miércoles, 20 de junio de 2012

Europa ya no nos hace soñar

Por Akram Belkaïd – Slate Afrique París

Al otro lado del Mediterráneo, la crisis que atraviesa la eurozona hace palidecer la estrella de la UE. Dividida más que nunca, replegada sobre sí misma y presa de los egoísmos nacionales, ha dejado de encarnar un modelo y un objetivo, en beneficio de las potencias emergentes

Los países del Magreb observan con una mezcla de curiosidad teñida de inquietud las peripecias de la crisis europea. Tanto en Argel, como en Túnez o en Rabat, los ciudadanos de a pie confiesan no comprender muy bien las sutilezas de las disputas diplomáticas que rodean a la austeridad en Bruselas, pero hay algo que no deja de comentarse.

Se trata de la casi quiebra de Grecia, una situación sobre la que los medios magrebíes informan de forma regular, alertando a sus lectores acerca de los riesgos de contagio en otros países europeos como España, Portugal e incluso Italia y Francia.

Para Ali Chafiq, un estanquero argelino, “a Grecia la tratan como un país del tercer mundo sus propios socios europeos. En el Magreb, esta situación da que pensar. Creía que en Europa imperaba la solidaridad, independientemente de los acontecimientos”. Para él, al igual que para muchos magrebíes, el viejo continente se ha desprendido de sus máscaras y ahora se muestra tal y como es, es decir, una tierra dividida por una fractura entre los países ricos (y egoístas) del Norte y los países pobres del Sur.

Todo el mundo teme la desaparición del euro.

Pero más que del destino de Grecia, sobre todo se habla del posible estallido de la eurozona y por consiguiente, del riesgo de la desaparición de la moneda única. Y con razón: en los tres países del Magreb, son muchas las personas que poseen la divisa europea en efectivo o depositada en los bancos europeos.

“En el Magreb circulan varias decenas de millones de euros en efectivo, sobre todo en el sector informal. Todo el mundo teme la desaparición del euro, porque para recuperar el dinero habría que justificar el origen de estos fondos”, confía un banquero marroquí en Casablanca. El problema es especialmente importante en Argelia, país donde existe desde hace cuarenta años un floreciente mercado paralelo de divisas. “La gente que cambia sus dinares en negro cada vez confían menos en el euro. Prefieren el franco suizo o el dólar estadounidense”, explica un cambista.

Éste recuerda que, sin embargo, la divisa europea se impuso en los últimos años como el valor refugio, en parte porque los argelinos están convencidos de que se falsifica menos que el billete verde. Como es evidente, los que poseen haberes exteriores también se inquietan ante la situación.

“Nuestros clientes magrebíes que poseen cuentas extranjeras nos plantean muchas preguntas. Quieren saber qué ocurriría concretamente en caso de que estalle la eurozona. Pero de momento, no se observan retiradas masivas o transferencias bancarias hacia otros lugares como Londres, Dubai o Singapur”, explica en el anonimato un banquero parisino responsable de grandes cuentas extranjeras.

Un discurso más crítico respecto a Europa

Más allá del futuro del euro, la crisis europea constituye la ocasión perfecta para que las élites políticas y económicas magrebíes pronuncien un discurso más crítico con respecto a Europa. Prueba de ello es el testimonio de un diplomático marroquí sobre el hecho de que su país, al igual que sus vecinos “siempre se ha centrado en dar prioridad a las relaciones con las capitales europeas más que en creer en la fábula de una Europa unida y solidaria en cuanto a sus relaciones con el sur del Mediterráneo”.

De este modo, el aparente debilitamiento institucional de una Europa cuyos contornos nunca se han comprendido precisamente en el Magreb parece dar la razón a las personas que siempre dudaron de la pertinencia de un diálogo regional entre el norte y el sur del Mediterráneo.“Cuando las cosas van mal, Europa se cierra sobre sí misma y nos demuestra que no cuenta con los medios de aplicar una auténtica política regional. ¿Alguien habla hoy de la Unión para el Mediterráneo?”, se indignan en el entorno del primer ministro argelino Ahmed Ouyahia.

La Unión Europea, a la que ya criticaban los países del sur y del este del Mediterráneo, es acusada de favoritismo con respecto a Europa del Este y se le considera un conjunto que corre el riesgo de explotar.

Liberarse de la tutela.

De repente, cada vez se escuchan más los discursos apelando a la “diversificación” de las asociaciones económicas y políticas. En Túnez, el partido en el poder, Ennahda, al igual que su homólogo marroquí, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), plantea la necesidad de inclinarse hacia “los otros polos de crecimiento”, entre ellos China, los países del Golfo y Brasil.

Se trata de un discurso pronunciado en nombre del realismo político y la eficacia económica, pero que, según muchos militantes demócratas laicos, también oculta otro objetivo: liberarse de la molesta tutela en materia de respeto de los derechos humanos y la democracia.

“Europa, a pesar de sus fallos y su egoísmo con respecto al sur del Mediterráneo, sigue fomentando, mal que bien, la democracia, el Estado de derecho y los valores positivos. La grave crisis que atraviesa actualmente también sirve para desacreditar su mensaje humanista”, lamenta un dirigente de la Unión General de los Trabajadores Tunecinos o UGTT, el principal sindicato del país. 20 junio 2012

La Defensa Antimisil en Europa: ¿Un acuerdo es posible?



Por Leyde E. Rodríguez Hernández *
   
En la VII Cumbre del Grupo de los 20 (G-20), celebrada en Los Cabos, México, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, y de Rusia, Vladimir Putin, conversaron sobre un asunto neurálgico en las relaciones entre ambos países: los planes estadounidenses de desplegar un sistema de “defensa” antimisiles en Europa.

A juzgar por la prensa internacional, a pesar de las diferencias, ambas partes acordaron que continuarán buscando conjuntamente soluciones a los desafíos en el ámbito de la “defensa” antimisiles.  Por otro lado, es bien conocido el viejo malestar de las autoridades rusas con una estrategia antimisil europea que coloca en peligro la estabilidad estratégica-militar en ese continente y la propia seguridad nacional de Rusia.

