jueves, 9 de febrero de 2017

Trump ordena a sus Halcones preparar un nuevo plan de guerra para Siria




Por MsC. Abundio Jalisco Carrasco
Analista de temas internacionales

Veinticuatro horas después de finalizada la “Reunión de Astaná”[i], el presidente de EE.UU anunció la creación de un área geográfica, denominada “Zonas Seguras” en Siria, demostrando que los planes de agresión de EE.UU, han pasado de una etapa de apoyo al terrorismo a una clara intervención directa y pública en la guerra contra el país[ii].

Con esta decisión, anunciada por el presidente estadounidense Donald J. Trump[iii], se persigue crear sectores que estarían dotados, dentro del territorio sirio, de una autonomía de facto, que sería protegida por fuerzas militares extranjeras —terrestres y aéreas— disgregadas en el territorio sirio y por ende, fuera del alcance del poder del gobierno central sirio. El anuncio de esta operación está en correspondencia con los planes de Turquía de conformar un área denominada “Zona de Seguridad Libre de Estado Islámico (EI)” pero, que en realidad constituye un “Área de Exclusión Aérea”.

Una franja de terreno ubicada en la frontera turco-siria entre las localidades de Yarablus-Azaz, y la región de Al-Bad, que cumple un doble objetivo para las pretensiones del gobierno turco a través de la Operación “Escudo del Éufrates”[iv], avalado y autorizado, por el gobierno estadounidense pretende: detener los avances de las fuerzas kurdas en su lucha contra el EI al norte del territorio sirio y al mismo tiempo, tener una base de operaciones, que le permita seguir conspirando y ejecutando acciones, con un fin declarado, derrocar al gobierno de Bachar al Assad, a su vez constituye un preludio de la desintegración de ese país a emiratos más pequeños y áreas auto determinadas que se formarán sobre la base de diferentes grupos étnicos y sectas.

Las reacciones fueron categóricas, el ministro de Asuntos Exteriores de Siria, Walid al-Moalem, argumentó que los planes para crear las “Zonas Seguras” plantearían serios riesgos para la vida de los civiles si se aplican sin coordinar con Damasco. Indicó además que la creación de dichas zonas sin la autorización de Damasco violaría la soberanía del país.

Rusia, por su parte advirtió al presidente Trump a través del vocero de la presidencia, Dmitri Peskov, de las consecuencias de su plan unilateral en Siria, la cual podría empeorar la situación de los refugiados.

De esta manera, se va cumpliendo el plan de división de la nación Siria, el cual ha sido elaborado y concertado por asesores civiles y militares del Pentágono, con su expresión más notoria, en un documento dado a conocer, el 30 de junio del 2015, por el experto en políticas de seguridad nacional y asesor del gobierno estadounidense Michael O´Hanlon. Co-Director, Center for 21st Century Security and Intelligence.

El mencionado documento, que lleva por título “Desconstruir Siria: Una nueva estrategia para la guerra más desesperanzada de Estados Unidos[v]”, señala que el único camino realista que se puede plantear EE.UU frente a Siria, es un nuevo plan donde se creen zonas autónomas en las cuales el gobierno sirio no tenga posibilidad de influir.

El nuevo presidente estadounidense, no solo ha planteado la creación de “Zonas Seguras”, se vislumbra que buscará cumplir su promesa electoral de incrementar su combate contra el terrorismo. Su decisión está avalada en su Orden Ejecutiva del 28 de enero, donde le ordena al Departamento de Defensa formular en un plazo no mayor de 30 días un “Plan para derrotar al EI en Irak y Siria”. El denominado plan deberá incluir los siguientes aspectos:

  1. Una estrategia integral y planes para la derrota del EI;
  2. Recomendar cambios a cualquier regla de compromiso de los EE.UU y otras restricciones de política que excedan los requisitos del derecho internacional con respecto al uso de la fuerza contra el EI;
  3. La diplomacia pública, las operaciones de información y estrategias cibernéticas para aislar y deslegitimar al EI y su ideología radical islamista;
  4. Identificación de nuevos socios de la coalición en la lucha contra el EI y políticas para capacitar a los aliados en su combate contra este y sus afiliados;
  5. Mecanismos para cortar el apoyo financiero, incluyendo las transferencias financieras, lavado de dinero, ingresos del petróleo, tráfico de seres humanos, ventas de arte saqueado y otras fuentes de ingresos;
  6. Una estrategia detallada para financiar sólidamente el Plan.

La realidad en el terreno está demostrando que el gobierno estadounidense no pretende esperar mucho tiempo para comenzar apoyar a la denominada “Oposición Moderada”. Según las declaraciones formuladas por el vocero del Departamento de Defensa[vi], en la última semana de enero se le suministró a las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) equipos blindados, los cuales se suman a las entregas anteriores de armas de infantería y municiones.

Por otra parte, varias fuentes públicas han dado indicios de que EE.UU ha establecido su cuarta base militar[vii] en el noreste de Siria, cerca de la frontera turca, específicamente en un área al oeste de la ciudad de Al-Hasaka (áreas de mayor expansión de sus aliados “moderados”). Actualmente se encuentran desplegadas en la base unidades de Fuerzas de Operaciones Especiales, entrenadores y equipamiento militar. La eventual decisión podría ser una respuesta estadounidense a las amenazas de Turquía[viii] de dejar sin efecto el permiso que otorgó a las fuerzas de la coalición para el uso de la base aérea de Incirlik.

No es nada casual, que la nueva base militar se establecerá en el momento en que el EI pretende concentrar sus fuerzas —ante la inminente derrota en Mosul— para reforzar su dominio sobre un triángulo del territorio sirio que conecta su principal base de operaciones la ciudad de Al-Raqa con Palmira y Deir al-Zur. Un mínimo de análisis del curso de acción de las operaciones militares actuales nos indica que EE.UU y sus aliados buscan una participación activa en la batalla por la liberación de Al-Raqa, sus aislados bombardeos aéreos contra los grupos terroristas en esta zona, así lo demuestran.

Por tanto, preliminarmente se puede considerar que si el nuevo inquilino de la Casa Blanca cumple con sus promesas, a partir del mes de marzo, los EE.UU y sus aliados comenzarán una fase más activa en su combate contra los grupos terroristas en territorio sirio, caracterizada por un incremento de los ataques aéreos en zonas neurálgicas de los grupos terroristas; así como un aumento de la ayuda militar a los grupos que conforman las denominadas “Oposición Moderada”.

Esta nueva fase, debe estar determinada por “una coordinación real” de las acciones rusas y estadounidenses con el objetivo de derrotar el EI y otros grupos terroristas. Si los halcones militares de Trump se equivocan en su estrategia, EE.UU se verá atascado en otro conflicto del cual su resultado es imposible de predecir su resultado.

Al gobierno sirio y sus fuerzas armadas junto a sus aliados, le corresponde trazar estrategias militares que les permita continuar liberando al país de todos los terroristas e impedir que EE.UU y Occidente cumplimenten su objetivo estratégico principal: dividir el país y destituir del poder al presidente sirio.

Teniendo en cuenta lo antes expuesto y a pesar de la aún impredecible política de la nueva administración estadounidense, Siria pudiera continuar deviniendo como epicentro o foco de la crisis sistémica del capitalismo y de la nueva geopolítica mundial.


[i] Celebrada en la ciudad de Astaná, Kazajistán entre el 24 y 25 de enero de 2017. Constituyó la primera reunión entre los grupos terroristas y el gobierno sirio auspiciada por Rusia, Irán y Turquía.
[ii] Pablo Jofré Leal, HispanTV.
[iii] Declaración a ABC News: “Voy a hacer absolutamente zonas seguras en Siria para la gente”. 26 de enero de 2017.
[iv] Desde el 24 de agosto de 2016.
[vi] Vocero Adrian Rakkine-Galloway: El Pentágono entregó blindados, alegando las necesidades de la lucha contra los terroristas del Estado Islámico. https://mundo.sputniknews.com. 31 de enero de 2017.
[vii] EE.UU tiene bases militares en el sur de Kobani; en Rmeilan y Al-Shaddadi en Al-Hasaka.
[viii] El gobierno turco, ha criticado la decisión de Washington de aliarse con las milicias kurdo-sirias de las Unidades de Protección Popular (YPG). Ankara considera las YPG, el brazo sirio del PKK, catalogado como “terrorista” en Turquía.

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