Cubadebate
Nicolas Sarkozy,
presidente de la República francesa de 2007 a 2012, siempre ha
fustigado a la izquierda por sus gastos públicos y cuando llegó al poder
se quejó de que había encontrado un Estado “quebrado”. Prometió
entonces convertirse en el garante de la seriedad presupuestaria. No
obstante, su balance económico es desastroso.
La presidencia de Nicolas Sarkozy marcó las mentes por su carácter
excesivo, su colusión con el poder del dinero y la estigmatización de
ciertos sectores de la población como los funcionarios, los
sindicalistas, los procedentes de la inmigración y los gitanos. Incluso
el Parlamento Europeo condenó las palabras xenófobas de Sarkozy en
septiembre de 2010.
El nombre del expresidente todavía es noticia, pero esta vez del lado
judicial. Sarkozy, cuyas cuentas de campaña fueron rechazadas por el
Consejo de Estado por violar la ley, lo que ocasionó una pérdida de 11
millones de euros a su partido político, el UMP, está implicado en
varios escándalos financieros, entre ellos el que lo vincula a la
heredera Bettencourt, segunda fortuna francesa. Parece que el defensor
de la “República ejemplar” se limitó a la retórica.
Hay un tema más desconocido: el balance económico del quinquenio de Nicolas Sarkozy.[1]
Éste es revelador del fracaso absoluto de las políticas neoliberales y
del abismo que separa el catecismo dogmático de la realidad de las
estadísticas. No obstante, tras su elección, Sarkozy había prometido
restaurar las finanzas públicas. No fue el caso en absoluto.
Según la Agencia France Trésor, de 2007 a 2012 la deuda pública del
Estado pasó de 921.000 millones de euros a 1,386 billones, o sea una
explosión del 50,4% en el espacio de cinco años equivalente a 465.000
millones. En cuanto a la deuda pública global de Francia, es decir la
deuda del Estado, de los organismos sociales y de las colectividades
territoriales, según el Instituto Nacional de Estadística y de Estudio
Económico (INSEE), pasó de 1,221 billones de euros a 1,818 billones, o
sea un alza del 48,9%, por importe de 597.000 millones.
En cuanto al crecimiento económico, según Eurostat, pasó de un 2,3%
en 2007 al 0% en 2012, lo que hundió a Francia en la recesión. Por lo
que se refiere a la balanza comercial, siempre según Eurostat, se
desplomó de menos 52.000 millones en 2007 a menos 81.500 millones en
2012, o sea un deterioro del 56,7%, lo que representa la suma de 29.500
millones de euros.
Con respecto al desempleo, el balance de Nicolas Sarkozy también es
muy negativo, con un aumento sensible del número de parados. Según el
INSEE, la tasa pasó de un 8,4% en 2007 al 10,2% en 2012, es decir un
alza del 1,8%, equivalente a una pérdida de 436.700 empleos.
El gobierno de Nicolas Sarkozy también se caracterizó por los regalos
fiscales a las grandes fortunas y las empresas del CAC 40 cuyos
impuestos se redujeron, lo que contribuyó a una grave disminución de los
ingresos tributarios y a un serio empobrecimiento del Estado, el cual
se vio limitado en sus funciones. Por ejemplo, los mayores ingresos
vieron pasar su tasa de imposición del 49% al 41% y las empresas del 50%
al 34,6%. Así, entre 2007 y 2012, los ingresos fiscales bajaron 196.000
millones de euros.
Con semejante suma, Sarkozy habría podido construir 2 millones de
viviendas sociales o crear 6 millones de empleos en la función pública
(educación, salud, cultura, recreo) con un salario mensual neto de
1.500€.
Por otra parte en 2004, Sarkozy, entonces ministro de Economía, decidió vender 600 toneladas de oro del Banco de Francia
en un periodo de 5 años por 9.000 millones de euros. Esa operación
resultó catastrófica. En efecto, en aquella época la onza de oro estaba
en su nivel más bajo: 409,72 dólares. En cinco años subió a más de 1.384
dólares. Si Sarkozy hubiera vendido el oro al terminar su mandato,
Francia habría conseguido más de 18.000 millones de dólares.[2]
La presidencia de Nicolas Sarkozy es el símbolo del fracaso de las
políticas neoliberales, que son políticamente peligrosas, económicamente
ineficientes y socialmente desastrosas. El dinero público se dilapidó y
el Estado del bienestar se desmanteló, ocasionando una crisis económica
sin precedentes y una gran fractura social, con el único objetivo de
proteger los intereses de los más adinerados.
*Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad
Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la
Universidad de La Reunión y periodista, especialista de las relaciones
entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula The Economic War Against Cuba. A Historical and Legal Perspective on the U.S. Blockade, New York, Monthly Review Press, 2013, con un prólogo de Wayne S. Smith y un prefacio de Paul Estrade.
[1] Renelle, «Les chiffres de la débâcle sarkozienne sont arrivés», Médiapart, 1 de abril de 2013. http://blogs.mediapart.fr/ blog/renelle/010413/les- chiffres-de-la-debacle- sarkozienne-sont-arrives (sitio consultado el 15 de julio de 2013).
[2] Nathalie Balsan-Duverneuil, «Quand Nicolas Sarkozy vendait l’or français pour une poignée de cacahuètes», Midi Libre, 8 de febrero de 2012.
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