Por Ignacio
Ramonet
Le Monde Diplomatique
Nº: 205 Noviembre 2012
Poderoso caballero
es Don Dinero”
Francisco de
Quevedo
A aquellos ciudadanos
que aún lo ignoraban, la crisis les está demostrando que los mercados
financieros son los principales protagonistas del actual momento económico de
Europa. Representan un cambio fundamental: el poder ha pasado de los políticos
a los especuladores de Bolsa y a una cohorte de tramposos banqueros.
Cada día, los
mercados mueven sumas colosales. Por ejemplo, casi 7 billones de euros, sólo en
deudas de los Estados de la eurozona, según el Banco Central Europeo. La
decisión colectiva diaria de esos mercados puede ahora derrumbar Gobiernos,
dictar políticas y someter a pueblos.
El drama, además,
es que estos nuevos “amos del mundo” no sienten ninguna preocupación por el
bien común. La solidaridad no es su problema. Menos aún la preservación del
Estado de bienestar. La única racionalidad que los motiva es la codicia.
Especuladores y banqueros, movidos por la avidez, llegan a comportarse como
mafias, con mentalidad de aves de rapiña. Y con una impunidad casi total.
Desde que, en
2008, estalló la crisis –en gran parte causada por ellos–, ninguna
reforma seria ha conseguido reglamentar los mercados, ni meter en vereda a los
banqueros. Y a pesar de todas las críticas formuladas contra la “irracionalidad
del sistema”, el comportamiento de muchos actores financieros sigue siendo
igual de cínico.
Es evidente que
los bancos representan un papel clave en el sistema económico. Y que sus
actividades tradicionales –estimular el ahorro, dar crédito a las familias,
financiar las empresas, impulsar el comercio– son constructivas. Pero desde la
generalización, en los años 1990-2000, del modelo del “banco universal”, que
añadió toda clase de actividades especulativas y de inversión, los riesgos para
los ahorradores se han multiplicado así como los fraudes, los engaños y los
escándalos.
Recordemos, por
ejemplo, uno de los más desvergonzados, protagonizado por el poderoso banco de
negocios estadounidense Goldman Sachs que hoy domina el universo financiero. En
2001, ayudó a Grecia a maquillar sus cuentas para que Atenas cumpliese los
requisitos y pudiese ingresar en el euro, la moneda única europea. Pero en
menos de siete años, aquella fullería se descubrió y la realidad estalló como
una bomba. Consecuencia: “Casi un continente sumido en la crisis de la deuda;
un país, Grecia, expoliado y de rodillas; recesión, despidos masivos, pérdida
de poder adquisitivo para los trabajadores; reestructuraciones y sacrificios de
los beneficios sociales; planes de ajuste y miseria” (1).
¿Qué sanciones
recibieron los autores de tan nefasto engaño? Mario Draghi, ex vicepresidente
de Goldman Sachs para Europa, al corriente por tanto del fraude, fue premiado
con la presidencia del Banco Central Europeo (BCE)… Y Goldman Sachs cobró en
recompensa, por el maquillaje de las cuentas, 600 millones de euros…
Confirmando así un principio: en materia de grandes estafas organizadas por los
bancos, la impunidad es la regla.
Lo pueden
confirmar los miles de ahorradores españoles que compraron acciones de Bankia
el día en que esta entidad salió a Bolsa. Se sabía que no tenía ninguna
credibilidad y que el valor de su acción, según las agencias de calificación,
ya estaba a un paso del bono basura…
Los ahorradores
confiaron en Rodrigo Rato, presidente entonces de Bankia y ex director general
del Fondo Monetario Internacional (FMI), quien no dudó en afirmar el 2 de mayo
de 2012 (cinco días antes de dimitir ante la presión de los mercados y poco
antes de que el Estado tuviese que inyectar en la entidad 23.500 millones de
euros para evitar su quiebra): “Estamos en una situación de mucha robustez
desde el punto de vista de solvencia y también desde el punto de vista de
liquidez” (2)…
Cierto es que,
menos de un año antes, en julio de 2011, Bankia había superado aparentemente
las “pruebas de resistencia” realizadas por la European Banking Authority (EBA)
a las 91 mayores entidades financieras de Europa. Bankia había obtenido un Core Tier I Capital
(capital de máxima resistencia) del 5,4% (3), frente a un mínimo exigido del 5%
en una situación de máximo estrés. Lo cual da una idea de la incompetencia e
ineptitud de la EBA, organismo europeo encargado de garantizar la solidez de
nuestros bancos…
Otras personas
que pueden testimoniar sobre la desfachatez de los banqueros son las víctimas,
en España, del “escándalo de las participaciones preferentes”. Un fraude que
afecta a más de 700.000 ahorradores que han perdido sus economías. Se les hizo
creer que adquirían algo parecido a un depósito a plazo fijo… Pero las
participaciones preferentes son un producto financiero que no está cubierto por
el fondo de garantía de los bancos. Éstos no están obligados –si no poseen
liquidez– a devolver el capital inicial, ni los intereses generados.
