lunes, 18 de marzo de 2013

Los cachorros de Satán

Yoanny Sánchez, pasmo y asombro de los incautos del mundo termina su periplo en Miami, donde como buena discípula del Departamento de Estado norteamericano, pagará respetos al altar del odio anticubano.

Por Pedro González Munné *

Es posible que algunos entiendan la prudencia por pasividad, o la reticencia a la comunión con las turbas como temor, pero no es así. Tantos años en este oficio de picar piedra del periodismo me ha aguzado el olfato contra el mercenarismo y el detector de los esbirros del capital, lo cual ahora, me dice, ante tantas convites a sumarnos a la comparsa, de uno y otro lado, que la Yoanny Sánchez es exactamente lo anunciado.
 
Quiero aclarar, no voy a repetir los extraños vericuetos de la historia de sus recursos, ni siquiera me interesan los códigos bancarios de los amables armadores de sus carabelas en este nuevo descubrimiento del exilio, donde, cual culebra, se salta de un país a otro hasta caer, sin pena ni gloria, en el mismo Miami este de nuestros todos los días, donde depositará sus capullos en el altar del odio.

Yoanny es una criatura de la maña, y no me importa quien la construyó o fue su idea, pero como medio de vida ha logrado, representando la imagen diligentemente diseñada en los laboratorios infernales de Virginia para embutir a los miles deseosos de tragarse el bulo de una disidencia cubana de pelo largo y sonrisa lánguida, sin que importe el evidente bálsamo de azufre y los rastros de las pezuñas del imperio.

No quiero ser parte de esa turba para enfrentar a Frankenstein, ni quiero perseguir a sus criaturas, pero algo sí sé que tal vez Dios no me dé tiempo a ver. Es el descubrimiento inevitable de los papeles de Satán, de sus códices ocultos en insondables archivos sellados del secreto, donde se dirá, como de pequeña buscadora de favores foráneos, nos gastamos con nuestro dinero una abundante disidente de lujo.

Por mí, no me voy a unir a los coros de Tirios y Troyanos, porque las consecuencias no determinan los orígenes. Felicito a quienes siguen sacando provecho del capital de nuestros impuestos por su inteligencia, me asombro de las continuas cuartillas de los escribidores, gozosos en su propia pedantería de que todos, derecha, centro, izquierda y los de la acera del frente, como un servidor, somos estúpidos.

Diviértanse con su circo y recuerden, sobre todo ahora que con la presión de un dedo se encienden los arcanos circuitos electrónicos, todo se sabe. 

Bienvenida Yoanny a Miami, cobra lo tuyo y regresa, el pueblo cubano espera, sin ti, por el futuro necesario. 

* Director de www.lanacioncubana. Seis libros publicados, uno en edición. Cuatro premios nacionales de periodismo en Cuba, Vanguardia Nacional del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Cultura de Cuba.

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