Esa situación motivó que Rusia solicitara con insistencia a los Estados Unidos un acuerdo vinculante que establezca que el supuesto sistema defensivo no estará dirigido  ni será usado contra Rusia en ningún momento. Ese es un acuerdo o declaración de principios que, en mi opinión, los Estados Unidos no están, ni estarán en condiciones de ofrecer a Rusia, cuando conocemos la naturaleza militarista de un proyecto que pretende  la superioridad estratégica global estadounidense,  manteniendo, como política central, la contención del ascendente poderío estratégico de Rusia y China, genuinas potencias militares en Eurasia. 

Por eso, sería un paso significativo, para la estabilidad y seguridad estratégica global en el siglo XXI, que China también exprese, con no menor insistencia, sus quejas a los Estados Unidos sobre una estrategia de “defensa” antimisiles que apunta hacia una nueva escalada armamentista en el sector de la cohetería-nuclear, amenazando así el derecho de toda la humanidad a vivir en verdadera paz y seguridad.       

* Es autor del libro: “El sistema antimisil de los Estados Unidos”. La obra se localiza en los siguientes sitios:





“Veto en defensa propia”



Por Pilar Martínez Diaz

China es hoy el país más poblado y la segunda economía más grande del mundo. Es también uno de los actores principales en el escenario internacional y asume un mayor protagonismo. 

Desde que la República Popular China ocupó su puesto como miembro permanente del Consejo de Seguridad en octubre de 1971, pues antes era ocupado de manera ilegítima por una representación de Taiwán, solo había ejercido su derecho al veto en seis ocasiones. La séptima fue el 4 de febrero de 2012 ante una resolución que se presentó contra Siria. La resolución respaldaba una iniciativa de la Liga Árabe que reclamaba la salida del poder del presidente Bashar Al-Assad y proponía medidas desbalanceadas que favorecían solo a la oposición.

El veto chino-ruso se produce en un contexto regional que recuerda constantemente los errores cometidos. Resulta necesario evitar por todos los medios que el “guión libio” se repita. Moscú y Beijing se abstuvieron ante la resolución que posibilitó la intervención militar en Libia. Sin embargo, la experiencia de lo ocurrido hace que se nieguen ahora a aceptar cualquier documento que contenga alguna alusión al uso de la fuerza armada en el caso sirio.

Beijing rechaza toda forma de injerencia en los asuntos internos del país árabe, lo que se evidencia en la amenaza de veto y el veto ejercidos en el Consejo de Seguridad de la ONU ante resoluciones que buscan condenar a Siria y preparar el escenario para una “intervención humanitaria”.

El veto chino puede entenderse como una manifestación contundente de la postura del país y su decisión de asumir mayores cuotas de protagonismo. No era necesario que China vetara para impedir la aprobación de esta resolución, pues Rusia había manifestado su intención de vetar. No obstante, el gobierno chino prefirió enviar un claro mensaje sobre su posición respecto al tema: no solo vetó, sino que además advirtió que lo haría siempre que se intentara aprobar una resolución con estas características. Ante la política de austeridad en el ejercicio del poder de veto mantenida históricamente por el “gigante asiático”, surge la interrogante: ¿qué determina, en última instancia, la postura de China respecto al tema sirio?

Siria es un país de importancia geoestratégica. Situado entre  Turquía, Líbano, Irak, Israel y Jordania, es considerado por China un factor de estabilidad dentro de la región de Medio Oriente. Su alianza con Teherán siempre ha sido un motivo de preocupación para Washington y Tel-Aviv. En tal sentido, Israel y Estados Unidos han realizado numerosos intentos de aislar a Damasco y de esta forma avanzar en el cerco a Irán.

China tiene como prioridad de su Política Exterior lograr un contexto favorable, que no entorpezca su desarrollo. No puede permitir que las potencias occidentales controlen la región de Medio Oriente, de donde importa gran parte de sus hidrocarburos. Debe garantizar fuentes estables de energía y vías seguras para el comercio. Pretende contribuir con sus “modestos esfuerzos” a que “se alcance el objetivo de la estabilidad en la región”[1], al tiempo que protege sus intereses nacionales. Su aliado geoestratégico es Irán, Siria es un factor de presión sobre el país persa por las implicaciones que puede tener su ocupación.

Podría parecer que derrocar al régimen iraní y posicionarse en la región es el objetivo final de Estados Unidos. En cambio, la verdadera “amenaza” para la seguridad nacional estadounidense y su supremacía mundial es Beijing. Según declara el Consejo Nacional de Inteligencia, “para el 2025 estará emergiendo un sistema multipolar global con el ascenso de China, Rusia e India”. Afirma también: “China está lista para tener más impacto en el mundo que cualquier otro país en los próximos veinte años”.[2] Es evidente que Estados Unidos encuentra en China un obstáculo para su estrategia de dominación global; la manera de franquearlo es frenar su desarrollo.

La posición de China ha sido siempre consensuada con el gobierno sirio de manera que sus intereses nacionales no se vean afectados. El plan de seis puntos para lograr una solución pacífica a la crisis que vive Siria se dio a conocer el 4 de marzo de 2012 por el Ministerio de Relaciones Exteriores de China. Los puntos incluyen:

·    el cese de todos los actos de violencia;
·    el inicio de un diálogo político incluyente;
·    el apoyo a los esfuerzos humanitarios;
·    el respeto a la soberanía del país;
·    el respaldo al enviado de la ONU y la Liga Árabe para este país, Kofi Annan.
El enviado especial Li Huaxin, se reunió en Damasco con el canciller de ese país Al-Moallem el 7 de marzo de 2012; ocasión en que afirmó: “La postura de China es preservar la independencia, unidad y soberanía de Siria”[3].

Durante la crisis se han mantenido las relaciones al más alto nivel entre ambos países. Los cancilleres Yang Jiechi y  Walid Al-Moallem efectuaron conversaciones en abril de 2012 en Beijing. Podemos citar también el encuentro sostenido entre el representante especial de Beijing al Oriente Medio, Wu Sike, el vicepresidente sirio Farouk Al-Shara  y el Canciller Al-Moallem. El diplomático chino reiteró el respaldo de su país  al gobierno sirio, el rechazo a la intromisión extranjera en sus asuntos internos, y el deseo de establecer nexos bilaterales de asociación estratégica, elevando la colaboración entre ambos países. En la reunión con el Canciller, el representante chino reiteró el interés de Beijing en que Siria sea estable y segura, lo cual es esencial para el  Medio Oriente. Este es un elemento fundamental que se repite en los discursos de los representantes chinos. Así por ejemplo,  Jiang Yu, portavoz del Ministerio de Exteriores,  afirmó: "Siria es un país importante en Oriente Próximo"[4].

