Réplica
de Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba,
a Mike Pence, vicepresidente de Estados Unidos, en la VIII Cumbre de
las Américas, en Lima, Perú, el 14 de abril del 2018.
(Versiones Taquigráficas-Consejo de Estado)
El señor Vicepresidente de los Estados Unidos de América parece mal informado, ignora la realidad, oculta la verdad.
Quiero preguntarle directamente al señor Pence si la Doctrina Monroe guía o no a su gobierno, en su política hacia América Latina.
Quiero responderle con palabras de Bolívar: «Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias en nombre de la libertad».
Quiero citar a Martí: «Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para impedir que los Estados Unidos se extiendan por las Antillas y caigan con esa fuerza más sobre las tierras de América».
Es nada democrático atacar a Venezuela y mencionar al presidente Nicolás Maduro Moros, cuando ha sido excluido y no está aquí para responderle.
Rechazo las referencias insultantes a Cuba y a Venezuela y la actitud humillante para la América Latina y el Caribe que ha asumido.
El vacío moral del gobierno de los Estados Unidos no puede ser, no es una referencia para la América Latina y el Caribe.
En
los últimos cien años cargan con la responsabilidad por los abusos más
brutales contra los derechos humanos y la dignidad humana. Todos los
gobiernos despóticos en la región, todos sin excepción, han sido
impuestos o han recibido apoyo del gobierno de los Estados Unidos,
incluidas las más crueles dictaduras militares. Hechos vergonzosos como
la Operación Cóndor o el golpe cruento de Estado en Chile están sobre la
conciencia de gobiernos norteamericanos.
El país del señor Pence
ha sido el primero y el único en usar el arma nuclear contra civiles
inocentes. Es responsable de guerras criminales y de cientos y cientos
de miles de muertos, de masacres de civiles, incluidos niños, mujeres y
ancianos, a los que llaman daños colaterales.
Es responsable de actos de tortura, de desapariciones, ejecuciones extrajudiciales y secuestros.
El
gobierno de los Estados Unidos es el autor de violaciones masivas,
flagrantes y sistemáticas de los derechos humanos de sus propios
ciudadanos afroamericanos, de los hispanos, de los migrantes y de las
minorías.
Tienen
un patrón racial diferenciado en sus cárceles y en la aplicación de la
pena de muerte; es donde más errores judiciales asociados a la ejecución
de personas ocurre; es donde mueren estudiantes por armas de fuego,
cuyas vidas fueron sacrificadas al imperativo del lobby político, en
particular en la Florida.
El gobierno de los Estados Unidos ha
recibido decenas y decenas de millones de dólares del lobby de las
armas, y un senador miamense ha recibido no menos de 3 millones por el
mismo concepto.
Miami es donde están las mafias políticas, donde
se refugian terroristas internacionales confesos y es también el lugar
del famoso fraude electoral del año 2000.
No ha dicho el señor
Pence, cuando habla de corrupción, que su país es el centro del lavado
de activos financieros del narcotráfico y del contrabando de armas hacia
el sur que desestabiliza países enteros.
El sistema electoral que
lo ha elegido y el legislativo, en el que él ha servido mucho tiempo,
es corrupto por naturaleza, porque está sustentado de manera
insólitamente legal en las contribuciones financieras corporativas y los
llamados Comités de Acción Política.
Es el gobierno que impone
un proteccionismo feroz, que no toma en cuenta que arruinará la
industria, la agricultura y el empleo en toda nuestra región.
Es donde el lobby político ha impuesto la idea de que el cambio climático es un invento antinorteamericano.
Es
el sistema político y electoral donde ha habido escandaloso tráfico con
los datos privados de decenas de millones de sus ciudadanos.
Si a
su gobierno le interesara el bienestar, los derechos humanos y la libre
determinación de los cubanos, podría levantar el bloqueo, colaboraría
con nuestra cooperación internacional, en vez de sabotearla, y daría
fondos a los programas de colaboración médica cubana en el mundo y a los
programas de alfabetización.
Se ha referido de manera insultante a
Cuba. Respondo con el texto de la Proclama de la América Latina y el
Caribe como Zona de Paz, firmada en La Habana por los Jefes de Estado de
la América Latina y el Caribe en el 2014, cuyos principios incluyen el
derecho inalienable de los pueblos y de los Estados a darse libremente
su propio sistema político, económico, social y cultural.
Le
respondo también con un párrafo del documento histórico firmado en el
acontecimiento de esta época, en el aeropuerto internacional José Martí,
de La Habana, por Su Santidad el Papa Francisco y por Su Santidad el
Patriarca Kirill, quienes escogieron a Cuba para firmar un documento que
dice:
«Nuestro encuentro fraterno ha tenido lugar en Cuba, en la
encrucijada entre el Norte y el Sur, el Este y el Oeste. Desde esta
Isla, símbolo de las esperanzas del “Nuevo Mundo” y de los dramáticos
acontecimientos de la historia del siglo XX…».
Estamos a pocas
horas de que se cumplan 57 años de los bombardeos de aviones
estadounidenses a aeropuertos en Cuba, en los que murieron cubanos en
defensa de nuestra independencia y soberanía, en cuya despedida de duelo
se proclamó el carácter socialista de la Revolución Cubana, y sorprende
que a tantas décadas el vicepresidente Pence haya venido aquí a usar el
mismo lenguaje que llevó a gobiernos de entonces a realizar ese
terrible acontecimiento.
Los hechos transcurridos en los últimos
años demuestran que la convivencia entre Estados Unidos y Cuba es
posible, productiva y puede ser civilizada.
Para eso no espere él,
ni la delegación que ahora ocupa el escaño que acaba de abandonar, que
Cuba ceda en un milímetro de sus principios, ni ceje en su empeño de
construir el socialismo.
Muchas gracias.
(Cubaminrex-Granma)
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