MSc Enrique R. Martínez Díaz,
Investigador CIPI
Muchos
autores, especialmente periodistas de los grandes medios de difusión masiva (o de desinformación
masiva en algunos casos), han escrito anunciando que, debido al aumento de
la rivalidad entre las principales potencias de la época actual, y el empleo
por muchos de los líderes políticos de esas naciones, y de organizaciones
internacionales, de un lenguaje mucho más agresivo, ha comenzado una nueva
Guerra Fría, Guerra Fría 2.0., ó “COLD WAR”, como se escribe en
inglés.
La
etapa histórica conocida como “Guerra Fría” comenzó, según describen
diferentes historiadores, después de un famoso discurso hecho por Winston
Churchill en una Universidad norteamericana (Fulton, Missouri) el 5 de
Marzo de 1946, aunque otros adjudican ese comienzo a la elaboración y
envío del no menos famoso “telegrama largo” en febrero de 1946 por un
funcionario norteamericano llamado George Kennan[i], desde
la embajada de esa nación en Moscú, a sus jefes en Washington. Como se conoce,
la base del concepto sobre la tal Guerra Fría
estaba en lo que denominaban “Contención del
Comunismo”, o sea, el enfrentamiento por parte de EE.UU. y sus aliados a la
URSS; como se conoce, una de las consecuencias de dicho enfrentamiento fue el
surgimiento en 1949 de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN,
organización que aún existe; tal etapa histórica concluyó con la caída del Muro
de Berlín, la desaparición de la Unión Soviética y del Campo Socialista
Europeo entre 1989 y 1991.
Devino
entonces un período llamado “unipolar”, en el cual EE.UU. fue catalogada
(o se autocatalogó) como la “Única Superpotencia”
(con gran beneplácito en Washington DC y en el Pentágono); pero, como la
rueda de la Historia nunca se detiene, el ascenso de la República Popular
China (RPCH) y la recuperación de la Federación Rusa, así como de otras
naciones, han ido cambiando el panorama estratégico mundial.
Debemos
recordar que durante la etapa en la cual el poderío norteamericano parecía
incontestable, no todo le fue tan bien a la superpotencia yanqui. Tras la
victoria de la “Operación Tormenta del Desierto” en Irak en 1991, el caso de
Somalia en 1993 mostró que no siempre las superpoderosas FF.AA. de EE.UU. eran
infalibles; las “águilas chillantes” y los “halcones negros” podían ser
abatidos, y los Rambos
no eran invulnerables a las balas.
La
Guerra en Yugoslavia demostró que existían limitaciones a sus capacidades
destructivas, amén de que no siempre los aliados/subordinados estaban a la
altura de sus amos, sobre todo en tecnología.
El
gobierno de George W. Bush no fue especialmente exitoso para el imperio; los
ataques a las Torres Gemelas le dieron ocasión para alcanzar las aparentemente
fáciles victorias en Afganistán e Irak, que, para sorpresa de los halcones
pentagonales, devinieron en sangrientas, prolongadas y costosas guerras
de desgaste, que aún perduran (lo más exitoso ha
sido indudablemente el ascenso de Afganistán a principal proveedor de heroína
a nivel mundial). Algunos de sus aliados más cercanos, a pesar del
sostenido apoyo estadounidense, tampoco la pasaron bien; solo recordar la
Guerra de 2006 en la cual el ejército israelí sufrió una derrota a manos del
movimiento libanés Hizbollá. Finalmente, la crisis económica de 2007 puso en
situación muy complicada a la todopoderosa potencia imperial y a sus aliados.
En
el interim, la RPCH mantuvo un sostenido crecimiento económico, que la ha
llevado a convertirse en la segunda economía a nivel mundial, y con
perspectivas de convertirse en la primera en los años futuros; Rusia, relevado
Boris Yeltsyn por un desconocido hasta entonces Vladimir Putin, comenzó una
lenta recuperación y dio una señal de aviso en el año 2008 en Georgia. Algo que
no recibió la necesaria atención fue que en Julio de 2001 se firmó en Moscú el Tratado
de Buena Vecindad y Cooperación Amistosa entre la República Popular China y la
Federación Rusa (antes, en Abril de ese propio año 2001, los llamados Cinco de
Shanghai crearon la Organización de Cooperación de Shanghai). Esas naciones
también forman parte de los BRICS.
