jueves, 9 de noviembre de 2017

Los Estados Unidos y la Unión Europea recurren a esfuerzos imperialistas para derrotar las Revoluciones en Cuba y Venezuela.



Por Dr. Leyde E. Rodríguez Hernández

Vicerrector Investigación y Postgrado ISRI


Los Estados Unidos y la Unión Europea siguen siendo aliados imperialistas en muchos aspectos de la política internacional, en un contexto global enrarecido por los dislates del inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, quien también ha tenido palabras inaceptables para los líderes de la endeble integración europea. Exacerbando así contradicciones y preocupaciones entre desaliñados aliados, como pudiera inferirse del lema Trumpiano: “América Primero”, y de la Unión Europea: “Relanzar Europa”.   

Un despacho cablegráfico de ANSA fechado en Miami, correspondiente al 8 de noviembre, indicó que las restricciones de viajes a Cuba y las prohibiciones de hacer negocios con ciertas empresas de la isla, notificadas en junio de 2017 por Donald Trump, entrarán en vigor muy próximamente con el risible argumento de "reducir el poder económico de las fuerzas militares" cubanas, enmascarando toda la verdad al respecto: el recrudecimiento genocida de un bloqueo económico, comercial y financiero que lejos de afectar a la jerarquía militar cubana y a la denominada familia de los Castros, traerá más penurias económicas y dificultades en la vida cotidiana de todo el pueblo cubano. 

Acostumbrados y entrenados en mentir deliberadamente y en la elaboración de  listas para sancionar instituciones e individuos en otros  países, el gobierno de los Estados Unidos ha publicado una arbitraria relación de 180 empresas vinculadas con las fuerzas militares, incluidos hoteles y tiendas de la compañía Habaguanex -la principal en la zona turística de la Habana Vieja- con las que se prohíbe  hacer negocios; también están incluidos hoteles y marinas de Gaviota, ambas pertenecientes al conglomerado militar Grupo de Administración Empresarial (GAESA). Lo más tragicómico o burdo del caso es que en la lista también aparecen fábricas de refrescos y de elaboración de alimentos.

Las antidemocráticas nuevas regulaciones para los viajes y el comercio con Cuba, se implementarán de forma inmediata en el marco de la decisión del presidente Trump de congelar la normalización de las relaciones bilaterales iniciadas por su predecesor Barack Obama. Pues sí, señores, así es de perjudicial, para amplios sectores sociales estadounidenses y cubanos, la nueva política del “poder estúpido” del actual inquilino de la Casa Blanca.

Nuevamente el gobierno de los Estados Unidos se equivoca en su política contra Cuba pensando que con mayor bloqueo y agresividad podrían intimidar al gobierno cubano y conducirlo en la dirección del interés del poder estadounidense, en la perspectiva de un cambio de régimen en la isla, lo cual encubren en la gastada retórica de “avanzar hacia una mayor libertad política y económica para el pueblo cubano". Un pueblo heroico que ha sobrevivido  dignamente la política de cruel bloqueo y terrorismo de los círculos de poder imperialistas en Estados Unidos, que desprecia a la nación cubana por la sencilla razón de haber sostenido, durante más de cincuenta años, la independencia, la soberanía nacional y el socialismo en la isla caribeña. 

En mi opinión, el gobierno de los Estados Unidos, cuando recrudece el bloqueo a Cuba, viola también los derechos humanos de los ciudadanos estadounidenses, porque tienen prohibido hacer transacciones con entidades cubanas supuestamente controladas por los servicios militares, de inteligencia y de seguridad del estado cubano. Esto queda corroborado en la prohibición de los viajes individuales de estadounidenses a la isla para abrir contactos con el pueblo cubano, exceptuando solamente en esta medida los que tengan carácter académico. Pero, para mayor encarnizamiento, algunos de esos viajes, antes autorizados, se podrán realizar si el interesado compró el boleto de avión o hizo su reserva de alojamiento antes del pasado 16 de junio, fecha en la que Trump anunció la nueva política hacia Cuba.

