Sobre la presidencia de Cuba de la Conferencia de Desarme de la ONU, Granma entrevistó a Abelardo Moreno, viceministro de Relaciones Exteriores
El poder desencadenado del átomo lo ha cambiado todo excepto
nuestras formas de pensar, y es por ello que avanzamos sin rumbo
hacia una catástrofe sin precedentes.
Albert Einstein
Por Laura Bécquer Paseironuestras formas de pensar, y es por ello que avanzamos sin rumbo
hacia una catástrofe sin precedentes.
Albert Einstein
La conservación de la especie humana tiene ante sí dos grandes desafíos que amenazan y degradan las condiciones de vida en el planeta: el cambio climático y la existencia de las armas nucleares. La amenaza real y constante de la combinación letal de ambos factores haría que en un abrir y cerrar de ojos todo desapareciera. Todavía están latentes el accidente nuclear de Chernobil (Ucrania) en 1986, y más reciente el de Fukushima (Japón) en marzo de este año.
Está ahí la teoría del "Invierno Nuclear". Desarrollada por un grupo de científicos norteamericanos nos alerta de que si las armas nucleares no existieran, no podrían ser utilizadas. "Si no pueden usarse, es necesario destruirlas y así nos protegeríamos de los accidentes, los errores de cálculo o cualquier actitud demencial". Aunque parece una fórmula sencilla, es hoy un gran problema.
La sola existencia de las armas nucleares y de las doctrinas que prescriben su posesión y empleo, constituyen un grave peligro para la paz y seguridad internacionales. Solo eliminándolas evitaríamos una catástrofe climática. Es por ello que el desarme nuclear juega un papel importantísimo en el asunto.
En el ámbito de las Naciones Unidas, existe un órgano dedicado a la negociación de tratados internacionales de control de armas y desarme, incluyendo el nuclear. Se trata de la Conferencia de Desarme, creada en 1979 en el primer periodo extraordinario de sesiones de la Asamblea General de la ONU y que cuenta con 65 miembros.
Sin embargo, este foro multilateral, cuya presidencia fue asumida por Cuba el pasado 22 de agosto, padece en la actualidad una parálisis que afecta gran parte de su maquinaria.
Sin embargo, este foro multilateral, cuya presidencia fue asumida por Cuba el pasado 22 de agosto, padece en la actualidad una parálisis que afecta gran parte de su maquinaria.
Al respecto, Abelardo Moreno, viceministro de Relaciones Exteriores, en un encuentro con Granma, señaló que "el hecho de que hace más de una década ese órgano no haya podido negociar ningún tratado o instrumento internacional, e incluso no tenga ni siquiera un programa de trabajo, se debe a que las grandes potencias nucleares están interesadas en que no exista en estos momentos un acuerdo en materia de desarme nuclear".
Su objetivo, precisó Moreno, es que "la Conferencia simplemente se dedique en el futuro inmediato a la negociación de un tratado internacional que controle la producción de los llamados materiales fisionables, que son aquellos que sirven para fabricar armas nucleares".
"Por supuesto, la tesis nuestra y la de los No Alineados a la Conferencia de Desarme, asociados en el Grupo de los 21 (G-21), es que, aun cuando el tema es importante, no garantiza el desarme nuclear", explicó el Vicecanciller cubano.
Para ello, uno de los principales objetivos que pretende Cuba al frente de la Conferencia de Desarme "es dinamizarla, llevarla adelante, tratar de reactivarla para que pueda desempeñar el papel para el que fue creada. Para eso debe tener una agenda, un programa y objetivos bien definidos que tengan en cuenta las preocupaciones de todos los estados", de acuerdo con Moreno.
El diplomático cubano apuntó que actualmente existen "más de 20 000 armas nucleares regadas por el planeta, 7 000 de ellas podrían ser utilizadas de inmediato".
Eso sucede cuando ya hay países que plantean que ha llegado el momento de dejar a un lado la Conferencia y recurrir a procesos de negociación alternativos. "Que debe ser sustituida por otros mecanismos más selectos fuera del marco de Naciones Unidas y manejados por un grupo reducido de países, hacer esto constituiría un peligroso retroceso", acotó Moreno.
"Esta es una tesis con la que no estamos de acuerdo. Consideramos que si vamos a trabajar de verdad por el desarme nuclear tiene que ser en el contexto de la principal institución multilateral existente, la ONU. La solución no está en ignorar este órgano o minimizar su importancia, por el contrario, hoy más que nunca es una responsabilidad de todos preservarlo y fortalecerlo."
Con los peligros latentes de las armas nucleares, es hora de adoptar el camino hacia la paz y descartar así la posibilidad de una catástrofe climática global inducida por la energía nuclear. Conscientes de que un mundo mejor sí es posible, solo depende de nosotros.
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