinarias. Entre los años 2005-2008 se importó la cantidad de 1090 millones de dólares en este rubro. (SELA, 2009). Sin embargo, luego de 2008 y con el advenimiento de la crisis económica mundial, se afectó la capacidad de demanda de inversión del mercado ruso en esta rama.

En el tema de la Inversión Extranjera Directa[16] (IED) a Brasil, los rusos se encuentran todavía por debajo de lo esperado con relación a sus capacidades. Brasil recibe el 1.6% del total de la Inversión Extranjera Directa a escala mundial. (Aruca, 2013). Rusia es una fuente importante de apoyo en el desarrollo del área energética brasileña, específicamente en la extracción y distribución de hidrocarburos, el uso pacífico de energía nuclear[17] y la producción de energía hidroeléctrica[18] (López y Zea, 2010). Una oportunidad para los empresarios rusos es invertir en el petróleo de Brasil[19] (Petrobras, 2014). 

El 23 de febrero del 2007 el gigante ruso Gazprom y la estatal Petrobras firmaron un memorándum de entendimiento que viene a ser el marco jurídico para establecer la cooperación en las áreas de exploración de hidrocarburos, producción, transmisión y ampliación del sector productor de petróleo. Uno de los puntos fundamentales fue la proyección del gasoducto Translatinoamericano, donde Gazprom confirmó su interés en participar en el diseño, el financiamiento, asesoramiento y la construcción de las estructuras del mismo. (GAZPROM News, 2007)

Rusia persigue diversas haciendas en el gigante latinoamericano y además, se preocupa por atraer el desarrollo tecnológico brasileño a su territorio. Así por ejemplo, al Kremlin le interesan las tecnologías del sector agrario[20] (SELA, 2009), la importación de piezas de repuesto para automóviles[21] (Kommersant, 2013), dispositivos electrónicos, instalaciones para hospitales, artículos textiles y cosméticos. (SELA, 2011)

El aumento en el intercambio comercial deseado hasta los 10 mil millones será posible solo en la medida en que aumente el intercambio de productos de alta tecnología. El intercambio no debería quedarse solo en el sector primario de la economía, sino que se debe ampliar hacia otros sectores. Hay que emigrar hacia la búsqueda de valor agregado en los productos comerciados. Un ejemplo de productos rusos con alto valor agregado lo representan los armamentos y pertrechos de su Complejo Militar Industrial.

La industria militar rusa es un tema que les interesa a ambos actores. Brasil, principalmente por su deseo de reafirmarse como potencia regional y en sus aspiraciones de fortalecer su influencia en el ámbito internacional. Rusia, ya que en primera instancia su industria bélica representa jugosas ganancias para su crecimiento económico. Las adquisiciones por parte de Brasil de tecnología militar rusa constituyen parte vital dentro de las relaciones económicas y de seguridad internacional. 

Negociaciones militares entre ambos Estados.

Rusia es la segunda exportadora de armas a nivel mundial (solo precedido por Estados Unidos y los países de la Unión Europea tomados de conjunto), lo que la ubica favorablemente en la geopolítica global mediante el suministro de armamentos a partir, no solo de los intereses de los compradores, sino de los propios. (Aruca, 2013)

Al cierre del año 2013, el director de la compañía Rosoboronexport, Anatoli Isaikin, declaró que las ganancias por contratos de la empresa ascenderían a la cifra récord de $ 17 600 millones de dólares (150% más que al cierre del año 2009[22]) (Nevara, 2013). La industria militar rusa está lista, por segunda vez luego del derrumbe de la URSS, para convertirse en una de las ramas que más beneficios genere en la economía.

Brasil, como líder regional pretende consolidarse en la región y aumentar su influencia en los procesos globales. Entre sus principales retos figura el fortalecimiento de sus fuerzas armadas, por los que representa un interés marcado del gobierno de Itamaraty fortalecer su capacidad combativa.

“En 2008, el gigante sudamericano desembolsó US $23.000 millones, en gasto militar, equivalentes al 1,5% del Producto Interno Bruto.” (Mansilla, 2009 p.3). Su principal socio militar en 2007 era Francia, en donde el negocio rondaba los $ 10 000 millones de dólares anuales.

Sin embargo, desde el 2008 vienen efectuándose encuentros entre autoridades rusas y brasileñas con el objetivo de aumentar la cooperación técnico-militar. La condición principal impuesta por Brasil para iniciar la compra de equipos rusos fue la transferencia tecnológica como parte de un posible acuerdo[23] de licitación millonaria. (Valente, 2009). Los rusos han estado de acuerdo en las condiciones brasileñas y desde el 2009 han comenzado las negociaciones con las autoridades pertinentes.

