En su intervención ante la cumbre extraordinaria del ALBA, Alianza
Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América, celebrada este martes en
la capital venezolana, el Jefe de los Consejos cubanos de Estado y de Gobierno
expresó que Estados Unidos parece olvidar que se viven otros tiempos, muy
distintos a aquellos en los que consideraba a América Latina y el Caribe como
su traspatio.
Añadió Raúl Castro Ruz que por la independencia y soberanía
de la región lucharon generaciones de patriotas y recordó las advertencias del
Libertador Simón Bolívar y del Héroe Nacional de Cuba, José Martí, acerca de la
naturaleza colonizadora y explotadora del gobierno de Estados Unidos.
A continuación las palabras del presidente cubano ante el plenario de la
cumbre extraordinaria de ALBA este martes 17 de marzo del 2015:
Estimados Jefes de Estado y de Gobierno
de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América;
Estimados Jefes de delegaciones e
invitados;
Compañeras y compañeros:
El ALBA nos convoca hoy para ratificar
nuestro más firme respaldo al pueblo y gobierno bolivarianos ante las últimas
acciones injerencistas y amenazas del gobierno norteamericano contra Venezuela.
Los hechos demuestran que la historia no se puede ignorar. Las relaciones
de Estados Unidos con América Latina y el Caribe han estado marcadas por la
“Doctrina Monroe” y el objetivo de ejercer dominación y hegemonía sobre
nuestras naciones.
Bolívar había anticipado que los Estados Unidos “parecen destinados por
la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la Libertad” y
Martí había caído en combate sin concluir la carta en que explicaba el “deber
de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que
se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más,
sobre nuestras tierras de América”.
Después vinieron las intervenciones militares, los golpes de Estado, las
maniobras para derrocar gobiernos nacionalistas o progresistas, el respaldo a
sangrientas dictaduras militares, las operaciones encubiertas, el amparo al
terrorismo y la subversión, así como la apropiación y el saqueo de nuestros
recursos para perpetuar la dependencia y el subdesarrollo.
La osadía victoriosa de llevar adelante una Revolución Socialista a solo
90 millas de Estados Unidos, ha supuesto inmensos sacrificios, sufrimientos,
pérdidas humanas y privaciones materiales para el pueblo cubano, sometido desde
el mismo triunfo revolucionario, hace 56 años, a todo tipo de hostilidad,
incluyendo el apoyo y la organización de bandas armadas en las montañas desde
finales del propio año 1959 —o sea, desde el mismo año del triunfo de la Revolución—,
la invasión de Playa Girón en 1961 y la oficialización del bloqueo en 1962,
todo ello con la intención declarada de derrotar la Revolución y cambiar el
orden político, económico y social que decidimos libremente y luego confirmamos
en referendo constitucional.
El resultado ha sido el rotundo fracaso, el daño a nuestro pueblo y el
completo aislamiento de Estados Unidos en sus propósitos, como ha reconocido
recientemente el Presidente Barack Obama al anunciar una nueva política y
proponerse abrir otro capítulo. Sin embargo, los voceros de su gobierno se
empeñan en aclarar que los objetivos persisten y solo cambian los métodos.
El triunfo de la Revolución Bolivariana fue un extraordinario hito en la
historia de Venezuela y de toda la región, que comenzó a despertar de la larga
noche neoliberal. Una época de cambios se inició en el continente y otras
naciones decidieron emprender el camino de la plena independencia e integración
y retomar las banderas de nuestros próceres.
Nacieron el ALBA, UNASUR, la CELAC, que se unieron, en su diversidad, a anteriores
agrupaciones e iniciativas de genuina vocación latinoamericanista y caribeña,
fundadas en principios de solidaridad, cooperación, justicia social y defensa
de su soberanía.
PETROCARIBE fue una extraordinaria, generosa y humanista contribución
del Presidente Hugo Chávez Frías. Ahora se pretende destruir a PETROCARIBE
para amenazar a sus Estados miembros, someterlos a las trasnacionales
petroleras y separarlos de Venezuela. No se percatan de que nuestros pueblos
han decidido, de manera irrevocable, continuar su indetenible avance y batallar
por un mundo multipolar y justo, donde tengan voz, esperanza y dignidad los que
fueron históricamente excluidos.
