viernes, 12 de agosto de 2011

La Coubre: Frances hijo de víctima, de visita en Cuba en búsqueda de la verdad

Por JEAN-GUY ALLARD

Un ciudadano francés de 52 años, Jean-François Guillottin, hijo de un marino que sufrió heridas, el 4 de marzo de 1960, en la explosión del barco La Coubre en el Puerto de La Habana, visita Cuba esta semana en búsqueda de la verdad sobre este evento, el atentado más mortífero del último siglo en el continente. 

 Guillotin, un director de publicidad con una casa editorial parisina, fue quién, al interesarse a este evento de la vida de su padre, descubrió al consultar el sitio web de la fundación fra cesa French Lines  que heredó de los archivos de la desaparecida Compagnie Générale Transatlantique (CGT), la mención de un expediente de la investigación de los hechos realizada en 1960 por los dueños del buque.

Su sorpresa fue grande cuando vio al lado del nombre del documento, la restricción “Publicable: 150 años”, aparentemente inscrita por los juristas de la CGT al archivarlo.

“Esto se hizo hace mucho tiempo y es algo que parece `por lo menos sorprendente“, comenta Guillotin al contar como la representación diplomática cubana en Paris, al enterarse de la existencia del documento, solicitó la colaboración de las autoridades galas para conocer cual será su situación jurídica actual.

La fundación “French Lines”, retomando una marca que usaba la CGT para sus operaciones, maneja con el propósito de  garantizar la conservación del patrimonio marítimo francés, un servicio de investigación histórica de distintos fondos de empresas de navegación, en su sede de la ciudad portuaria de Le Havre.

“Son gente apasionada de historia, extremadamente bien organizada”, comenta el visitante.

LA COUBRE MARCÓ LA HISTORIA DE MI FAMILIA

“La tragedia de la Coubre marcó la historia de mi familia”, señala el ciudadano francés. “Cuando niño yo me fijaba en como mi padre había escapado a una catástrofe tan importante”.


  “Mi padre no murió en el evento pero sí fue herido y sufrió luego secuelas que lo afectaron en lo cotidiano. Perdió el uso del oído del lado izquierdo y tuvo que someterse a varias operaciones”.

“En el momento de la primera explosión, se encontraba en su cabina, escribiendo a su esposa. Siempre oí mi padre decir que esto fue extremadamente fuerte, y que luego el comandante del barco organizó urgentemente la evacuación que se realizó con la ayuda del personal de socorro cubano”.

La tripulación de La Coubre se quedó una docena de días en La Habana en espera de su regreso a Francia.
“Los marinos se encontraban bastante afectados por la dimensión de la catástrofe en la cual habían perdido seis compañeros, dos de ellos tan destrozados que no se pudo recuperar sus cuerpos”, cuenta Guillotin.  

 “Fue entonces que recibieron la visita de Fidel Castro y del Che Guevara que vinieron saludarlos y expresar su apoyo. Fíjese que mi papa tenía entonces la edad exacta del Comandante, 33 años”. 

 El filósofo y escritor francés Jean-Paul Sartre, entonces de visita con  su esposa la escritora Simone de Beauvoir, se solidarizó y donó parte de la ropa suya a sus compatriotas.

“Se ve a mi padre en una foto tomada en el Cementerio Colon, con un traje demasiado corto. El contaba que se trataba sin duda de uno de los trajes entregado por Sartre, un hombre de pequeña estatura…”

Jean-Marie Guillotin, era oficial de mecánica a bordo de la Coubre. Tenía dos hijos. “Yo tenia entonces dos años y mi hermana seis meses”. Murió accidentalmente en 1974 cuando Jean-François alcanzaba los 16 años.

Guillotin ha conservado los papeles de su padre relacionados con estos días. “

Fueron vestidos, alimentados, hospedados en el Hotel Plaza. Tengo hasta una hoja en la cual mi padre había anotado todos los objetos que perdió en la explosión”.

 Los 22 sobrevivientes franceses de La Coubre fueron luego repatriados a Francia por barco.
 Seis marinos franceses dejaron sus vidas en la criminal explosión.  El primer teniente François Artola, el timonel Jean Buron y los marineros  Lucien Aloi, André Picard, Jean Gendron y Alain Moura murieron, víctimas de esta salvaje agresión. 

 Guillotin tuvo la oportunidad de conversar con varios familiares de víctimas cubanas de La Coubre. “Fue muy emocionante”, comentó.

Personas como  Zoe Alfaro de la Peña, Rosario Velasco Gómez y Alberto Golio Sotolongo no sólo recordaron como la perdida de sus padres en el atentado afectó su existencia y la del conjunto de sus familias sino que pidieron al visitante francés de seguir a su lado en la búsqueda de la verdad.

“Todos sabemos que fue la obra de la CIA”, insistió Golio Sotolongo. En esta época, había aquí en Cuba numerosos actos de terrorismo provocados por agentes de esta agencia norteamericana”.

“¿Como lograr que se desclasifique este documento para que se haga justicia con este criminal sabotaje?”, preguntó.

Guillotin aseguró que existen los mecanismos de acceso a la información que sí pueden permitir una apertura del expediente, al señalar como tuvo la oportunidad de entrevistarse con un importante funcionario de la embajada de su país y que salio muy satisfecho. 

Ocurrido hace exactamente 51 años, el 4 de marzo de 1960, el atentado terrorista de La Coubre ocasionó además de un centenar de muertos, entre los cuales seis miembros franceses de su tripulación, más de 200 heridos y numerosos desaparecidos. El costo de los daños materiales fue luego estimado a unos 17 millones de dólares.

 Cuba ha denunciado en numerosas oportunidades la responsabilidad de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense en la explosión de  La Coubre en el puerto de La Habana.    

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