El secretario del Consejo de Seguridad de la Federación de Rusia, Valentín Alekseevich Sobolev, visitó Brasilia y se reunió con el ministro brasileño de Asuntos Estratégicos, Roberto Mangabeira Unger. En este encuentro ambos firmaron un acuerdo para que Brasil participara en el desarrollo de un avión caza de quinta generación[24]. En mayo del mismo año se anunció la puesta en marcha de una planta[25] en Rio Grande do Sul de la empresa Rosoboronexport.

Hasta el 2012, Brasil adquirió misiles portátiles Igla S y helicópteros de ataque Mi-35 por un valor de 306 millones de dólares. Los tres principales fabricantes de armamento de Brasil[26] (Zibechi, 2012) firmaron importantes acuerdos con empresas rusas[27]. Se han adquirido medios y tecnologías como baterías antiaéreas de alta tecnología Pantsir S-1 y se han fabricado en Brasil helicópteros rusos Mi-171 con el objetivo de reforzar las defensas antiaéreas del gigante sudamericano. También, Brasil cuenta con nueve ingenios Mi-35 de fabricación rusa, suministrados en virtud de un acuerdo gubernamental para la cooperación técnico-militar sellado en 2008.

Los rusos ofertaron en diciembre de 2012 la venta de su caza Su-35, el más avanzado de su fuerza aérea, que compite[28] con el francés Rafale y el FA-18 Super Hornet estadounidense, justo después del anuncio de Dilma de postergar la compra pactada con Francia[29]. Asimismo, Brasil planea adquirir 12 helicópteros MI-35M rusos y durante la visita de la presidenta Dilma a Rusia, en diciembre, se rubricó el primer contrato para la exportación de nuevos helicópteros Ka-62[30] (MDB, 2013).

En abril del año 2013 tuvo lugar la Feria Internacional de Defensa y Seguridad LAAD, que sesionó en la ciudad de Rio de Janeiro. La empresa vanguardia rusa se presentó con una exposición de más de 200 piezas entre armamentos y equipos militares. Los rusos han participado desde 1995 en este tipo de eventos. Sin embargo, en esta ocasión arribaron al subcontinente americano con una propuesta más abarcadora en armamentos y pertrechos militares, incrementada al 300% con respecto a la exposición del año 2011. (Rosoboronexport Latest News, 2013b)

En el año 2013 se confirmó la eventual participación conjunta de Rusia y Brasil en la fabricación de nuevos medios antiaéreos como el moderno sistema de misiles Paraná. (Sysoev, 2013). Los ingresos por concepto de ventas de la empresa exportadora rusa Rosoboronexport en 2012 fueron del 18% para la subregión latinoamericana destacándose Venezuela, Perú y Brasil. 

La cooperación militar entre Rusia y Brasil pudiera extenderse en la medida en que los rusos cumplan con la promesa de ceder la tecnología de fabricación. Las empresas suecas, estadounidenses y francesas son fuertes competidores, pero la garantía para el gobierno de Brasil está en que los rusos tienen la altísima calidad requerida, los precios más asequibles del mercado mundial y la disposición de ceder tecnología y de realizar proyectos en conjunto, cuestiones no recogidas en las agendas de los competidores. 

  Brasil: 
Por un mayor protagonismo del uso pacífico del espacio exterior

La cooperación espacial de Rusia con Brasil se remonta al período soviético[31] (AEB, 1988). Brasil y la URSS firmaron un acuerdo de cooperación en materia aeroespacial en el año 1988 en el campo de la observación espacial y utilización del espacio para fines pacíficos. A pesar de la fragmentación del Estado soviético y de la política de acercamiento del gobierno de Yeltsin a Estados Unidos y Occidente, el nuevo Estado ruso mantuvo activa su cooperación con Brasil en esta rama.

Desde el año 1991 y hasta el 2013 las principales acciones acometidas en materia de colaboración espacial han sido:

·     Los contratos firmados a partir de 1992 entre el Centro Técnico Aeroespacial Brasileño y empresas rusas para el abastecimiento de materiales y servicios para el Vehículo Lanzador de Satélites (VLS).

·     En el año 1996 el Comando General de Tecnología Aeroespacial firmó un contrato con el Centro Internacional de Estudios Avanzados del Instituto de Aviación de Moscú con el fin de realizar cursos de especialización en propulsión liquida.

·      En el año 2003 se firmó un convenio con el Centro Estatal Makayev de Cheliabinsk, para la revisión y mantenimiento del VLS-1.

·   Se firmó un memorando de entendimiento en el 2004 entre el Ministerio de Ciencia y Tecnología de Brasil y la Agencia Federal Espacial de Rusia respecto al programa de cooperación sobre actividades espaciales. (AEB, 2013)

·    En el 2006 el astronauta brasileño Marcos César Pontes fue llevado por el portador ruso a la Estación Espacial Internacional.

