viernes, 19 de octubre de 2012

EU.- CUBA - La crisis anterior a la de los cohetes



Por Dr. Néstor García Iturbe 
Cuba-L Analysis (Albuquerque)

Es indudable que la llamada Crisis de Octubre puso al mundo al borde la guerra nuclear. Si los cohetes con sus ojivas nucleares no fueron disparados es algo que la humanidad debe agradecer y en cierta manera crea la esperanza de que en situaciones como aquella, el raciocinio y el espíritu de conservación del ser humano pueden derrotar las intenciones agresivas de un grupo de personas.

La decisión tomada por Cuba y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) de emplazar en la isla caribeña un número de cohetes nucleares debe verse no solamente como algo realizado para darle ventaja táctica a la URSS, sino también para que la nación cubana pudiera defenderse en caso de una agresión por parte de Estados Unidos.

La derrota que sufrieron en la Bahía de Cochinos los mercenarios organizados, armados y pagados por el gobierno de Estados Unidos, era un hecho que denigraba la imagen de la nación que se consideraba dueña de América Latina y cambiaba gobiernos a su antojo.

Aquella operación contra Cuba, denominada "Pluto", era una copia de la que años anteriores la Agencia Central de Inteligencia (CIA) había desarrollado en Guatemala, la "PB Success", que logró derrocar al gobierno constitucional presidido por Jacobo Arbenz, e instaurar en el poder al títere Carlos Castillo de Armas.

La iniciativa y originalidad estadounidense esta vez no se pusieron de manifiesto, copiaron la mayoría de las acciones que realizaron en la "PB Success ", e inclusive designaron para trabajar en la operación de Bahía de Cochinos a muchos de los que habían tenido éxito en Guatemala. El fracaso estadounidense no solamente removió las bases del "establishment", sino que además demostró a los revolucionarios latinoamericanos que el imperio no era invencible.

El ejemplo de Cuba no debía durar mucho en la mente de los que estaban dispuestos a luchar por un cambio, de ahí que terminados los análisis sobre los errores cometidos y las situaciones que debieron solucionarse de forma distinta, la administración Kennedy, que se había hecho responsable del descalabro, indicó que se iniciaran los preparativos para una invasión a la isla. Esta vez la voz cantante la tendría el Departamento de Defensa, pues la acción militar la desarrollarían las tropas regulares, no un grupo de mercenarios que estuvieran dispuestos a rendirse en cuanto las tropas cubanas aparecieran.

En noviembre de 1961 el presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy firmó un nuevo Plan de Operaciones Encubiertas contra Cuba, donde se incluían varias acciones contra el gobierno revolucionario. Dicho plan recogía acciones del Departamento de Defensa relacionadas con la invasión, el Plan Mangosta de la CIA, cuyo objetivo era asesinar a Fidel Castro y los principales dirigentes cubanos, además de otros planes en el campo diplomático, económico y financiero con el fin de crear las condiciones propicias para que la invasión pudiera llevarse a cabo y supuestamente una parte del pueblo cubano apoyara la misma.

Como resultado de la aprobación del Plan de Operaciones Especiales, a partir del mes de abril de 1962, se incrementaron las acciones clandestinas en la isla, infiltración de espías, reorganización de los grupos contrarios a la revolución, envío de toneladas de armas y explosivos, realización de actos de sabotaje a la industria, transporte y otros, todo lo que pudiera ir creando el escenario necesario para llevar a cabo la invasión. Para tener una idea de la cantidad de actos de terrorismo realizados, durante finales de 1961 y primeros meses de 1962, como promedio, se cometían en toda la isla trece acciones diarias, de ellas dos de gran importancia.

Los primeros planes sobre la invasión a Cuba fueron presentados al presidente por la Junta de Jefes del Estado Mayor a principios de abril de 1962. En esos momentos la CIA había orientado a su agentura en Cuba el priorizar todo lo relacionado con la capacidad defensiva de las fuerzas cubanas, principalmente el armamento con que contaban, en especial el recibido recientemente de la URSS. La Fuerza Aérea y la Marina de Guerra estadounidense también se sumaron a esta labor de espionaje, en específico, utilizando la exploración radioelectrónica.

La preparación militar requerida para la invasión comenzó después de aprobar Kennedy el plan presentado por la Junta de Jefes del Estados Mayor. Una de las primeras acciones se efectuó con el inicio, el día 19 de abril, de la operación "Quick Kick", llevada a cabo en la isla de Vieques, donde la tarea táctica era tomar una isla caribeña, que estaba siendo gobernada por un tirano hostil a Estados Unidos.

