Estudiante en Instituto Superior de
Relaciones Internacionales
“Raúl Roa García”. Cuba.
El pasado martes 2 de
febrero tuvo lugar la apertura de la campaña electoral en los Estados Unidos.
El primer campo de batalla por la Casa Blanca se desarrolló en el estado de
Iowa, ubicado en la región centro oeste del país. El caucus reunió a miles de personas
que apoyaron a sus representantes en vista a liderar la campaña presidencial.
Por el partido Republicano
la contienda estuvo protagonizada por Donald Trump, Ted Cruz y Marcos Rubio.
Por el partido Demócrata, Hillary Clinton y Bernni Sander fueron los más
votados. En cifras, Trump salió liderando la bancada republicana con el 28%,
Ted Cruz 24%, más atrás Marcos Rubio con un 9%. Sin embargo, Hillary Clinton y
Bernni Sander cerraron la contienda de forma muy cerrada 49,8% y 49,4%,
respectivamente.
Junto a las primarias de
Nuevo Hampshire, Iowa distingue en el panorama político norteamericano porque
la victoria de alguno de los candidatos en estos primeros caucus presidenciales
ayuda a medir el potencial de los candidatos para la nominación de su partido a
la presidencia de los Estados Unidos.
En cada uno de los
candidatos la política exterior tiene un peso en su campaña, incluso puntos de
vistas diferentes. En algunos de ellos, Cuba deviene en un punto importante en
su discurso político. Por consiguiente, la Isla sigue siendo un tema medular en
la campaña presidencial de los Estados Unidos, ya que su tratamiento define una
posición política y contribuye en la suma de votos y de simpatizantes, ya sea
el caso.
Según la trayectoria de los
cuatro principales contendientes, Hillary Clinton, Bernni Sander y Donald
Trump han mostrado una posición más
optimista a las relaciones diplomáticas con Cuba. En cambio, Ted Cruz mantiene
el mismo guión de hostilidad de hace 50 años.
Hillary Clinton se ha preocupado más por explicar su respaldo a la política de Obama en relación con Cuba. La candidata ha mostrado interés en beneficiarse con el cambio de tendencias políticas de la comunidad cubana en La Florida, con la apuesta de senadores de ambos partidos por la normalización y la posición favorable del empresariado estadounidense.
Hillary Clinton se ha preocupado más por explicar su respaldo a la política de Obama en relación con Cuba. La candidata ha mostrado interés en beneficiarse con el cambio de tendencias políticas de la comunidad cubana en La Florida, con la apuesta de senadores de ambos partidos por la normalización y la posición favorable del empresariado estadounidense.
El senador por Vermont,
Bernni Sander, ha afirmado creer en el mejoramiento de las relaciones
diplomáticas con Cuba. Considera esencial promover los valores democráticos y
fortalecer las relaciones económicas y culturales con los pueblos de la region.
Según sus declaciones sostiene una posición favorable a la normalización entre
los dos países y el levantamiento del bloqueo. En febrero de 2014, Bernie
compartió su esperanza que "Cuba avance hacia una sociedad democrática,
mientras que, al mismo tiempo, los Estados Unidos respetarán la independencia
del pueblo cubano.” El Senador aprobó la apertura de Obama hacia Cuba. Además
patrocinó el Freedom to Travel to Cuba Act, que animó a dirigir los propósitos
de la administración a reducir las restricciones de viaje y transacciones
bancarias.
El republicano Donald Trump,
manifestó a la agencia Fox News su apuesta por el fin del bloqueo. El candidato
ha mantenido una posición crítica con el gobierno cubano, en cambio, según
declaraciones a la agencia aprobó la política de Obama con el gobierno cubano.
Sin embargo, el discurso de Ted Cruz parece entorpecer lo avanzado entre los
dos países.
El senador por Texas, Ted
Cruz, es de origen cubano-estadounidense. Su familia ha asumido una posición
contraria al destino asumido por el pueblo de la Isla luego de 1959. A pesar de
la influencia política que esta ejerce en la comunidad cubana en la Florida,
puede incidir en sus aspiraciones presidenciales.
Su posición se alinea con el
movimiento ultraconservador Tea Party. Formó parte del equipo legal del entonces
candidato presidencial George W. Bush, en el 2000. El candidato ha apoyado el
sector más radical del partido Republicano, quienes cuestionan de manera
frontal la administración del presidente Barack Obama. Incluso, ha impugnado la
apertura del gobierno con Cuba al restablecer las relaciones diplomáticas y
abrir embajadas en ambos países.
No obstante, en repetidas
encuestas más del 50% de la población estadounidense aprueba la gestión de
Obama hacia Cuba. En el Senado el debate por el acercamiento con la Isla es
cada vez es más pertinente, incluso el tema ha implicado la acción bipartidista
por promover leyes y medidas en favor por la “normalización”.
En medio de este
contexto, solo Ted Cruz y Marcos Rubio han sido las notas discordantes. El panorama
político hacia Cuba ha cambiado positivamente, sin embargo el peso de más de 50
años de una actitud hostil del Congreso refrenda el carácter conservador de una
política anticuada en manos de un pensamiento disfuncional, oportunista e
incoherente a la realidad que viven ambos países.
La cuestión no es
cúal candidato combiene mejor a los "avances" alcanzados entre Cuba y
Estados Unidos. Debemos tener en cuenta que en la solidez de los progresos
alcanzados en las diversas áreas y el compromiso de sectores
políticos-empresariales norteamericanos está el carácter irrevocable de este
proceso. La posición política de los cantidatos, en lo sumo, no definen el
sistema. En cambio, se integran al sistema. Aún falta para las presidenciales;
hasta llegar a la Casa Blanca, Cuba seguirá siendo una variable de juego
dispuesta a moverse en la mayor conveniencia de los candidatos, por lo que
debemos observar el impacto que tendrá, en los candidatos, la próxima visita
del presidente Barack Obama a la Isla.
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