En 2008, la Agencia Espacial Brasileña (AEB) y la rusa Kosmosexport firmaron varios acuerdos promisorios. (SELA, 2009). Uno de los principales es la inauguración en la Universidad de Brasilia de un punto de rastreo parte del sistema de geo-localización GLONASS[32]. (Zibechi, 2012)

Existe un marcado interés por parte de Brasil de utilizar e impulsar el desarrollo del sistema GLONASS en su territorio y apartarse del sistema estadounidense GPS. Esta decisión del gobierno de Itamaraty vino asociada principalmente a los escándalos de espionaje[33] (Figueroa, 2013) de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense sobre blancos sensibles como Petrobras o la propia presidenta Dilma Rousseff. Además, las aspiraciones de Brasil de convertirse en gran potencia pasan por hacerse un lugar entre los competidores mundiales por el dominio del espacio.

Aunque existen insatisfacciones aún el gobierno de Rusia mediante la agencia Roscosmos tiene el camino abierto para ampliar la cobertura de utilización de GLONASS y aplicar otros convenios en materia aeroespacial.

Es imprescindible para Brasil implementar el GLONASS para la geo localización interna del país, buscando autonomía. Además, el VLS-1 proporcionaría una plataforma directa de acceso al espacio exterior desde Latinoamérica. Esto no solo beneficia al gigante sudamericano por la puesta en órbita de sus satélites, sino que proporciona una opción para el resto de los países vecinos que pretendan alcanzar la independencia espacial.

Para Rusia además de convertirse en un tema económico y de colaboración con Brasil es otro aspecto clave para lograr la alianza real con el gigante sudamericano y ganar terreno en la subregión.  


Las relaciones políticas multilaterales 

Las posturas convergentes entre ambos Estados en el plano multilateral pasan necesariamente por varios foros y organizaciones internacionales de interés mutuo. El primer escenario en donde interactúan ambos Estados es en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU.

Rusia es miembro permanente y Brasil es un miembro no permanente siempre activo y apetente de una reforma que le permita ingresar como decisor de las cuestiones de seguridad internacionales allí discutidas. 

Tras 15 años de consultas en el Grupo de Trabajo de composición abierta para esta cuestión, se adoptó en septiembre de 2008 la decisión 62/557 de la Asamblea General, en base a la cual se iniciaron negociaciones intergubernamentales en febrero de 2009. Entre los aspectos clave que abarca la reforma del Consejo se encuentran:

Las categorías de miembros; las representación regional; el tamaño de un Consejo de Seguridad ampliado con sus métodos de trabajo.

Brasil es un miembro activo del llamado G-4 (Grupo de los 4) conformado por la India, Alemania, Japón y el propio Brasil. Este cuarteto busca la ampliación del Consejo incluyendo nuevos miembros permanentes que posean los mismos derechos que los miembros actuales. 

Rusia como Estado con asiento permanente y derecho a veto no le conviene una ampliación del mismo pues significaría una evidente pérdida de fuerza para el actor euroasiático. Sin embargo, en las intervenciones de sus principales líderes ha expresado en más de una ocasión que Brasil reúne las condiciones[34] para ingresar en un Consejo de Seguridad ampliado. 

“Rusia apoya a India, Brasil y Sudáfrica, como fuertes candidatos que son para incluirse en la membresía permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas” (Medvedev, 2012)

Aunque en el sistema internacional imperante los miembros permanentes del Consejo de Seguridad se resisten a compartir cuotas de poder y una reforma en el corto plazo que permita el ingreso de nuevos miembros con derecho a veto se vislumbra difícil, la posición del Kremlin hacia Brasil, al menos declaradamente, es positiva. Un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU consolidaría al país sudamericano como una potencia mundial y una actitud favorable de Rusia en el tema, significa directamente, un beneplácito para la ampliación de las relaciones bilaterales entre Brasilia y Moscú.

Con respecto al G-20 y al BRICS en donde ambos son miembros activos les conviene a ambos continuar coincidiendo en los aspectos fundamentales a debatir pues las posiciones que han tenido solidifican los anhelos de construir un Sistema Internacional multipolar.

El G-20 es la plataforma que han aprovechado ambos Estados para obtener más cuotas de poder en el escenario internacional. Ambos países han coincidido en puntos como las reformas necesarias al sistema de Bretton Woods (FMI y BM), los temas relacionados al desarrollo sostenible y al cambio climático, la Ronda de Doha, las operaciones bancarias en monedas nacionales y en los temas de seguridad internacional como los conflictos en Libia o en Siria respectivamente. Este espacio es de concertación y confrontación con las potencias tradicionales. Occidente pretende darles un lugar sólo en las cuestiones que resulten de su interés. Sin embargo, en la medida en que sus posiciones mantengan el grado de convergencia que han mostrado en este foro lograrán un mayor acercamiento en otros aspectos del plano bilateral y multilateral.

