martes, 6 de diciembre de 2011

¿Por qué la CELAC es un actor progresista en la Política Internacional?


Por Leyde E. Rodríguez Hernández
Tras la constitución de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), los días 2 y 3 de diciembre de 2011, en  Caracas, mucho se ha debatido sobre el surgimiento de un nuevo actor regional de signo progresista en las relaciones económicas y políticas internacionales. 
En ese sentido, la Ciencia Política ha acuñado el concepto de actor para referirse a entidades colectivas, o entes sociales, que actúan e influyen con su accionar  en la dinámica del escenario internacional. En suma, los actores internacionales son los elementos que integran el Sistema de Relaciones Internacionales.
Además de los Estados, que han sido los principales actores internacionales, y durante siglos los actores casi exclusivos de la dinámica mundial, también son actores internacionales, las grandes organizaciones interestatales, como la ONU, y las organizaciones regionales, pues, aunque sus facultades les han sido atribuidas por los Estados, tienen una personalidad jurídica propia una vez creadas.
En relación con la introducción teórica de los párrafos iníciales, la CELAC es el único mecanismo de diálogo que agrupa a 33 países de América Latina y el Caribe, que han acordado su disposición de avanzar en el proceso de integración política, económica, social y cultural, en los marcos de un equilibrio justo entre la unidad y la diversidad; y sobre la base de un programa común de bienestar, paz y seguridad con el objetivo de consolidarse en una comunidad regional.
Es el resultado de los acervos heredados por los principios compartidos y consensos adoptados en la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre la Integración y Desarrollo (CALC) y el Mecanismo Permanente de Consulta y Concertación Política del Grupo de Río, que luego de una trayectoria útil cesaron formalmente sus acciones y dieron lugar a la CELAC.     
Es un foro de concertación política cuyos procesos de intercambio y negociación tendrían en cuenta los valores y principios reconocidos por todos los Estados en la Carta de las Naciones Unidas, a saber: el respeto al Derecho Internacional, la solución pacífica de las controversias, la prohibición del uso y de la amenaza del uso de la fuerza, el respeto a la autodeterminación, la soberanía, la integridad territorial, la no injerencia en los asuntos internos de cada país, la protección y promoción de todos los derechos humanos y de la democracia.
La CELAC representa un avance en el fortalecimiento y la consolidación de las complementariedades latinoamericana y caribeña en la senda del desarrollo socio-económico y la cooperación; es un eje integrador del  espacio común y servirá de instrumento para la reducción de las asimetrías entre los países miembros de la entidad.
Con la CELAC, se ha sellado un ciclo histórico y nació un actor progresista en las relaciones hemisféricas e internacionales, porque en sus concepciones estratégicas está contenido el ideario bolivariano, martiano, fidelista, chavista, guevariano, el cual irrumpe en la Política Internacional para contribuir a la transformación de las actuales relaciones hegemónicas Norte-Sur, y hacer de los vínculos Sur-Sur un verdadero paradigma de la unidad y la paz en un sistema mundo deseado pluripolar y pluricultural en su perspectiva contraria a las injustas relaciones de poder  dominantes en la Relaciones Internacionales.    
En resumen, la CELAC es portadora de una nueva ética, lo que la convierte en un actor con efectivas potencialidades para el despliegue de una amplia agenda continental en un contexto histórico y político de avances progresistas en las relaciones hemisféricas. No por casualidad, su existencia ya goza del reconocimiento de importantes potencias mundiales como China y Rusia, y de otros actores de gran significación en la Política Internacional.   


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