Por Esteban Morales
El discurso de Barack Obama formula la nueva política y lo hace con una
construcción interesante. No se trata de un simple discurso, sino de una pieza de oratoria política, que marca la estrategia con que el presidente
está enfocando el restablecimiento de las relaciones con Cuba. Todo está
dicho en el discurso; el presidente nos
dijo que quiere para Cuba y para Estados Unidos. Con toda la valentía y honestidad que es posible
suponerle. Pero no nos está regalando nada, simplemente está reconociéndonos el derecho que tenemos todos a luchar por lo
que queremos.
La existencia del bloqueo continúa como
pieza clave dentro de la estrategia del presidente, y siendo lo más
difícil, se enfoca como algo que será tratado para su
eliminación sobre la base de una negociación con el congreso, después de
que se haya avanzado en otros temas.
Siendo la principal demanda de Cuba y
piedra angular de la agresión histórica de Estados Unidos contra Cuba,
el bloqueo queda para último; como
condicionado al comportamiento de Cuba
en otros aspectos de la negociación entre ambos países. No obstante, el
presidente podrá ir adoptando medidas que
representarán un alivio
importante de las presiones que el
bloqueo de conjunto ejerce sobre Cuba, en particular sobre sus relaciones económicas
a nivel internacional.
Primero que todo, se restablecen las
relaciones diplomáticas, lo cual permite la rehabilitación de las embajadas en
Washington y en La Habana, con vistas a garantizar la logística de las
negociaciones. Ello es muy importante, porque ambos países quedan frente a frente en igualdad de
condiciones. Lo cual siempre fue la única condición que Cuba ha planteado.
La asimetría entre ambos países existe,
pero no es fruto de la voluntad de nadie; lo que si no es posible
permitir, es que esa asimetría se traslade a la política. Porque ello
fue lo que en esencia hizo
fracasar las negociaciones entre ambos
países cuando la administración de J. Carter.
Entonces, se tratará de dos países
negociando sus diferencias, pero entre los cuales ya existen relaciones
diplomáticas. Por lo que tal cosa dará
más holgura y libertad de actuar a los que deberán negociar. Al mismo tiempo,
que Estados Unidos reconstruye la atalaya que perdió cuando en enero de 1961 decidió romper las relaciones
con Cuba y retirar su embajada para lo cual la oficina de intereses no le ha
servido.
Estoy convencido de que muchos aspectos de
las negociaciones avanzarán sin grandes
problemas, ni muchos obstáculos.
Un ejemplo de ellos pueden ser:
Sin tomar en consideración, por ahora, las implicaciones que cada uno de ellos tiene para cuba.
-
Asuntos migratorios.
-
Culturales e intercambio
académico.
-
Medio ambiente.
-
Correos, comunicaciones e internet.
-
Colaboración en la interdicción del
narcotráfico.
-
Relaciones comerciales dentro de
la potestad ejecutiva, tarjetas de
crédito,
relaciones bancarias en general.
relaciones bancarias en general.
-
Aspectos financieros ya acordados
para facilitar las relaciones migratorias.
-
Remesas, paquetes, otros beneficios.
-
Intercambio “pueblo a pueblo”.
-
Ayuda humanitaria, solidaridad y remesas para proyectos sociales.
-
Conversaciones alrededor de la base naval de Guantánamo.
-
Viajes turísticos de
norteamericanos a Cuba.
-
Liberación de prisioneros.
- Cierto intercambio tecnológico, amparado por proyectos culturales,
académicos y artísticos previamente acordados.
académicos y artísticos previamente acordados.
-
Otros asuntos consulares.
En realidad existe toda una gama de
actividades, de las cuales algunas
vienen realizándose ya y otras recibirán más apoyo de financiamiento para su realización.
Las mayores complejidades de la negociación se producirán
con aquellos asuntos de la agenda del presidente que tienen que ver con el régimen económico y político cubano. Un ejemplo de ellos pueden
ser:
-
Niveles de alcance de la privatización.
-
Libertades para importar y
exportar.
-
Organizaciones laborales y sindicalización.
-
Libre sindicalización.
-
Derechos humanos.
-
Democracia.
-
Libertades individuales.
-
Inversiones
-
Contrataciones y régimen
salarial.