Este timo también
ha revelado que los ahorradores españoles víctimas de engaños bancarios no
pueden contar con la protección del Banco de España o de la Comisión Nacional
del Mercado de Valores (CNMV) (4). Ni, obviamente, con la del Gobierno que
sigue ayudando masivamente a la banca mientras su política de recortes y
austeridad castiga en permanencia a la ciudadanía. Para ayudar al sistema
bancario español, Mariano Rajoy solicitó a la Unión Europea un crédito de hasta
100.000 millones de euros. Entretanto, los bancos españoles siguen favoreciendo
la huida masiva de capitales… Se estima que, hasta septiembre pasado, 220 000
millones de euros se habían fugado oficialmente de España (5) … Una suma más de
dos veces superior al crédito solicitado a Europa para salvar el sistema
bancario español…
Pero no terminan
aquí los escándalos. Podríamos recordar que, estos últimos meses, los fraudes
bancarios no han cesado. El banco HSBC fue acusado de blanquear el dinero de la
droga y de los narcotraficantes mexicanos. El JP Morgan se lanzó a
especulaciones desmedidas asumiendo inauditos riesgos que le acarrearon
pérdidas de 7.500 millones de euros, arruinando a decenas de clientes. Igual le
sucedió a Knight Capital que perdió más de 323 millones de euros en una sola
noche a causa de un error de un programa informático de especulación automática
por ordenador…
Pero el escándalo
que más está irritando, a escala mundial, es el del Libor. ¿De qué se trata? La
Asociación de Banqueros Británicos propone cada día un tipo interbancario
llamado “London interbank offered rate” o Libor por sus siglas en inglés.
El cálculo de esa tasa lo realiza la agencia Reuters la cual, diariamente,
pregunta a dieciséis grandes bancos a qué tipo de interés están obteniendo
créditos. Y establece una media. Como es el tipo al que se prestan dinero los
principales bancos entre ellos, el Libor se convierte en una referencia
fundamental de todo el sistema financiero mundial. En particular, sirve para
determinar, por ejemplo, los tipos de las hipotecas de las familias. En la zona
euro, el equivalente del Libor se llama Euribor y se calcula sobre la base de
la actividad de unos sesenta grandes bancos. En el mundo, el Libor influye
sobre unos 350 billones de euros de créditos… Cualquier variación –por mínima
que sea– de ese tipo puede tener una incidencia colosal.
¿En qué consistió
el fraude? Varios bancos (de los que sirven de referencia para establecer el
Libor) se concertaron entre ellos y decidieron mentir sobre sus tipos,
manipulando de ese modo el Libor y todos los contratos derivados, o sea los
créditos a los hogares y a las empresas. Y eso durante años.
Las
investigaciones han demostrado que una decena de grandes bancos internacionales
–Barclays, Citigroup, JP Morgan Chase, Bank of America, Deutsche Bank, HSBC,
Crédit Suisse, UBS (Union des Banques Suisses), Société Générale, Crédit
Agricole, Royal Bank of Scotland– se organizaron para manipular el Libor.
Este enorme
escándalo demuestra que la delincuencia se halla en el corazón mismo de las
finanzas internacionales. Y que, probablemente, millones de familias pagaron
sus hipotecas a unas tasas indebidas. Muchas tuvieron que renunciar a sus
viviendas. Otras fueron expulsadas de ellas por no poder pagar unos créditos
artificialmente manipulados (6)… Una vez más, las autoridades encargadas de
velar por el buen funcionamiento de los mercados hicieron la vista gorda. Nadie
ha sido sancionado, aparte de cuatro compinches (7). Todos los bancos
implicados siguen haciendo negocios.
¿Hasta cuándo las
democracias podrán soportar esa impunidad? En 1932, en Estados Unidos,
Ferdinand Pecora, un hijo de emigrantes italianos que llegó a ser fiscal de
Nueva York, fue nombrado por el presidente Herbert Hoover para investigar la
responsabilidad de los bancos en las causas de la crisis de 1929. Su informe
fue abrumador. Propuso el término de “banksters” para calificar a los
“banqueros gángsteres”. Sobre la base de ese informe, el presidente Franklin D.
Roosevelt decidió proteger a los ciudadanos de los riesgos de la especulación. Sancionó
a toda la banca imponiéndole el “Glass-Steagal Act” y estableciendo (hasta
1999) una incompatibilidad entre dos tipos de actividades: los bancos de
depósitos y los bancos de inversión. ¿Qué gobierno europeo de la zona euro
tomará una decisión semejante?
Notas:
Notas:
(1) Eduardo
Febbro, “El gran truco que usó Goldman Sachs con Grecia”, Página 12, Buenos
Aires, 13 de marzo de 2012.
(2) El País, Madrid, 2 de
mayo de 2012.
(3) Basándose en
ese deplorable informe, algunos ‘analistas’ afirmaban –¡hace apenas quince
meses!– que el sistema bancario español figuraba entre “los más sólidos
del mundo”… He aquí, por ejemplo, lo que escribía un ‘diario de referencia’:
“De hecho, los grandes bancos españoles superan holgadamente los requisitos de
capital exigidos para resistir un hipotético deterioro extremo de la economía
durante los próximos dos años” (El
País, Madrid,15 de julio de 2011).
(4) Varias
asociaciones han puesto a disposición de las víctimas su gabinete juridico.
Consúltese, por ejemplo: la Asociación de Usuarios de Bancos, Seguros y Cajas
de Ahorro (ADICAE) (adicae.net), y la Unión de Consumidores de España
(www.uniondeconsumidores.info).
(5) Cinco días, Madrid, 21
de octubre de 2012.
(6) En España,
país que tiene la ley más brutal en la materia, desde que se inició la crisis
en 2008, más de 400.000 desahucios –es decir, desalojos a la fuerza de
viviendas o locales–, han sido ordenados por los jueces.
(7) El banco
Barclays fue condenado a una multa de 365 millones de euros. Despidió a
su presidente, Marcus Agius. Su Consejero Delegado, Bob Diamond, uno de los
responsables de la manipulación del Libor, dimitió… a cambio de una
indemnización de aproximadamente 2,5 millones de euros.
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