El
gobierno siguiente de Mr. Obama tuvo la tarea de restañar los daños
(curiosamente, aun cuando la crisis comenzó en EE.UU., entre los países más
afectados por la misma estuvieron sus aliados de Europa Occidental, muchos
todavía no la han superado), para lo cual acudió a la aplicación del llamado
“poder inteligente” (Smart Power); con su refinado y atrayente discurso (y la activa
participación de los servicios de Inteligencia: CIA, NED, etc), estimuló
las llamadas “revoluciones de colores” en diferentes lugares, con resultados
diversos; especialmente llevó el caos a muchos países del Medio Oriente: los
casos de Libia y Siria son los más elocuentes. En el interim, las fuerzas de la
OTAN se aproximaron aún más a las fronteras rusas, so pretexto de la crisis
ucraniana; modernos sistemas de defensa antimisil fueron desplegados en Europa
y en la Península de Corea; y mediante el llamado Rebalance, el 60 % de las
fuerzas aeronavales de EE.UU. fueron desplegadas en el Pacífico.
Con
el nuevo presidente y su equipo de halcones, se ha endurecido notablemente el
lenguaje. De los textos de los más recientes documentos rectores de la política
norteamericana, como la Estrategia de Seguridad Nacional emitida en Diciembre
de 2017 (ESN 2017)[ii], emana un
discurso claramente confrontacional, encaminado a alcanzar los objetivos de ese
país “desde posiciones de fuerza”, catalogando a la República Popular China
(RPCH) y a la Federación de Rusia (FR) de rivales y “amenazas”, al igual
que a la República Popular Democrática de Corea (RPDC) y la República Islámica
de Irán (RII).
Otros
documentos posteriores, como la Estrategia de Defensa Nacional (EDN)[iii]
o la Revisión de la Postura Nuclear (RPN)[iv], son
portadores de un discurso mucho más agresivo; declaran que: La competencia
estratégica interestatal, no el terrorismo, es ahora la principal preocupación en
la seguridad nacional de EE. UU.[v]; esgrimen
argumentaciones sobre un poco creíble debilitamiento del poder militar de
EE.UU. ante el ascenso de la RPCH. De estos documentos, y de las solicitudes de
presupuesto ante el Congreso de los principales jefes militares
norteamericanos, cualquiera que no esté bien informado creería que EE.UU. está
desvalido y que sus FF.AA. no han recibido enormes fondos en los últimos años
para mantener e incrementar sus capacidades militares.
De
acuerdo a los datos que aportan importantes “tanques pensantes” de los propios
EE.UU. y otras naciones capitalistas, nada sospechosas de estar compradas por
el “Oro de Moscú” o de afiliación izquierdista, en el período comprendido entre
1991 y 2016 se gastó la enorme cifra de 34 billones 301 mil millones de dólares
en gastos militares a nivel mundial, de los cuales 14 billones, 394 mil
104 millones de dólares correspondieron a EE.UU. (mas del 40%)[vi].
Obviamente,
las partes amenazadas han respondido; en el caso de la FR, su actuación en
Siria ha sido decisiva para derrotar al ISIS y evitar que el gobierno de Al
Assad fuera derrocado; recuperaron Crimea; y recientemente, en un discurso ante
la Asamblea Federal o Duma, el Presidente Putin anunció el desarrollo de
nuevas armas estratégicas como respuesta al armamentismo occidental.
Por
su parte, la RPCH, manteniendo un lenguaje sereno, ha continuado
fortaleciendo sus capacidades militares, gracias a que la economía del gigante
asiático ha mantenido ritmos de crecimiento entre el 6,7 y el 10% anual. Sus
programas de desarrollo económico, como el proyecto “Un Cinturón, Una Franja”,
atraen la atención de muchos países de Asia, Medio Oriente y Europa, que
valoran sus ventajas y por lo tanto no están interesados en un incremento de
las tensiones militares.
El
desarrollo del arma nuclear y de mísiles balísticos por parte de la RPDC,
considerados necesarios para su seguridad por el gobierno de esa nación ante la
presencia militar norteamericana en el área y la no consecución de un tratado
de paz estable, ha sido un elemento que ha incrementado las tensiones en el
este de Asia. Pese a las sanciones internacionales, el gobierno de la RPDC no
ha cedido, y al parecer, los gobiernos de la región han logrado que se regrese
a la mesa de conversaciones, aunque es muy pronto para pensar que la crisis se
resolverá satisfactoriamente; es importante recordar el fracaso de las llamadas
“Conversaciones a Seis Bandas” hace algunos años (en el cual tuvo un papel
importante la actitud saboteadora de los norteamericanos).
