lunes, 20 de febrero de 2012

El calentamiento climático se torna planetario


Por Leyde E. Rodríguez Hernández

El antiguo Primer Ministro socialista francés Michel Rocard, durante una reciente estancia en Cuba, visitó el Instituto Superior de Relaciones Internacionales “Raúl Roa García”, donde ofreció una magistral conferencia al colectivo de estudiantes y profesores de esa alta casa de estudios universitarios.

La distinguida personalidad francesa manifestó que, desde su tarea como Embajador para el Polo Ártico y Antártico, batalla por la regulación de los problemas polares, en un contexto caracterizado por la agudización del calentamiento climático, que ya se torna planetario, teniendo entre los productores de mayor efecto invernadero a China y la India, pues no solo la Unión Europea y los Estados Unidos inciden de forma directa en el desarrollo de ese fenómeno.

Rocard argumentó el valor de las instituciones para enfrentar el calentamiento global y, en particular, resaltó la importancia de la Organización de Naciones Unidas (ONU), tomando como ejemplo la etapa en que esta organización internacional fue una poderosa fuerza de esperanzas  en la época en que Javier Pérez de Cuellar desempeñó el cargo de Secretario  General.

Para Rocard, aunque las conferencias de Copenhague, Cancún y Durbam  concluyeron en un claro fracaso diplomático, los Estados deberán concertar posiciones en el siglo XXI sobre la necesidad de reducir los gases de efecto invernadero, porque el nivel promedio de los océanos podría aumentar entre 80 centímetros y un metro, lo cual configura un escenario muy peligroso para los actuales territorios insulares, generando incertidumbre en muchas islas y pequeños archipiélagos que pudieran desaparecer en los próximos 40 años, como resultado del aumento de los  niveles de los mares.

Por consiguiente, fue recordado que existen algunos países con posiciones insensibles en este tema e incluso los que como Arabia Saudita consideran que los análisis sobre el cambio climático tienen un fundamento carente de rigor científico. Rocard rememoró que Francia siempre prestó atención a estos asuntos desde el gobierno socialista de François Mitterrand, quien fue un líder  de profundos conocimientos históricos, reconocimiento social, carácter impredecible y que le encomendó la responsabilidad de ocuparse de los temas que afectan el futuro de la humanidad, pues su pasión por la historia le hacía subestimar las problemáticas del futuro, las cuales, evidentemente, no eran de su predilección. En aquel momento, según confesó el conferencista, encontró el apoyo del socialista español Felipe González, para hacer un llamamiento de conciencia a las naciones en torno al cambio climático.

En su disertación, Rocard expresó que todo no está perdido, pero al mismo tiempo reconoció que la situación  de las regiones polares es alarmante, porque en los próximos años tendremos la agravación de los siguientes problemas:

a). Millones de emigrados climáticos. El conferencista se preguntó: ¿Cuál será la    situación futura de las llamadas poblaciones esquimales? Un pueblo transnacional que vive entre Canadá, Groenlandia y Siberia.    

b).  La desaparición de especies, ya amenazadas, como el Oso blanco, que ahora está en proceso de adaptación y cruzamiento con el Oso gris.

c). La falta de agua y la desertificación de vastos territorios. 

d). El cambio de estructura de las corrientes marítimas.

e).  La elevación de las aguas oceánicas, por el aumento de las temperaturas  y del agua dulce que va a los mares.

A todo eso se suma la preocupación de que en el año 2030 comience un período sin peces y que el Polo Norte y Siberia se conviertan en zonas navegables en función del comercio mundial.

Rocard elogió el Tratado del Antártico de 1959, como un paso avanzado de lo que debería hacer la humanidad para la administración de los recursos naturales. Asimismo invitó a todos los países a fortalecer este tratado mediante la firma y ratificación de su tercer protocolo. Así lamentó que después de Kyoto no se hayan obtenido nuevos resultados diplomáticos, porque las grandes empresas prefieren obtener ganancias sin establecer compromisos en comportamientos ecológicos. En sentido general, la crisis del capitalismo financiero y la recesión económica han complejizado este panorama.   

Según Rocard, el sistema europeo de cuotas de Carbono ya no es un disuasivo para reducir el efecto invernadero, pero tiene la ventaja de ser aceptado por los Estados Unidos y la mayor parte de los Estados. También valoró que hoy, más que nunca, se requiere de una estrategia planetaria que establezca normas y reglas comunes para la explotación y uso de los recursos del Polo Norte, lo que ratifica la importancia de los mecanismos y poderes de la ONU y de las instituciones multilaterales.  


                                                Visión sobre Cuba

Rocard enfatizó que, en su quinto viaje a Cuba, sentía alegría por el interés de la isla en temas de gran importancia estratégica y global. Confesó a los estudiantes y académicos del alto centro de estudios que él forma parte de los que acogen a Cuba como una nación normal, entre los países que deben librar su batalla diplomática sin ostracismo.

Además, el exprimer ministro galo dijo que Cuba es necesaria para una Antártica bien administrada y transmitió un mensaje solidario a su auditorio, como miembro del Partido Socialista francés, en oposición al bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba.   

 Datos biográficos de Michel Rocard

Nació el 23 de agosto de 1930, en  Courbevoie, cerca de París. Diploma en Letras. Diploma del Instituto de Estudios Políticos de París. Ex alumno de la ENA (Escuela Nacional de Administración) (1956-1958). Diplomado del Centro de Estudios de Programas Económicos. 

 Inspector de hacienda (1958); inspector general de hacienda (1985). Conferenciante. Asesor. Secretario Nacional del PSU (Partido Socialista Unificado) (1967-1973). Miembro de la Mesa Ejecutiva del PS (desde 1975). Secretario Nacional del PS encargado del sector público (1975-1979). Primer Secretario del PS (1993-1994). Miembro permanente de la Mesa Nacional del PS. Alcalde de Conflans-Sainte-Honorine (1977-1994). Miembro del Consejo Regional de Isla de Francia (1986-1992). Diputado a la Asamblea Nacional por la cuarta circunscripción (1969-1973) y por la tercera circunscripción (1978) de Yvelines. Diputado a la Asamblea Nacional por Yvelines (1986). Senador por Yvelines (1995-1997). Ministro de Programación y Ordenación Territorial (1981-1983). Ministro de Agricultura (1983-1985). Primer Ministro (1988-1991). 

 Diputado al Parlamento Europeo (desde 1994). Presidente de la Comisión de Desarrollo y Cooperación (1997-1999), de la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales (1999-2002) y de la Comisión de Cultura, Juventud, Educación, Medios de Comunicación y Deportes (2002-2004) del Parlamento Europeo. Comendador del Mérito Agrícola. Gran Cruz de la Orden Nacional del Mérito (1988).

  

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