jueves, 25 de octubre de 2018

Oteando la historia de las relaciones internacionales desde la Antigüedad hasta 1815



Por  Laura Álvarez Delgado
Estudiante 4to año del ISRI

Los períodos en que se divide la historia de las relaciones internacionales para su estudio tienen relación con los cambios en las condiciones del Orden Internacional imperante. Si tomamos como primera etapa de estudio la comprendida entre la Antigüedad y la firma de la paz de Westfalia en 1648, veremos que la Edad Antigua es una etapa muy temprana para hablar propiamente de relaciones entre naciones. Es en posteriores etapas históricas que estas se fueron consolidando y fueron estudiadas, más bien, dentro de la diplomacia y del derecho internacional. No me detendré en el análisis  restringido de la evolución de la diplomacia, en el presente trabajo ofrezco elementos que permiten una caracterización más amplia de las diferentes épocas para así comprender las relaciones internacionales que en ellas se establecieron.

El origen de las relaciones diplomáticas está muy ligado al de las propias relaciones entre las sociedades humanas y a la creciente diferenciación entre lo interno y lo externo desde el punto de vista de los territorios. Así, se fueron estableciendo cada vez más diversas formas de intercambio entre pueblos y ciudades colindantes. Un ejemplo a señalar fueron las relaciones entre las repúblicas griegas. En sus inicios, la diplomacia fue tomando un carácter ambulante. Primero, fue realizada mediante representantes designados de forma no permanente ante un país extranjero. Entonces, tuvo como limitantes las impuestas por el incipiente avance de los medios de transporte y las comunicaciones; además de la diferencias lingüísticas y culturales. No fue hasta la Edad Media que la Santa Sede, como potencia religiosa y política de la Cristiandad, adoptó la costumbre de enviar misiones diplomáticas temporales ante los soberanos con el fin de asegurar intereses. Estos son los inicios de las Nunciaturas, como se conocen en nuestros días.

Es Venecia el lugar reconocido como el de origen de la diplomacia moderna de carácter permanente, con el establecimiento de misiones en Roma y Constantinopla. Eran tiempos en los que la diplomacia estaba determinada por los intereses dinásticos y las aspiraciones de la nobleza feudal. Hacia los siglos XV y XVI aparecen obras precursoras del análisis moderno del poder y el sistema de estados como “El príncipe” de Maquiavelo, “De Monarchia” de Dante, uno de los más poderosos llamados a la prevalencia de la paz.

Sin embargo, estos siglos son también los de los grandes descubrimientos geográficos y la ampliación del comercio internacional que tuvo a Europa como centro del Sistema Internacional en gestación. En el siglo XVII, Francia emerge como potencia regional al aplicar una política de protección de la industria y el comercio, estimular la navegación e incentivar, en general, las relaciones de producción capitalistas mercantilistas. En la pugna entre Francia y el predominio de los Imperio de los Habsburgo, Francia se consolida en la supremacía europea, desatándose guerras religiosas como las del período de 1562 a 1598.

Los mencionados conflictos religiosos, producidos ante la Reforma y Contrarreforma de la Iglesia Católica tenían un carácter político. Fueron instrumento de control y dominación al interior de los Estados y de expansión contra otros Estados. En este sentido, fue relevante la Guerra de los Treinta Años (1618-1648); la cual consagró a Francia como la principal potencia continental.

La Paz de Westfalia (1648) puso fin a esa guerra y marcó, sin dudas, un punto de inflexión hacia un nuevo ordenamiento europeo. A partir de aquí, se produce la consolidación del Sistema Europeo de Estados. La diplomacia permanente se generalizó entre todos los países y monarcas de Europa. Paralelamente, fue configurándose un cuerpo de funcionarios especializados en las tareas diplomáticas, nombrado por el monarca entre la nobleza de su confianza. La idea que se sustentaba entre estos Estados fuertemente centralizados fue la del equilibrio entre potencias.

Otro resultado fue la atomización del El Sacro Imperio en más de 350 estados independientes, perfilándose un norte reformado y un sur católico. Hubo una disminución del poder del Papado en las decisiones de los Estados; desde el punto de vista religioso, se confirmó la libertad para los príncipes, y a los súbditos se les impuso convertirse a la religión de su príncipe o emigrar.