El BRICS ha funcionado para precisar enfoques comunes en sus proyecciones internacionales y para profundizar sus relaciones bilaterales. Las reuniones cumbres han consolidado su accionar multilateral conjunto en la solución de los principales conflictos del sistema internacional. Rusia y Brasil son miembros activos del BRICS y coinciden en los temas de la agenda del grupo basadas en la conformación de un sistema internacional multipolar donde la solución de conflictos sea por la vía político-diplomática. Coinciden en temas de cambio climático, en la conformación del Banco de Desarrollo del BRICS, en las cuestiones de las reformas al sistema financiero internacional y en la necesidad de invertir en África para revertir el subdesarrollo del continente.

Finalmente, es necesario resaltar que para la política exterior del Kremlin, la región latinoamericana representa un desafío en materia de relaciones exteriores. Es por eso que Rusia está enfocada a trabajar en dos temas fundamentalmente para lograr su potenciación:

•  La búsqueda de vías para la ampliación de los negocios con América Latina y la diversificación del comercio buscando valor agregado.
•      La búsqueda de mecanismos de cooperación basándose en las ventajas y los atractivos de Rusia para la región.

En esta estrategia, Brasil es pieza clave. Se trata del Estado más grande geográficamente, con mayor población, mayor desarrollo económico, mayores fuerzas armadas, un liderazgo político incuestionable y, por demás, el principal socio estratégico de Rusia en América Latina. Las empresas rusas se encuentran en una carrera de fondo por dominar un enclave estratégico que alberga innumerables recursos hídricos, energéticos, minerales y naturales de cara a un planeta en extinción.

Posicionamiento geoestratégico de Rusia

Desde el punto de vista económico, en el año 2010, Brasil representó el 2,3% del PIB mundial, el 1,2% de las exportaciones globales, el 1,6% de la Inversión Extranjera Directa (IED) del mundo y el 0,3% de las patentes solicitadas.

Es el primer productor mundial de niobio (92%), el segundo de hierro (18%) y de tantalio (16%), el tercero de bauxita (14%), de grafito (7%) y de tierras raras (1%). (Taller, 2013).

Posee mega consorcios capaces de competir con cualquier transnacional por el control de los recursos naturales, por lo que ha desarrollado súper empresas autóctonas que se disputan la obtención de la plusvalía extraordinaria de sus esferas. Por ejemplo, la compañía VALE es la segunda empresa más grande del mundo en explotación y distribución minera. El 65% de sus ganancias proviene de sus exportaciones de hierro. Esta misma empresa explota el 95% del manganeso de Brasil, sus minas de oro (que representan el 4.7% de las reservas mundiales), sus yacimientos de zinc (3% mundial) y sus reservas de cobre (2% mundial). (Davidov, 2012)

La región amazónica brasileña conserva grandes cantidades de recursos naturales. Brasil es el país con mayor biodiversidad del mundo, posee la sexta reserva mundial de uranio, inmensas reservas de agua[35], caucho, madera, minerales raros y con los descubrimientos petrolíferos en la capa Pre-sal, cuenta con cantidades de crudo equivalentes a un tercio de las de Venezuela. (Aruca, 2013)

Desde el ángulo político existe un clima de estabilidad en el gigante sudamericano desde la llegada de Luiz Inácio Lula da Silva (Aruca, 2013) al gobierno que se ha mantenido con su sucesora Dilma Rousseff.

Estas condiciones geográficas, políticas, económicas y su potencial innegable en la arena internacional hacen que constituya un país clave en la política exterior de cualquier potencia extra regional en su inserción en América Latina.

La Estrategia de Seguridad Nacional Rusa hasta el año 2020 firmada por el entonces presidente Dimitri Medvedev, el 12 de mayo del 2009, clarificó cual ha sido el método para lograr su inserción en las diferentes regiones del mundo buscando la estabilidad estratégica y asociaciones en igualdad de derechos. “Estos objetivos estratégicos se logran con una política exterior activa, dirigida a conjugar los intereses comunes sobre la base del mutuo beneficio” (Medvedev citado por Roque, 2009 p. 7). La proyección de política internacional de Rusia parte del respeto a la autodeterminación de los pueblos, a su soberanía e independencia nacional y a la concreción del interés nacional ruso. Sus prioridades estratégicas se basan fundamentalmente en “Convertir a la Federación Rusa en una potencia mundial cuya acción está dirigida a mantener la estabilidad estratégica y la colaboración mutuamente ventajosa en las condiciones de un mundo multipolar (…)” (Medvedev citado por Roque, 2009 p. 5)

La obtención a largo plazo de estos objetivos sólo se logrará diversificando los socios comerciales, económicos, políticos y estratégicos. Brasil constituye un importante pilar dentro del diseño de expansión ruso por Latinoamérica.