El imperialismo estadounidense ha ensayado, sin éxito, prácticamente
todas las fórmulas de desestabilización y subversión contra la revolución
bolivariana y chavista, para recuperar el control de la mayor reserva petrolera
del planeta y asestar un golpe al proceso integrador y emancipador que tiene
lugar en Nuestra América.
La arbitraria, agresiva e infundada Orden Ejecutiva emitida por el
Presidente de Estados Unidos contra el Gobierno de la República Bolivariana de
Venezuela, calificándolo como una amenaza a su seguridad nacional, demuestra
que Estados Unidos puede sacrificar la paz y el rumbo de las relaciones
hemisféricas y con nuestra región por razones de dominación y de política
doméstica.
Resulta insostenible la idea de que un país solidario como Venezuela,
que jamás ha invadido ni agredido a ningún otro y que contribuye de manera
sustancial y altruista a la seguridad energética y a la estabilidad económica
de un considerable número de naciones del continente, pueda representar una
amenaza para la seguridad de la potencia más poderosa de la historia.
Respaldamos la posición digna, valiente y constructiva del
Presidente Nicolás Maduro (Aplausos), quien no obstante la gravedad
de la amenaza ha tendido la mano al Presidente de Estados Unidos para iniciar
un diálogo basado en el derecho internacional y el respeto mutuo, que conduzca
a la derogación incondicional de la Orden Ejecutiva del Presidente Obama y a la
normalización de sus relaciones (Aplausos). El ALBA y la CELAC deberían
acompañar esa propuesta.
Hoy Venezuela no está sola, ni nuestra región es la misma de hace 20
años. No toleraremos que se vulnere la soberanía o se quebrante impunemente la
paz en la región.
Como hemos afirmado, las amenazas contra la paz y la estabilidad en
Venezuela representan también amenazas contra la estabilidad y la paz
regionales.
La paz que hoy reclama Venezuela y necesitamos todos, una “paz con
justicia, con igualdad, la paz de pie, no la paz de rodillas, es la paz con
dignidad y desarrollo”, como dijo Maduro, es a la que nos comprometimos en la
Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, adoptada en la II
Cumbre de la CELAC en La Habana.
La posición de nuestro país en estas circunstancias permanece
invariable. Reitero la firme solidaridad de la Revolución Cubana con la
Revolución Bolivariana, con el Presidente constitucional Nicolás Maduro y con
la unión cívico-militar que este encabeza (Aplausos). Reitero la absoluta
lealtad a la memoria del Comandante Hugo Chávez Frías, el mejor amigo de la
Revolución Cubana (Aplausos).
Como se ha declarado, ratificamos “una vez más, que los colaboradores
cubanos presentes en la hermana Nación, continuarán cumpliendo con su deber
bajo cualquier circunstancia, en beneficio del hermano, solidario y noble
pueblo venezolano”.
Estados Unidos debería entender de una vez que es imposible seducir o
comprar a Cuba ni intimidar a Venezuela. Nuestra unidad es indestructible
(Aplausos).
Tampoco cederemos ni un ápice en la defensa de la soberanía e
independencia, ni toleraremos ningún tipo de injerencia, ni condicionamiento en
nuestros asuntos internos.
No cejaremos en la defensa de las causas justas en Nuestra América y en
el mundo, ni dejaremos nunca solos a nuestros hermanos de lucha. Hemos venido
aquí a cerrar filas con Venezuela y con el ALBA y a ratificar que los
principios no son negociables (Aplausos).
Para defender estas convicciones, asistiremos a la VII Cumbre de
las Américas. Expondremos nuestras posiciones, con firmeza, claridad y respeto.
Rechazaremos con determinación toda tentativa de aislar y amenazar a Venezuela
y reclamaremos el cese definitivo del bloqueo a Cuba.
La sociedad civil cubana será la voz de los sin voz y desenmascarará a
los mercenarios que presentarán allí como sociedad civil de Cuba y a sus
patrones.
Debemos convocar a todos los pueblos y gobiernos de Nuestra América a
movilizarnos y estar alertas en defensa de Venezuela. La solidaridad es el
cimiento de la unidad y la integración regional.
(Tomado de Granma)
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