De 1648 hasta 1815

Esta segunda etapa, comprendida desde la firma de la paz en Westfalia hasta el Congreso de Viena en 1815, se caracterizó por avances tecnológicos cruciales en el desarrollo de las fuerzas productivas: las Revoluciones industriales del siglo XVIII. Por su parte, a partir de 1760, Gran Bretaña se convertiría en el “taller del mundo”. En este momento, entran a la correlación de fuerzas otras dos potencias: Rusia y Prusia. Se dan conflictos como la Guerra de Sucesión Española (1702-1714) que enfrentará a Francia y España contra una alianza de naciones encabezada por Gran Bretaña, Austria y Holanda por la obtención del trono español. Finalmente, los Tratados de Utretcht (1713-1715) consienten la instauración de Felipe V (nieto de Luis XIV) como rey de España y primer Borbón español -aunque estableció importantes límites de contención territorial a Francia-. Durante más de 20 años, a mediados del siglo XVIII, se producen una serie ininterrumpida de guerras en Europa y fuera de ella donde las alianzas enfrentadas encuentran siempre a Gran Bretaña y Francia en lados opuestos. Así, llegamos a un verdadero hito en la historia de las relaciones internacionales y de la humanidad en general: la Revolución Francesa de 1789 y los éxitos militares de la Francia revolucionaria y la Francia de Napoleón Bonaparte.

Con las ideas de defensa de los derechos individuales del hombre, la preocupación por la tutela de las libertades personales contra un posible retorno al Antiguo Régimen, Francia se erigió como una verdadera amenaza para el resto de las potencias europeas. Estas se unieron en coaliciones para derrotar el avance de Napoleón, lo cual se logró en Waterloo en 1815. Sin embargo, no se puede dejar de afirmar que, dada su influencia en las revoluciones que se sucedieron en el siglo XIX de carácter liberal y nacionalista en Europa y otras partes del mundo, la Revolución Francesa inaugura una nueva era en la política internacional.

Marcando el declive de Francia, los miembros de la Quinta Coalición se reúnen en el Congreso de Viena para restaurar las monarquías que Napoleón había derrocado. Se trazaba así un nuevo mapa europeo y se intentaba poner coto a la expansión de las ideas de la Revolución de 1789. Este es el inicio del llamado "Concierto Europeo", en el que se comenzaron a tutelar los asuntos continentales por un directorio de grandes potencias, decidiendo en común sobre fronteras, repartos, dinastías, etc. Específicamente, implicó la hegemonía de las 5 grandes potencias (Gran Bretaña, Rusia, Prusia, Austria y Francia). Se implanta la diplomacia de conferencias sobre los grandes temas internacionales. Se restablecía así el equilibrio de poder entre las potencias europeas.

De forma general, podemos concluir que estamos ante dos etapas de las relaciones entre naciones profundamente marcadas por el desarrollo tecnológico y productivo que abrió el camino al capitalismo y al ascenso de una nueva clase social: la burguesía. La Iglesia desempeñó un rol preponderante en las relaciones entre Estados, a pesar de los pasos dados en Westfalia que le habían retirado preponderancia. Estamos ante los primeros tiempos de la llamada “edad de oro de la diplomacia en Europa”, del equilibrio de poder, la política de alianzas -bastante cambiantes- y del derecho internacional en el concierto de naciones.

Bibliografía

Rodríguez Hernández, L. E. (2017). Un siglo de teoría de las Relaciones Internacionales. La Habana: Editorial Universitaria Félix Varela.

Rodríguez Hernández, L. E. (2018, septiembre). Curso de Historia de las Relaciones Internacionales (2018-2019). Tema II. La Estructura y Dinámica del Sistema Internacional en vísperas del inicio de la fase imperialista del Capitalismo. La Habana: Instituto Superior de Relaciones Internacionales.

Romero Puentes, Romero Puentes, Y. (2017). Derecho Internacional Público. Parte General. La Habana: Minrex.
  

Una periodización particular de la Historia de las Relaciones Internacionales (1648-1815)


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