Las mayores posibilidades y fortalezas de Rusia se encuentran en su industria de extracción de gas natural y petróleo. Según el Informe del SELA del 2011 titulado: “La evolución reciente de las relaciones económicas entre la Federación de Rusia y América Latina y el Caribe. Mecanismos institucionales y de cooperación para su fortalecimiento”, los intereses de Rusia en Brasil son diversos. Este documento asegura que además de todos los intereses económicos existentes entre ambos países, las 69 aspiraciones de Rusia irán en aumento. Un ejemplo de esta afirmación lo constituyen los intereses de los consorcios rusos en Brasil.

El gigante ruso Gazprom quiere ser protagonista en el proyecto del Gasoducto Translatinoamericano Venezuela-Brasil, que aseguraría el suministro a toda la subregión. (SELA, 2011). De realizarse este proyecto consolidaría a la mega empresa rusa como la transnacional de hidrocarburos mejor posicionada en el subcontinente americano, en donde se ubican países productores de crudo y gas como Bolivia, Ecuador, Brasil y el de mayores reservas del mundo, Venezuela[36] (OPEP, 2011).

El segundo interés marcado de Rusia es el tema nuclear. Brasil posee el mayor desarrollo nuclear[37] (Waisman, 2012) de la región. Electrobras, principal compañía de generación de electricidad en Brasil planea construir de cuatro a ocho centrales atómicas hasta el año 2030. (Melnikov, 2013) El presidente de Rosatom, Kiril Komarov, ha mostrado disposición sobre la posible participación rusa con financiamiento, tecnología y asesoramiento, en caso de que el gobierno brasileño manifieste interés. Las mayores perspectivas, a corto plazo, en cuanto a las inversiones rusas en Brasil se manifiestan en el tema nuclear. (León, 2014)

En cuanto a la minería, destacan la adquisición en el año 2011 del 25% de las acciones de la empresa brasileña Minerasao (45 millones de dólares) por parte de su homóloga rusa Severstal. (León, 2014). Con el desarrollo tecnológico que posee Rusia en extracción de minerales y las surtidas reservas que tiene Brasil se avizora un posible incremento a mediano plazo de las inversiones rusas hacia este sector. (León, 2014)

El posicionamiento estratégico de Rusia en América Latina no viene condicionado al accionar de los Estados Unidos, sino que es la acción pragmática de un Estado con intereses concretos en una región en ascenso y con un inmenso potencial. A largo plazo, la región latinoamericana será un reservorio inmenso de recursos escasos y no renovables para la supervivencia de las grandes potencias. Por ende, se hace necesario asegurar la presencia desde los tiempos que corren con el objetivo de tener prioridad en un posible momento crítico. Rusia comprende perfectamente que debe afianzar su presencia en todas las regiones del mundo y América Latina no es la excepción.

Por otra parte, Rusia logrará sus objetivos nacionales en la subregión consolidándose como socio estratégico de Brasil. Ambos coinciden en la misma visión de un mundo multipolar, por lo cual es una asociación provechosa tanto para el Kremlin como para Itamaraty.

 

NOTAS:


