sábado, 19 de octubre de 2013

China, Rusia y la transición geopolítica mundial


Por Atilio Boron 


Interesante debate en el marco de la Primera Conferencia de Estudios Estratégicos “Repensando un mundo en crisis y transformación”, organizado por el Centro de Investigaciones de Política Internacional de Cuba. Uno de los temas de la sesión de la tarde fue sobre los países del BRICS. Hubo una interesante presentación sobre China y su proceso de paulatina reorientación hacia el interior, fomentando el mercado interno, promoviendo una redistribución de ingresos y expandiendo fuertemente su inversión en infraestructura y educación.

El Malecón de La Habana, azotado por la marejada

 Dato muy significativo: según proyecciones de la OECD para la década que arranca en el 2030 la economía china equivaldrá a un 29 % del PBI mundial, mientras que la de Estados Unidos retrocederá hasta fluctuar en torno al 17 %, y la Unión Europea y los países de la OECD (excepto Estados Unidos) al 14 %. Para ese entonces la economía de la India tendrá un PBI casi igual al de Estados Unidos. En suma, en poco más de una década y media la estructura económica mundial sufrirá una radical transformación y si América Latina y el Caribe no se unen, no se integran, a nuestros países les será muy difícil competir en ese nuevo escenario económico internacional. La unión efectiva, no retórica, de los países sudamericanos combinaría una excepcional dotación de recursos que no existe en ningún otro continente: petróleo abundante (Venezuela, Brasil, etcétera), gas, grandes recursos minerales, excepcional dotación de agua, la mitad de la biodiversidad mundial, potencial para alimentar a unas mil millones de personas, y un importante sector industrial. Por eso el imperio trabaja día y noche para abortar la unidad de Nuestra América. 

Una nota muy interesante la puso el Ministro Consejero de la Federación Rusa, Vadim Temnikov, con un descarnado análisis de la coyuntura internacional. Refiriéndose a Washington dijo, textualmente: “Nos engañaron con Irak, nos engañaron otra vez con Libia. ¡Ya no más!”  Y agregó que su país, junto con China, se opondrán terminantemente a una agresión a Siria. El camino es diplomático y la no ingerencia en asuntos internos es un principio fundamental en la carta de la ONU.

El desmantelamiento del arsenal de armas químicas de Siria es sólo el principio: hay otros países (Israel, por ejemplo, si bien no lo mencionó explícitamente) que tienen muchas armas químicas y de destrucción masiva en la región que también deberían ser desarmados. Habló también de lo que el llamó como “transición geopolítica”, en referencia a los cambios en la economía mundial arriba señalados pero también a la irresistible configuración de un sistema multipolar que no admite ya más el papel mesiánico e intervencionista de Estados Unidos. También habló de la alianza estratégica de Rusia con China, India y Vietnam y rescató el papel que la Unión Soviética había jugado en apoyar los movimientos de liberación nacional en Asia, África y América Latina. La implosión de la Unión Soviética fue un golpe tremendo para Rusia pero, dijo, ahora estamos en condiciones de volver a jugar un papel importante en el equilibrio geopolítico mundial. La reciente intervención rusa en la crisis Siria así lo atestigua. Para pensarlo, ¿no?



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