El portavoz del Ministerio de Exteriores Liu Weimin, defendió el veto de su país a la resolución contra Siria alegando que “la acción del Consejo de Seguridad sobre este tema debe satisfacer los propósitos y principios de la Carta de Naciones Unidas y las leyes internacionales, para reducir las tensiones, ayudar a promover el diálogo político y asentar las disputas, mantener la paz y la estabilidad en Oriente Próximo.”[5] Aunque el representante de China en el Consejo de Seguridad no realizó explicación de veto, voceros de la Cancillería afirman que su posición demuestra la continuidad de la política exterior del país. “China es un firme partidario de la Carta de la ONU, respeta sus principios.”[6] Qu Xing, presidente del Instituto de Estudios Internacionales de China, señaló que su país siempre apoya la solución de crisis a través de medios pacíficos y de la no intervención en los asuntos internos de otros Estados.

Si bien es cierto que la postura de China sobre el asunto sirio es congruente con estos planteamientos, más allá de las razones de respeto al Derecho Internacional Público, existe un objetivo de seguridad nacional que motiva su actuación. El “gigante asiático” intenta frenar el injerencismo político y militar. No está dispuesto a que se genere una situación que pueda dar lugar a un conflicto armado internacional en esta región de importancia vital para su desarrollo.

El veto de China está condicionado, en última instancia, por  la necesidad de garantizar un contexto favorable para su desarrollo y defender su seguridad nacional. Teniendo en cuenta dos de los atributos fundamentales del poder, el militar y el económico, China es un actor con capacidad de influir y determinar el comportamiento de otros actores en el sistema internacional. En la coyuntura actual se observa una dinámica de reordenamiento. Se están produciendo cambios en la correlación de fuerzas que manifiestan el tránsito hacia una configuración multipolar, donde Rusia y China emergen como grandes potencias en colaboración estratégica y desarrollan una política de contrapeso ante Estados Unidos como única superpotencia global. 



Bibliografía

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Council, N. I. (2008). "Global Trends 2025: Transformed World".
Cubadebate. (5 de octubre de 2011). "Resalta Siria posturas de Rusia y China en Consejo de Seguridad". Recuperado el 9 de MAYO de 2012, de Cubadebate.
Debkafile. (24 de abril de 2012). "Según Washington, China se distancia del gobierno de Bashar al Assad". Recuperado el 23 de mayo de 2012, de Correo del Orinoco.
Escobar, P. (2011). "Siria, la nueva Libia". Recuperado el 9 de mayo de 2012, de Rebelión.
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Europa Press. (7 de marzo de 2012). "Siria acepta plan chino para salir de la crisis política". Recuperado el 9 de mayo de 2012, de Cubadebate.
González, L. (17 de mayo de 2012). "China y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas" . Recuperado el 21 de mayo de 2012, de listindiario.com.
González, Z. C. (24 de mayo de 2012). Especialista de la Dirección de Asia y Oceanía del MINREX:"El veto chino sobre tema sirio". (P. M. Díaz, Entrevistador)
Hernández, L. R. (28 de mayo de 2012). "El sistema internacional actual". (P. M. Díaz, Entrevistador)
Info Puntual. ( de febrero de 2012). "Rusia y China vetan la resolución contra Siria en la ONU". Recuperado el 21 de mayo de 2012, de Info Puntual.
Juventud Rebelde. (11 de mayo de 2012). "Fuerte condena china a atentados terroristas en Siria". Juventud Rebelde (versión digital) .
Liman, A. M. (3 de mayo de 2012). "La “cara oculta” de la rebelión siria". Recuperado el 21 de mayo de 2012, de Vanguardia.
Maza, F. p. (21 de mayo de 2012). Especialista de la Dirección de África Norte y Medio Oriente del MINREX:"Relaciones Siria - China". (P. M. Díaz, Entrevistador)
Piatakov, S. (18 de abril de 2012). "Cancilleres de China y Siria discuten vías de solución del problema sirio." . Recuperado el 9 de mayo de 2012, de RIA Novosti.
Redacción Central. (11 de abril de 2012). "Aboga China por solución pacífica a crisis en Siria". Recuperado el 9 de mayo de 2012, de Noticias Radio Reloj (versión digital) .
RFI. (5 de febrero de 2012). "El veto de Rusia y China desata una tormenta diplomática". Recuperado el 9 de mayo de 2012, de RFIespañol.
Xinhua. (11 de mayo de 2012). "China pide al mundo no intervenir en asuntos internos de Siria". Xinhua .
Xinhua. (18 de febrero de 2012). "Postura de China sobre Siria demuestra su firme apoyo a Carta de ONU". Recuperado el 9 de mayo de 2012, de Expertos.org.




[1] (Europa Press, 2012)
[2] (Council, 2008)
[3] (Europa Press, 2012)
[4] (Xinhua, 2012)
[5] (Europa Press, 2012)
[6] (Xinhua, 2012)

viernes, 15 de junio de 2012

En el punto de inflexión


Por Eduardo Montes de Oca
Rebelión

Resulta una suerte de síndrome del ajedrecista, digo yo. A menudo los contendientes anticipan menos jugadas, y cometen más errores, que quienes atienden al match desde la vera. 

Pero fuera del juego suele ocurrir lo mismo. El historiador Paul Kennedy, citado por el articulista Raúl Zibechi, debe haber hecho sentirse aquejado del mal a muchos. “Vivimos en un parteaguas”. Sin embargo, “son muy pocos los contemporáneos que se dan cuenta de que han entrado en una nueva era”, quizás porque no ha aparecido la “perspectiva de la mirada distanciada”, el hito, la referencia indeleble de una conmoción telúrica, de una guerra, sino que, por el contrario, se da una “lenta acumulación de fuerzas transformadoras, en su mayor parte invisibles, casi siempre impredecibles, que, tarde o temprano, acaban convirtiendo una época en otra distinta”.

