Profesor Titular. Vicerrector ISRI
El
recién electo presidente del Imperio estadounidense, Donald Trump, en cuanto a Cuba,
ha mostrado sus garras antes de su llegada a la Casa Blanca, el 20 de enero de
2017, como si todavía estuviera en la campaña electoral que le dio un
triunfo extraño en la mayor plutocracia del planeta, pues obtuvo alrededor de
dos millones de votos electorales menos que su rival Hillary Clinton, también una
prominente representante de los intereses del establishment imperialista.
Y esa alusión desaforada a Cuba estuvo
relacionada con la muerte del líder histórico de la Revolución Cubana Fidel
Castro Ruz, ganándose el rechazo de la mayoría
del pueblo cubano. Según informaron varios medios de prensa como USA y RUSIA
Today, el nuevo emperador yanqui vociferó contra el fallecido líder de la
Revolución Cubana con calificativos y ofensas, lo que demuestra la indecencia y
agresividad política que caracterizará su gobierno de ideología neofascista,
también denominado conservador o de extrema derecha.
Este es un breve resumen de las irrespetuosas
declaraciones del atroz multimillonario que regirá los destinos de la principal
potencia imperialista de nuestro tiempo:
"Hoy, el mundo
marca el fallecimiento de un brutal dictador que oprimió a su propio pueblo por
cerca de seis décadas. El legado de Fidel Castro remite a los pelotones de
fusilamiento, robo, sufrimiento inimaginable, pobreza y la negación de los
derechos humanos fundamentales.
Mientras Cuba sigue siendo una isla totalitaria, es mi deseo que este día signifique alejarse de los horrores que han durado demasiado, e ir hacia un futuro en el que el maravilloso pueblo cubano finalmente viva en la libertad que tanto merece.
Aunque las tragedias, muertes y dolor causados por Fidel
Castro no puedan ser borrados, nuestro gobierno hará todo lo posible porque el
pueblo cubano pueda finalmente iniciar su viaje hacia la prosperidad y la libertad.
Me uno a los cubano-estadounidenses que me respaldaron durante la campaña
presidencial, incluyendo la Asociación de Veteranos Brigada 2506 que me dio su
apoyo, con la esperanza de que un día pronto veamos una Cuba libre".
Esas
inaceptables declaraciones, que ofenden al pueblo cubano, pueden ser fácilmente
respondidas. En lo que a mí respecta, deseo simplemente reaccionar con los siguientes argumentos:
Hoy, el pueblo cubano,
el mundo progresista y antiimperialista recuerda y despide al libertador del
pueblo cubano de la dominación estadounidense sobre Cuba, establecida por una
intervención militar, desde el final del siglo XIX hasta 1959, fecha que marcó
la definitiva soberanía e independencia del pueblo cubano.
¡Gracias, mil gracias Fidel! Nunca borraremos de nuestra memoria que nos hiciste libre del imperialismo yanqui, y que junto al pueblo cubano construiste una sociedad diferente: altruista, solidaria y mucha más justa y democrática que las sociedades capitalistas occidentales. Y que gracias a ti y al internacionalismo del pueblo cubano, muchos otros pueblos del Sur fueron más libres del colonialismo y del neocolonialismo impuesto durante siglos de opresión por las potencias capitalistas occidentales.
Cuba obtuvo bajo el liderazgo de Fidel Castro, a pesar del hostigamiento exterior permanente de los Estados Unidos,
resultados excepcionales en materia de desarrollo humano: abolición del
racismo, emancipación de la mujer, erradicación del analfabetismo, reducción
drástica de la mortalidad infantil, elevación del nivel cultural general… En
cuestión de educación, de salud, de investigación médica y de deporte, Cuba ha
obtenido niveles que la sitúan en el grupo de naciones más eficientes. ¡Gracias, mil gracias Fidel!
Por
sus logros sociales y políticos, Cuba seguirá siendo una isla revolucionaria, antiimperialista,
anticapitalista. El fallecimiento de Fidel y su legado significan un momento de
reafirmación de nuestras justas ideas por un futuro mejor, próspero y
sostenible, para potenciar nuestra libertad, independencia plena y la preservación
del socialismo.
En
Miami, en la Calle 8 de la Pequeña Habana, el barrio cubano de esa ciudad, cientos de personas salieron
a las calles a celebrar la muerte de Fidel Castro. El próximo inquilino de la
Casa Blanca, Donald Trump, acaba de unirse oportunistamente a ese minoritario sector
indeseable e impresentable de los cubano-estadounidenses
que lo respaldaron durante la campaña presidencial, incluyendo los sobrevivientes
de la bochornosa brigada mercenaria 2506, derrotada por Fidel y los milicianos
cubanos en las arenas de Playa Girón (Bahía de Cochinos), en menos de 72 horas. De esta forma, el detestable
Trump se ha unido a los terroristas miamenses en su lucha contra el
gobierno y el pueblo cubano. Y eso ha sucedido también por su incapacidad moral e intelectual para juzgar con objetividad y mesura el legado de Fidel Castro Ruz; algo que sí pudieron hacer enemigos de la Revolución Cubana como el antiguo secretario de Estado estadounidense Henrry Kissinger, en su obra Diplomacia, para solo mencionar uno de ellos.
Trump, de continuar en campaña electoral contra Cuba, después de su toma de posesión el 20 de enero, recibirá adecuadas respuestas y la resistencia enérgica del pueblo cubano, inspirado en el legado de su Comandante en Jefe. Una nueva administración republicana, aunque sabemos es neofascista y que ha amenazado con cerrar la embajada de los Estados Unidos en La Habana, debiera considerar que finalmente, en diciembre de 2014, el gobierno de Barack Obama admitió el fracaso de sus políticas anticubanas, su derrota diplomática e inició un proceso de normalización que implica el respeto del sistema político cubano, pero para eso tendría que estar mejor asesorado. El mismo Obama atinadamente dijo: “la historia recordará y juzgará el enorme impacto" de Fidel Castro Ruz, según reportaron medios de prensa internacionales. Así son los contrastes de visiones políticas entre un Obama protocolar y un Trump brutal e impúdico, sin experiencia política y diplomática, aunque ambos sabemos que representan los intereses estadounidenses.
Todavía es una enigma
cuál será el rumbo que tomará las relaciones Estados Unidos-Cuba a partir de enero del 2017,
una vez que Trump asuma la presidencia. Pero, lo cierto es que dicho personaje estrafalario no asustará al pueblo cubano, pues con su avisada
política de poder poco inteligente, sabemos por dónde viene. El pueblo cubano
vencerá, como dijo Fidel en una de sus últimas alocuciones. Sabremos seguir
luchando por el fin del bloqueo económico, comercial y financiero; por la
devolución del territorio ilegalmente ocupado por los yanquis en Guantánamo, donde
mantienen una base militar convertida en oprobiosa prisión; por el fin de las
transmisiones ilegales de “radio y televisión Martí”, que intentan
infructuosamente subvertir el pueblo cubano y restaurar la dominación
estadounidense en Cuba, como en los peores tiempos de la “guerra fría”.
Por lo tanto, nos
asisten poderosas razones para la defensa de nuestra cultura, independencia y soberanía nacional, por nuestro socialismo; conociendo
que Donald Trump es un personaje
impredecible y que su presidencia podría sumir a Estados Unidos y a las relaciones
internacionales, en su conjunto, en un caos mucho más peligroso que el desorden
existente en el funcionamiento del desequilibrado sistema internacional actual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario