La aparición del primer tomo de El Capital
hace 150 años significó un hito cuyas resonancias prosiguen, con
renovados bríos, en la actualidad. Con esa obra monumental, Karl Marx no
solo realizó la más acabada disección sobre el funcionamiento del modo
de producción capitalista, sino que dotó a la clase obrera de las
herramientas teóricas para emprender la lucha revolucionaria, en pos de
edificar un nuevo tipo de sociedad. Dos décadas antes el Genio de
Tréveris, junto a ese otro titán que es Federico Engels, redactó el Manifiesto Comunista en el que se plasmó, con todas las letras, la imperiosa necesidad de unir a los proletarios del mundo.
El 25 de octubre de 1917 Vladimir Ilich Lenin, cuyo legado se
agiganta cada día, hizo posible que obreros y campesinos ascendieran a
lo más alto. Tomar el cielo por asalto no fue en modo alguno un lecho de
rosas, sino apenas la arrancada de un proceso revolucionario que,
inobjetablemente, partió en dos la historia de la humanidad y que, pese a
los agoreros que se aventuraron a decretar la imposibilidad de las
utopías, continúa hoy en los más diversos escenarios.
En 1967, también en octubre, un hombre cuya conducta intachable
pertenecerá por siempre al futuro, se convirtió en paradigma universal
por la coherencia en su comportamiento. El Che Guevara, de norte a sur y
de este a oeste, es fuente de inspiración para los que no dejamos de
creer en otro planeta posible.
Dedicado a rendir homenaje a la obra de Marx, la Revolución de
Octubre y la figura del Guerrillero Heroico, tuvo lugar hace unas horas
el Seminario Internacional “Tomando el cielo por asalto”, convocado por
el Departamento de Desarrollo Económico de la Facultad de Economía de la
Universidad de La Habana.
En la apertura del evento, a la cual asistió el Héroe de la República
de Cuba Gerardo Hernández Nordelo, vicerrector del Instituto Superior
de Relaciones Internacionales (ISRI) Raúl Roa García, el Dr. Antonio
Romero, decano de la Facultad organizadora, señaló: “Cada vez cobra
mayor importancia el estudio de la economía política para enfrentar los
grandes desafíos globales y los relacionados con la sociedad cubana.
Bajo esa premisa se ha fortalecido en la última etapa el funcionamiento
de este Departamento y continuaremos pensando en la manera de fomentar
espacios de discusión académicos como estos, que contribuyan a brindar
argumentos y reflexiones de carácter estratégico”.
En el foro, conducido por el MSc. Henry Colina, jefe del Departamento
de Desarrollo Económico, se presentaron 35 ponencias -en cuatro
paneles, una mesa redonda y un taller de doctorantes- por especialistas
de diferentes instituciones de Cuba, Ecuador, España, Ucrania y México.
El Dr. Juan Valdés Paz, Premio Nacional de Ciencias Sociales,
impartió la conferencia inaugural del encuentro. En su disertación
abordó múltiples cuestiones relacionadas con las experiencias
socialistasy los retos contemporáneos. “Marx y Engels indagaron en las
contradicciones estructurales de la sociedad capitalista. Desde una
integralidad nunca antes observada comprendieron la urgencia de llevar
adelante una revolución política y social. Vieron en las ciencias
sociales, si bien estas apenas comenzaban a configurarse, el instrumento
idóneo para la transformación del entramado de relaciones capitalistas.
Ellos apreciaron a la sociedad desde una dimensión holística.
Desafortunadamente,las especializaciones que emanan de las distintas
ramas tienden a distorsionar esa potente concepción de totalidad que
brinda el marxismo. Hay que conocer las nuevas investigaciones en torno a
estos asuntos. En español, por ejemplo, existen doce versiones de El Capital. La edición crítica de esta obra en el presente incluye 15 tomos y no las tres con las que trabajamos en el pasado.
En otro momento de su exposición dijo: “El socialismo fue concebido
como una etapa más o menos larga entre el capitalismo y el comunismo.
Hay que estudiar todas las experiencias revolucionarias, de forma
particular las que han ocurrido en el Tercer Mundo. Crear sigue siendo
un enorme reto”.
Uno de los paneles de trabajo contó con las exposiciones de los
doctores Sarah Rodríguez (UH), Ernesto Molina (ISRI) y Xabier Arrizabalo
(Universidad Complutense de Madrid). Rodríguez, entre varios temas,
habló sobre el contexto en que tiene lugar la irrupción del I tomo de El Capital,
en 1867, el II, en 1885 y el tercero, en 1894 y las cuestiones
sustantivas a las que se dedicó cada uno de ellos. De igual manera
recordó la idea del Che de que sin conocer esta obra “no se es
economista en el pleno y humano sentido de la palabra”.
Molina, por su parte, aclaró que Marx comprendió que “El enemigo no
es una forma específica del capital sino este en su conjunto. Para
encontrar solución a esta problemática era ineludible llevar a vías de
hecho una Revolución, la cual solo podía ser ejecutada por el
proletariado. La aparición de El Capital fue el triunfo
científico para el partido político de la clase obrera. Contar con una
economía política desde el Sur conlleva disponer de una ciencia para el
diagnóstico y, sobre todo, para encontrar soluciones”, remarcó.
Arrizabalo, quien desde las primeras palabras expresó el orgullo por
compartir sus consideraciones con profesionales de la Mayor de las
Antillas, dijo: “Existe una fragmentación terrorífica de las ciencias
sociales. Con una simplicidad pasmosa se ignora a los sujetos sociales,
como si estos no estuvieran en la tierra. Son inconciliables los
intereses de la clase obrera y la burguesía. Es un conflicto de clases
que no se detiene. El desarrollo desigual está inscrito en los genes de
la acumulación capitalista. El capitalismo no solo es contradictorio: es
crecientemente contradictorio, lo que evidencia sus límites
históricos”, precisó.
Para el destacado especialista ibérico: “El método marxista tiene un
vigor que en ocasiones no asumimos desde su integralidad. La categoría
de Fuerzas Productivas es una definición con profundo sentido social.
Los oligarcas no miran para asegurarse no ver. Aunque se piensa que hay
crisis, ajuste y crisis, las últimas décadas confirman que no hubo tal
expansión del capitalismo sino que se puso de manifiesto las
dificultades crónicas de este sistema. No podemos renunciar a la lucha
por muy adversos que sean los contextos. Hay que ganar en el ámbito
argumental. La humanidad tiene capacidad para sustentar otro tipo de
sociedad. Bastaría solo eliminar los gastos en las esfera militar y el
avance resultaría enorme. El horizonte que proporciona el socialismo no
es la expresión de un deseo sino de una necesidad. Pese a las
desgarraduras me afilio a la idea de Galileo de que sin embargo se
mueve”, concluyó.
⃰ProfesorAuxiliar del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos (CEHSEU) de la Universidad de La Habana.
Fuente: Trabajadores.
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