Las principales potencias del cambio, explica, serían (son) la erosión constante del dólar, que pasó de representar el 85 por ciento de las monedas internacionales al entorno del 60 por ciento; la segunda, la parálisis del proyecto europeo; la tercera, el ascenso de Asia, que supone el fin de 500 años de historia hegemonizada por Occidente; la cuarta, la decrepitud de las Naciones Unidas.

Para los miopes a ultranza, la IV Cumbre del BRICS (grupo configurado por Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica), recién celebrada en Nueva Delhi, podría representar un “bulto” discernible, una inobjetable señal de que algo se mueve. No en vano en la cita se decidió la creación de un banco de desarrollo de los cinco países, con creciente peso en la economía planetaria. La institución proveerá al ámbito subdesarrollado de una fuente de capital alternativo al condicionado políticamente por… se sabe quiénes, o restringido a causa de la insuficiente solvencia del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, controlados por Washington y la Unión Europea.

Como prueba de la importancia de lo dispuesto, apuntemos que el quinteto posee casi la mitad de la población y el 30 por ciento de la superficie del globo, así como el 35 por ciento de las reservas de divisas. (China ha devenido la gran acreedora de Estados Unidos y otras naciones industrializadas.) Por si no bastara, dispone de crudo, gas, bauxita, oro, plata, manganeso, níquel, fosfato, platino, tungsteno, plomo, zinc, estaño, uranio, carbón, diamantes, energía eléctrica… Asimismo, se erige en anchuroso granero, en medio de la crisis alimentaria, y sus miembros se complementan proverbialmente.

Pero los signos de los tiempos no se reducen a lo anotado. El colega Umberto Mazzi nos recuerda, en ALAI AMLATINA, que algunos suministradores de hidrocarburos han comenzado a separarse del petrodólar, “como se llamó a la emisión de dólares inorgánicos para pagar el alza del petróleo que produjo el abandono definitivo del patrón oro por Estados Unidos, en 1973. Las grandes economías exportadoras y algunas instituciones internacionales, como la ONU, ya se han planteado la necesidad de una nueva moneda de reserva mundial”.

Sucede que la riqueza de EE.UU. se deteriora desde hace décadas y el esfuerzo financiero por salvar los bancos ha desviado y esterilizado la bolsa de recursos que la habría estimulado. “El creciente desempleo, la desindustrialización norteamericana y una balanza comercial en déficit crónico recomiendan un alejamiento del dólar como moneda de reserva”. 

Hoy por hoy, el yuan ha sido aceptado para el intercambio bilateral entre China -cuyas empresas, por cierto, lo utilizan ya en el trasiego con sus socios en 181 Estados- e incluso aliados de los gringos, como Japón y Australia. Y lo más importante: aumenta por día el número de acuerdos al respecto. Sí, algo estaría por trocarse a mediano o corto plazo. 

Conforme a diversos analistas, en un ámbito colmado de pobreza y desigualdades, la consolidación del BRICS insufla esperanza a la humanidad, porque propone un enfoque de desarrollo diferente, con énfasis en la instauración de infraestructuras y la aplicación de resultados científicos, tecnológicos. La coordinación del ente supone un elemento de contención a la plataforma unipolar diseñada por Washington y sus adláteres europeos desde el fin de la Guerra Fría, “e inserta en las relaciones internacionales un freno al hegemonismo estadounidense, lo que no excluye un aumento de tensiones ante la expansión de la OTAN hacia Rusia y el Oriente Medio”…

Ah, la guerra como fatum de un orbe donde la multipolaridad sigue siendo el gran conjuro. ¿Se avendrán las potencias establecidas a un pacífico traspaso en la carrera de relevos que sostienen con las llamadas emergentes? Lo más distinguible desde la atalaya del presente es que definitivamente nos encontramos en un parteaguas. Un punto de inflexión. Y que para afrontarlo, o aprontarlo, tendremos que empezar por sobreponernos al síndrome del ajedrecista. Digo yo.

Movimiento de Países No Alineados

Con los ojos del alma

20-08-2006

No había que pecar de retrógrado para concebir un escenario donde la esperanza deviniera fuego en extinción, acaso rescoldo, ceniza. Con la desaparición, en largo y apurado dominó, de todo un campo socialista, y con la desintegración de la ciclópea Unión Soviética, incluso en las filas de la izquierda muchos pensaron que el cese del enfrentamiento entre los dos bloques socioeconómicos, políticos, ideológicos, marcaba con hierro candente la hora cero del consiguiente derrumbe del Movimiento de Países No Alineados (NOAL).

“¿Para qué hará falta éste ahora, cuando la historia llegó a su meta, a su fin irreversible?”, debe de haberse ufanado más de uno en las exultantes hileras de derechistas hechos a imagen y semejanza de teóricos como el inefable Fukuyama. Para qué haría falta, sí, habida cuenta que precisamente el enfrentamiento de los dos mundos irreconciliables otorgó a los NOAL esencia, nombre, razón de existencia. 

Pero quienes pensaban de esa guisa dejaban de apreciar el fenómeno de modo concreto; el fenómeno como prisma, constituido por miríadas de ángulos tan claros como un día meridional. Porque para aquellos que desprecian los cantos de sirena del neoconservadurismo intelectual resulta sumamente nítido que, mientras el imperialismo se erija en hecho, será más que necesario un foro de discusión y exposición de los intereses de los países menos privilegiados, como asegura en artículo enjundioso el académico, diplomático y periodista cubano Leyde Ernesto Rodríguez.

Coincidimos con él en que, “en el momento internacional actual, no solo resulta perentoria la elevación de su liderazgo (de los No Alienados) en defensa del Sur, sino, además, la elaboración de una estrategia común para desplegar cierta capacidad de desarrollo ideológico y una orientación política unificada contra el imperialismo y sus manifestaciones, muchas de las cuales ya han sido identificadas en distintas regiones del sistema internacional”.

Siguiendo esa línea de pensamiento, el trabajo futuro de la enorme agrupación –116 países la integran- “podría entroncarse directamente con la lucha de los pueblos, de las fuerzas políticas de izquierda y de los movimientos sociales por la construcción de un sistema mundial más justo y acorde con las aspiraciones de las masas populares en todas las regiones y países”.

