El ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla Foto: Internet |
Segmento de Alto Nivel del 28vo período ordinario de sesiones del
Consejo de Derechos Humanos
El canciller cubano Bruno
Rodríguez Parrilla propuso sostener debates y ampliar la cooperación
internacional sobre el analfabetismo, el desempleo, la pobreza y otros temas de
interés global.
Señor Presidente:
Habría que dar voz en esta sala a
los 842 millones de personas que padecen hambre en el mundo, los 774 millones
de analfabetos adultos y los 6 millones de niños que mueren cada año por
enfermedades prevenibles, quienes, como resultado de un orden internacional
excluyente, injusto y desigual, no forman parte de la particular visión de los
países del Norte sobre los derechos humanos y las libertades fundamentales.
También a los ciudadanos que
viven en los bolsones de pobreza en el mundo industrializado, a los
trabajadores y estudiantes víctimas de los programas de austeridad, a quienes
han perdido sus viviendas, a los inmigrantes que sufren discriminación y
xenofobia, a los que padecen represión y brutalidad policial, a los niños y
jóvenes sin alimentación, servicios médicos ni educación de calidad.
Los hechos indican la
conveniencia de sostener un debate serio, sobre la creciente pérdida de
legitimidad de los sistemas y partidos políticos, la quiebra de los sistemas
electorales abstencionistas, fundados en las contribuciones financieras y la
manipulación de los medios de comunicación; y la corrupción de la política, en
particular en algunos países desarrollados.
En nuestra nación aportan
activamente a la vida económica, social y cultural más de 2 mil organizaciones
y asociaciones de infinita diversidad. Como no hay tiempo para entrar en una
discusión sobre la naturaleza de la Sociedad Civil y su relación con el Estado,
tan manipuladas hoy con propósitos de cooptación por las élites políticas;
habría que concentrarse en lo esencial que, a nuestro juicio, es la
participación del pueblo en el proceso de toma de decisiones por los Gobiernos,
es decir, en el Gobierno mismo, a la manera que describió Lincoln y que es la
experiencia de la Revolución cubana.
Con una tradición de consulta
popular que tuvo un momento esencial en el referendo para aprobar con mayoría
abrumadora la Constitución vigente; en el 2011, nuestro pueblo aprobó el
programa económico y social en curso después de una discusión masiva, la
presentación de 400 mil enmiendas al texto y la modificación de dos tercios de
este. Más recientemente, se discutió igual el nuevo Código de Trabajo.
Vemos con profunda preocupación
que en algunas de las principales economías occidentales están las tasas de
sindicalización más bajas, con apenas entre el 8 y el 12% de los trabajadores.
No todas han ratificado los Convenios de la Organización Internacional del
Trabajo No.87 relativo a la libertad sindical ni el Convenio No. 98 sobre la
protección del derecho de sindicación y negociación colectiva.
Es conocido que, por ejemplo, en
esos casos, la legislación laboral y la jurisprudencia permiten el despido de
trabajadores en huelgas legales, las leyes estaduales restringen severamente el
derecho a huelga para amplias categorías de trabajadores, se restringen los
derechos de sindicación y negociación colectiva en Universidades privadas,
existen legislaciones estaduales que prohíben la negociación de convenios
colectivos en el sector público con asociaciones de trabajadores en el segmento
de los peor remunerados y decisiones judiciales, violatorias de los derechos de
libertad sindical y se impide el acceso de trabajadores indocumentados a la
reparación por despido ilegal.
En nuestro caso, están
sindicalizados y protegidos por convenios colectivos prácticamente todos los
trabajadores, incluidos los de pequeños negocios privados. Hay representación
sindical en el Consejo de Ministros y en los órganos ministeriales y
corporativos. Desde 1938, el movimiento obrero cubano alcanzó la conquista de
una Central obrera unitaria en la que hoy participan 17 sindicatos y miles de
organizaciones de bases.
Quisiera proponer al Consejo de
Derechos Humanos sostener debates y ampliar la cooperación internacional sobre
estos temas.
