NACIONES UNIDAS, 31 May 2013 (IPS) - Cuando Estados Unidos invadió Iraq, en
marzo de 2003, uno de los principales objetivos expresados fue ubicar y
eliminar las armas de destrucción masiva presuntamente acumuladas por el
régimen del presidente Saddam Hussein.
Estados Unidos argumentaba buscar
frenéticamente tres de los armamentos más letales del mundo: nucleares,
biológicos y químicos, como también las clasifica la Organización de las
Naciones Unidas (ONU).
La
búsqueda, aparentemente basada en información defectuosa de los servicios de
inteligencia estadounidense, demostró ser inútil. Pero las letras
"WMD", siglas inglesas de "armas de destrucción masiva", se
convirtieron en parte integral de la jerga militar en todo el mundo.
Sin embargo, desde los atentados de abril en
Boston, tanto el gobierno de Barack Obama como los medios de comunicación
dominantes han ofrecido una nueva definición de las armas de destrucción
masiva: dos bombas caseras fabricadas con ollas a presión repletas de clavos y
otros metales que mataron a tres personas e hirieron a más de 250 durante una
maratón en esa ciudad de Estados Unidos.
Ese explosivo fue descrito reiteradamente como
"arma de destrucción masiva".
Natalie J. Goldring, del Programa de Estudios
sobre Seguridad en la
Escuela Edmund A. Walsh de Servicio Exterior en la
Universidad de Georgetown, dijo a IPS que las armas usadas en Boston fueron
artefactos explosivos improvisados, no armas de destrucción masiva.
Las armas químicas, biológicas y nucleares
suelen agruparse bajo el rótulo de destrucción masiva, señaló. Combinarlas en
una sola categoría hace que parezcan la misma cosa, cuando no lo son, sostuvo.
"Las armas nucleares son, por lejos, más
destructivas que las químicas o biológicas existentes. Aún así, los tres tipos
de armas tienen la capacidad de ser masivamente más dañinas que las que se
usaron en Boston", dijo.
"Comparar las armas usadas en esos
atentados con armas nucleares en particular es absurdo", planteó Goldring,
quien también representa al Acronym Institute en la ONU a propósito de armas
convencionales y comercio de armas en general.
Según expertos militares, los artefactos
improvisados usados en Boston no difieren de los usados por insurgentes contra
las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en Afganistán e Iraq.
Jody Williams, ganadora del premio Nobel de la
Paz en 1997 y presidenta de la Iniciativa de las Mujeres Premio Nobel, dijo a
IPS: "Si quieren confundir a la gente, desdibujen las líneas que
distinguen las cosas y también las situaciones".
Señaló que hablar de un artefacto explosivo
improvisado como "arma de destrucción masiva" es apenas un ejemplo,
como lo es el amplio uso de las palabras "terrorista" y
"terrorismo" luego de los ataques que el 11 de septiembre de 2001
dejaron 3.000 muertos en Nueva York y Washington.
Williams lideró una campaña muy exitosa que
derivó en una prohibición mundial de las minas antipersonal.
Según ella, al gobierno de Estados Unidos le
resulta más fácil continuar con su "guerra contra el terrorismo" sin
fronteras si la gente no entiende del todo o no ve las diferencias. Es todo
"demasiado confuso" y es mejor si queda en manos de los
"expertos" en Washington, agregó.
Siemon Wezeman, investigador del Programa de
Transferencia de Armas en el Instituto Internacional de Estocolmo para la
Investigación de la Paz, dijo a IPS que el uso de las siglas "WMD"
para describir a los explosivos de Boston se percibe como "raro".
Para Wezeman, la mayoría de las personas
piensan que las armas de destrucción masiva son las nucleares, biológicas,
químicas y potencialmente radiológicas. Sin embargo, sostuvo, el término se ha
usado laxamente desde que se acuñó, probablemente en 1937, para describir más o
menos a cualquier arma.
En
la terminología oficial de Estados Unidos parece haber unas 50 definiciones
diferentes, dijo.
Considerando esa nomenclatura, la categoría
"armas de destrucción masiva" serviría para cubrir "cualquier
tipo de arma explosiva levemente más grande: artefactos explosivos
improvisados, granadas de mano, proyectiles de artillería, cañones pequeños,
tal como usan diariamente los ó
terroristas', así como las Fuerzas Armadas", agregó Wezeman.
Por su parte, Goldring comenzó a IPS que, pese
a que los atentados de Boston fueron horribles, "la cantidad de víctimas
que causaron fue una fracción diminuta de las que probablemente habría
provocado la explosión de una o más armas nucleares en una ciudad".
Los científicos estiman que, aunque en una
ciudad explotara un arma nuclear relativamente pequeña (de 10 kilotoneladas),
quedaría destruida toda el área comprendida en un radio de una milla.
"Llamar
armas de destrucción masiva' a las bombas de Boston es una declaración
política", opinó Goldring.
Si
lo fueran, "acaso eso significaría que todos los artefactos explosivos
improvisados y usados en Afganistán e Iraq también se definen como armas de
destrucción masiva?", planteó.
Eso simplemente no tiene sentido, dijo,
agregando: "Los artefactos explosivos improvisados han causado daños
enormes al personal militar y a civiles en Afganistán e Iraq, pero no son armas
de destrucción masiva".
No hay comentarios:
Publicar un comentario