Y no solo ello. Como bien expone Rodríguez, la dinámica de las relaciones entre la naciones de todo el planeta se modifica permanentemente, y emergen diferentes áreas de convergencia, en las que se torna impostergable exigir una real cooperación en el eje Norte Sur de los vínculos globales, “porque la unión de los países con posiciones afines en torno a distintos temas de la agenda de los NOAL trasciende la conflictual división geográfica Norte-Sur del sistema internacional frente a los legítimos anhelos de supervivencia de toda la humanidad”.

Supervivencia. Anhelo quemante, compartido. Anhelo que a Cuba, por ejemplo, le brota del alma nacional, porque desde siempre ha estado en peligro, ante la ambición geopolítica de su enemigo jurado: los Estados Unidos de Norteamérica. Y menciono a Cuba no por estrecho chovinismo. La enarbolo en estas líneas porque precisamente en su capital, La Habana, se celebrará la próxima cumbre de los NOAL, la decimocuarta, del 11 al 16 de septiembre, tras lo cual, continuando con la tradición del grupo, asumirá la conducción de éste por un período de tres años.

Cuba sabe de anhelo de supervivencia, decía. Por eso buscará las más novedosas y menos formales soluciones que confluyan en la decisiva unidad de acción, a pesar de la diversidad, la complejidad y las contradicciones inherentes a un orbe donde la hegemonía está en la “cancha” de los EE.UU, la Unión Europa y otras potencias capitalistas aliadas. 

¿Alguien se atreverá a poner en duda el aserto de que la Isla hará todo lo posible por la unidad de acción en pro de la gente, preterida en otros lares y por otros grupos? ¿Alguien consciente colocaría en entredicho la decisión de cambiar las reglas de juego tras haberse dotado a la agenda de esta Cumbre de un contenido real, de un paradigma? Quien dude no vería a dos pasos la mole enorme de la esperanza. Y, por cierto, debería acogerse a la operación Milagro, aquella que le devolvería la vista, gracias a una Cuba que, en voz de Fidel, ha propuesto el acercamiento real a los pueblos mediante un proyecto de alfabetización para el Tercer Mundo, un plan para la formación emergente de médicos y un programa que privilegia el ahorro, provee la seguridad energética y preserva valiosos recursos naturales.

Haría bien en operarse... aunque, en honor a la verdad, hay cosas que solo se ven con los ojos del alma.

jueves, 14 de junio de 2012

La inmigración en Francia


 De la retórica xenófoba a la realidad de las cifras

Por Salim Lamrani
Opera Mundi


  En Francia, la instrumentalización de la cuestión migratoria ha sido históricamente el hecho de la extrema derecha. Ahora, la derecha tradicional ha roto la barrera republicana y no vacila en retomar esta temática y estigmatizar a los inmigrantes. Frente a este discurso, de convicción o de circunstancia, destinado a designar un chivo expiatorio de la crisis económica y social que asola Europa, resulta interesante confrontar la retórica con la realidad de las cifras.

            En Francia, en plena campaña electoral para las legislativas de los días 10 y 17 de junio de 2012, la derecha y la extrema derecha han enfocado su discurso en el tema de la inmigración y el miedo al extranjero. Marine le Pen, presidenta del Frente Nacional (FN - extrema derecha) y la Unión por un Movimiento Popular (UMP - derecha) se muestran unánimes al respecto: el principal problema de Francia sería el inmigrante, responsable de las dificultades económicas y sociales del país, o sea del déficit público y el desempleo.
            De modo clásico, le Pen acusa a la inmigración, oficialmente evaluada en 200.000 entradas al año, de ser la responsable de todos los males: “La inmigración representa un costo importante para la comunidad nacional”.[1] Se ha comprometido entonces a reducirla en un 95%, es decir limitarla a 10.000 entradas anuales.[2]
            Durante la campaña presidencial, el candidato de la UMP, Nicolas Sarkozy, cuyo asesor privilegiado Patrick Buisson es un tránsfuga de la extrema derecha, no vaciló en retomar el discurso de la extrema derecha y denunciar la invasión migratoria procedente de África: “Si las fronteras de Europa no se protegen de una inmigración descontrolada, de la competencia desleal y del dumping, ya no habrá un modelo francés y tampoco una civilización europea. Si construimos Europa es para estar protegidos, no para dejar que se destruyan nuestra identidad y nuestra civilización”.[3]
            Para la UMP, los problemas de Francia se explicarían por la presencia de una población extranjera demasiado numerosa en Francia. El presidente candidato Sarkozy insistió en ello: “Estamos padeciendo las consecuencias de cincuenta años de inmigración”.[4] Según la UMP, que se ha comprometido a reducir a la mitad la cifra de la inmigración legal en Francia[5], “hay demasiados inmigrantes en Francia”.[6]

Las cifras de la inmigración

            Así, según los turiferarios de la “identidad nacional”, el desempleo y el déficit público se deberían al número demasiado elevado de inmigrantes en Francia. Conviene ahora analizar las cifras de la inmigración legal y confrontarlas con la validez de esta aserción.
Primero, al contrario de lo que afirma Marine le Pen, Francia no es el primer destino de los inmigrantes en Europa sino el quinto, detrás del Reino Unido, Italia, España y Alemania.[7]
            Por otra parte, la inmigración europea, la reunificación familiar y los estudiantes extranjeros representan el 80% de la inmigración total en Francia. Así, resulta imposible para el Estado francés actuar sobre los dos primeros grupos sin contravenir las convenciones internacionales, y particularmente la Convención Europea de los Derechos Humanos en lo que se refiere a la reunificación familiar. El único margen de maniobra concierne al número de estudiantes. Resulta difícil imaginar que la nación francesa cierre sus puertas a esta categoría y se prive de lo que constituye su resplandor internacional, o sea la excelencia de sus universidades. En efecto, el 41% de los estudiantes de doctorado en Francia son extranjeros.[8]
            Según las cifras de la Oficina Francesa de la Inmigración e Integración, entre los 203.017 extranjeros (de fuera de la Unión Europea) acogidos en 2010, se encontraban 84.126 personas concernidas por la reunificación familiar (41,4%), 65.842 estudiantes (32,4%) y 31.152 inmigrantes económicos. Se descubre así que la inmigración económica sólo ocupa el tercer rango.[9]
            En realidad, la inmigración es una necesidad económica para Francia. En efecto, la realidad de las estadísticas contradice las alegaciones relativas al impacto negativo de los flujos migratorios sobre la economía francesa (desempleo y déficit). Un estudio del Ministerio de Asuntos Sociales relativo al costo de la inmigración sobre la economía nacional revela que los inmigrantes, lejos de gravar el presupuesto de las prestaciones sociales, traen cada año a las finanzas públicas la suma de 12.400 millones de euros, contribuyendo así al equilibrio del presupuesto nacional y al pago de las pensiones. Así, éstos reciben del Estado 47.900 millones de euros (retiros, ayudas para la vivienda, ayuda a los desempleados, ingreso mínimo, ayudas para la familia, prestaciones de salud, educación) y aportan 60.300 millones (cotizaciones sociales, impuestos y tasas sobre el consumo, impuestos sobre el ingreso, impuestos sobre el patrimonio, impuestos locales, contribución al rembolso de la deuda social – CRDS y contribución social generalizada – CSG). Este saldo ampliamente positivo hace añicos la argumentación del FN y de la UMP sobre la inmigración.[10]
            Los profesores Xavier Chojnicki y Lionel Ragot, autores del estudio, se muestran incluso favorables a una “política migratoria más ambiciosa”, la cual “contribuiría a una reducción de la carga fiscal del envejecimiento demográfico”.