En
el caso de Irán, la retórica del Presidente Trump contra el acuerdo firmado con
esa nación respecto a su programa nuclear no ha sido apoyada por sus aliados
europeos, ni por Rusia o la RPCH (aunque sí por Israel y Arabia Saudita); las
consecuencias de una retirada de EE.UU. del acuerdo pueden ser graves; el
discurso del presidente norteamericano contra este acuerdo nos retrotrae, por
la similitud de la situación, a la actitud de un anterior presidente
norteamericano, Mr. George W. Bush, que ignorando irrespetuosamente la opinión pública
internacional y las afirmaciones de importantes agencias de la ONU, decidió, de motu proprio, invadir
Irak en el año 2003, a causa de la supuesta posesión por el gobierno de Saddam
Hussein de unas armas de destrucción masiva que jamás aparecieron. Ahora Mr.
Trump arremete contra el tratado desconociendo criterios ajenos, e incluso de
algunos de sus asesores; por ejemplo, en el Reporte de Amenazas de Febrero de
este año 2018[vii], el Director de Inteligencia Nacional reconoció que Irán cumplía con sus
compromisos de acuerdo al Plan de Acción Integral Conjunto, incluso permitiendo
un mayor acceso de los expertos del OIEA a las instalaciones nucleares
(página 7 del susodicho reporte). Por cierto, que dicho informe tampoco está
muy en línea con los criterios de Mr. Trump sobre el Cambio Climático
(mencionado en la página 4 del Reporte del Director de Inteligencia Nacional
norteamericano).
En
uno de los aspectos en el que el discurso confrontacionista de Mr. Trump y
compañía, y su alarmismo respecto al desarrollo militar de la RPCH, la FR, etc,
parece haber tenido éxito, es en lo referente al incremento del presupuesto
militar de EE.UU., que ha sido aumentado notablemente; de acuerdo a datos del
Departamento de Defensa de EE.UU.[viii],
los gastos militares de esa nación durante el Año Fiscal 2017 (FY 2017) (que
comprendía desde el 1 de Octubre de 2016 hasta el 30 de Septiembre de 2017, y
por tanto, corresponde a la administración Obama) ascendieron a 606 mil
millones de dólares (tres o cuatro veces superior al presupuesto del país que
lo sigue en ese rubro a nivel mundial, la RPCH); para el FY 2018 las cifras
ascendieron notablemente, hasta cerca de 700 mil millones de dólares, y para el
FY 2019 (que es el que comenzará en Octubre de 2018), se considera que pueda
rondar los 716 mil millones de dólares[ix].
Obviamente,
tal incremento en los gastos militares de EE.UU. provocará que los demás países
mantengan o incrementen esos gastos, lo que motivará que los mismos a nivel
mundial continúen creciendo, para gran satisfacción del Complejo Militar
Industrial estadounidense; incluso, hay informaciones de que Mr. Trump pretende
aumentar aún más las ventas de armas norteamericanas en el exterior (a pesar de
que desde hace muchos años, EE.UU. sigue siendo el mayor exportador de armas
del planeta; por solo citar un hecho, recordar las anunciadas multimillonarias
ventas de armas a Arabia Saudita).
Otro
elemento bastante alarmante es lo planteado en la Revisión de la Postura
Nuclear, en la cual se anuncia la modernización de ese tipo de armamento y de
los medios portadores, dentro de la llamada “Tríada Estratégica”; miles de
millones de dólares serán invertidos en construir nuevas ojivas y bombas
nucleares, submarinos de propulsión nuclear portadores de mísiles balísticos,
aviones bombarderos estratégicos “invisibles”, misiles balísticos
intercontinentales, misiles crucero con capacidad nuclear, sistemas
modernizados para la dirección de esos ingenios de muerte, etc. Más peligroso
aún es la declarada intención de emplear esas armas si consideran que estén
siendo atacadas “capacidades o intereses vitales” de EE.UU., aun cuando no sea
con armas nucleares.
El
último episodio de esta “COLD WAR 2.0”
está desarrollándose actualmente respecto al supuesto ataque con sustancias
químicas en Gran Bretaña contra un ex agente de inteligencia ruso y su hija (en una trama que
parece extraída de las películas de James Bond, el célebre Agente 007 “con
licencia para matar”), de lo cual el gobierno de esa nación culpa al
gobierno de Moscú; primeramente, todo parecía un intento de influir en las
elecciones de la FR, las cuales devinieron en una victoria incontestable para
Vladimir Putin; en esta segunda fase, los gobiernos de EE.UU., Gran Bretaña y
muchos de sus aliados europeos y de la OTAN han procedido a expulsar
diplomáticos rusos de su territorio; el gobierno ruso, por su parte, ha
aplicado medidas similares. Incluso el gobierno norteamericano ha anunciado la
expulsión de representantes rusos ante la ONU en New York, lo cual es
violatorio de sus compromisos como país sede de ese organismo.