[1] Brasil significa casi la mitad de Sudamérica al poseer una superficie de 8 524 209 km2 y 23 086 km de litoral. Ocupa el 20.8% del territorio americano y el 47.7% del suramericano. Tiene fronteras con todos los países de América del Sur, excepto con Chile y Ecuador. 
[2] 198. 423. 000 habitantes según estadísticas de CEPAL en el año 2012.
[3] Ha sobrepasado al Reino Unido, líder tradicional del orden mundial. Este diagnóstico es compartido por el Fondo Monetario Internacional (FMI), las consultoras Economist Intelligence Unit (EIU) y Business Monitor International (BMI), quienes posicionan a Brasil con un perfil de potencia global, pues cuenta con un PIB de 2,4 billones de dólares, ubicándose por detrás de Estados Unidos (14,5 billones), China (5,8), Japón (5,4), Alemania (3,3) y Francia (2,5).
[4]  6ta reserva mundial.
[5]Sus reservas hídricas son equivalentes a las de Centroamérica, Norteamérica y el Caribe juntas, un 50% mayor que las de toda África Subsahariana, y 10 veces superiores a las del conjunto de Oriente Medio y Norte de África.
[6] Un sistema integral de relaciones económicas internacionales comprende una combinación de relaciones comerciales, financieras, de cooperación y de integración. En el caso de Rusia y Brasil solamente serán analizados los intercambios comerciales y las inversiones.
[7] Una de las principales reformas económicas de Putin consistió en la creación en el año 2004 del Fondo de Estabilización. Éste tenía por objetivo primordial acumular recursos financieros susceptibles de ser gastados cuando cayese el precio del petróleo. Éste ha llegado a representar en el año 2008 el 9,3%del PIB del país. En el caso del petróleo se ha reordenado el sector del petróleo y el gas natural con el objetivo de estatalizar los recursos energéticos considerados claves para la economía del país. Otra de las reformas económicas del presidente fue la búsqueda de la mejora en el nivel de vida de la población. Se redujo el desempleo considerablemente. Mientras en 1999 era del 12,7%, en el año 2007 fue de la mitad (6,1%). El crecimiento medio nominal de los salarios durante la etapa Putin ha sido de un 32% que ha superado el nivel de inflación. De 1999 al 2007 la inflación promedio de Rusia fue de 13.66%.  
[8] Aunque Brasil representa el 0.5% de las exportaciones de Rusia y el 1% de sus importaciones es el primer socio comercial de Rusia en América Latina. Brasil acapara casi el 40% del comercio de Rusia con la región. 
[9] Estados Unidos es el primer socio comercial de Rusia en el continente americano. Su intercambio comercial en el 2013 ascendía a 27,7 miles de millones de dólares, con un superávits para el primero de 5,3 miles de millones de dólares.
[10] En el 2009 las importaciones brasileñas de Rusia decrecieron un 57% respecto al 2008. En los próximos años hasta el 2013 no se volverán a alcanzar los índices del 2008.
[11] La empresa rusa Phosagro, el mayor fabricante de fertilizantes de Rusia, es la encargada de la exportación de este producto a Brasil. En 2013 exportó 31 millones de toneladas y pretende exportar al término del 2014, 33 millones. Latinoamérica representa un tercio del crecimiento mundial del consumo de fertilizantes fosfatados. Dicha empresa pretende establecer un distribuidor propio en Brasil, según Andrei Gúrev, director de la compañía. La compañía financiera AForex estima que el potencial de mercado latinoamericano es de unos 3000 millones de dólares anuales. La medida de incursionar en Latinoamérica, a través de Brasil, podría proporcionarle a la compañía rusa una cuota de mercado del 7-8%, agenciándose el 10% del mercado latinoamericano.
[12] Los principales productos químicos son: Urea (15% del total de sus exportaciones de químicos)-287.5 millones de dólares, nitrato de amonio (10%)-195 millones de dólares, cloruro de potasio (7%)-136 millones de dólares, ortofosfato de amonio (6,3%)-121 millones de dólares y sulfato de amonio (1%)-21 millones de dólares.
[13] La empresa rusa Lukoil es la encargada de exportar el petróleo crudo y el diésel a Brasil. La petrolera privada más grande de Rusia tiene intereses crecientes en América Latina, en especial por “Venezuela, Brasil y México” (Komarov, 2013). Rusia exportó a Brasil en 2011: 130 300 000 dólares de petróleo bruto (6,8% del total de sus exportaciones de energéticos), 47 600 000 dólares de nafta (2,5%) y 33 000 000 de dólares de combustible diésel (1,7%).
[14] El gigante metalúrgico ruso Rusal está volcado en la región. Es uno de los mayores inversionistas en Guyana y pretende para mediados del 2014 incursionar en Brasil. La empresa rusa VSMPO-Avisma suministra titanio al fabricante de aviones brasileño Embraer. (Kommersant, 2013). Los principales minerales exportables a Brasil son: acero laminado por valor de 338 millones de dólares (18% del total de sus exportaciones de minerales) y Paladio por valor de 56 millones de dólares (3%).
