En un mundo globalizado donde
imperan las prácticas neoliberales capitalistas que soslayan a las mayorías
pobres y solamente benefician a las transnacionales y a los países ricos, los
miembros de PETROCARIBE laboran por acelerar la integración latinoamericana
como única forma de enfrentar esas realidades.
Y precisamente eso fue lo que ocurrió en la recién concluida VII Cumbre del grupo efectuada en Caracas con la presencia de los jefes de delegaciones de sus 18 miembros.
La Declaración Final del evento resulta clara al señalar: “La voluntad de los miembros en seguir impulsando este esquema de cooperación que transciende de la relación entre gobiernos para construir la plataforma concreta con el objetivo de elevar la calidad de vida de los pueblos caribeños y centroamericanos como ha sido demostrado en sus casi ocho años de existencia y grandes logros”.
Esto ocurre cuando también Estados Unidos trata de cerrar filas con sus mejores aliados en la región en aras de contrarrestar los nuevos aires de soberanía, independencia e integración que recorren la América Latina y el Caribe.
En el cónclave que duró dos días, el ministro de Petróleo y Minería de Venezuela, Rafael Ramírez señaló que las condiciones estan dadas para que los países que integran PETROCARIBE puedan trabajar y constituir una zona económica que permita seguir fortaleciendo la alianza entre la región y pasar del tema petrolero al desarrollo económico y comercial.
Según la propuesta de la República Bolivariana, la Zona Económica de PETROCARIBE estará destinada a profundizar los alcances obtenidos en los últimos años por el grupo encaminada a desarrollar los sectores productivos de los países miembros.
En ese sentido, los jefes de delegaciones asistentes al cónclave, acordaron crear cadenas productivas que generen excedentes mercantiles y económicos que ayuden e impulsen la cooperación desde un comercio justo y equitativo.
Los países miembros también iniciarán estudios y discusiones técnicas para establecer el sistema de Fondos Bilaterales para la Integración de PETROCARIBE, (FOBIP) como plataforma financiera de articulación productiva del intercambio comercial a ser desarrolladas por el mecanismo regional, y será el Banco del Alba el apoyo institucional monetario para la formulación de proyectos y administración de los fondos.
Resultan importantísimos estos avances institucionales con motivo de fortalecer al grupo integrado por Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras (readmitida en la VII Cumbre), Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y Las Granadinas, Santa Lucía, Surinam y Venezuela con posibilidades de que se incorporen otros países pues en la reunión también participaron como observadores, Bolivia, Ecuador y Brasil.
Otro acuerdo firmado por los asistentes fue el del suministro de fertilizantes a los países miembros lo que resulta fundamental para la elevación de las producciones agrícolas.
PETROCARIBE surgió en junio de 2005 por iniciativa del líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez Frías y sus integrantes reciben crudo venezolano en condiciones ventajosas, con un financiamiento que llega al 40 % cuando el precio del petróleo supera los 50 dólares; al 50 % si sobrepasa los 80 dólares y al 60 % cuando la barrera se sitúa en 100 dólares. El plazo de financiamiento es de 25 años y la tasa de interés que se aplica es de solo 1 %.
Indiscutiblemente que este mecanismo de cooperación y solidaridad ha permitido a las pequeñas naciones de Centroamérica y el Caribe, enfrentar la profunda crisis capitalista mundial y los altos precios del crudo en el mercado internacional.
Los beneficios para el progreso económico y social de esos países ha sido fundamental y se ha logrado sin presiones y amenazas como ha ocurrido con las políticas de saqueo y explotación impuestas por Estados Unidos y sus organismos financieros (Banco mundial y el Fondo Monetario Internacional) contra la región desde hace más de un siglo.
Asimismo, el fondo PETROCARIBE, orientado a disminuir las grandes secuelas sociales y económicas que han dejado en esos países las políticas neoliberales impuestas por Washington, ha aportado más de 450 millones de dólares para 104 proyectos de desarrollo que se ejecutan en los países del grupo.
Ya se han realizado inversiones en infraestructura, como plantas de llenado de gas licuado, refinerías, plantas de almacenamiento y distribución de crudo y derivados, además de equipos de generación de energía eléctrica.
Proyectos sociales en educación y salud se adelantan en todas esas naciones, y se hizo énfasis en resolver la grave situación alimentaria en momentos en que esos productos se encarecen en el mercado internacional.
Hasta el momento se conformaron
12 empresas mixtas que dan empleo a más de 4 000 personas con amplias
posibilidades de continuar expandiéndose en diferentes ramas económicas y de
servicios de sus 18 miembros.
Con hechos palpables se ha
demostrado que PETROCARIBE, al igual que la Alternativa Bolivariana
para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) han avanzado en el
fortalecimiento de la integración regional y en la búsqueda de soluciones
conjuntas a los graves problemas que vive la humanidad como son el hambre,
insalubridad, inequidad, violencia, los cuales se han acrecentado con la crisis
económica-financiera capitalista.
Como señaló el presidente venezolano Nicolás Maduro en la recién concluida VII Cumbre, “PETROCARIBE es un proyecto histórico que marcó en su momento una nueva época en la cooperación solidaria en la región”, y puntualizó que como planteaba Hugo Chávez, el petróleo fue un instrumento para la dominación y ahora se está convirtiendo en un instrumento de liberación (...) luego de 200 años de iniciada la lucha por la independencia continental.
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