Todo parece indicar que en estos
últimos puntos están los asuntos más
complejos a negociar. Dado que las administraciones norteamericanas en estos
años, han pretendido siempre obligar a
Cuba a cumplir la carta democrática de la OEA; principios de
democracia y derechos humanos y economía de mercado, que pretenden homogeneizar el sistema político cubano, considerando a los de Estados Unidos como
modelo universal de democracia.
Pero si la negociación no será fácil para Cuba, creo que tampoco lo será para Estados Unidos, que con
las guerras que ha librado y continua
librando, las torturas y las
cárceles secretas, entre otros, ha
acumulado un largo expediente que no lo
sitúa en
posición ventajosa para la discusión de estos temas; a los cuales se han sumado el racismo, el abuso policial en las cárceles y ciudades norteamericanas.
Además, Estados Unidos, en particular con
su política hacia Cuba, ha contribuido mucho a la desmoralización y destrucción ética de los principios que
durante años ha esgrimido para agredirnos. Utilizando instrumentos, como por
ejemplo, poner a Cuba en la lista de países terroristas, asunto este último que
les resulta imposible justificar.
Este último será un debate largo y difícil,
que incluso no se decide en la discusión de los temas, sino en la dinámica política interna de
Cuba. En la correlación de fuerzas políticas internas que los cambios
económicos generen, logrando llevar a
Cuba hacia un régimen de economía
en que la Isla pueda
sostener la opción socialista que ha escogido. Siendo
esta última, la dinámica que Obama
quiere desplegar y sobre la que
desea influir dentro de Cuba. Por lo que
en el discurso del presidente hay tres
asuntos claves: el cambio de prisioneros;
el proceso de restablecimiento de
las relaciones entre ambos países y el
interés de Obama por cambiar el régimen político
en Cuba.
El despliegue de la agenda presidencial,
desde sus primeros pasos, desde el
propio discurso, ya cuenta con un ambiente
internacional de apoyo, que va creciendo
y lo hará más, según los lideres, sobre todo del hemisferio, vean que las
negociaciones para llegar a la normalización de las relaciones entre Cuba y
Estados Unidos avanzan.
Ello sin dudas, representa un incremento de
la popularidad de Obama a nivel
internacional. Internamente la nueva
política también cuenta con un apoyo importante, que de inmediato,
repercutirá positivamente en la
popularidad del presidente.
Obama tendrá que enfrentar la oposición que
le viene del congreso, de esa derecha formada por Marco Rubio, Díaz Balart,
Ileana Ross, Bob Menéndez, entre otros; pero
lo hará desde una posición para defender el cambio de política, en la que cuenta con
bastante apoyo interno e internacional y argumentos más que suficientes.
Mientras que la parte republicana o no,
opositora, estará defendiendo el statu quo. Por lo que no es difícil
augurar, que estos últimos tienen casi
perdida la batalla, en el orden ético y político. Aunque se aferraran a
los mecanismos administrativos
congresionales, para, en términos prácticos,
tratar de frenar la aplicación de
las medidas del presidente.
Pero esa batalla de los congresistas
republicanos contra las iniciativas de
Obama, no podrá prolongarse más
allá del peligro que ella pueda representar para que los aspirantes
republicanos pierdan la simpatía
ante los procesos electorales
del 2018. Y que la impopularidad que los ataques contra Obama puedan
provocar para que un candidato
republicano logre acceder a la
presidencia. Luego auguro que la pelea no durará mucho, la inteligencia y el pragmatismo de Obama han
brillado, cuando seleccionó el momento para dar el giro de la política hacia Cuba.
Pienso
que por varias razones.
-
Ya habíamos dicho que de todos los conflictos que Obama tiene en su
política exterior, el caso de Cuba es el que reúne mejor las condiciones para obtener resultados rápidos, de impacto
global y hemisférico y sin
extraordinarios gasto de recursos. Sobre todo comparándolo con el medio
oriente.
-
Cuba le sirve a Obama para terminar con una política que al cabo de más
de 50 años, ya presentaba costos de oportunidad insostenibles, sin ningún
beneficio. Tratar de solucionar otros conflictos le ha costado mucho, sin que
aún puede exhibir logros significativos.
-
Solucionar el conflicto con cuba representa una gran ayuda para la
política exterior norteamericana en el hemisferio. La cual ya había sido
fuertemente cuestionada con vistas a la cumbre de las Américas de abril del
2015.