[15] En el 2011 Rusia importó de Brasil los siguientes productos alimenticios: azúcar en bruto por un valor de 1,5 millones de millones de dólares (38% del total de sus importaciones de alimentos), carne bovina por un valor de 1,1 millones de millones de dólares (24,6%), carne de cerdo por 645 millones de dólares (15,5%), aves por un valor de 157,5 millones de dólares (4%), café por 130,1 millones de dólares (3%) y tabaco por 110 millones de dólares (2,5%).
[16] La Inversión Extranjera Directa (IED) es aquella inversión realizada con el fin de obtener una rentabilidad permanente, alcanzando una influencia significativa en la dirección de la empresa invertida.
[17] Existe un memorándum de entendimiento entre la Comisión Nacional de Energía Nuclear de Brasil (CNEN) y la Corporación Estatal para la Energía Atómica de Rusia (ROSATOM) del 21 de julio del 2009, que se firmó con el objetivo de profundizar la cooperación en el campo de la utilización de energía nuclear con fines pacíficos. "Rosatom está dispuesto a estudiar la construcción y la explotación en Brasil de centrales atómicas de diseño ruso y también actuar como capitalista, si Brasilia expresa interés" (UPI, 2013). Estas fueron declaraciones del presidente de la estatal rusa Rosatom, Kiril Komarov, en su visita a Rio de Janeiro como parte de la intención rusa de continuar la expansión internacional de la empresa luego de adquirir la minera australiana Mantra Resources y la empresa canadiense Uranium One.
[18] En mayo del 2004 se sostuvo un encuentro entre el ministro de Industria y Energía de Rusia, Victor Kristenko y la ministra de Minas y Energía de Brasil, Dilma Rousseff. En este intercambio, ambos representantes concertaron impulsar el intercambio de experiencias en la industria energética en materia de extracción y transportación de petróleo y gas natural, generación de electricidad y energías alternativas. Las empresas energéticas Silovye Machiny, INTER RAO y Energomashcorp se encuentran operando en Brasil. Silovye Machiny firmó un contrato con la empresa brasileña Energ Power para el suministro y montaje del equipamiento de la hidroeléctrica “Passo São Joao”, la tercera más grande de Brasil.
[19] Brasil era un país tradicionalmente importador de crudo. Sin embargo, con los descubrimientos de Pre-sal, las reservas estimadas de crudo ascienden a un tercio de las de Venezuela. Además, la densidad del petróleo es de 28-30º API, con baja acidez y bajo contenido de azufre. Este petróleo posee una alta calidad y por tanto un mayor valor de mercado. Se estima por la empresa estatal Petrobras, que para el 2017, la producción diaria supere el millón de barriles sólo en el área Pre-sal. Las empresas Rosneft, Gazprom, Zarubezhneft, Gazpromneft, Lukoil y Surgutneftegaz, a través del Estado, han pedido en la VI Reunión de la Comisión Brasileño-Rusa de Alto Nivel de Cooperación intervenir en la reserva de Solimões. Existe petróleo en 19 sectores de 9 grandes reservas brasileñas: Barreirinhas, Ceará, Espírito Santo, Foz do Amazonas, Pará-Maranhão, Parnaíba, Potiguar, Recôncavo e Sergipe-Alagoas.
[20] Rusia desde el 2000 hasta el 2008 adquirió de Brasil maquinarias diversas desde motores de combustión interna, equipos de bombas y compresoras, centrífugas, refrigeradores, máquinas de coser y buldóceres. De la agricultura se obtuvieron máquinas de arado, tractores automóviles y piezas de repuesto. Es un interés de Moscú recuperar los niveles de adquisición de maquinarias de Brasil, principalmente en el sector agrícola.
[21] El modelo Chevrolet Cobalt, producto netamente creado por los ingenieros automovilísticos de Brasil entró a principios del 2013 al mercado ruso. Su modificación para los mercados de países en desarrollo fue diseñado en Brasil y fabricado en Uzbekistán. Además, en Baskortostán hay una empresa conjunta ruso-brasileña que se dedica a la fabricación de autobuses. Desde 2007 la empresa brasileña “Marco Polo” creó una empresa mixta llamada “Ônibus Russos Marco” que ensambla en Rusia microbuses del tipo “Real” y los buses de la clase turística “Andares”. Desde el 2009, con la crisis económica en apogeo, la empresa paralizó la producción de una planta y cerró otra de forma temporal, concentrando toda la producción en la planta de Pavlovo.
[22] Ese año las ganancias de la compañía rondaron los $ 7050 millones de dólares.
[23] En la gira del ministro Jobim del año 2008 por Moscú y París entre otros lugares, se buscaba no solo la compra de aviones modernos por un valor de $ 700 millones de dólares, sino la transferencia tecnológica para en un futuro poder fabricarlos en Brasil. Los posibles candidatos eran el Rafale Francés y el SU-35 Ruso. Las conversaciones con autoridades rusas fueron realizadas a puertas cerradas y no se comunicó a la prensa los resultados de las negociaciones. 
[24] Promover la coproducción, encomendándole al país sudamericano el ensamblaje de los Su-35 (y, tal vez, la producción de algunas piezas no muy importantes) y desarrollar conjuntamente el avión de quinta generación Т-50 podría abrirles la puerta a los rusos con Brasil. El caza de quinta generación T-50 es un avión tecnológicamente muy avanzado. “Nuestras impresiones son esperanzadoras (…) pero en la actualidad nuestro avión de combate de quinta generación [desarrollado por el consorcio Sukhoi] es superior al F-35" de EE.UU.” (Rogozin citado por Rusia Hoy, 2013a p. 2)  