           La inmigración tiene efectos sobre las finanzas de la protección social en Francia. Éstos son globalmente positivos. […] La inmigración, tal como se proyecta en las previsiones oficiales, reduce la carga fiscal del envejecimiento demográfico. Sin ella, la necesidad del financiamiento de la protección social […] aumenta 2 puntos del PIB, pasando del 3% al 5% del PIB. [11]

            Además, según este estudio, conviene agregar a este saldo positivo de 12.000 millones de euros anuales otros ingresos no monetarios de una gran importancia económica y social. Así, los 5,3 millones de residentes extranjeros establecidos en Francia (11% de la población) ocupan en su inmensa mayoría empleos que los franceses rechazan. Por otra parte, el 90% de las autopistas se construyeron y se mantienen con mano de obra extranjera. Por fin, los precios de consumo de los productos agrícolas, por ejemplo, serían mucho más caros sin los inmigrantes pues éstos reciben muy a menudo un salario inferior al de los ciudadanos franceses.[12]
            Del mismo modo, en el campo de la salud, más de la mitad de los médicos hospitalarios presentes en los suburbios francés son de origen extranjero. Es lo mismo en otros sectores. Así, el 42% del personal de las empresas de limpieza procede de la inmigración y el 60% de los talleres de mecánica automóvil de la región parisina pertenecen a empresarios extranjeros.[13]
            El Comité de Orientaciones de las Pensiones señala, al contrario, que “la entrada de 50.000 nuevos inmigrantes al año permitiría reducir en 0,5 puntos del PIB el déficit de las pensiones”.[14] La Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que agrupa a los 34 países más desarrollados, estima por su parte que los inmigrantes desempeñan “un papel decisivo en el crecimiento económico a largo plazo”.[15]
            Así, la retórica xenófoba que estigmatiza a las poblaciones procedentes de la diversidad étnica del planeta no resiste un solo instante el análisis científico. La inmigración, lejos de ser una plaga para la sociedad francesa, es al contrario una necesidad económica vital.

El Frente de Izquierda contra el Frente Nacional

            El Frente de Izquierda (FDG), que en el espacio de tres años se ha convertido en la cuarta fuerza política del país, denuncia abiertamente la estigmatización de las poblaciones inmigrantes y se enfrenta al FN y a la UMP en este campo. Jean-Luc Mélenchon, portavoz del FDG, condenó las posiciones de la derecha y la extrema derecha: “El problema de Francia no es el inmigrante, sino el banquero. No es el inmigrante quien cierra la fábrica. No es el inmigrante quien condena a los demás a la pobreza. Son el capital financiero y sus perros guardianes del Frente Nacional”.[16]
            En su informe anual, la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia, órgano del Consejo de Europa, denunció la banalización del discurso hostil hacia los inmigrantes por parte de los políticos. “La reducción de las prestaciones sociales, la disminución de las ofertas de empleo y el aumento consecuente de la intolerancia hacia grupos de inmigrantes y de las minorías históricas” constituyen “tendencias preocupantes”.[17]

            En vez de abordar las cuestiones fundamentales de la repartición de las riquezas y de la reducción de las desigualdades económicas y sociales, la extrema derecha francesa –ahora seguida por la derecha– prefiere fomentar el odio al extranjero. Basándose en convicciones racistas, estigmatizan así a una población, particularmente la originaria del norte de África y del África subsahariana, y la hacen responsable –sin razón– de los daños que la aplicación dogmática de la doctrina ultraliberal ha ocasionado en Europa.

Fuentes: 
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=151191

*Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor encargado de cursos en la Universidad Paris-Sorbonne-Paris IV y en la Universidad Paris-Est Marne-la-Vallée y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Etat de siège. Les sanctions économiques des Etats-Unis contre Cuba, París, Ediciones Estrella, 2011, con un prólogo de Wayne S. Smith y un prefacio de Paul Estrade. Contacto: Salim.Lamrani@univ-mlv.fr




