viernes, 17 de noviembre de 2017

La desigualdad está en los genes de la acumulación capitalista.



 La aparición del primer tomo de El Capital hace 150 años significó un hito cuyas resonancias prosiguen, con renovados bríos, en la actualidad. Con esa obra monumental, Karl Marx no solo realizó la más acabada disección sobre el funcionamiento del modo de producción capitalista, sino que dotó a la clase obrera de las herramientas teóricas para emprender la lucha revolucionaria, en pos de edificar un nuevo tipo de sociedad. Dos décadas antes el Genio de Tréveris, junto a ese otro titán que es Federico Engels, redactó el Manifiesto Comunista en el que se plasmó, con todas las letras, la imperiosa necesidad de unir a los proletarios del mundo.

El 25 de octubre de 1917 Vladimir Ilich Lenin, cuyo legado se agiganta cada día, hizo posible que obreros y campesinos ascendieran a lo más alto. Tomar el cielo por asalto no fue en modo alguno un lecho de rosas, sino apenas la arrancada de un proceso revolucionario que, inobjetablemente, partió en dos la historia de la humanidad y que, pese a los agoreros que se aventuraron a decretar la imposibilidad de las utopías, continúa hoy en los más diversos escenarios.

En 1967, también en octubre, un hombre cuya conducta intachable pertenecerá por siempre al futuro, se convirtió en paradigma universal por la coherencia en su comportamiento. El Che Guevara, de norte a sur y de este a oeste, es fuente de inspiración para los que no dejamos de creer en otro planeta posible.

Dedicado a rendir homenaje a la obra de Marx, la Revolución de Octubre y la figura del Guerrillero Heroico, tuvo lugar hace unas horas el Seminario Internacional “Tomando el cielo por asalto”, convocado por el Departamento de Desarrollo Económico de la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana.

En la apertura del evento, a la cual asistió el Héroe de la República de Cuba Gerardo Hernández Nordelo, vicerrector del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI) Raúl Roa García, el Dr. Antonio Romero, decano de la Facultad organizadora, señaló: “Cada vez cobra mayor importancia el estudio de la economía política para enfrentar los grandes desafíos globales y los relacionados con la sociedad cubana. Bajo esa premisa se ha fortalecido en la última etapa el funcionamiento de este Departamento y continuaremos pensando en la manera de fomentar espacios de discusión académicos como estos, que contribuyan a brindar argumentos y reflexiones de carácter estratégico”.

En el foro, conducido por el MSc. Henry Colina, jefe del Departamento de Desarrollo Económico, se presentaron 35 ponencias -en cuatro paneles, una mesa redonda y un taller de doctorantes- por especialistas de diferentes instituciones de Cuba, Ecuador, España, Ucrania y México.

El Dr. Juan Valdés Paz, Premio Nacional de Ciencias Sociales, impartió la conferencia inaugural del encuentro. En su disertación abordó múltiples cuestiones relacionadas con las experiencias socialistasy los retos contemporáneos. “Marx y Engels indagaron en las contradicciones estructurales de la sociedad capitalista. Desde una integralidad nunca antes observada comprendieron la urgencia de llevar adelante una revolución política y social. Vieron en las ciencias sociales, si bien estas apenas comenzaban a configurarse, el instrumento idóneo para la transformación del entramado de relaciones capitalistas. Ellos apreciaron a la sociedad desde una dimensión holística. Desafortunadamente,las especializaciones que emanan de las distintas ramas tienden a distorsionar esa potente concepción de totalidad que brinda el marxismo. Hay que conocer las nuevas investigaciones en torno a estos asuntos. En español, por ejemplo, existen doce versiones de El Capital. La edición crítica de esta obra en el presente incluye 15 tomos y no las tres con las que trabajamos en el pasado.

En otro momento de su exposición dijo: “El socialismo fue concebido como una etapa más o menos larga entre el capitalismo y el comunismo. Hay que estudiar todas las experiencias revolucionarias, de forma particular las que han ocurrido en el Tercer Mundo. Crear sigue siendo un enorme reto”.
El 25 de octubre de 1917 Vladimir Ilich Lenin, cuyo legado se agiganta cada día
Uno de los paneles de trabajo contó con las exposiciones de los doctores Sarah Rodríguez (UH), Ernesto Molina (ISRI) y Xabier Arrizabalo (Universidad Complutense de Madrid). Rodríguez, entre varios temas, habló sobre el contexto en que tiene lugar la irrupción del I tomo de El Capital, en 1867, el II, en 1885 y el tercero, en 1894 y las cuestiones sustantivas a las que se dedicó cada uno de ellos. De igual manera recordó la idea del Che de que sin conocer esta obra “no se es economista en el pleno y humano sentido de la palabra”.

Molina, por su parte, aclaró que Marx comprendió que “El enemigo no es una forma específica del capital sino este en su conjunto. Para encontrar solución a esta problemática era ineludible llevar a vías de hecho una Revolución, la cual solo podía ser ejecutada por el proletariado. La aparición de El Capital fue el triunfo científico para el partido político de la clase obrera. Contar con una economía política desde el Sur conlleva disponer de una ciencia para el diagnóstico y, sobre todo, para encontrar soluciones”, remarcó.

Arrizabalo, quien desde las primeras palabras expresó el orgullo por compartir sus consideraciones con profesionales de la Mayor de las Antillas, dijo: “Existe una fragmentación terrorífica de las ciencias sociales. Con una simplicidad pasmosa se ignora a los sujetos sociales, como si estos no estuvieran en la tierra. Son inconciliables los intereses de la clase obrera y la burguesía. Es un conflicto de clases que no se detiene. El desarrollo desigual está inscrito en los genes de la acumulación capitalista. El capitalismo no solo es contradictorio: es crecientemente contradictorio, lo que evidencia sus límites históricos”, precisó.

Para el destacado especialista ibérico: “El método marxista tiene un vigor que en ocasiones no asumimos desde su integralidad. La categoría de Fuerzas Productivas es una definición con profundo sentido social. Los oligarcas no miran para asegurarse no ver. Aunque se piensa que hay crisis, ajuste y crisis, las últimas décadas confirman que no hubo tal expansión del capitalismo sino que se puso de manifiesto las dificultades crónicas de este sistema. No podemos renunciar  a la lucha por muy adversos que sean los contextos. Hay que ganar en el ámbito argumental. La humanidad tiene capacidad para sustentar otro tipo de sociedad. Bastaría solo eliminar los gastos en las esfera militar y el avance resultaría enorme. El horizonte que proporciona el socialismo no es la expresión de un deseo sino de una necesidad. Pese a las desgarraduras me afilio a la idea de Galileo de que sin embargo se mueve”, concluyó.

ProfesorAuxiliar del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos (CEHSEU) de la Universidad de La Habana.

Fuente: Trabajadores.

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