Por
Marco A. Gandásegui, hijo.
Profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del CELA.
Profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del CELA.
Hoy se celebra el 56º aniversario de la
Revolución cubana. Hace dos semanas, el presidente Raúl Castro sorprendió
gratamente al mundo con el anuncio de que EEUU había liberado a los
antiterroristas cubanos injustamente encarcelados. Al mismo tiempo, también
informó que se iniciaban conversaciones entre Washington y La Habana para
reestablecer relaciones diplomáticas entre ambos gobiernos. En un giro muy
inusual, las palabras de Raúl Castro fueron difundidas en forma simultánea con
el discurso del presidente de EEUU, Barack Obama. Ambos mandatarios,
enfatizaron el significado del cambio en las relaciones diplomáticas.
Para Raúl una nueva relación
de La Habana con Washington debe contribuir al giro económico que el gobierno
cubano está impulsando. El éxito de la nueva política económica depende de la
dinámica que puede adquirir la producción de los 8 millones de trabajadores
cubanos. Cuba necesita incrementar sus relaciones con el mercado mundial. Este
objetivo lo está alcanzando poco a poco estableciendo acuerdos con China,
Brasil, Canadá y Europa. Si suma a EEUU, puede darle un impulso significativo a
la dinámica propuesta.
Para Barack Obama también hay un interés
económico. Sectores importantes del capitalismo productivo así como de los
servicios tienen años pidiendo una apertura. El ocupante de la Casa Blanca, sin
embargo, hizo más énfasis en la cuestión política. El mandatario fue explícito
al decir que EEUU tiene 50 años de fracasos tratando de destruir la Revolución
cubana mediante la fuerza y las conspiraciones. Ahora, dijo, Washington
intentará acabar con Cuba utilizando armas económicas. El abrazo implícito en
las nuevas relaciones se convertiría en una llave estranguladora.
Obama pretende seguir
controlando las relaciones con Cuba utilizando los mecanismos que le ofrece el
bloqueo. El cerco que rodea a la isla llega al extremo que si un deportista
cubano quiere viajar a EEUU para desempeñarse como profesional, sólo puede
hacerlo si se declara un asilado político. Las autoridades cubanas le dan su pasaporte
para que salga de Cuba, pero en EEUU la ley del bloqueo impide que sea
contratado. Las prohibiciones, en muchos casos, pueden parecer ridículas, pero
en general le han causado un daño enorme a la economía cubana.
En EEUU los empresarios
ligados a las mafias incrustadas en el establishment – que incluye al gobierno
de ese país - ya comenzaron a imaginarse los casinos, prostíbulos y
transacciones ilícitas. Ya han dado a conocer sus planes para apropiarse de las
playas, tierra e, incluso, las marcas emblemáticas de la producción
cubana.
Cada paso en las futuras
negociaciones entre Washington y La Habana será de enorme importancia para Cuba
y su pueblo. América latina estará caminando junto con Cuba y solidarizando con
su Revolución como lo ha hecho durante los últimos 56 años.
Claudio Katz sintetiza lo
que significa Cuba para los latinoamericanos y los demás pueblos del mundo:
“Aportó el mayor ideario de transformación social a varias generaciones. Su
revolución conmovió a la juventud, convulsionó a las organizaciones políticas y
sacudió a la izquierda. En la década de 1960 el castrismo rompió todos los
dogmas al demostrar que un proceso socialista era posible en el continente”.
Pero el ejemplo cubano no
sólo descansa sobre los logros de sus heroicos guerrilleros. Cuba cuenta, según Katz, con niveles de
democracia real superiores a cualquier plutocracia capitalista. Sus líderes no
son elegidos por una elite de banqueros e industriales, ni surgen de la
cosmética publicitaria que construyen los medios de comunicación. Tampoco rige
el terror contra la población o la intimidación que impera en muchos de los
regímenes de la región.
Katz también apunta al hecho
que “Cuba es una isla sin desempleo, indigencia o pobreza masiva. Están
cubiertas las necesidades básicas de la población. Todas las familias tienen
acceso a la alimentación, la educación y la salud. Cuba cuenta con un excelente
nivel de escolaridad. Según el Banco Mundial su sistema educativo mantiene
parámetros semejantes a Finlandia, Singapur o Canadá.
El analista argentino agrega
que “el índice de esperanza de vida supera en cinco años al resto del
continente. Tiene el promedio más bajo de malnutrición de América Latina.
Además, posee el índice de seguridad alimenticia más elevado de la región y un
nivel de pobreza (4 por ciento), que contrasta con la media de América latina
(35 por ciento)”. Estos logros no se negocian, dijo Raúl Castro. “Como Fidel
señalara, sin renunciar a uno solo de nuestros principios”.
1º de enero de 2015.
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