Al mismo tiempo, se mantiene e intenta profundizar en la política de subversión para desestabilizar a la sociedad cubana, pues respecto a los llamados "viajes de apoyo al pueblo cubano", los Estados Unidos exigirá, a partir de ahora, que los interesados participen "en un programa de actividades de tiempo completo que impliquen una interacción genuina con individuos en Cuba". Hablando claro, esto sería con la contrarrevolución interna y con sectores dispuestos a colaborar con el régimen imperialista estadounidense. 

No tengo la menor duda que, aunque estas medidas afectan directamente al pueblo cubano, del mismo modo dañan el interés nacional de los Estados Unidos, porque diversos sectores políticos, económicos, religiosos, culturales y familiares son favorables al comercio, a las inversiones y a todos los vínculos sociales, sin barreras de ningún tipo, con el pueblo cubano, sin un interés manifiesto de subversión política para el “cambio de régimen” en Cuba.  

Lo cierto es que, a lo largo de su campaña electoral, el candidato republicano Donald Trump, prometió endurecer la política agresiva hacia Cuba y mantener el bloqueo económico impuesto hace más de medio siglo a la isla. La continuación de una política fracasada, y en contra de los intereses de amplios sectores sociales estadounidenses, permite afirmar que dichas medidas de recrudecimiento del bloqueo contra Cuba tendrán poca sostenibilidad estratégica. El tiempo confirmará esa posible tendencia y habrá que resistir para constatarlo en la práctica, por sus propios resultados.      

En cuanto a Venezuela, el gobierno de Donald Trump recurre a una política similar a la aplicada contra Cuba, mediante la adopción de nuevas sanciones a Venezuela, esta vez contra 10 funcionarios a los que responsabiliza por irregularidades electorales, censura a la prensa y corrupción en la distribución de alimentos. Este nuevo paquete de sanciones incluye a Sandra Oblitas, vicepresidente del Consejo Nacional Electoral, los ministros Ernesto Villegas Poljak (Cultura), Freddy Bernal (Agricultura Urbana) y Jorge Márquez Monsalve (Despacho Presidencial), y al presidente de CANTV, Manuel Fernández, entre otros.

Relacionado con Venezuela, según un despacho cablegráfico de Notimex, desde Bruselas, “la Unión Europea tiene previsto adoptar nuevas sanciones contra Venezuela, entre ellas un embargo a la exportación de armas y de equipamientos que pueden ser empleados en la represión en el país, que vive una crisis política, económica y social sin precedentes”.

Se dice que esa medida recibió el aval de los representantes permanentes de los Veintiocho en Bruselas y debe ser formalizada por los ministros de Asuntos Exteriores en su próxima reunión. Mi pregunta es: ¿No tendrán estos señores otros temas que abordar relacionados con las propias problemáticas que paralizan y convulsionan a los estados miembros de la Unión Europea?

No creo que la Unión Europea sea hoy un ejemplo moral para el mundo. Primero deberia mirarse por dentro y resolver sus graves dificultades, para después criticar y decidir sanciones contra gobiernos e individuos de otras naciones soberanas e independientes. 

En fin, pudiera ser una simple coincidencia, pero hay que observar la existencia de una “nueva” especie de división del trabajo imperialista entre Estados Unidos y la Unión Europea en sus afanes, “por separado”, para derrotar los procesos revolucionarios en Cuba y Venezuela. En este sentido, la Unión Europea está directamente involucrada en la política injerencista y de agresión política, económica y mediatica contra Venezuela, mientras con Cuba busca otro tipo de relación más política y diplomatica acorde con los nuevos tiempos.

Las acciones imperialistas contra Venezuela y Cuba fracasarán frente a la resistencia de los pueblos y por su carácter insostenible en el plano estratégico. Como en otras épocas, el temor a las Revoluciones en el sistema internacional permanece vigente en los circulos políticos y militares  de las potencias imperialistas garantes del inviable e insostenible status quo capitalista a nivel global.
 



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