[1] Front national, « Immigration : stopper l’immigration, renforcer l’identité française ». http://www.frontnational.com/le-projet-de-marine-le-pen/autorite-de-letat/immigration/ (sitio consultado el 1 de junio de 2012).
[2] Samuel Laurent, « Sarkozy-Le Pen : ce que rapproche leurs programmes, ce qui les sépare », Le Monde, 26 de abril de 2012.
[3] Nicolas Sarkozy, « Discours de Nicolas Sarkozy, Place de la Concorde », 15 de abril de 2012. http://www.lafranceforte.fr/medias/presse/discours-de-nicolas-sarkozy-place-de-la-concorde-dimanche-15-avril-2012 (sitio consultado el 2 de junio de 2012).
[4] Nicolas Sarkozy, « Discours de Grenoble », 30 de julio de 2010. http://videos.tf1.fr/infos/2010/le-discours-de-nicolas-sarkozy-a-grenoble-dans-son-integralite-5953237.html (sitio consultado el 2 de  junio de 2012)
[5] Le Point, « Sarkozy répète qu’il y a ‘trop’ d’immigrés en France », 1 de mayo de 2012.
[6] Le Monde, « ‘Il y a trop d’immigrés en France’, a déclaré Sarkozy sur RMC/BFMTV », 1de mayo de 2012.
[7] Cédric Mathiot, « Non, la France n’est pas le pays d’Europe qui accueille le plus d’immigration », Libération, 28 de marzo de 2012.
[8] Le Monde, « Les étudiants étrangers constituent 41% des doctorants en France », 31 de mayo de 2012.
[9] Office Français de l’immigration et de l’Intégration, « Rapport d’activité 2010 », junio de 2011, p. 50. http://www.ofii.fr/IMG/pdf/OFII-RapportActivites_2010-Client-150DPI-FeuilleAF.pdf (sitio consultado el 2 de junio de 2012).
[10] Juan Pedro Quiñonero, « Les très bons comptes de l’immigration », Courrier International, 2 de diciembre de 2010. http://www.courrierinternational.com/article/2010/12/02/les-tres-bons-comptes-de-l-immigration (sitio consultado el 26 de abril de 2012).
[11] Xavier Chojnicki et Lionel Ragot, « Immigration, vieillissement démographique et financement de la protection sociale : une évaluation par l’équilibre général calculable appliqué à la France », Centre d’études prospectives et d’informations internationales, mayo de 2011, n° 2011-13, p. 41. http://www.cepii.fr/francgraph/doctravail/pdf/2011/dt2011-13.pdf (sitio consultado el 2 de  junio de 2012)
[12] Juan Pedro Quiñonero, « Les très bons comptes de l’immigration », op. cit
[13] Ibid.
[14] Ibid.
[15] Organisation de coopération et de développement économique, « Perspectives des migrations internationales », 2010. http://www.oecd.org/document/42/0,3746,fr_2649_201185_45626986_1_1_1_1,00.html (sitio consultado el 2 de junio de 2012).
[16] Jean-Luc Mélenchon, « Discours de Strasbourg », 22 mai 2012. http://www.dailymotion.com/video/xr0h1l_j-l-melenchon-discours-de-strasbourg_news (site consulté le 2 juin 2012).
[17] Le Monde, « Le Conseil de l’Europe s’alarme de la montée des discours xénophobes », 3 mai 2012.

lunes, 11 de junio de 2012

Sobre armas atómicas e inviernos nucleares


En un documentado e imprescindible artículo publicado recientemente en rebelión –“Desarme Nuclear: Una visión desde las Relaciones Internacionales” [1]-, Leyde E. Rodríguez Hernández recuerda que la Humanidad se enfrenta en el siglo XXI a dos grandes desafíos: el cambio climático y la existencia de armas nucleares. Dejemos el cambio climático para otra ocasión. Vale la pena consultar si tienen tiempo y ocasión Jonathan Neale, Cómo detener el calentamiento global y cambiar el mundo [2]. 

De ser utilizadas las armas nucleares, señala Rodríguez Hernández en su escrito, provocarían un desastre ambiental, acelerando definitivamente el cambio climático global. Añade: “[…] las armas nucleares, por su alto poder destructivo, carecen de utilidad militar, porque su uso provocaría un invierno nuclear de imprevisibles consecuencias para vida en el planeta…”. 

¿De qué invierno nuclear habla el autor? Un breve apunte sobre este “invierno”. Tomo base para ello en un libro reciente de Amir D. Aczel [3], el autor de aquel excelente El último teorema de Fermat, nada sospechoso de formar parte de ningún movimiento antinuclear internacional. Una muestra de ello: el prefacio de su último ensayo –y no es ni mucho menos la única ocasión- se abre con estas palabras: “La energía nuclear puede ayudarnos a luchar contra el calentamiento global porque se trata de una fuente de energía que no implica emisiones de carbono a la atmósfera”. Eso sí, admite ADA, la promesa de una fuente de energía libre de emisiones de carbono tiene como contrapartida la preocupación que suscitan los residuos nucleares. Ni que decir tiene, además, que Aczel publicó su ensayo en 2009, dos años antes de la hecatombe nuclear de Fukushima. Tras el desastre nipón, si la racionalidad y la prudencia no son sueños de una noche de verano con huracanes y lluvias torrenciales, nuestra cosmovisión sobre el tema no puede –y no debe- seguir transitando por el mismo sendero de la irresponsabilidad y apuesta fáusticas. “¡A lo loco, a lo loco, que así se (mal)vive mejor!” no es la consigna de la hora.

Recuerda ADA [4] que en 1982, hace de ello 30 años, aparecieron una serie de artículos en revistas especializadas en los que se advertía de un grave y nuevo peligro que representaban las armas nucleares. No era sólo la muerte, la destrucción y los daños causados por la radiación. Hiroshima y Nagasaki seguían muy cercanas, muy presentes en la consciencia no olvidadiza de muchos seres humanos. No era solo eso.

Comunidades científicas –Paul J. Crutzen, un científico neerlandés, Premio Nobel de Química, y el gran y nunca olvidado Carl Sagan, entre muchos otros-determinaron que si en cualquier lugar de la tierra se hacían explotar muchas –sin precisar este “muchas”- bombas atómicas, se formaría lo que llamaron, la metáfora era pertinente, un “invierno nuclear”. Cuando las cenizas y la materia carbonizada generadas por las explosiones cubrieran la atmósfera, se impediría la entrada de la radiación solar. Las temperaturas en todo el planeta –¡en toda la Tierra, en nuestra casa común a compartir!- se desplomarían y las cosechas en cualquier lugar del globo serían destruidas. ADA refuerza la idea: “El invierno nuclear haría que todo se congelara, no habría nada que comer, y las personas así como los animales morirían, lo que significaría el final de nuestro planeta vivo”.

Pero no es solo eso. 
Recientemente se ha incorporado una nueva consideración al tablero del ajedrez atómico, tan alarmante como las anteriores. Aunque se lanzasen sólo -¡sólo!- medio centenar de bombas atómicas de una potencia como la que fue lanzada en Hiroshima –las actuales son infinitamente más potentes- en una guerra limitada a una determinada área geográfica, bastarían esas descargas, decía, para provocar un invierno nuclear y la muerte final del planeta. Y sólo, digámoslo estúpidamente, con esa “intervención regional”.