En el ejercicio militar intervinieron 300 aviones, 83 barcos de guerra y 40,000 hombres. El propio presidente supervisó la maniobra desde el portaviones Enterprise, de propulsión nuclear. Otros tres portaviones también participaron. El tirano hostil a Estados Unidos se llamaba "Ortsac", otra muestra del ingenio militar estadounidense, poner la palabra Castro invirtiendo el orden de las letras. Eso seguro lo hicieron para que nadie se diera cuenta cual era la isla.

El 8 de mayo las fuerzas armadas de Estados Unidos iniciaron una nueva maniobra en el Caribe, la denominada "Whip Lash" en la que participaron la Aviación, el Ejército y la Marina de Guerra además de miles de efectivos. Esta operación enfatizó la preparación en el desembarco naval.

A continuación de la misma y en la misma zona se efectuó otra denominada "Jupiter Spring" que se dedico a practicar un desembarco aero-transportado de medios y hombres. Posiblemente el complemento de la anterior, por si se decidía invadir de una forma u otra. Todas estas maniobras se efectuaban en el Caribe, donde Estados Unidos solamente tenía un objetivo. Si se hubieran desarrollado en Europa, en el Medio Oriente o en Asia se pudiera pensar que el objetivo no era Cuba, pero en el Caribe, no podía quedar más claro.

A mediados de mayo , esta vez en Carolina del Norte, se efectuó la maniobra militar "Demolex", que como su nombre indica tenía como objetivo la demolición de objetivos militares, puentes, túneles y objetivos estratégicos civiles para aislar y paralizar una ciudad.

La agresividad mostrada contra Cuba por parte de Estados Unidos y los preparativos evidentes para una invasión por parte de las fuerza regulares estadounidenses, cuyo plan había sido aprobado por el propio presidente Kennedy, no dejaban lugar a dudas del curso que tendrían los acontecimientos. A esto también debía agregarse informaciones obtenidas por los soviéticos y también por los cubanos sobre el desarrollo futuro de los eventos.

El 21 de mayo de 1962, en una reunión del Consejo de Defensa de la URSS se analizó esta situación, tomando en consideración que el potencial militar de Estados Unidos superaba ampliamente al de Cuba. Independientemente de la decisión de lucha del pueblo cubano y su capacidad de resistencia, los medios y efectivos con que contaba no resultaban suficientes para rechazar una agresión de un enemigo tan poderoso que utilizaría todo los recursos de sus fuerzas armadas regulares.

El propio Nikita Jruschov, Primer Ministro de la URSS planteó que la información de la invasión era fidedigna y que la única forma de impedirla era que Cuba contara con un medio de disuasión que hiciera pensar a Estados Unidos sobre lo costoso que resultaría una invasión y que ese medio sería la instalación en Cuba de cohetes nucleares. Para hacer esto era necesario obtener la aprobación de Cuba, por lo que de inmediato se envió una delegación con ese propósito, que llegó a la Habana el 29 de mayo.

De echo, la Unión Soviética había unido su suerte a la de Cuba, la presencia de cohetes soviéticos en Cuba era una advertencia clara de que una invasión a la isla podía provocar una guerra nuclear, cuyas consecuencias no podía medir nadie.

La delegación soviética tuvo dos encuentros en Cuba. El primero con el entonces Comandante Raúl Castro, al que le explicaron la propuesta y el segundo el día 30 de mayo, con el Comandante Fidel Castro, líder de la revolución. Las palabras de Fidel fueron textualmente "Si hacen falta esos proyectiles aquí para fortalecer las defensas de la Unión Soviética y del campo socialista, y, además, sirven para prevenir una agresión militar directa por parte de Estados Unidos contra Cuba, se pueden instalar en nuestro país los proyectiles que sean necesarios. Todos los proyectiles que sean necesarios"

Teniendo la aprobación de Cuba, se inició por parte de la URSS lo que se denominó "Operación Añadir", esta operación tenía como objetivo la instalación en Cuba de cohetes nucleares y crear el apoyo militar y logístico necesario para la operatividad y protección de esos. Los medios que se trasladarían a Cuba formando parte de esta operación serían:

24 rampas para cohetes R-12, de alcance medio (de 700 a 2100 kilómetros), portadores de una cabeza nuclear de 1 megatón (77 veces la potencia de la bomba que destruyó Hiroshima).

16 rampas para cohetes R-14, de alcance intermedio (1900 a 4500 kilómetros), portadores de una cabeza nuclear de 1,65 megatones (127 veces la potencia de la bomba que destruyó Hiroshima)

Además de estos medios, se emplazarían otros cuyo propósito era defender las instalaciones de ataques terrestres, marítimos o aéreos, para lo cual se trasladarían a Cuba:

Cohetes tierra aire FKR-1 (Área de acción 150kilómetros, alcance de altura 2kilómetros)

Cohetes tierra aire SA-75 (Área de acción34kilómetros, alcance de altura 300 metros)

Bombarderos Il-28 (Independencia de vuelo 200 millas, puede transportar una bomba de 6 kilotones)

Helicópteros MI-4
Barcos Cruceros
Destructores porta cohete
Submarinos porta cohete
Tropas terrestres, tanques y cohetes tácticos Luna.

