El capitalismo contemporáneo: un lobo que no se disfraza
Por Hassan Pérez Casabona⃰
En la segunda jornada del Congreso Internacional El
Capitalismo global en las Américas, que se celebra en el Colegio
Universitario San Gerónimo de La Habana, prosiguió el intercambio sobre
la inviabilidad de un sistema instaurado para acrecentar las ganancias
de exiguas élites y no para encontrar soluciones a los problemas que
enfrentan las cuatro quintas partes de la humanidad. El foro académico,
en el que participan relevantes personalidades de diferentes latitudes,
es auspiciado por la Red de Estudios Críticos sobre el Capitalismo
Global (Network for Critical Studies of Global Capitalism, NCSGC por sus siglas en inglés) y la Asociación de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe (ADHILAC).
Uno de los paneles especiales que desarrolló su labor en plenario
contó con la conducción de Jorge Hernández Martínez, al frente de la
cátedra Nuestra América y los Estados Unidos de la UH, y en él
expusieron sus apreciaciones los doctores Frank Thompson, de la
Universidad de Michigan y Elier Ramírez Cañedo, de la Oficina de Asuntos
Históricos del Consejo de Estado.
Thompson, investigador emérito, trajo a colación una versión
actualizada de un trabajo presentado en el 2014, en un evento científico
desarrollado en la Universidad de La Habana, con el título
Actualización sobre las relaciones económicas de Cuba y Estados Unidos
después del bloqueo. El autor, quien expresó el honor que significaba
estar en una sala con el nombre de Fernando Portuondo (brillante
historiador a quien conoció, al igual que a su esposa, la también figura
cimera de las ciencias históricas Hortensia Pichardo) verifica su
hipótesis de que, con la eliminación de determinadas restricciones
durante la administración Obama (limitadas e insuficientes por demás) se
incrementaron las visitas de ciudadanos estadounidenses a Cuba, al
tiempo que prosiguen perjudicándose los intereses de ese país, a partir
de que no es posible la inversión en numerosos negocios potencialmente
atractivos para ambas partes.
Ramírez Cañedo, por su parte, se adentró en el examen de lo sucedido
en el plano de las relaciones bilaterales durante la presidencia de
Donald Trump: “Aunque existe una élite de poder de extrema derecha,
encabezada por varios congresistas de origen cubano, que respaldan a
Trump en el regreso a la clásica política de confrontación, el consenso
dentro de la propia élite de poder de los Estados Unidos y su aparato
burocrático se inclina a continuar la apertura iniciada por Obama el 17
de diciembre del 2014. Por tanto, la política que está adoptando la
administración Trump hacia Cuba, tiene grandes posibilidades de
convertirse en el futuro en una anomalía coyuntural, que terminará
siendo barrida por la lógica sistémica, proclive a continuar el enfoque
del acercamiento. Quizás Ben Rhodes, ex asesor de Obama, utilizó la
frase más exacta cuando expresó que el anuncio de Trump constituía el
“último suspiro ilógico de una política estadounidense con un historial
de 50 años de fracaso´”, afirmó.
El destacado investigador, poseedor de una amplia obra con
independencia de su juventud, añadió: “Lo que sí se ha quedado muy claro
en estos meses es que el presidente de los Estados Unidos ha convertido
a Cuba en una mera ficha de cambio para sus turbios manejos de política
interna. Y en esos manejos turbios está la mano del senador Marco
Rubio, con el cual al parecer el presidente ha llegado a algún acuerdo, a
cambio de su apoyo en el Comité de Inteligencia del Senado donde su
responsabilidad está siendo cuestionada en la investigación por la
presunta injerencia rusa en la campaña electoral de 2016. Estos
sectores de extrema derecha de origen cubano se encuentran hoy a la
ofensiva y el presidente no ha dejado de complacerlos. La construcción
del nuevo pretexto de supuestos ataques sónicos contra el personal
diplomático de la embajada de los Estados Unidos en La Habana le ha
venido como anillo al dedo a estos sectores, quienes son los únicos que
se benefician con este tipo de operaciones de bandera falsa, en las
cuales Estados Unidos tiene una larga experiencia”.
De igual manera, destacó que “Para Cuba, significa una nueva
oportunidad para el avance y fortalecimiento de los procesos de
transformaciones en curso hacia un socialismo próspero y sustentable,
así como para afianzar las alianzas con los gobiernos, movimientos y
fuerzas políticas progresistas y de izquierda en la región, y el
relanzamiento de los procesos integracionistas y de unión en América
Latina y el Caribe, en especial la Comunidad de Estados Latinoamericanos
y Caribeños (CELAC). De la misma forma para fortalecer los lazos con
aquellos actores internacionales que a nivel global desafían la
hegemonía estadounidense”.
En el cierre de sus palabras, Elier recordó la valoración que
ofreciera Julian Assange, fundador del sitio web Wikileaks, en una
amplia entrevista que ofreciera a Página 12, sobre las nuevas
oportunidades que se abrían para la resistencia y la lucha antisistema a
nivel global con Trump en la Casa Blanca:
“Bajo la conducción de un hombre negro educado y cosmopolita como
Barack Obama el gobierno de Estados Unidos no se parecía a lo que era.
Bajo Barack Obama se deportaron más inmigrantes que en cualquier otro
gobierno y se pasó de dos guerras a ocho. Supongamos que Argentina tiene
un conflicto con el gobierno de Trump por su apoyo a Gran Bretaña en el
caso de las Malvinas. ¿Es más fácil o más difícil para Argentina
conseguir apoyo en la comunidad internacional que cuando era presidente
Obama? Es más fácil con Trump. ¿Y a nivel doméstico en Estados Unidos?
Claro que será más fácil protestar contra las políticas de Trump. De
hecho las protestas ya empezaron. Los demócratas, cuando están en la
oposición pueden convertirse en una fuerza que restringe y controla al
gobierno. Pero cuando llegan a la presidencia y al gabinete se funden
con las instituciones. El gobierno de Obama era un lobo con piel de
oveja. El gobierno de Trump es un lobo con piel de lobo. Es más fácil
tratar con un lobo que no se disfraza”, concluyó.
⃰Profesor Auxiliar del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos (CEHSEU) de la Universidad de La Habana.
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