Para pintar el escenario con sus colores adecuados, de negro absoluto, Rodríguez Hernández recuerda en su trabajo la existencia de unas 25.000 armas nucleares, más de 12 mil de ellas, el 50% prácticamente, listas para ser empleadas de inmediato. ¿Hay o no motivos, como señala el autor cubano, para tener en cuenta el peligro que representan, que siguen representando las armas atómicas? ¿Hay razones para estar en situación de “alerta total”? 

El desarme nuclear, lejos de ser una vindicación trasnochada, de tiempos superados, sigue siendo una vindicación razonable, necesaria y urgente de todos los pueblos del mundo.

ADA finaliza el apartado comentando de su ensayo hablando de guerras en Oriente Próximo, de guerras entre India y Pakistán, y señalando que “por esa razón, aunque haya concluido casi la confrontación entre Occidente y Rusia, los países que son potencia nucleares regionales constituyen todavía un peligro para todos nosotros”. Aczel no aclara el referente de “para todos nosotros” -podemos pensar en lo peor, por supuesto-, no explica por qué da por concluido el enfrentamiento OTAN-Rusia sabiendo lo que se sabe de los actuales planes otánicos, y desde luego no explica por qué hay que temer a las potencias nucleares regionales y no a las grandes potencias globales a no ser que pensemos, como acaso él piense, que Estados Unidos o Inglaterra son bellísimas encarnaciones del Imperio del bien. 

Lo anterior, en todo caso, no es el objetivo final de esta nota. Pertenece a otro ámbito, al de la racionalidad incompleta y al de las gafas ideológicas que cubren la mirada de grandes historiadores de la ciencia y excelente divulgadores como Amir D. Aczel (nacido en Haifa, Israel, en 1950), quien, además, no cita nunca a Israel entre los peligros atómicos, como si la situación que él mismo denuncia no estuviera relacionada también con la agresiva política del Estado racista y anexionista y, entre otras muchas cosas, con los submarinos atómicos vendidos por Alemania en inmejorables condiciones. ¡Qué ciegos nos hace ser la ideología acríticamente asumida!

Recordemos por ello algunos puntos de la “Iniciativa internacional para reclamar una inspección del arsenal nuclear israelí”. El texto lleva por título: “Stop Israel nuclear: un millón de voces en la ONU” [6]:
“Desde que en 1974 la ONU aprobase la Resolución 3263 (XXIX), instando al establecimiento en el Oriente Medio de una zona libre de armamento nuclear y otras armas de destrucción masiva, fueron numerosas las ocasiones en que las Naciones Unidas y otros organismos internacionales reiteraron el mismo llamamiento... y otras tantas las que fracasaron en su propósito. La última, en 2010, cuando la Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear instó la convocatoria de una conferencia en 2012 para poner en marcha el proceso y la iniciativa fue, una vez más, boicoteada por Israel y los EE.UU. La declaración del Oriente Medio como zona libre de armamento nuclear implicaría la adhesión de Israel al TNP en calidad de estado no nuclear y la ubicación de todas sus instalaciones sobre el control de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), al igual que ya hicieron el resto de los estados de la región. Si Israel abriera sus instalaciones al escrutinio de los inspectores de la AIEA, el Consejo de Seguridad de la ONU (CS) podría conocer la real envergadura del peligro que esos arsenales supuestamente secretos representan y estaría obligado a tomar las medidas necesarias para eliminar la amenaza que planea sobre la frágil paz de la zona”. 

No obstante, añade el llamamiento, nada es cómo debería. Con su insensata e interesada irresponsabilidad, “el CS deja a Israel las manos libres para aumentar su potencia nuclear fuera de cualquier control, se abstiene de urgir el cumplimiento de sus propias resoluciones y revela su incapacidad para conjurar una catástrofe de consecuencias fácilmente previsibles. Mas esta pasividad irresponsable y los turbios intereses que la determinan no han de ser obstáculo que impida la ciudadanía tomar en sus manos a salvaguarda de la paz y reclamar al Consejo de Seguridad, con voz plural y unánime, que tome las medidas precisas para obligar a Israel a abrir sus arsenales al escrutinio de la AIEA”. 

Se pretende realizar una campaña en red, “sin más centralización que la estrictamente necesaria para ir recogiendo los apoyos y realizar los trámites precisos para que la petición sea recibida y debatida en la ONU”. El texto que será enviado al Consejo de Seguridad y a la Asamblea General de la ONU pueden verse en la web de la campaña: www.stopnuclearisrael.org. ¡Vale la pena que visitemos la página!
PS1: Por debajo de estos asuntos atómicos, está siempre ubicada una de las ecuaciones, definiciones o leyes científicas –lamentablemente, no puedo precisar- más importantes de todos los tiempos, la más popular sin duda: E = m . c2 (Precisamente, con una excelente cita de Einstein, iniciaba Leyde E. Rodríguez Hernández su artículo).

Javier Aguilera, admirable compañero, luchador imprescindible de IU de Jaén, me recordaba muy recientemente la interpretación de las siglas de la ecuación que hace un tiempo hiciera el filósofo revolucionario, otro luchador imprescindible, Francisco Fernández Buey. Vale la pena, apunta al meollo de muchos asuntos:
E (Emancipación) = m (multitudes) . c2 (con consciencia de clase al cuadrado)
¿No es eso? ¿No es tan verdadera como la otra? ¿No tiene tanta fuerza potencial como la ley einsteiniana?

Notas:

[1] http://www.rebelion.org/noticia.php?id=150494. Es el texto de la intervención del autor en el encuentro de organizaciones de la sociedad civil cubana sobre paz y desarme nuclear celebrado el 24 de mayo de 2012. Sociedad Cubana de las Naciones Unidas (ACNU).
[2] Jonathan Neale, Cómo detener el calentamiento global y cambiar el mundo. El Viejo Topo, Mataró (Barcelona), 2012, traducción de Esther Pérez Pérez, 363 páginas.
[3] Amir D. Aczel, Las guerras del uranio. Una rivalidad científica que dio origen a la era atómica. RBA Libros, Madrid, 2012 (Traducción de Ferran Meler, ed original 2009).
[4] Ibidem, pp. 284 y ss.