Esperamos que en las futuras
Cumbres del G-7, de la OTAN, de la Unión Europea, de la OSCE, eventos del FMI,
el Banco Mundial, el Banco Central Europeo y, en particular, en la Cumbre de
Cambio Climático de París se brinde amplio acceso y se soliciten contribuciones
a la Sociedad Civil, se asegure su derecho a manifestarse y no se interpongan
barreras físicas ni represión policial como ha sido frecuente en el pasado.
Sería provechoso que los
movimientos ciudadanos llamados Occupy Wall Street o Indignados también tuvieran merecida
presencia en esos foros.
La República de Cuba también
tiene profundas preocupaciones y disposición al debate y la cooperación sobre
la democratización de la información y el ciberespacio. Es alarmante que 7
gigantescas corporaciones privadas controlen el 65% de la información que
circula en el planeta. Los países del Sur no tienen prácticamente presencia en
la generación de contenidos. Las discusiones sobre la gobernanza de Internet no
han tenido resultados concretos en la democratización de esta. Debería
proscribirse la adopción de medidas coercitivas unilaterales en la esfera de la
información, las telecomunicaciones y la informática.
Es indispensable adoptar medidas
efectivas y urgentes para impedir la militarización del ciberespacio y la
realización de ataques informáticos, utilizando de manera ilegal y encubierta,
los sistemas de un tercer país. No es aceptable el planteamiento de responder
ataques informáticos con armamento convencional lo que quebrantaría la paz y la
seguridad internacionales.
Los cambios en la doctrina de
seguridad y defensa nacional de algunos Estados y de la OTAN, con énfasis en la
guerras no convencionales o llamadas de cuarta generación, que han sido
llevadas a la práctica en los últimos conflictos desde el Medio Oriente a
Europa, han provocado la destrucción de Estados y naciones, graves amenazas a
la paz y seguridad regionales e internacionales y lesionado los esfuerzos en el
enfrentamiento al terrorismo en todas sus formas y manifestaciones.
Es muy grave y peligrosa la
tendencia a utilizar, con fines políticos y militares, al Consejo de Derechos
Humanos para inscribir conflictos en la agenda del Consejo de Seguridad y abrir
procesos en la Corte Penal Internacional.
Señor Presidente:
Respaldamos el derecho
inalienable del pueblo palestino a tener su propio Estado, en las fronteras
anteriores a 1967 y con capital en Jerusalén Oriental. La Asamblea General de
Naciones Unidas debiera actuar con decisión y garantizar sin más demora la
plena membresía de Palestina. Debe cesar el suministro de armas y el veto en el
Consejo de Seguridad que garantiza impunidad a los crímenes de Israel, en
particular en Gaza.
Reiteramos nuestra enérgica
condena a las inaceptables e injustificadas sanciones unilaterales impuestas a
la República Bolivariana de Venezuela, y a la continuada intervención externa
con el fin de crear un clima de inestabilidad en esa hermana nación. Ratificamos
nuestro más firme respaldo a la Revolución Bolivariana y al Gobierno legítimo
del presidente Nicolás Maduro Moros.
Señor Presidente:
Cuba sigue comprometida con una
genuina cooperación internacional sustentada en la indivisibilidad de los derechos
humanos, la no selectividad y la no politización. Continuamos comprometidos
también con la lucha por establecer un orden internacional más justo,
democrático y equitativo que elimine los obstáculos a los esfuerzos nacionales
para la realización de todos los derechos humanos.
Mantenemos un alto nivel de
cooperación e interacción con los procedimientos y mecanismos de Naciones
Unidas en derechos humanos de aplicación universal y un diálogo positivo con
los órganos creados en virtud de tratados internacionales.
Es con ese ánimo, que estamos
cursando invitación al Presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja y a
la Relatora sobre Trata de Personas a visitar nuestro país.
También hemos acordado con la
Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de
Seguridad, retomar el Diálogo Político Bilateral de Alto Nivel y continuaremos
involucrados, dentro de las bases recíprocas acordadas, de igualdad soberana,
respeto mutuo, no injerencia en los asuntos internos y respeto al ordenamiento
jurídico de las partes, en la negociación de un Acuerdo de Cooperación entre la
UE y Cuba.