Total 50,000 efectivos.

El 18 de julio llegó a Cuba la misión soviética de reconocimiento, encargada de determinar la micro localización de las unidades coheteriles. Esa misión considero que los mejores lugares para la ubicación de las rampas coheteriles serían, para los tres regimientos de cohetes de alcance medio, las regiones de Santa Cruz de los Pinos, San Cristobal y Candelaria, para los dos regimientos de cohetes de alcance intermedio, Guanajay, Remedios-Zulueta.

El día 26 de julio, llegó a Cuba el primer barco con tropas y equipos. La cohetería, compuesta por 14 cohetes R-14 y 20 cohetes R-12 llegó entre el 9 de septiembre y el 2 de octubre. Los embarques se recibieron por los puertos de Mariel en la Provincia de Pinar del Rio y Casilda en la provincia de Sancti Spíritus. El día 4 de octubre se recibieron 36 cabezas nucleares en el puerto de Mariel.

Mientras se aceleraban las labores para la construcción de las rampas coheteriles, Cuba tomaba sus medidas contra la invasión que cada día se veía más cercana, pues los propios acontecimientos en Estados Unidos lo indicaban. El 20 de agosto, el general Maxwell Taylor, Presidente de la Junta de Jefes de Estados Mayores traslado a Kennedy el criterio de dicho organismo de que la única forma de derrocar al gobierno cubano era mediante la intervención militar directa de Estados Unidos. Ante esa recomendación, el presidente dio órdenes de elaborar de inmediato una versión ampliada de la propuesta. Recalcó que eso era un asunto de urgencia.

Estos movimientos en tierra estadounidense no fueron pasados por alto. El 10 de octubre de 1962, el entonces Comandante Raúl Castro, firmó la Directiva Operativa Número uno. En esta Directiva se daban las órdenes necesarias para el despliegue estratégico de las Fuerzas Armadas Revolucionarias en caso de producirse una agresión estadounidense. Este documento establecía las misiones combativas de los ejércitos, armas y tipos de fuerzas armadas durante el rechazo de los desembarcos navales y aéreos del enemigo, así como los contraataques para aniquilar, en breve plazo, a las fuerzas agresoras que hubieran podido desembarcar. El 10 de octubre de 1962 se preparaba Cuba para enfrentar la invasión planificada por la Junta de Jefes del Estado Mayor de Estados Unidos.

El día 16 de Octubre un avión U-2 estadounidense fotografió las rampas en construcción de San Cristobal, lo que permitió a la CIA asegurar la presencia de cohetes nucleares soviéticos en Cuba. En los días siguientes, se continuó la observación en otras partes de la isla, que permitió detectar el resto de los emplazamientos. LA CRISIS DE LOS COHETES HABÍA COMENZADO.

Resumiendo las actividades previas al 16 de Octubre, puede asegurarse que Estados Unidos se estaba preparando para realizar una invasión a Cuba con sus fuerzas regulares, con el propósito de derrocar al Gobierno revolucionario y sustituirlo por otro formado por figuras afines a los intereses estadounidenses.

Los preparativos de esta invasión fueron conocidos por Cuba y la Unión Soviética. Era evidente que una invasión a Cuba por las fuerzas armadas estadounidense hubiera implicado un serio sacrificio para Cuba, tanto en hombres como en la destrucción de sus principales recursos económicos, de ahí que lo propuesto por la Unión Soviética de instalar cohetes nucleares en Cuba se convirtió en un verdadero medio de disuasión para Estados Unidos.

En el análisis de las decisiones tomadas por las partes que intervinieron en la crisis se ponen de manifiesto errores, desacuerdos y acciones que se podían haber realizado de forma diferente, pero ya es imposible cambiarlas, pues forman parte de la historia.

Lo importante, en este caso, es sacar la experiencia de este momento, en que se puso en juego la propia existencia del hombre sobre la tierra. Tratar de solucionar los conflictos de forma pacífica, sin injerencias de un país dentro del otro, respetando la soberanía de cada cual, al igual que los intereses de cada nación y dar pasos en función de la convivencia normal que debe existir entre los estados, con sus diferencias de criterio, pero con el respeto a las mismas tratando de que estas no se conviertan en un obstáculo para la paz, el comercio y el desarrollo.

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