[25] Esta planta estaría dedicada a la fabricación en un inicio de vehículos militares, de bajo impacto como transferencia tecnológica pero con un alto interés comercial para Brasil. 
[26] Las tres principales empresas productoras de armamentos en Brasil son: Odebrecht, Embraer y Avibras. La primera es dueña de la fábrica de misiles “Mectron”, la segunda es propietaria de la empresa de radares antiaéreos “Orbisat” y la última fabrica el misil más importante de las Fuerzas Armadas Brasileñas, “Astros II”. 
[27] “Odebrecht firmó en diciembre un memorando de entendimiento con la rusa Rostechnologii para la creación de una empresa mixta para el montaje de helicópteros rusos Mi-171 en Brasil y un centro de servicios para los ya operativos Mi-35.” (Zibechi, 2013 p. 3)  
[28] Esta competencia se realiza paralelamente al ámbito de competencia internacional FX-2 impulsado por el gobierno de Brasil. Este concurso surgió con el objetivo de adquirir aviones para la Fuerza Aérea Brasileña ya que necesitaban renovar las naves Mirage existentes. Los rusos quedaron fuera de la licitación FX-2, pero hicieron su oferta paralela. 
[29] El gobierno de la presidenta de Brasil aseguró que la compra se atrasaba por cuestiones de presupuesto, sin embargo, es evidente el distanciamiento en las relaciones entre Francia y Brasil desde mayo de 2010 cuando se firmaron los acuerdos tripartitos (Irán, Brasil y Turquía) para resolver el conflicto en torno al programa nuclear iraní. 
[30] Los siete helicópteros Ka-62 fueron destinados a la empresa brasileña “Atlas Taxi Aéreo”. Este helicóptero de transporte ganó el concurso de la petrolífera nacional brasileña Petrobras luego de una ardua competencia con empresas estadounidenses, suecas y francesas.
[31] En realidad los contactos comienzan con el Acuerdo Básico de Cooperación Científica y Tecnológica entre el Gobierno de Brasil y la URSS del año 1981. Sin embargo, el instrumento jurídico que ampara la cooperación entre ambos es el Protocolo entre el Gobierno de Brasil y el Gobierno de la URSS sobre la utilización del espacio con fines pacíficos. Este documento constituye el armazón legal de la cooperación de ambos en materia aeroespacial. Los puntos principales fueron el estudio de física de interacción Sol-Tierra, el estudio y desenvolvimiento de vehículos espaciales, el desarrollo futuro de sistemas de navegación y comunicación conjunta, el intercambio de estudiantes y científicos, el intercambio de datos y resultados de experimentos, la realización de simposios, la aplicación y lanzamiento de vehículos espaciales, la aplicación de métodos de operaciones espaciales (rastreo, telemetría) entre otros acuerdos.
[32] Es un sistema de navegación desarrollado por los soviéticos y que representa la contrapartida del GPS estadounidense. Está formado por 31 satélites (24 en activo y el resto de reserva) y es capaz de actuar en un radio de acción de hasta 25 500 km. La constelación de Glonass se mueve alrededor de la tierra con una altitud de 19 100 km y tarda 11 horas y 15 minutos en completar una órbita. El sistema pertenece al Ministerio de Defensa de la Federación de Rusia y están puesto en el espacio desde octubre de 1982. El mismo representa un aumento considerable en la precisión, acceso, integridad y continuidad en los servicios de navegación para los usuarios aéreos.
[33] Varias de las medidas anti espionaje del gobierno brasileño fueron la creación de email propios, neutralidad de la red, cableado submarino nacional, servidores en territorio brasileño y el tema de la ampliación y colaboración aeroespacial con otros Estados como Rusia o China.
[34] Es un país inmenso, con una situación política estable, con un peso económico y demográfico significativo, con un liderazgo regional indiscutible, grandes fuerzas armadas, impulsor de la paz y seguridad regional (Otálvora, 2008) y mundial.
[35] Sus reservas hídricas son equivalentes a las de Centroamérica, Norteamérica y el Caribe juntas, un 50% mayor que las de toda África Subsahariana, y 10 veces superiores a las del conjunto de Oriente Medio y Norte de África.
[36] Las reservas probadas de crudo hasta el año 2013 de la República Bolivariana de Venezuela ascienden a: 316 000 000 000 de barriles. Las de Brasil aumentaron a 105 330 000 000 luego de los descubrimientos Pre-sal. 
[37] Brasil junto con Argentina son los países latinoamericanos con un mayor desarrollo nuclear. Ambos firmaron y ratificaron el TNP y poseen un mecanismo conjunto para la inspección mutua de sus instalaciones, el abastecimiento de sus factorías y la generación de confianza. Brasil respeta y aboga por el cumplimiento del Tratado de No Proliferación, en sus tres pilares: desarme nuclear, no proliferación y usos pacíficos de la energía nuclear; siendo este último aspecto fundamental en su proyección regional ya que contribuye a la seguridad internacional y considera al TNP como la “piedra angular del Régimen de No-Proliferación”.

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