Conscientes de que tenemos
profundas diferencias con el gobierno de Estados Unidos en el ámbito de los
sistemas políticos, la democracia, los derechos humanos y el Derecho
Internacional; y con la invariable voluntad de que ambos países puedan
relacionarse civilizadamente dentro de ellas, propusimos, el pasado mes de
julio, sostener un diálogo bilateral mutuamente respetuoso y en condiciones
recíprocas. El Departamento de Estado en días recientes comunicó su aceptación
y se iniciará en las próximas semanas.
La parte cubana concurrirá con
espíritu constructivo, apegada a sus convicciones, dispuesta a la cooperación
internacional, y será respetuosa y transparente en la expresión de sus serias
preocupaciones sobre lo que ocurre en materia de derechos humanos en los
Estados Unidos.
Cuba considera que el bloqueo
económico, comercial y financiero que se le impone es una violación flagrante,
masiva y sistemática de los derechos humanos de todos los cubanos.
Así continuará abordándolo,
mientras exista, en este Consejo y en la Asamblea General de las Naciones
Unidas mediante la resolución correspondiente. Al expresar a las naciones aquí
representadas nuestra profunda gratitud por su constante apoyo, les solicito
renovarlo, mediante su voto y su intervención en las sesiones del próximo
otoño.
El gobierno cubano aprecia el
planteamiento del Presidente Barack Obama de que el bloqueo provoca daños al
pueblo cubano y su disposición de involucrarse en un debate con el Congreso de
su país con vistas a su eliminación.
Agradezco las importantes y
oportunas Declaraciones Especiales de las Cumbres de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños y de la Unión Africana, respectivamente, de fines
del pasado enero que instan al levantamiento del bloqueo y al ejercicio por
parte del Presidente de los Estados Unidos de sus amplias facultades ejecutivas
para modificar sustancialmente su aplicación con vistas a su eliminación.
Señor Presidente:
El Examen Periódico Universal ha
confirmado su utilidad como sustento de la cooperación internacional. No
deberíamos permitir el retorno de las prácticas de persecución política contra
países del Sur para conculcar sus derechos soberanos, mientras se amparaban los
crímenes y torturas que se cometían en Abu Graib y la Base Naval de Guantánamo,
cuyo territorio se usurpa a mi país, que desacreditaron y provocaron la
implosión de la vieja Comisión de Derechos Humanos.
Señor Presidente:
A pesar de sus carencias y
dificultades, Cuba ha compartido y continuará compartiendo sus logros y
experiencias con otras naciones, con lo cual hemos contribuido
desinteresadamente a la realización de los derechos humanos de otros pueblos
del mundo.
En ese sentido, el proyecto de
cooperación conocido como “Operación Milagro”, ha realizado cirugías
oftalmológicas gratuitas a 3,4 millones de personas de 34 países. Asimismo, se
han graduado 9 millones de personas del programa de alfabetización “Yo sí
puedo” y un millón 113 mil del programa de continuidad “Yo sí puedo seguir”.
Hoy, más de 51 mil cooperantes de
la salud cubanos prestan servicios en 67 países del mundo.
Continuaremos nuestra cooperación
en la lucha contra el virus del Ébola en África. Más de 250 colaboradores de la
salud voluntarios y especializados de la Brigada Médica “Henry Reeve”
participan en las regiones más afectadas. Otros 4 mil cooperantes de la salud
de Cuba trabajan en el programa de prevención en 32 países africanos.
Señor Presidente:
La Revolución cubana continuará
defendiendo, sin descanso y con igual determinación, las causas justas,
sabiendo que Patria es Humanidad.
En el 70 aniversario de las
Naciones Unidas tienen más vigencia que nunca los Principios y Propósitos,
expresados en la Carta, que sustentaron su creación.
Como destacó el Presidente Raúl
Castro Ruz recientemente, “no renunciaremos a nuestros ideales de independencia
y justicia social, ni claudicaremos en uno solo de nuestros principios, ni
cederemos un milímetro en la defensa de la soberanía nacional. No nos dejaremos
presionar en nuestros asuntos internos. Nos hemos ganado este derecho soberano
con grandes sacrificios y al precio de los mayores riesgos”.
Muchas gracias
Ginebra, Suiza, 2 de marzo de
2015
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