Si
a esto le sumamos la agresiva política económica de la Casa Blanca,
caracterizada por declaraciones de Mr. Trump sobre supuestos abusos de empresas
chinas contra la propiedad intelectual estadounidense, imposición de
nuevos derechos aduaneros a productos chinos, acusaciones sobre manipulación de
divisas por parte de la RPCH, culpando a esa nación de malas prácticas por su
superávit comercial con EEUU, entre otros aspectos, que incluye el abandono de
proyectos como el TPP. La RPCH no se ha quedado con los brazos cruzados,
respondiendo con medidas arancelarias contra productos norteamericanos.
A
esto se suma el abierto intervencionismo norteamericano en diferentes regiones,
como en el Medio Oriente (donde incluso tiene tropas desplegadas en Siria,
contra la voluntad de su gobierno), América Latina, etc, la situación es muy
preocupante.
Consideramos
que este remake
de la Guerra Fría ha incrementado el riesgo de enfrentamientos entre las
principales potencias a nivel global, lo cual para nada favorecerá a los
pueblos de esos países y mucho menos al resto de mundo; enormes recursos se
destinarán al desarrollo y construcción de nuevas y cada vez más sofisticadas
armas, para garantizar los “sagrados privilegios” del 0,01 % de la humanidad,
que vive en la opulencia, en tanto más de la mitad de los seres humanos del
planeta apenas sobreviven, amenazados por el hambre, la escasez de agua, la
contaminación ambiental, las epidemias y el Cambio Climático. Muchos en el
mundo ven la situación actual con sentido crítico; por ejemplo, la junta
directiva del Bulletin of the Atomic Scientists (Boletín de
Científicos Atómicos) de la Universidad de Chicago, adelantó hace dos meses
en treinta segundos el llamado Reloj del Apocalipsis (DoomsdayWatch)[x], o sea,
vaticinan que estamos aún más cerca de una confrontación que extinguiría la
humanidad del planeta.
Se
hacen así aún más vigentes las palabras escritas por nuestro invicto Comandante
en Jefe en una de sus últimas Reflexiones[xi]:
Luchar por la paz
es el deber más sagrado de todos los seres humanos, cualesquiera que sean sus
religiones o país de nacimiento, el color de su piel, su edad adulta o su
juventud.
Notas:
[i]Devenido después
importante historiador e investigador, considerado padre de la “Teoría de la
Contención”.
[ii] The White House.The National Security Strategy of the
United States of America. Washington, December 2017
(https://www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2017/12/NSS-Final-12-18-2017-0905.pdf)
[iii] Department of Defense Summary of the 2018 National
Defense Strategy of the United States of America Sharpening the American
Military´s Competive Edge , Washington, January 2018
(https://www.defense.gov/Portals/1/Documents/pubs/2018-National-Defense-Strategy-Summary.pdf)
(https://media.defense.gov/2018/Feb/02/2001872886/-1/-1/1/2018-NUCLEAR-POSTURE-REVIEW-FINAL-REPORT.PDF)
[v]Department of Defense Summary of the 2018 National
Defense Strategy of the United States of America Sharpening the American
Military´s Competive Edge , Washington, January 2018, página 1.
[vi]Calculado por el autor de acuerdo a la Base de Datos del Instituto de
Estudios sobre la Paz de Estocolmo (https://www.sipri.org/databases/milex
)
[vii] Coats, Daniel R. Worldwide Threats Assesment of the
US Intelligence Community, Statement for the Record, 13 February 2018
(https://www.dni.gov/files/documents/Newsroom/Testimonies/2018-ATA---Unclassified-SSCI.pdf
)
[viii]Office of the Under
Secretary of Defense (Comptroller) / CFOFISCAL YEAR 2019 BUDGET REQUEST, WASHINGTON
DC, FEBRUARY 2018
(http://comptroller.defense.gov/Portals/45/Documents/defbudget/fy2019/FY2019_Budget_Request.pdf)
[ix] Korb, Lawrence J. Trump´s Defense Budget,
Center for American Progress, February 28, 2018
(file:///E:/2018/USA/DEFENSE%20BUDGET%20FY%2019/Trump's%20Defense%20Budget%20-%20Center%20for%20American%20Progress.htm)
[x] Bulletin of the Atomic Scientists It is 2
minutes to Midnigth. 2018 Doomsday Clock Statement. Chicago, IL, January 25,
2018(https://thebulletin.org/sites/default/files/2018%20Doomsday%20Clock%20Statement.pdf)
[xi] Castro Ruz Fidel
Luchar por la paz es el deber más sagrado de todos los seres humanos
(http://www.cubadebate.cu/reflexiones-fidel/2016//02/21/luchar-por-la-Paz-es-ei-deber-mas-sagrado-de-todos-los-humanos/)
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