http://www.ventanapolitica.cu/articulo/verizon-facebook-y-google-entre-el-espionaje-real-y-el-teatro
Se
especula que las informaciones dadas por el diario inglés 'The Guardian' y el
estadounidense 'The Washington Post' sobre el registro de llamadas telefónicas
de la compañía Verizon Communications Inc. y el acceso a los servidores de
empresas como Google y Facebook, con el conocimiento y beneplácito de las
compañías, están perturbando la credibilidad del presidente, Barack Obama, así
como a las empresas, que han asegurado en otras ocasiones no haber autorizado
esas intervenciones.
A
inicios de junio, 'The Guardian' informó que una orden judicial imponía a la
empresa de banda ancha y telecomunicaciones Verizon, entregar a la Agencia
de Seguridad Nacional (NSA), dependencia criptológica del Departamento de
Defensa de los Estados Unidos, listados de las llamadas telefónicas de sus
clientes. El requerimiento incluía el número de teléfono del destinatario, la
duración, el momento y el lugar desde el que se hizo, en cualquier parte del
mundo.
Al
día siguiente, el 'Washington Post' y 'The Guardian' informaron de que la NSA
había accedido directamente, mediante un programa llamado PRISM, a los
servidores de nueve empresas de Internet, entre ellas Facebook, Google,
Microsoft y Yahoo.
Dicho
programa posibilita que la NSA y el FBI accedan a los correos electrónicos, los
chats y otras comunicaciones de forma directa, a través de los servidores de
estas grandes empresas. No obstante, estas empresas niegan haber dado acceso al
Gobierno. Se argumenta que la información conseguida se emplea para vigilar a
extranjeros sospechosos de terrorismo o espionaje.
Secreto
a voces y credibilidad magra.
Lo
cierto es que se van haciendo habituales las recurrentes y aparentemente
sorpresivas revelaciones sobre mecanismos y prácticas de espionaje de instituciones
estadounidenses, con el concurso de cuanta entidad allí está autorizada a
existir, como parte de las estrategias geopolíticas de ese país, no sólo en el
orden doméstico, sino también global. A fuerza de costumbre, lo que
debería ser escandaloso se torna hecho aceptado. ¿Quién puede impedirlo, esa
entelequia imprecisa que algunos llaman la conciencia mundial? ¿Qué podrían
hacer otros países, afectados de una manera u otra en su soberanía y
seguridad, pero sin poder, ni capacidad real para contener las draconianas
imposiciones imperiales? ¿Qué dejar entonces para los humildes mortales,
habituados a ser, cuando más, espectadores de un teatro mundial de violencia,
crisis y rebatiñas de poder, en el que ellos no deciden nada y sólo aportan en
tanto consumen? De vez en vez, hasta Hollywood suele hacer comparsa en
esta saga de capítulos de espionaje. El entretenimiento está garantizado y la
costumbre sembrada.
Pero,
claro, hay que cuidar el papel de pureza. De todo debe haber: buenos,
malos y pobres forzados por las circunstancias. Así, para cubrir el colorante
de la mejilla, Facebook y Google, dicen ahora estar solicitando permiso a las
autoridades federales estadounidenses para revelar toda la información
relacionada con las peticiones de la NSA acerca de datos de sus usuarios con el
objetivo de recuperar la confianza de sus clientes.
Del
lobo, un pelo
David
Drummond, responsable legal de Google, enarbola el “duro trabajo” de esa
empresa en los últimos quince años para ganarse la confianza de “sus
usuarios", Y con la misma, sostiene que ya han rechazado en otras
ocasiones las peticiones de diferentes gobiernos para que entreguen datos de
“sus clientes”.
No
obstante, en una carta que se le atribuye, este abogado sostiene que la Oficina
de Dirección de Inteligencia Nacional de Estados Unidos reconoció la semana
pasada que había reclamado datos a Google y que ésta había aceptado. Empero,
maquillaje indispensable, manifiesta que son falsas las informaciones
aparecidas en la prensa sobre la concesión, al “prestar” esos servicios, de
acceso ilimitado a las autoridades estadounidenses.
Mas
esas declaraciones de buena fe no bastan. Está claro que el asunto provoca
especulación y hasta morbo informativo. Todo ello cabe dentro del juego del
titiritero, crea interés. Lo importante es que no tenga implicaciones más allá
de lo calculado. Parece entonces que se impone, llegado el momento, como diría
una célebre cantante cubana de bares nocturnos, hacer el más puro teatro.
Así,
el Sr. Drummon está solicitando formalmente que se le permita a Google
“publicar en un informe de transparencia las peticiones de seguridad
nacional". “Google no tiene nada que esconder", remarca, como buen
defensor leguleyo y asegura que no se producirán "circunstancias adversas
por su publicación". Por supuesto que no, eso está garantizado.
La
espumosa y decrecida Facebook parece que también recorrerá un curso
similar. El asesor general de esa empresa, con cotización en la bolsa, Ted Ullyot,
ha urgido (peculiar palabrita) “al gobierno de Estados Unidos que nos ayude a
que sea posible incluir información sobre el tamaño y alcance de las peticiones
de seguridad nacional que recibimos".
Llama
la atención que el nombre de Verizon es un acrónimo de “veritas” y de
“horizon”. Pero ¿dónde está el real horizonte de la verdad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario