La caliente “guerra fría” contra Irán.
Por Leyde E. Rodríguez Hernández
La administración del presidente de
los Estados Unidos, Barack Obama, abrió una nueva escalada en su
agresiva política contra Irán, tras la inauguración de una
“Embajada Virtual”, completamente on line, en la web, para transmitir al
pueblo iraní en idioma inglés y en lengua farsi, los intereses
subversivos de Washington.
Según explicó el Departamento
norteamericano de Estado, citado por agencias cablegráficas, "esta página de Internet no es una verdadera misión
diplomática formal, ni representa una embajada real acreditada ante
el gobierno de Teherán. Pero, en ausencia de un contacto directo, puede
funcionar como puente entre los dos pueblos, el estadounidense y el
iraní”.
Este hecho hostil hacia Irán, sin
precedentes en la historia diplomática reciente, rememora los peores
momentos del período de la “guerra fría”, cuando los Estados Unidos, principal
responsable de ese conflicto en las relaciones internacionales del siglo XX,
utilizó los más importantes avances tecnológicos aplicados a la radio y
televisión en su estrategia de contener, hacer retroceder y liquidar a sus
adversarios socialistas en Europa del Este, y en otras regiones del mundo.
Con la “Embajada Virtual”, Obama
profundiza la política oficial de los Estados Unidos de “cambio de régimen” en
Irán, y ha optado por aplicar un poder no ya tan blando como el de las nuevas
tecnologías, para conquistar las mentes y los corazones de los jóvenes y de
todos aquellos sectores sociales iraníes que, siendo susceptibles a la
desobediencia civil, pudieran crear una situación de “sublevación popular” que dañaría
la imagen y la credibilidad del gobierno presidido por Mahmud Ahmadineyah.
Sin descartar un conflicto caliente
de consecuencia nuclear en esa convulsa región del planeta, los Estados Unidos
juega a la “guerra fría” en la búsqueda de obtener un escenario de
enfrentamiento interno y externo que justifique las condiciones propicias para
el inicio de una escalada militar de envergadura mayor contra el país persa, en
caso de que este mantenga su comportamiento actual y sea capaz de derrotar las
presiones de la diplomacia real estadounidense, de sus aliados en la Unión
Europea y en el entorno geográfico iraní.
Más allá de la campaña mediática
sobre los supuestos planes encubiertos de Irán para construir un programa de
armas nucleares, la “Embajada Virtual” en Teherán constituye una demostración
del desespero de la Casa Blanca en cambiar la correlación de fuerzas políticas
y militares en la región del Medio Oriente y Asia Central. No debemos olvidar
que para los Estados Unidos resulta vital el control de las rutas del petróleo
y el gas, así como la inclinación de la balanza de poder regional a favor de
sus intereses estratégicos mediante cambios de gobiernos en Irán, Siria, la
implantación de nuevas bases militares y la extensión de sistemas antimisiles
hasta bien cerca de las fronteras nacionales de Rusia y China, sus dos
principales rivales en la Política Internacional del siglo XXI.
Esta jugada de uso de las
tecnologías de la información para la agresión política, ideológica y la subversión,
a través de una “Embajada Virtual”, evidencia que la mayor amenaza al
ciberespacio y a la seguridad nacional de las naciones proviene de los Estados
Unidos, porque desprecia las más elementales normas del Derecho Internacional y
la soberanía de los pueblos. Otra vez queda al descubierto que el espacio
-ciberespacio- tienen un carácter geopolítico en las concepciones de la
política exterior norteamericana al considerarlo la “cuarta
frontera” en la que aspiran a tener supremacía absoluta en su afán de vulnerar
la independencia y los derechos de autodeterminación de otras naciones, por
todos los medios y ámbitos posibles.
Independientemente
de las peculiares características del sistema político iraní, me parece justo
el accionar de Teherán para entorpecer o bloquear el inaceptable y pretendido
“sitio diplomático” enfilado a “tender puentes pueblo a pueblo”. Las agencias
de prensa también comentaron que al intentar abrir en Irán la web
http://iran.usembassy.gov/, aparece un mensaje de las autoridades iraníes en el
que se señala que tiene contenidos delictivos y que el acceso no es posible
debido a que la página tiene colocado en su entrada un breve vídeo de
bienvenida de la secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton,
quien, en total insolencia, destaca que este medio puede ser una vía de
comunicación, entendimiento y respeto entre los ciudadanos estadounidenses e
iraníes.
En apego a la legalidad
internacional, solo corresponde a los Estados Unidos, en caso de que realmente
quisiera relacionarse normalmente con el pueblo iraní, retomar los canales
diplomáticos establecidos y reconocidos por todos los Estados, porque fue
Washington quien rompió sus relaciones diplomáticas con Irán en 1980, durante
la ocupación de su Embajada en Teherán, el 4 de noviembre de 1979, por un grupo
de estudiantes islámicos apoyados por los partidarios del ayatolá Jomeini,
quienes retuvieron en un principio a 66 estadounidenses, de los que liberaron a
14 a lo largo de los 444 días que duró la ocupación, mientras 52 de ellos se
mantuvieron como rehenes hasta el final de la crisis, el 20 de enero de 1981.
Desde entonces, el gobierno de Suiza
representa los intereses de los Estados Unidos en Irán, mientras que Pakistán
alberga una sección de intereses de Teherán en su Embajada de Washington, pero
lo cierto es que el bloque de países occidentales liderados por los Estados
Unidos, han decidido doblegar a Irán ante el ascenso de este país al rango de
incuestionable potencia regional por su alto desarrollo económico, científico y
tecnológico, en un sistema mundial en recomposición por la tendencia creciente
a la declinación de las antiguas potencias coloniales y el ascenso de nuevos
actores de gran significación internacional en Asia y América Latina.
La “Embajada Virtual” contra Irán es
un ensayo que deberá ser rechazado en los foros de la ONU y de otras
organizaciones internacionales y regionales interestatales, pues pudiera ser
utilizada contra cualquier Estado o gobierno que no sea del agrado de
Washington. La “Embajada Virtual” es un nuevo instrumento de la diplomacia
estadounidense que debe ser considerado inaceptable en su versión de arma de
guerra, subversión e injerencia extranjera.
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