-
Cuba, paulatinamente, ha comenzado a mostrar que la colaboración
con Estados Unidos puede tener
beneficios nada despreciables para
ambos países: en términos de la
colaboración en la salud, la ciencia, la
educación, el narcotráfico, la
seguridad ambiental y el intercambio
económico, etc.
-
Cuba había devenido a nivel internacional un conflicto ético para Estados Unidos con las naciones
pequeñas. Que durante años han observado la resistencia heroica de Cuba y la
incapacidad meridiana de Estados
Unidos para doblegarla.
-
La comunidad cubana en los Estados Unidos ha dejado de ser monolítica,
generando corrientes de pensamiento y de comportamiento político, que
crecientemente cuestionan la vieja política hacia Cuba. Beneficiando
considerablemente a Cuba.
-
El bloqueo ha dejado de ser aceptado a nivel internacional, aun por los
aliados de estados unidos y fuertemente cuestionado dentro de la sociedad
norteamericana en general, dentro del
mundo académico, científico norteamericano, social y religioso, resulta prácticamente imposible encontrar
quien apoye esa política.
-
Después del caso de Elián González, la sociedad civil norteamericana,
comenzó a reaccionar de manera negativamente creciente ante la política seguida por
Estados Unidos contra Cuba.
-
Las administraciones norteamericanas con su política han tratado de
cambiar a Cuba, pero quien ha resultado aislada a nivel internacional y cambiada internamente, respecto a Cuba,
ha sido la sociedad norteamericana.
El cambio de la política de Estados Unidos
hacia Cuba, iniciado por Obama responde a una realidad que solo un grupo
reducido no alcanza a ver. Diríase, principalmente entre aquellos que se habituaron a vivir de la política hacia Cuba, como un
negocio más.
Los que hoy se oponen a la política de
Obama hacia Cuba, son aquellos que hicieron de la contrarrevolución un modo de
vida y de la distribución de los dineros
de la Usaid una de sus actividades
políticas preferidas.
Romper con ese andamiaje del dinero fácil para
tantos, va a ser algo muy
difícil. por lo pronto el director de la Usaid renunció recientemente. Parece estarse acabando la época
del dinero fácil, para radio Martí, tv Martí, una televisión que no se ve en
Cuba, tal vez se acaben las escuelitas para formar lideres; el dinero para viajar en primera clase y
hospedarse n buenos hoteles para ir a echar pestes de Cuba en Europa., etc. Y
todo eso es parte del modo de vida de los que sostenían la política que ahora
Obama quiere cambiar.
Porque
Obama no solo tiene que
cambiar la política hacia Cuba, sino
también desbaratar la maquinaria que
consumía los dineros del contribuyente norteamericano, para hacer una política contra Cuba, que
ahora se muestra hay que cambiarla,
porque no dio los resultados esperados. Todo ese dinero es posible ahorrárselo y estoy seguro
que daría para financiar casi dos embajadas norteamericanas en La Habana. Lo
cual es más aceptable para el ciudadano estadounidense, que durante más de 50
años financio una política de la que no
ha podido ver sus
resultados. Son muchas las cosas de las que Obama puede desembarazarse
al cambiar la política hacia Cuba. Mucha corrupción, burocratismo y oportunismo
acompaño siempre a esa política.
Pero le advertimos a Obama, para que no se
llame a engaño.
Por parte de muchos cubanos no será fácil imaginar una política en la que
Estados Unidos lo que persiga no sea otra cosa que volver a apoderarse de la Isla.
Aunque no está demás pensarlo, porque en ello pesa demasiado la historia
entre ambos países; por mi parte, creo
que hay que actuar sin prejuicios y darles el beneficio de la duda.
Aprendiendo a vivir dentro de las tendencias generales de este
mundo, en el cual, todos tenemos derecho a exigir que los demás se parezcan a
nosotros.
Por su parte, Cuba debe brindar
su máxima colaboración para que esa política de nuevo tipo avance. Es la única
alternativa posible para coexistir en paz. Claro que de ambas partes siempre
habrá quienes miren con la desconfianza, de si la Isla está vendiendo su
independencia y soberanía, o si Estados Unidos quiere hacer de Cuba un
“hijo bobo” por nada a cambio. Ante ambas actitudes, de los dos lados, como diría el poeta “cierra la muralla”.
Tomado de la UNEAC/blog Moncada, Lectores en el Mundo
Tomado de la UNEAC/blog Moncada, Lectores en el Mundo
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